Viernes
19 de Abril de 2013.
¡Eres justicia de Dios!
Por
Riqui Ricón*
Mía es la venganza y la
retribución; A su tiempo su pie resbalará, Porque el día de su aflicción está
cercano, Y lo que les está preparado se apresura (Deu 32.
35).
En este episodio de la Escritura encontramos
que toda una generación incrédula a la Palabra de Dios ya había perecido en el
desierto y ahora, estando a punto de entrar a la tierra prometida, una nueva
generación escucha a Moisés recordarles que, a pesar del gran amor y
misericordia que Dios tiene por Su pueblo, deben estar conscientes que Él ha
establecido un tiempo para manifestar Su ira sobre todos aquellos que insisten
en ignorarlo. Y aunque todos ellos parezcan estar firmes, A su tiempo su pie resbalará.
Todo tiene
su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora (Ecl 3. 1).
Esta establecido por Dios que hay
un tiempo para todo.
Yo sé que mi
Redentor vive, Y al fin se levantará sobre el polvo; Y después de deshecha
esta mi piel, En mi carne he de ver a Dios; Al cual veré por mí mismo, Y mis
ojos lo verán, y no otro, Aunque mi corazón desfallece dentro de mí (Job 19.
25-27).
Este día, el que estás viviendo,
es tiempo de creer; es tiempo de creer que la Biblia es la Palabra de Dios y
por lo tanto se va a cumplir toda, pues primero el cielo y la tierra pasarán
antes que alguna de sus Palabras deje de cumplirse.
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras jamás
pasarán (Mar 13.31 NVI).
Es tiempo de creerle a Dios,
quien te dice que tu Redentor vive y no está muerto. Que, aunque ciertamente la
paga del pecado es muerte, Él te ofrece el regalo de la Vida Eterna por medio
de Cristo Jesús.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque
no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por él (Jn 3. 16-17).
Es tiempo de creer que, ¡Dios te
ama! Es tal su amor por ti que prefirió entregar a Su propio Hijo para pagar
por tus pecados, antes que perderte a ti.
Así es, amado(a), Dios nunca ha
deseado ejecutar la ira de su juicio sobre de ti. Fue sobre Cristo Jesús, la
propiciación por tus pecados, que la venganza y la retribución ya fueron
ejecutados. ¡Él fue afligido en tu lugar!
Angustiado él, y afligido, no abrió su boca;
como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus
trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca (Isa 53. 7).
Ahora, por el Nuevo Pacto en la
Sangre de Jesús, tú has sido justificado(a), perdonado(a) y hecho(a) Nueva
criatura. ¡Nacido(a) de Nuevo! Dios no iba a entregar a Su Hijo Jesús, su más
precioso tesoro, para solamente justificarte y perdonarte y luego dejarte con
la misma personalidad que tenías antes, pues de nada habría valido Su
sacrificio de amor ya que, sin lugar a dudas, volverías hacer lo mismo que
antes hacías, haciéndote nuevamente esclavo(a) del pecado.
Así que, la Biblia, la Palabra de
Dios que no miente, establece que,
Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en
temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos:
¡Abba, Padre! (Ro 8.15).
¿Cómo podrías ser más que
vencedor(a) en todas las cosas? ¿Cómo podrías ser santo(a) como Él es santo?
¿Cómo podrías dejar de temer en medio del valle de sombra y de muerte? ¿Cómo
podría Dios suplirte todo lo que te falta conforme a Sus riquezas en gloria?
¿Cómo podrías tener un futuro y destino mejor si sigues siendo la misma persona
que siempre has sido?
¡No! ¡Nada de eso! En el Nuevo
Pacto en la Sangre de Jesús, Dios intervino majestuosa y soberanamente al hacer
de ti una Nueva criatura y dotarte de una Naturaleza totalmente Nueva.
porque ahora tienen una nueva vida, vida que no
recibieron de sus padres y que jamás se desvanecerá. Esta nueva vida de ustedes
es eterna, porque se la dio Cristo, el vivo y eterno Mensaje de Dios (1 P 1.23 BAD).
Por la Palabra de Dios y por el
Poder del Espíritu Santo tu Nueva Naturaleza es la de un(a) Hijo(a) de Dios
Nacido(a) de Nuevo.
¡Dios ha cumplido Su Palabra! ¡El
Nuevo Pacto ha sido establecido en la Sangre de Jesús! ¡El Espíritu Santo de la
Promesa ha entrado a tu vida y ha realizado Su obra regeneradora! Tú, mi amado(a),
has Nacido de Nuevo, por el Espíritu Santo, no de una semilla que se pueda
volver a corromper sino de la incorruptible semilla que es la Palabra de Dios
que vive y permanece para siempre.
Porque Dios tomó a Cristo, que de sí mismo no conocía el
pecado, y le hizo cargar con el nuestro como si fuera suyo; de esta forma, a
nosotros, libres ya de toda culpa, Dios nos declara justos (2 Co
5.21 CST).
Dios no puede condenarte pues Él
es justo y tú has sido justificado(a), es más, eres justicia de Dios en Cristo
Jesús. Tampoco puede desatar su ira sobre de ti, pues Él decidió perdonarte y
olvidar todos tus pecados. No te puede ignorar pues estableció en Su Palabra
que te amaría como a un(a) Hijo(a); de hecho te ama tanto como ama a Jesús
mismo.
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre
celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo más maravilloso
es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a
Dios, no comprende por qué lo somos. (1 Jn 3.1 BAD).
yo
en ellos y tú en mí. Permite que alcancen la perfección en la unidad, y así el
mundo reconozca que tú me enviaste y que los has amado a ellos tal como me has
amado a mí (Jn 17. 23 BAD).
Sin importar
como te sientas, veas o juzgues a ti mismo(a), Dios nunca faltará a Su Palabra.
Esto dice y enseña la Biblia, que
es la Palabra de Dios y no miente.
¡Si puedes creerle a Dios, al que
le cree a Dios TODO le es posible!
Oremos en voz
audible:
Amado Padre
celestial, gracias porque en verdad entiendo que yo era por naturaleza hijo(a)
de ira, lo mismo que los demás. Pero Tú, que eres rico en misericordia, por Tu gran amor con que me has amado,
aun estando yo muerto(a) en pecados, me diste vida juntamente con Cristo (por gracia soy salvo(a)), y juntamente con Cristo Jesús me resucitaste y asimismo me hiciste
sentar en los lugares celestiales con Él, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de Tu
gracia en Tu bondad para conmigo en Cristo Jesús. Señor, creo y reconozco que por gracia soy salvo(a) por medio de la fe;
y esto no es algo mío o algo que yo merezca, pues es un regalo Tuyo; no por mis obras u acciones, pues no puedo ni
quiero gloriarme de nada delante de Ti. Porque yo soy hechura Tuya, creado(a) en Cristo Jesús para buenas obras,
las cuales has preparado de antemano para que ande en ellas. Gracias por
haberme creado de Nuevo. Ahora soy Tu Hijo(a) y nada ni nadie me puede separar
de Tu Amor que es en Cristo Jesús mi Señor. Gracias,
Señor Jesús, por haber pagado por mí el precio de todos mis pecados y haberme
dado la Vida Eterna. Hoy puedo levantarme con la cabeza erguida y el corazón
agradecido, pues, por lo que hiciste por mí en la cruz, ahora soy un(a) Hijo(a)
de Dios Nacido(a) de Nuevo. ¡Soy nueva creación! Las cosas viejas pasaron, he
aquí que todas son hechas nuevas en mi vida. En el nombre de Jesús, yo le llamo
a la sanidad y a la salud de mi cuerpo; llamo a la estabilidad emocional en mi
vida, pues ahora sé quién yo soy: le llamo a mi libertad financiera. Creo y
declaro que soy la persona que Tú, mi Dios y Padre, dices en Tu Palabra que yo
soy. Soy libre y dichoso(a), pues el Todopoderoso está conmigo. Voy a volver a
soñar para realizar todo aquello a lo que he sido llamado(a) a ser. En el
nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el
Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C.
Peredo Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Abril 19 Hch
7. 23-60 / Deu 31-32 / Job 19
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