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martes, 14 de febrero de 2012

¡En Verdad que tienes derecho a ser mil veces feliz!


Miércoles 1 de Febrero de 2012.

¡Bienaventurada(o) en Verdad!

Por Riqui Ricón*

Y Pilato dijo a los principales sacerdotes, y a la gente: Ningún delito hallo en este hombre. Pero ellos porfiaban, diciendo: Alborota al pueblo, enseñando por toda Judea, comenzando desde Galilea hasta aquí…  Entonces Pilato, convocando a los principales sacerdotes, a los gobernantes, y al pueblo, les dijo: Me habéis presentado a éste como un hombre que perturba al pueblo; pero habiéndole interrogado yo delante de vosotros, no he hallado en este hombre delito alguno de aquellos de que le acusáis. Y ni aun Herodes, porque os remití a él; y he aquí, nada digno de muerte ha hecho este hombre. Le soltaré, pues, después de castigarle… Él les dijo por tercera vez: ¿Pues qué mal ha hecho éste? Ningún delito digno de muerte he hallado en él; le castigaré, pues, y le soltaré... Entonces Pilato sentenció que se hiciese lo que ellos pedían; y les soltó a aquel que había sido echado en la cárcel por sedición y homicidio, a quien habían pedido; y entregó a Jesús a la voluntad de ellos. (Luc 23.4-5, 13-16, 22, 24-25).

¡Tres veces reconoció Pilatos que Jesús era inocente de todo lo que le acusaban! Al final, cedió a la presión de los religiosos judíos para cometer un acto de injusticia. Sin embargo, esa falta de justicia humana fue la que satisfizo la justicia de Dios. Jesús, el unigénito Hijo del Padre, pagó, con su propia vida, el justo castigo por todos tus pecados.

Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu (1 P 3.18).

Lo que finalmente consiguió Jesús al morir en esa cruz por Amor a ti, sólo Dios te lo puede ofrecer, pues va mucho más allá de la misericordia divina.

Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo  (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús (Efe 2.4-7).

No solamente es que te salvó de haberte perdido en el infierno por toda la eternidad a causa de lo que tú hiciste con tu vida, sino que, el acto de justicia y amor fue tan pleno y abundante, que ahora te permite recibir la Vida Nueva que Dios siempre deseo para ti como un(a) Hija(o) Suya(o).

Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado. Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, Y en cuyo espíritu no hay engaño (Sal 32.1-2).

Ese hombre, esa mujer, a quien ahora Dios no culpa de iniquidad eres tú, Su Hija(o) amada(o). Y, por lo tanto, de acuerdo a las Escrituras, esto te hace una persona Bienaventurada, lo cual significa, que estás habilitada(o) por la Palabra de Dios para vivir una vida plena y abundante y ser mil veces feliz.

El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).

Oremos en voz audible:

¡Gracias Señor, por tu gran amor con que me amaste. Cada día, al leer y meditar más en Tu Palabra, me doy cuenta de cuánto me has amado y lo bienaventurada(o) que en Verdad soy! Ahora sé que, por lo que Tú hiciste por mí en la cruz, Señor Jesús, no sólo fui perdonada(o) de todos mis pecados, sino que, y sobre todo, Dios, el Todopoderoso, me ha adoptado como Hija(o) Suya(o), según el puro  afecto de Su Voluntad. Yo estoy en Cristo y las cosas viejas ya pasaron he aquí que TODA mi vida es hecha Nueva. Gracias amado Padre celestial, muchas gracias. Hoy puedo levantarme y hacer frente a cualquier circunstancia adversa en mi vida, porque sé que sé, que Tú, mi Dios estás conmigo. Y qué pues diremos a esto, si Dios es conmigo, ¿quién contra mí? El que no escatimo ni a Su propio Hijo sino que lo entregó por amor a mí, ¿cómo no me dará, juntamente con Él, todas las cosas? ¡Gracias Abba, Padre! Hoy oro a Ti para declarar en plena certeza de fe, que en todas las cosas soy más que vencedor(a) por medio de Aquel que me ha amado, Cristo Jesús. Así que, TODO lo puedo en Cristo que me fortalece. Yo soy Tu Hija(o) y ya he vencido, porque mayor eres Tú, que estás en mí, que el que está en el mundo. ¡Soy sana(o)! ¡Soy libre! ¡Soy próspera(o)! En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010




Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Febrero 1                               Luc 23.1-25  /  Gen 41  /  Sal 32


viernes, 10 de febrero de 2012

¡Cómo orar de tal forma que obtengas la victoria!

Martes 31 de Enero de 2012.
¡Levántate y ora!
Por Riqui Ricón*
Cuando se levantó de la oración, y vino a sus discípulos, los halló durmiendo a causa de la tristeza; y les dijo: ¿Por qué dormís? Levantaos, y orad para que no entréis en tentación (Luc 22.45-46).
Ya sea con tristeza, desilusión, temor, angustia, resentimiento, soledad, depresión enfermedad, pobreza o cualquier tipo de aflicción, Satanás pretende, con todos sus recursos, mantenerte dormida(o), en una especie de sopor o letargo espiritual, con el propósito de evitar, a toda costa, que despiertes y te des cuenta quién ahora tú eres en Cristo Jesús.
¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra. Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis. ¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis? El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios (Jn 8.43-47).
De acuerdo a la Biblia, que es la Palabra de Honor de Dios, quien no miente, la buena noticia es que Satanás es mentiroso, padre de mentira y no hay verdad en él, por lo tanto, ninguno de los recursos que esté utilizando en tu contra son verdad. La mejor noticia es que Jesús sólo habla la verdad y, en consecuencia, puedes poner toda tu confianza en Su Palabra. La excelente noticia es que tú, mi amada(o), eres de Dios, comprada(o) por Amor al precio de la Sangre de Su Hijo Jesucristo, para ser hecha(o) un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo y, sin lugar a dudas, escuchas la voz de tu Padre y Su Palabra tiene un lugar en tu nuevo corazón.
Así que, ¡no te dejes engañar! Siempre que te sientas triste, angustiada(o), temerosa(o), deprimida(o), sola(o) o simplemente preocupada(o), debes hacerte un par de preguntas, ¿de dónde vienen estos sentimientos y emociones que rigen mi estado de ánimo y llegan afectar mi relación con Dios y los demás? ¿Qué voz estoy escuchando?
Así es, debes hacerte esas preguntas recordando que la voz de tu Padre SIEMPRE te dirá lo importante, capaz y valiosa(o) que ahora tú eres. La voz del Padre te da identidad, NUNCA te la quita. Siempre le escucharás decirte, Hija(o) mía(o), Yo he decretado en mi Palabra que tú TODO lo puedes en Cristo Jesús que te fortalece; que tú eres mía(o) y ya has vencido porque mayor Soy Yo, que estoy en ti y contigo, que el que está en el mundo; que en TODAS las cosas eres más que vencedor(a) por medio de Aquel que te ha amado, mi Hijo, Cristo Jesús.
El pasaje anterior, donde Jesús encuentra a sus discípulos durmiendo mientras Él oraba, nos destaca la importancia de orar. Y esto es verdad, es de vital trascendencia orar sin desmayar, PERO, ¿cómo orar cuando estás cargada(o) de tristeza, miedo y ansiedad? A lo mucho podrás clamar desesperadamente ¡ayúdame Señor! Lo hermoso es que Él SIEMPRE te va a responder porque Él es fiel y no faltará JAMÁS a Su Palabra.
En ti, oh Jehová, he confiado; no sea yo confundido jamás; Líbrame en tu justicia. Inclina a mí tu oído, líbrame pronto; Sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para salvarme. Porque tú eres mi roca y mi castillo; Por tu nombre me guiarás y me encaminarás (Sal 31.1-3).
La verdadera enseñanza acerca de la oración es que, si confías en Dios, si le crees a Su Palabra, no serás confundida(o) jamás; Él será tu roca y tu castillo; por Su Nombre te guiará y  te encaminará.
Por lo tanto, antes de orar tienes que creer, creerle a Él, creerle a Su Palabra, la Biblia, para llegar delante de Su Presencia diciendo: Padre, a Ti nada te es oculto pues Tu Palabra, la Biblia, dice que aún no están las palabras en mi boca y Tú ya las conoces todas; así que, vengo en el nombre de Tu Hijo Jesucristo a declarar mi victoria sobre todo problema y circunstancia. Tú has establecido que a los que te amamos TODAS LAS COSAS les ayudan a bien y yo lo creo. Por eso declaro que esto que hoy estoy viviendo, tarde que temprano, se volverá en un bien para mi vida, en el nombre de Jesús. Gracias Señor, porque no hay forma en que yo vaya a perder, pues esta es la victoria que ha vencido al mundo, mi fe. Mi fe en Ti, Padre eterno. Mi fe en Tu Palabra. Gracias Padre porque no me has dejado nunca, ni me dejarás, porque me has amado con tan grande amor y me has hecho tu Hija(o). Por lo que Tú hiciste en la cruz, Señor Jesús, y por Tu Palabra, ¡Soy sana(o)! ¡Soy libre! ¡Soy próspera! ¡Soy más que vencedor(a)! ¡Todo lo puedo en Cristo! Y, por la Sangre de Jesús, soy dichosa(o) para vivir una vida plena y abundante. Muchas gracias, Señor Jesús. Gracias por esta Nueva Vida en Plenitud que ahora tengo. Gracias por mi sanidad. Gracias por mi salud. Gracias por mi prosperidad. Gracias por el Amor, la paz y el gozo que ahora disfruto. En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Enero 31                                Luc 22.39-71  /  Gen 40  /  Sal 31

viernes, 3 de febrero de 2012

¿Quién te asegura que este será el mejor año de tu vida?

Lunes 30 de Enero de 2012.
¡Soy Hija(o) de Dios! ¡Soy Hija(o) del Nuevo Pacto!
Por Riqui Ricón*
Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama (Luc 22.19-20).
Existen muchos creyentes hoy en día que no tienen un conocimiento correcto acerca de lo que significa el Nuevo Pacto, al cual Jesucristo hizo referencia cuando instituyó la Santa Cena. La mayoría piensa que se trata de la vida que ahora podemos llevar en base al Nuevo Testamento de sus Biblias, y algunos llegan al colmo de la ignorancia al afirmar que sus vidas ya no están más regidas por la ley del Antiguo Testamento sino por la Gracia del Nuevo Testamento.
el ladrón no viene sino para hurta y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10)
El problema, por ignorar el verdadero significado del Nuevo Pacto, surge cuando, en contraste con lo que Jesucristo dice en el Nuevo Testamento, la realidad es que la vida del común de los cristianos está carente de esa abundancia o plenitud de vida que debieran experimentar. ¿Qué sucede? Que desconocen lo que el Nuevo Pacto es y, por lo tanto, ceden, sin saberlo, el derecho que les asiste para vivir una vida plena y abundante.
Veamos, en el Antiguo Testamento, la promesa del Nuevo Pacto y sus implicaciones.
He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto  con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado (Jer 31.31-34).
Al prometer un Nuevo Pacto, Dios se comprometió a que haría algo tan rotundo y contundente que quitaría, definitivamente, el pecado de en medio de tu relación con Él. Dios prometió que pondría Su Ley, la Palabra, en tu mente y corazón. Esto significaría, según Dios, un cambio tan profundo e interno que ya nadie más necesitaría ser enseñado acerca de Él pues, así, se establecería una relación tan íntima con Él como la de un Padre con su hijo.
Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (Ro 6.23).
Jesucristo pagó el justo castigo por tus pecados, devolviéndote, con su muerte, la vida que habías perdido.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Así que por Su Gran Amor con que te amó, el Padre te ofrece vida y plenitud por medio de Su Hijo, Jesucristo, en lugar de muerte y condenación. Pero, ¿cómo se logró esto? Por el Nuevo Pacto que actuó en tu vida cuando recibiste a Jesús como Señor y Salvador, y, conforme a lo establecido por Dios en Su Palabra, la Biblia, en ese momento varios milagros sucedieron dentro de ti:
Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra (Eze 36.26-27).
Dios resolvió el asunto del pecado en tu vida de una forma drástica y contundente: el hombre (la mujer) de pecado tendría que morir, tendría que ser destruida(o), y en su lugar Dios creo otra(o) totalmente nueva(o). Al aceptar a Jesucristo como Señor y Salvador, aceptaste el Nuevo Pacto en Su Sangre, Su muerte y resurrección. Entonces, Dios, en cumplimiento a Su Palabra, te hizo un espíritu nuevo, te dio un nuevo corazón y puso dentro de ti, y contigo, Su Espíritu Santo.
siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 P 1.23).
Esto, mi amada(o), representa la Sangre del Nuevo Pacto, la esencia de un Pacto donde Dios, a través de la fe en Su Palabra y en el sacrificio de Jesús, te ha hecho nueva criatura: un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo, no de una semilla corruptible, sino de la simiente incorruptible que es Su Palabra que vive y permanece para siempre.
Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas (He 8.6).
Ahora, tienes Vida Eterna y eres un(a) Hija(o) de Dios porque Él cumplió Su promesa de hacer un Nuevo Pacto, establecido con mejores promesas mediante la Sangre de Su Hijo Jesús.
Tienes Vida Eterna y eres un(a) Hija(o) de Dios porque, en cumplimiento al Nuevo Pacto en la Sangre de Jesús, todos tus pecados fueron pagados y Dios te hizo nueva creatura, creando NUEVO el espíritu que, ahora, tú eres; dotándote de un corazón NUEVO donde Él ya pudo escribir Su Ley; y, además, como garantía, puso al Espíritu Santo dentro de ti por amigo y ayudador tuyo.
Esto te coloca en la verdadera dimensión de la plenitud y la vida abundante que tu Padre proveyó para ti, pues no  se trata de lo que estés percibiendo, sintiendo o enfrentando en este momento, sino de lo que dice, acerca de ti, la Verdad infalible e inalterable de la Palabra de Dios.
¡Eres Hija(o) de Dios! ¡Eres Hija(o) del Nuevo Pacto!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, que asombroso es Tu Amor por mí. Te doy las gracias por haber dado a Tu Hijo Jesús como el precio justo y correcto por la redención de mi vida y de mi existencia. Señor Jesús, por el Nuevo Pacto en Tu Sangre, ahora yo tengo Vida Eterna y todo el derecho de hacer de ella una Vida Plena y Abundante. Por el Nuevo Pacto en Tu Sangre he sido justificada(o), perdonada(o), santificada(o) y perfeccionada(o) para ser hecha(o) un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo. ¡Gracias! ¡Muchas gracias, Señor Jesús! Sin importar las circunstancias que hoy estoy enfrentando, ahora sé que de todas ellas saldré más que vencedor(a), pues soy un(a) Hija(o) del Rey y todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Así que, soy sana(o), soy libre y soy prospera(o) para vivir una Vida Plena y Abundante. ¡Recibo Tu Amor! ¡Recibo Tu Gozo! ¡Recibo Tu Paz! ¡Por la Sangre de Jesús que no hay forma que yo pueda perder en esta vida! ¡Amén!
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Enero 30                                Luc 22.1-38  /  Gen 39  /  Sal 30

jueves, 2 de febrero de 2012

¡Cómo puedes resolver tus problemas por ser Creyente!

Domingo 29 de Enero de 2012.
¡No temas, tú eres la(el) amada(o) de Dios!
Por Riqui Ricón*
Mas seréis entregados aun por vuestros padres, y hermanos, y parientes, y amigos; y matarán a algunos de vosotros; y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá. Con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas… Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca (Luc 21.16-19, 28).
Al ignorar las Escrituras y el poder de Dios, muchas Hijas e Hijos de Dios viven con temor a los últimos tiempos y a la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo, cuando debiera ser todo lo contrario, estar gozosos y expectantes, pues la Biblia, que es la Palabra de Dios y no miente, dice claramente que ni aún uno de tus cabellos perecerá y con tu paciencia, constancia, persistencia, ganarás tu alma.
Jehová de los ejércitos, DICHOSO el hombre que en ti confía (Sal 84.12).
La mejor forma (realmente es la única forma), de ganar tu alma, esto es, tener paz, gozo y plenitud en la vida, es por medio de creerle a Dios, de creerle a Su Palabra, pues si Él dice que ninguno de tus cabellos perecerá, entonces, efectivamente, ninguno de tus cabellos perecerá. ¡Él es Dios! ¡No miente ni se arrepiente!
Así que, tienes asegurada la victoria por la Palabra de Honor de tu Dios y Padre, y, sin importar las circunstancias o situaciones que estés viviendo, puedes erguirte, levantando tu cabeza, pues ya has sido redimida(o), comprada(o) a precio de sangre, por el Amor que Dios siente por ti.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Tan grande y excelente es Su Amor que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti. Y, desde luego, que Dios no pagó tan grande precio por ti para después tenerte en angustia, ni en temor, ni en condenación o enfermedad sino, como dice claramente la Escritura, Él lo hizo para darte VIDA ETERNA.
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).
Comprende, de una vez por todas, que el deseo, la voluntad de Dios para contigo es buena, agradable y perfecta. Que por Cristo Jesús tienes derecho a llevar una vida plena y abundante aquí, sobre el planeta Tierra.
Y me dicen, pero, pero, Riqui Ricón, es que tú no sabes quién soy y yo y todas las cosas malas que hecho, Dios no me puede amar tanto.
En primer lugar, la Biblia dice que Él ya te perdonó y olvidó TODOS tus pecados, en segundo lugar, Dios dice que te ama igual que a Jesucristo.
Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado (Jer 31.34)
yo en ellos y tú en mí.  Permite que alcancen la perfección en la unidad,  y así el mundo reconozca que tú me enviaste y que los has amado a ellos tal como me has amado a mí (Jn 17.23 NVI).
¡No temas, tú eres la(el) amada(o) de Dios! Sólo tienes que creer lo que Él dice en Su Palabra acerca de ti.
estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo (Fil 1.6).
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, te doy muchas gracias porque sé que puedo confiar en Ti, sé que puedo confiar en Tu Palabra y eso, mi Señor, me hace dichosa(o). Hoy puedo declarar con toda certeza que yo, __________ (tú nombre aquí) habito al abrigo del Altísimo y moro bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en Ti confío. Tú me librarás del lazo del cazador, De la peste destructora. Con Tus plumas me cubrirás, Y debajo de Tus alas estaré segura(o); Escudo y adarga es Tu Verdad, Tu Palabra es la Verdad. No temeré el terror nocturno, Ni saeta que vuele de día, Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad que en medio del día destruya. Caerán a mi lado mil, Y diez mil a mi diestra; Mas a mi no llegará. Ciertamente con mis ojos miraré Y veré la recompensa de los impíos. Porque te he puesto a Ti, Jehová, que eres mi esperanza, a Ti, Altísimo, por mi habitación, No me sobrevendrá mal, Ni plaga tocará mi morada. Pues a Tus ángeles mandarás acerca de mí,  Que me guarden en todos mis caminos. En las manos me llevarán, Para que mi pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid pisaré; Hollaré al cachorro del león y al dragón. Por cuanto en Ti yo he puesto mi amor, Tú también me librarás; me pondrás en alto, por cuanto he conocido Tu nombre. Te invocaré, y Tú me responderás; Conmigo estarás Tú en la angustia; Me librarás y me glorificarás. Me saciarás de larga vida, Y me mostrarás Tu salvación. Gracias, Señor Jesús, pues Tú lo has hecho posible. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Enero 29                                Luc 21  /  Gen 38  /  Sal 29

miércoles, 1 de febrero de 2012

¡Cómo hacer los sueños realidad!


Sábado 28 de Enero de 2012.

¡Lo mejor de mi vida lo puedo soñar!

Por Riqui Ricón*

Cuando ellos lo vieron de lejos, antes que llegara cerca de ellos, conspiraron contra él para matarle. Y dijeron el uno al otro: He aquí viene el soñador.  Ahora pues, venid, y matémosle y echémosle en una cisterna, y diremos: Alguna mala bestia lo devoró; y veremos qué será de sus sueños (Gen 37.18-20).

La obra de tu enemigo, el diablo, siempre ha sido la de matar tus sueños para así poder robarte tu identidad como un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo. Sin embargo, tu Padre celestial, primero te creó dándote la vida y luego te predestinó para ser heredera(o) de eterna salvación  al darte la identidad de Hija(o) Suya(o) por medio de Jesucristo.

en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad (Efe 1.5).

Así, una vez que Cristo hizo todo lo que Dios le mandó, se convirtió en el salvador que da vida eterna a todos los que lo obedecen (He 5.9 BLS).

Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo (Ga 4.7).

En una ocasión el profeta Eliseo ante a la mujer sunamita, la cual no tenía hijos y los había tratado tan bien, tanto que hasta un cuarto les había construido, le dijo, El año que viene, por este tiempo, abrazarás un hijo. Y ella dijo: No, señor mío, varón de Dios, no hagas burla de tu sierva. Mas la mujer concibió, y dio a luz un hijo el año siguiente, en el tiempo que Eliseo le había dicho (2 R 4.16-17).

Esta mujer ya había perdido toda esperanza de ver realizado su sueño de ser madre, tanto que recriminaba al profeta de hacer burla de su lamentable situación. La realidad era que ella no podía tener hijos a causa de su esterilidad, pero la verdad fue que el profeta habló en el nombre de Dios y ella pudo ver hecho realidad su sueño, ¡a pesar que no tenía fe para creerlo!

¿Cómo pudo suceder esto? ¿Cómo puede alguien recuperar el hilo de una vida ya gastada? ¿Cómo puede un sueño ya perdido hacerse realidad? Todo comenzó con el deseo de esta mujer de retener bajo su techo al profeta de Dios y, por lo tanto, a Su Palabra.

Y ella dijo a su marido: He aquí ahora, yo entiendo que éste que siempre pasa por nuestra casa, es varón santo de Dios. Yo te ruego que hagamos un pequeño aposento de paredes, y pongamos allí cama, mesa, silla y candelero, para que cuando él viniere a nosotros, se quede en él (2 R 4.9-10).

Ella recuperó sus sueños y su vida al anhelar y atesorar al profeta y a su mensaje, esto es, la Palabra de Dios.

A muchos de los cristianos, Hijas e Hijos de Dios Nacidos de Nuevo, les parece, a causa de la vida que llevaron, que ya han perdido la oportunidad de realizar sus sueños y se resignan a llevar una vida “normal” carente de sentido o significado.

El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).

Nada está más lejos de la Verdad que la resignación. Eres un(a) Hija(o) de Dios y tienes todo el derecho a retomar el hilo de tu vida, volver a soñar y creer, pues al que cree TODO le es posible.

Gracias a Cristo Jesús, tú, mi amada(o) hermana(o), puedes aspirar, a partir de este instante, a vivir una vida abundante en la plenitud de Dios. No le permitas al diablo robarte tus sueños y determínate a vivir en la certeza de tu fe, pues si Dios lo dijo, entonces, Él lo va hacer, si Él lo habló, entonces, Él lo va a cumplir. ¡No existe la más mínima posibilidad de que Dios deje de cumplirte Su Palabra!

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios (1 Jn 3.1a).

No importa si en este momento tienes problemas económicos, familiares o estés padeciendo alguna enfermedad o depresión, Dios te dice hoy, por medio de esta reflexión y de Su Palabra, que tú eres importante para Él; que Él no te ha dejado, ni te dejará; que te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo, Jesucristo, antes que perderte a ti; que es tiempo de regresar a casa y recuperar tus sueños.

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, en esta hora quiero darte las gracias por tanto y tan grande Amor con que me has amado. Gracias, Señor Jesús, por haber pagado por mí el precio de todos mis pecados y haberme dado la Vida Eterna. Hoy puedo levantarme con la cabeza erguida y el corazón agradecido, pues, por lo que hiciste por mí en la cruz, ahora soy un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo. ¡Soy nueva creación! Las cosas viejas pasaron, he aquí que todas son hechas nuevas en mi vida. En el nombre de Jesús, yo le llamo a la sanidad y a la salud de mi cuerpo; llamo a la estabilidad emocional en mi vida, pues ahora sé quién yo soy: le llamo a mi libertad financiera. Creo y declaro que soy la persona que Tú, mi Dios y Padre, dices en Tu Palabra que yo soy. Soy libre y dichosa(o), pues el Todopoderoso está conmigo. Voy a volver a soñar para realizar todo aquello a lo que he sido llamada(o) a ser. En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010




Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Enero 28                                Luc 20.27-47  /  Gen 37  /  Sal 28