Translate

miércoles, 9 de noviembre de 2011

¿Sabe alguien algo que me pueda librar de la ansiedad y la depresión?

Miércoles 9 de Noviembre de 2011.
¡Vida Eterna! ¡Vida Abundante!
Por Riqui Ricón*
Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, conforme a la fe de los escogidos de Dios y el conocimiento de la verdad que es según la piedad,  en la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió desde antes del principio de los siglos,  y a su debido tiempo manifestó su palabra por medio de la predicación que me fue encomendada por mandato de Dios nuestro Salvador (Ti 1.1-3).
Hoy vamos a meditar en el maravilloso plan de redención y salvación que Dios ha implementado para la humanidad. Primeramente es un plan de redención puesto que se pagó un precio, tú y yo fuimos comprados a precio de sangre. La forma en como habíamos vivido nuestra vida nos llevó a pecar y el pecado nos hizo esclavos de la muerte y sus cadenas: miedo, angustia, temor, dolor, pobreza, enfermedad, resentimiento, amargura, soledad y, depresión, por nombrar algunas. La vida misma de Jesucristo fue el costo que Dios pagó para hacernos libres de semejante estado de esclavitud.
Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia.  ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte.  Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.  Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (Ro 6.20-23).
¡El regalo de Dios, para ti, es Vida Eterna en Cristo Jesús! No cualquier tipo de vida sino Vida Eterna, lo que significa vivir por siempre o, dicho de otra manera, NO MORIR. La mayoría de los creyentes piensan que alcanzarán la Vida Eterna una vez que hayan muerto (lo cual es sumamente contradictorio), y nada está más lejano de la verdad que pensar de esa forma. La Escritura enseña que AHORA tú ya has sido liberada(o) del pecado, y de la paga del pecado que es la muerte.
Así que, ya no tienes por qué enfermarte, ni sufrir o morir para adquirir algo que ya se pagó. El precio que Jesús pagó en esa cruz fue tan completo y acabado que sus últimas palabras fueron: consumado es. Lo que significa que no hay que agregarle algo más de tu parte.
El estilo de vida que Dios desea para ti fue establecido en el momento que Jesús dijo, el ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).
¡Vida eterna y vida abundante! Para eso se pagó, para que fuéramos libres del pecado de una vez por todas y recibiéramos, por medio de la fe en Jesucristo, nuestra salvación. Haciendo la aclaración, una vez más, de que salvación no significa tener un lugar para irse al cielo, lo cual desde luego está incluido, sino que ser salvo significa tener una vida plena, abundante, donde las enfermedades, tristezas, angustias, rencores, pobreza, depresión, etc., ya han sido pagados por Jesús y, por lo tanto, están derrotados.
No fuimos comprados al precio de la Sangre del Hijo de Dios, Jesucristo, como si hubiese sido un pago parcial y nosotros debamos pagar lo que resta con nuestro sufrimiento al atravesar este valle de lágrimas, como algunos dicen.
¡Nada de eso! Amada(o), conforme a la Biblia, que es la Palabra de Dios y no miente, fuiste comprada(o) mediante un plan de Amor diseñado desde antes del principio de los tiempos para ser adoptada(o) Hija(o) Suya(o), por medio de Jesucristo, según el puro afecto de Su voluntad.
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos) (Efe 2.4-5).
La Verdad más hermosa y contundente es que Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo para pagar todas tus culpas y pecados y, así, poder hacerte Hija(o) Suya(o) con toda justicia, dándote el regalo de la Vida Eterna.
Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él (1 Jn 3.1).
Ahora tienes TODOS los derechos de un(a) Hija(o) de Dios NACIDO DE NUEVO: ¡Vida Eterna y Vida Abundante!
Oremos:
Poderoso Dios, que hermoso es poder decirte, con toda conciencia, Padre mío. Te doy muchas gracias porque siendo yo como antes era Tú me has amado desde antes del principio de los siglos. Gracias porque soy Tu heredera(o), heredera(o) de Dios y coheredera(o) juntamente con Cristo Jesús. Gracias porque por Tu Palabra, la Biblia, conozco cada vez más mis derechos de Hija(o). Tengo derecho a realizar una vida plena y abundante; a ser prospera(o) en todas las cosas; a tener salud así como paz y gozo en mi corazón. Puedo dejar de preocuparme. ¡Tengo Vida Eterna! Dentro de cinco mil años aquí voy a seguir, Señor Jesús. Amándote y adorándote. Así que resisto y desecho de mi vida al espíritu de temor y duda. ¡Soy sano! ¡Soy libre! ¡Soy salvo! En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Noviembre 9                                      Tit 1  /  Jer 13-14  /  Sal 125

martes, 8 de noviembre de 2011

¿Cómo podre vencer siendo como soy?

Martes 8 de Noviembre de 2011.
¡Aunque lo intente mil veces, no pueden, ni podrán, derrotarme!
Por Riqui Ricón*
A no haber estado Jehová por nosotros, Diga ahora Israel; A no haber estado Jehová por nosotros, Cuando se levantaron contra nosotros los hombres, Vivos nos habrían tragado entonces, Cuando se encendió su furor contra nosotros. Entonces nos habrían inundado las aguas; Sobre nuestra alma hubiera pasado el torrente; Hubieran entonces pasado sobre nuestra alma las aguas impetuosas. Bendito sea Jehová, Que no nos dio por presa a los dientes de ellos. Nuestra alma escapó cual ave del lazo de los cazadores; Se rompió el lazo, y escapamos nosotros. Nuestro socorro está en el nombre de Jehová, Que hizo el cielo y la tierra (Sal 124).
Que hermoso es saber que Dios es mi amparo y mi fortaleza, mi pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeré, aunque la tierra sea removida y se traspasen los montes al corazón del mar. ¡Aún en medio de las aflicciones Dios me guarda en completa paz!
Asé es, amada(o), por más difícil y amenazante que se presente las circunstancias del día de hoy, tienes la Palabra de Honor de Dios que Él te guarda y el maligno no te tocará. Pasarás por las aguas y Él estará contigo; los ríos no te anegarán; cuando pases por el fuego, no te quemará, ni la llama arderá en ti.
¿Por qué haría el Señor eso? Por Amor a ti. Ahora, en Cristo Jesús, tú eres su Hija(o) amada(o) y Él es tu Padre.
¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? (Mat 7.9-11).
Él es tu Padre, tu Papá y Él es bueno.
El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? (Ro 8.32).
El asunto con el espíritu de temor es que te empuja a poner tu atención, pensamientos y emociones en las circunstancias, en lo grande, difícil y atemorizante del problema (valga la redundancia). Así logra anular tu fe haciéndote dudar en que la Palabra de Dios no funcionará en esta ocasión. El miedo siempre tratará de poner en tu mente y corazón la duda e incredulidad.
Lo bueno es que ni tú ni yo somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma (He 10.39); estando persuadidos de esto, que el que comenzó en nosotros la buena obra, el Espíritu Santo, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo (Fil 1.6).
Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! (Ro 8.15).
Lo más asombroso de ser Hijos de Dios Nacidos de Nuevo es que también tenemos la victoria sobre la culpa y la condenación que tanto nos han avergonzado. Ya que, la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte (Ro 8.2), ahora podemos acercarnos confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro (He 4.16). Pues, Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad (1 Jn 1.9).
Es precisamente porque AHORA ERES un(a) Hija(o) de Dios NACIDA(O) DE NUEVO que has sido creada(o) según Dios en justicia y santidad de la verdad (Efe 4.24). Tu vieja naturaleza, carnal y pecadora, murió juntamente con Jesucristo en esa cruz. No tienes que luchar contra ella para vencerla. ¡Ya está vencida! ¡Está muerta! A menos, claro, que creas a esa vocecita que te quiere convencer (en contra de la Palabra de Dios), de que sigues siendo la misma persona que antes eras.
¡No! ¡Nada de eso! Amada(o), la única Verdad es que tú eres lo que Dios dice en Su Palabra que eres: un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo no de simiente corruptible sino de incorruptible, por la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 P 1.23).
Es por esto que ninguno de tus enemigos te podrá tragar viva(o). Lo intentarán pero jamás lo conseguirán.
Oremos:
Amado Padre celestial, dichosa(o) es el hombre o la mujer que pueden confiar en Ti. Y yo, amado Dios, confío plena y totalmente en Tu Palabra. Por lo tanto, no admitiré en mi vida pensamientos, ni palabras, de fracaso, ni de derrota. Señor Jesús, te confieso y me arrepiento de todos mis pecados y recibo Tu perdón y Tu limpieza. En Tu Palabra, la Biblia, he conocido y creído el Amor que me tienes. ¡Gracias, Señor! Por Ti, todo lo puedo y en TODAS las cosas soy más que vencedor(a). Tú eres mi guardador y nada, ni nadie, me pueden separar de Tu Amor. Así que, recibo el perdón de mis pecados de la misma forma que recibo mi sanidad y prosperidad. Tú Palabra es la Verdad y soy libre para vivir esa vida plena y abundante que compraste para mí al morir en la cruz pagando TODOS mis pecados y resucitar de la muerte para darme Vida Eterna. No le daré lugar al temor, ni a la duda, pues estoy destinado a ser dichosa(o), mil veces feliz. En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Noviembre 8                          2 Tim 4  /  Jer 11-12/  Sal 124

¡Las razones por las cuales no serás derrotada(o) jamás!

Lunes 7 de Noviembre de 2011.
¡Dios ha hablado a tu favor! ¿Quién te puede derrotar?
Por Riqui Ricón*
Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra (2 Ti 3.16-17).
Hoy le pido a nuestro Padre y al Espíritu Santo, que está en ti, que te ayuden a nunca desestimar la importancia del papel que desempeña la Biblia en tu vida y que hagas del estudio y meditación de la Palabra de Dios el asunto más relevante de cada día.
Yo sé que tú trabajas o estudias; que tus días comienzan muy temprano; que tienes que atender a tu familia, realizar tus proyectos, proveer para los de tu casa y que apenas y tienes tiempo para terminar todas las cosas que has de hacer cada día. Sin embargo, para todo eso necesitas sabiduría y dirección, o fortaleza y sanidad, o restitución y prosperidad, o paz y gozo.
Por tanto, mi pueblo fue llevado cautivo, porque no tuvo conocimiento; y su gloria pereció de hambre, y su multitud se secó de sed (Isa 5.13).
En la Palabra de Dios está la respuesta a cada una de las necesidades y retos que vas a enfrentar el día de hoy. En ella están la sabiduría y consejo para que tomes las decisiones correctas. De la biblia fluyen el gozo y la paz que son tu derecho como un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo.
Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino… La exposición de tus palabras alumbra; Hace entender a los simples… Mucha paz tienen los que aman tu ley, Y no hay para ellos tropiezo… Por heredad he tomado tus testimonios para siempre, Porque son el gozo de mi corazón  (Sal 119.105, 130, 165, 111).
Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres (Jn 8.31-32).
Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo (2 P 1.19-21).
Aunque quisiera, Dios no puede mentir pues toda palabra que sale de Su boca tiene el poder para hacerse cumplir en sí misma: ¡es la Palabra de Dios! Así que, si la Biblia dice que Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti, entonces, puedes estar total y absolutamente convencida(o) que Dios te ama de esa forma.
Es por esto que la fe viene por el oír la Palabra de Dios, ya que puedes tener la certeza que:
1. Por Amor has sido hecha(o) Hija(o) de Dios, Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él (1 Jn 3.1).
2. Has vencido y vencerás porque Dios está contigo, Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo (1 Jn 4.4).
3. No hay nada que no puedas hacer bien, Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Fil 4.13).
4. Él es el que te guarda y protege en toda adversidad, Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te fatigará de día, Ni la luna de noche. Jehová te guardará de todo mal; El guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada Desde ahora y para siempre (Sal 121.5-8). Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca (1 Jn 5.18).  Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento (Sal 23.4).
Entonces, ¿qué sucede si no conoces la Verdad? Eres llevado cautivo por el espíritu de temor hacia una vida llena de dudas y miedos. Pero, esto no será así para los Hijos de Dios Nacidos de Nuevo, los que hemos cambiado nuestras vidas por la Sangre del Cordero.
Oremos:
Amado Padre celestial, hoy quiero agradecerte por la Verdad de Tu Palabra que es Cristo Jesús mi Señor y Salvador. Me determino hacer de este día el mejor de mis días pues tengo Tu Palabra para lograrlo. De todos mis pecados me arrepiento y te pido perdón, sobre todo por dar lugar a la duda y al temor. De acuerdo a tu Palabra, la Biblia, me declaro Sana(o) Prospera(o) y Libre para vivir la vida plena y abundante que Tú, Señor Jesús, ganaste para mí. Voy a leer y meditar Tu Palabra todos los días de mi vida y la guardaré en mi corazón para hacer todo lo que en ella está escrito pues entonces haré prosperar  mi camino y todo me saldrá bien. En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Noviembre 7                          2 Tim 3  /  Jer 9-10/  Sal 123

lunes, 7 de noviembre de 2011

¡Ahora sé cómo puedo desarrollar una vida plena y abundante!


Domingo 6 de Noviembre de 2011.

¡Eres Tú la fuente de agua de Vida Eterna que corre en mí!

Por Riqui Ricón*

Mas esto les mandé, diciendo: Escuchad mi voz, y seré a vosotros por Dios, y vosotros me seréis por pueblo; y andad en todo camino que os mande, para que os vaya bien (Jer 7.23).

Entre más pronto comprendas que todo lo que la Biblia, la palabra de Dios, dice lo dice para tu beneficio, más pronto podrás creer y recibir la vida plena y abundante que Jesús compró para ti al morir en la cruz.

Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas (Jos 1.8).

¡Es tan sencillo! La clave de tu existencia está en hacer de la Biblia la norma y principio básico de tu vida. ¡Pon la Palabra de Dios en tu mente, boca y corazón! Lee y medita en la Biblia todos los días de tu vida, de día y de noche. La palabra de Dios está viva y es eficaz para producir en tu vida la fe que necesitas para creer y hacer que sucedan todas y cada una de las cosas que Dios ha hecho acerca de ti.

Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis (Jer 29.11).

La voluntad y deseo de Dios hacia contigo siempre ha sido buena, agradable y perfecta pues de todo, la Verdad más hermosa es que Dios te ama. Sí, mi amiga(o), Dios te ama y te ama tanto que prefirió entregar a su propio Hijo a que pagara el precio de tus pecados antes que perderte a ti.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

Es por Su gran Amor con que te ha amado que Dios a pronunciado palabras de bien y bendición sobre tu vida. Es porque te ama tanto que pensó y desarrolló un plan donde todos tus pecados fueran pagados mediante la vida de Su Hijo, Jesús, para justificarte, santificarte, perfeccionarte, perdonarte y así darte la Vida Eterna que sólo pueden gozar los Hijos de Dios Nacidos de Nuevo.

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Co 5.17).

Ahora en, Cristo Jesús, lo mejor de tu vida ya comenzó. Delante de tus pies comienza un camino totalmente nuevo que ya ha sido bendecido por tu Dios y Padre. Y aunque ciertamente en el mundo tendrás aflicciones, puedes vivir en paz pues de todas ellas sabes que saldrás más que vencedor(a) por medio de Aquel que te amó, Cristo Jesús. Dios la ha establecido así en Su Palabra y si Dios lo dijo, entonces, Él lo va a cumplir, si Dios lo habló, entonces, Él lo va a ejecutar. ¡Dios no miente!

Por todo esto, ha llegado el tiempo, y ahora es, en que comiences hacer de la lectura y meditación de la Biblia la prioridad máxima de tu existencia.

Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios;  por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él (1 Jn 3.1).

La Biblia, la palabra de Dios, es la fuente de agua de vida eterna que corre en ti. Es la semilla sembrada en la buena tierra de tu corazón que ha de dar fruto a ciento por uno.

Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma (3 Jn 2).

Así que, puedes comenzar a creer y recibir este Amor que Dios te tiene, alineando tus pensamientos, sentimientos, emociones y declaraciones a la Palabra de Dios. Sométete a Dios, sométete a Su Palabra, resiste al diablo y éste huirá de ti, pues Satanás sólo viene a hurtar, matar y destruir, pero, ahora, Jesús está contigo para darte esa vida buena y abundante que ya pagó para ti derramando hasta la última gota de Su Sangre por Amor a ti.

Recuerda siempre que TODO lo que está escrito en la Biblia acerca de ti se va a cumplir; al fin y al cabo es Palabra de Dios.

Oremos:

Amado Padre celestial, hoy quiero agradecerte por Tu Palabra, la Biblia. Señor sé que Tú no mientes, que la Biblia es Tu Palabra de Honor y que, por lo tanto, mi corazón está firme; confiado en Ti, Señor Jesús. Por Tu Palabra asegurado está mi corazón y no voy a temer. Por Tu Palabra sé que he puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al Altísimo por mi habitación, No me sobrevendrá mal, Ni plaga tocará mi morada. Pues a Tus ángeles mandará acerca de mí, Que me guarden en todos mis caminos. En las manos me llevarán, Para que mi pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid pisaré; Hollaré al cachorro del león y al dragón. Por cuanto en mi has puesto Tu Amor, Tú también me librarás; Me pondrás en alto, por cuanto he conocido Tu nombre. Yo te invocaré, y Tú me responderás; Conmigo estarás Tú en la angustia; Me librarás y le glorificarás. Me saciarás de larga vida, Y me mostrarás Tu salvación. Soy sana(o), soy libre para realizar esa vida plena y abundante que está escrita acerca de mí. Señor Jesús eres Tú la fuente de agua de Vida Eterna que corre en mí. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010




Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.



Noviembre 6                          2 Tim 2  /  Jer 7-8  /  Sal 122

sábado, 5 de noviembre de 2011

¡Aquí está la clave que te dice cómo hacer de tu vida una vida plena y abundante!

Sábado 5 de Noviembre de 2011.
¡Si puedes creer, al que cree todo le es posible!
Por Riqui Ricón*
Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio (2 Ti 1.7).
Amada(o), de acuerdo a la Biblia, la Palabra de Dios que no miente, cuando aceptaste a Jesús como Señor y Salvador de tu vida todos tus pecados fueron pagados; fuiste justificada(o), perdonada(o), santificada(o) y, como si fuera poco, recibiste el regalo de la Vida Eterna al Nacer de Nuevo como un(a) Hija(o) del Rey.
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Co 5.17).
Esta nueva especie de ser que ahora eres tú no ha recibido espíritu de cobardía sino que, Dios, te ha dotado, en tu nueva naturaleza, de un espíritu de poder, de amor y de dominio propio.
Hay creyentes que cuando escuchan esta enseñanza reaccionan pensando, “pues, si soy sincera(o), yo amo a Dios pero ni me siento santa(o), ni justa(o), ni noto ninguna clase de poder o amor en mi vida, aún sigo luchando contra mi vieja naturaleza”.
¡Aquí está la clave del éxito para vivir esa clase de vida en poder, en amor y en dominio propio! Lo realmente relevante  no es lo que sientas, experimentes o manifiestes con tus actos pues esa no es la Verdad. La verdad es la que Dios ha declarado acerca de ti en Su Palabra pues Su Palabra es la Verdad.
Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor (porque por fe andamos, no por vista) (2 Co 5.6-7).
La clave del éxito es saber que lo que Dios dice es la Verdad y se cumple totalmente pues primero el cielo y la tierra dejan de existir antes que la Palabra de Dios, la Biblia, deje de cumplirse. Es por esto que sin fe es imposible agradar a Dios, Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá (Ro 1.17).
Así que, Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí (Gal 2.20).
Tu vieja naturaleza pecaminosa está muerta, quedó clavada en la cruz, y si luchas contra ella no la vencerás pues ya está vencida. ¡Está muerta! ¿Entiendes? El asunto es que el diablo trata de convencerte, a toda costa, que sigues siendo la misma persona que antes eras y si lo consigue, entonces tú le estarás creyendo a Satanás en lugar de a tu Padre celestial. La única forma de vencer a alguien que es mucho más fuerte y poderoso que tú es convenciéndolo a que crea con todo su ser que es mucho más débil e insignificante que tú.
Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta (2 Co 10.3-6).
Tu fe en la Palabra de Dios (creer que lo que Él dice es Verdad), es el arma poderosa con la cual puedes someter (castigar toda desobediencia) al espíritu de temor e incredulidad que pretende engañarte. Es con tu fe que llamas las cosas que no son como si fueran y comienzas a recibir y establecer, hacer que suceda, lo que Dios ya estableció desde la eternidad acerca de ti:
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él (1 Jn 3.1).
Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! (Ro 8.15).
Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo (1 Jn 4.4).
Así que, sea cual sea la situación que el día de hoy estés enfrentando, ¡Tú decides! ¿A quién le vas a creer?
Oremos:
Amado Padre celestial, yo sé en quién he creído y estoy seguro de que Eres poderoso para guardar mi depósito para aquel día. Jamás seré avergonzado de haber confiado en Tu Palabra sino que, por lo contrario, dichoso, mil veces feliz, el hombre y la mujer que en Ti confían. Así que yo le llamo a todo el bien, la gracia y la misericordia que Tú has decretado acerca de mí. Me declaro sana(o) y saludable en cada una de las células, tejidos, órganos y sistemas que forman mi cuerpo; soy libre de deudas, las voy a pagar todas, y le llamo a la prosperidad y abundancia que Tú, oh Dios, deseas para mí en Tu Palabra. Puedo vivir feliz y plena(o) pues nada ni nadie me pueden separar de Tu Grande Amor que es para mí, en Cristo Jesús mi Señor. Muchas, muchísimas gracias, Señor Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Noviembre 5                          2 Tim 1  /  Jer 5-6  /  Sal 121