Domingo
7 de Abril de 2013.
¡Ya puedes comenzar!
Por
Riqui Ricón*
Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha
escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están
sobre la tierra. No por ser vosotros más que todos los pueblos os
ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante
de todos los pueblos; sino por cuanto Jehová os amó, y quiso
guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado Jehová con mano
poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de
Egipto. Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que
guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos,
hasta mil generaciones (Deu 7. 6-9).
Cuando
comienzas a estudiar y meditar en la Palabra de Dios te das cuenta, cada vez
más, lo importante y especial que tú eres para Él. Es Dios quien te ha escogido
a ti y, por Su gran Amor con que te ama, pretende llenar tu vida de propósito y
significado.
Por
Cristo Jesús, ya no eres más el (la) mismo(a) pecador(a) que antes eras. Por Su
muerte en la cruz y Su Sangre derramada hasta la última gota como precio de tu
justificación, ahora eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, siendo renacido(a) no de simiente corruptible sino
de la incorruptible semilla que es la Palabra de Dios, que vive y permanece
para siempre (1 P 1.23).
Mas vosotros
sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por
Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a
su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo,
pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado
misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia (2 P 2.
9-10).
Si alguna vez te has preguntado
qué significa ser un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo o por qué Jesús le
dijo a Nicodemo que le era necesario Nacer de Nuevo para poder ver y entrar al
Reino de Dios, la respuesta a ambas preguntas es simple y sencillamente la
misma: ser un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo significa ser linaje
escogido, real sacerdocio, nación santa y pueblo adquirido, comprado, por Dios
y, por consiguiente, ahora, tu vida en el reino de Dios está llena de propósito
y significado: anunciar las virtudes de Aquel que te sacó de las tinieblas a Su
luz admirable.
Y cuando
hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se
postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de
incienso, que son las oraciones de los santos; y cantaban un nuevo cántico,
diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste
inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y
pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y
sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra (Apo 5. 8-10).
Al aceptar y creer que a través
de la fe en Jesucristo has Nacido de Nuevo por la Palabra de Dios, que no
miente, recibes tu identidad, tu linaje como Hijo(a) del Rey, dejas las cosas
viejas en el pasado y te extiendes a una vida nueva donde debes reinar y
establecer el reino de tu Padre. Insisto, no eres más un ser humano sin ton ni
son, aventado(a) por ahí, olvidado(a) y arrumbado(a) en algún lugar del planeta.
¡No, nada de eso!
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que
seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos!
Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por
qué lo somos (1 Jn 3.1 BAD).
Dios te ama
tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti. Ahora tú
eres un(a) Hijo(a) amado(a) de Dios. Por eso el mundo no te conoce porque no le
conocen a Él, porque no conocen Su gran Amor.
Satanás y su
sistema pretenden derrotarte con el engaño y la mentira. Harán todo lo posible
para que dejes de ver el Amor de Dios y no pongas más tu atención en Su
Palabra, sino en tus acciones y las circunstancias que las provocan, para que
CREAS que nada ha cambiado y que sigues siendo el (la) mismo(a) pecador(a), fracasado(a)
y derrotado(a) que antes eras.
Sólo recuerda
que, No con ejército, ni con
fuerza, sino con mi Espíritu (Zac 4.6),
y que, Lo que es nacido de la carne,
carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es (Jn 3.6).
Tú eres
Nacido(a) de Nuevo como un(a) Hijo(a) de Dios por el Espíritu Santo y no por lo
que hayas hecho o estés haciendo con tu vida. En tu carne, con tus fuerzas,
jamás podrías hacer de ti mismo(a) un(a) Hijo(a) de Dios.
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio
potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son
engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino
de Dios (Jua 1.12-13).
Por eso,
porque Él te ama, Jesús lo hizo por ti. Así que, no se trata de lo que hagas o
dejes de hacer, sino de lo que Jesús hizo por amor a ti al morir en esa cruz.
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas
viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Cor 5.17).
Ahora, eres nueva creación, una
nueva especie de ser que no existía antes y Dios, tu Padre, te ha dejado en
este mundo señalándote propósito y destino.
Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los
cielos se ha acercado. Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad
muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia (Mat 10.
7-8).
No temas, ni dudes de la Palabra
de Dios, Él no miente ni se arrepiente, lo que Dios ha dicho lo va hacer, si Él
lo ha hablado, entonces, lo va a ejecutar. Recuerda que el diablo es homicida y
padre de mentira desde el principio (Jn 8. 44). El querrá confrontar tu
realidad contra la Palabra de Dios para hacerte dudar y así, con la duda,
pierdas tu identidad.
Y los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza, y
diciendo: Tú que derribas el templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a
ti mismo; si eres Hijo de Dios,
desciende de la cruz. De esta manera también los principales
sacerdotes, escarneciéndole con los escribas y los fariseos y los ancianos,
decían: A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar; si es el Rey de Israel,
descienda ahora de la cruz, y creeremos en él. Confió en Dios; líbrele ahora si le quiere;
porque ha dicho: Soy Hijo de Dios (Mat 15.
39-43).
De la misma forma que Satanás lo
intento en el desierto y en la cruz contra Jesús, lo hace hoy en día: si en
verdad la Biblia es… si en verdad tú eres… si en verdad ya sanaste… si en
verdad fueras un(a) Hijo(a) de Dios, etc., etc.
Lo interesante a notar aquí es
que no importa la situación en la que te encuentres, ni cómo tú te sientas hoy
o cómo te veas a ti mismo(a), todo eso es circunstancial; la única Verdad
(aunque tú no la creas), es que tú eres, ni más ni menos, la persona que Dios
dice en Su Palabra que eres: ¡Su propio(a) Hijo(a)! ¡Lleno(a) del Espíritu
Santo y más que vencedor(a) en todas las cosas!
El ladrón no
viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y
para que la tengan en abundancia (Jn 10. 10).
La Verdad es que en Cristo Jesús
tienes todo el derecho para hacer de tu vida una vida plena y abundante.
¡Puedes comenzar a reinar!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, este día
quiero decirte que yo sé en quien he confiado. Yo he confiado en Ti, Señor, en
Tu Palabra, la Biblia. Por lo tanto, sin importar las circunstancias o
condiciones que esté enfrentando hoy, no voy a temer, ni a dudar de quién soy
yo ahora, en Cristo Jesús. Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. Tengo
propósito y destino. Voy a reinar en esta tierra y no voy a permitirles a la
enfermedad, los problemas, la pobreza, la tristeza, el resentimiento, la
depresión, ni a nada, ni a nadie, robarme lo que legítimamente es mío por la
Sangre de Jesús: mi identidad. Gracias, Señor Jesús, por lo que hiciste por mí
al morir y resucitar, Tú me hiciste de nuevo y eso ya nadie me lo puede quitar.
Padre, que hermoso es saberse tan amado(a) por
Ti. Que sublime sensación es saber que has establecido en Tu Palabra, Eterna, Perfecta
e Infalible, que aunque yo ande en valle de sombra y de muerte no voy a temer,
pues sé que Tú estás conmigo; que aunque las aflicciones vengan sobre mí, sé
que de TODAS ellas voy a salir más que vencedor(a) por medio de Aquel que me
amó, Cristo Jesús. ¡Escrito está! ¡Tú no mientes ni Te arrepiente! ¡Lo has
dicho y lo vas hacer! ¡Lo has hablado y lo vas a ejecutar! ¡Gracias, precioso
Dios! Y a Ti, amado Señor Jesús, quiero decirte que te amo con todo mi ser, con
todas mis fuerzas y con todo mi corazón. Por lo que hiciste por mí en la cruz,
al morir pagando todos mis pecados y al vencer a la muerte, resucitando de
entre los muertos, para darme la Vida Eterna y hacerme nacer de Nuevo como
un(a) Hijo(a) de Dios, ahora tengo identidad, ahora sé perfectamente quién yo
soy. Así que, no voy a temer más. Me determino a ser dichoso(a) haciendo de Tu
Palabra, la Biblia, la norma máxima de mi existencia; la pondré en mi boca,
mente y corazón; voy a leerla y meditarla de día y de noche para guardarla y
hacer conforme a todo lo que Tú, precioso Dios, dices en ella; porque sé que
entonces haré prosperar mi camino y todo me saldrá bien. ¡Soy sano(a)! ¡Soy
libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) de Dios! En el
nombre de Jesús. Muchas Gracias, Señor. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el
Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C.
Peredo Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Abril 7 Mat
27. 32-66 / Deu 7-8 / Job 7
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Qué piensas al respecto?