Miércoles
17 de Abril de 2013.
¡Viene sobre ti!
Por
Riqui Ricón*
Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para
guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy,
también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra.
Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la
voz de Jehová tu Dios (Deu 28.1-2).
Es en verdad interesante notar
que la única condición que Dios ha puesto para vivir bendecido en esta tierra
es escuchar Su voz, guardar y poner por obra lo que dice la Biblia, que es Su
Palabra.
¿Por qué es esto así? ¿Por qué
Dios no, simplemente, nos creó y nos bendijo? Miremos con atención lo sucedido:
Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra
imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las
aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se
arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a
imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les
dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en
los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se
mueven sobre la tierra (Gen 1. 26-28).
Lo cierto es que Dios hizo al
hombre a Su imagen, conforme a Su
semejanza y simplemente lo bendijo, habló sobre él Su Palabra dándole
autoridad y dominio sobre la creación. Entonces ¿qué sucedió? Pues, que el ser
humano sencillamente no creyó a Su Palabra y eso, la incredulidad, produjo la
desobediencia.
La Palabra que Dios dijo fue, no
comas de este fruto porque el día que de él comas ciertamente morirás; la
serpiente dijo también, no morirás; el hombre se preguntó, ¿quién de los dos
dirá la Verdad? ¿Qué voz voy a escuchar? ¿A quién le voy a CREER? Desde ese
instante hasta el día de hoy, para vivir en la BENDICIÓN de Dios el dilema
sigue siendo el mismo, ¿qué voz estás escuchando? ¿A quién estás creyendo?
- Pero, pero, Riqui Ricón, yo amo
a Dios con todo mi corazón, he aceptado a Jesús como mi Señor y Salvador y sigo
cayendo en pecado y ofendiendo a Su Palabra. No quiero hacer eso, pero no encuentro
la victoria y continúo en desobediencia. Quiero la bendición pero la veo tan
inalcanzable.
Lo Verdad
es que es tipo de Victoria es inalcanzable para cualquier ser humano pues, los designios de la carne son
enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco
pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios (Ro 8. 7-8). PERO, por más extraño que te suene, de acuerdo a la Biblia,
que es la Palabra de Dios y no miente, tú no eres un ser humano, ahora eres un(a)
Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de
Dios que vive y permanece para siempre (1 P 1. 23).
En Cristo
Jesús tú eres una Nueva especie de Ser que no existía antes, pues antes
Jesucristo era el ÚNICO Hijo de Dios, pero ahora…
Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen
hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre
muchos hermanos (Ro 8.29).
Lo creas o
no, tú ya no eres más un simple mortal.
- Pero,
pero, Riqui Ricón, yo no me siento ni me veo así, me gustaría, pero mi
realidad, a veces, es totalmente diferente. ¿Qué sucede?
Sucede
que estás escuchando otra voz, una voz de fracaso, derrota y condenación en
lugar de escuchar la voz de tu Padre celestial. Mientras que Dios, tu Padre, te
anima a que sigas adelante asegurándote que te irá bien, tu enemigo, el diablo,
siempre está chillando y gritando para recordarte todos tus pecados y fracasos.
¿Quién de
los dos dirá la Verdad? ¿A cuál de los dos le vas a creer?
Recuerda
que lo único que necesitas es creer, creerle a Dios, creerle a Su Palabra. La
Biblia es tan Palabra de Dios como cuando Él dijo: sea la luz y fue la luz.
Dios no miente, ni se arrepiente, lo que Él dijo lo va hacer, lo que habló lo
va a ejecutar.
Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que
le sucede esto? Y él dijo: Desde niño. Y muchas veces le echa en
el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten
misericordia de nosotros, y ayúdanos. Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es
posible (Mar 9. 21-23).
Tú eres,
exactamente, la persona que Dios dice en Su Palabra que eres: Su Hijo(a); Su
especial tesoro; quien todo lo puedes; más que vencedor(a) en todas las cosas;
santo(a), justo(a) y perfecto.
¡Si puedes creer, al que cree todo le es posible!
Así que,
si Dios dice, escucha atentamente Mi voz y pon por obra todas mis Palabras para
que te sigan y alcancen mis bendiciones, esa es la Verdad y eso es lo que va a
suceder.
Te abrirá Jehová su buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu
tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a
muchas naciones, y tú no pedirás prestado. Te pondrá Jehová por
cabeza, y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo, si
obedecieres los mandamientos de Jehová tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que
los guardes y cumplas (Deu 28. 12-13).
Amado(a), la solución a todas tus
aflicciones es simple, pues se trata de la Biblia, la Palabra de Dios. Ponla en
tu boca, mente y corazón; léela y medita en ella de mañana, tarde y noche todos
los días de tu vivir; y te garantizo que Dios no faltará a Su Palabra, pues Él
tiene Palabra de Honor.
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis
aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo (Jn 16.33).
Tu vida en este mundo se trata de
confiar, de confiar en Dios y en Su Palabra.
Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía (Sal 84.12).
Sin importar cuán grande y
difícil sean los problemas que te aquejan, éstos nunca estarán por encima de la
Palabra de Dios. El gozo y la dicha no se basan en no tener problemas ni
aflicciones sino se basan el hecho que Dios está contigo.
¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra
nosotros? (Ro 8.31).
El gozo y la dicha no se basan en
no tener problemas ni aflicciones sino se basan el hecho que Él te ama tanto
que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque
no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por él (Jn 3. 16-17).
El gozo y la dicha no se basan en
no tener problemas ni aflicciones sino se basan el hecho que Dios es tu Papá.
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre
celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo más maravilloso
es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a
Dios, no comprende por qué lo somos. (1 Jn 3.1 BAD).
Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud
para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción,
por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! (Ro 8.15).
El gozo y la dicha en esta Vida
se basan en que Dios ha declarado Su Bendición, Palabras de bien, salud y
prosperidad, sobre tu vida. Y esta, la Palabra de Dios, son las bendiciones que
vendrán sobre ti y te alcanzarán.
Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de
noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él
está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá
bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas
ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas (Jos 1. 8-9).
Por eso, insisto, no hay nada más
importante en tu Nueva Vida como Hijo(a) de Dios que poner la Biblia en tu
boca, mente y corazón; léela y medita en ella de mañana, tarde y noche todos
los días de tu vivir porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.
Oremos en voz audible:
Precioso Señor Jesús, hoy te doy
gracias por lo que has hecho en mí. Gracias por Tu Palabra donde has
establecido que soy nueva creación, que las cosas viejas ya pasaron y ahora
todas son hechas nuevas. Puedo creerte y caminar y vivir en Tu Bendición. Todo
me es posible pues yo creo Tu Palabra. Gracias Padre celestial. Todo lo puedo
en Cristo y en todo problema, aflicción
o enfermedad soy más que vencedor(a) por medio de Tu Amor, Señor Jesús. Puedo
hacer de este día y de cualquier otro el mejor día de mi vida. Tu Palabra ha
sido HABLADA y Tus bendiciones me
seguirán y me alcanzarán. ¡Vienen sobre de mí! ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy
próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo! En
el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el
Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C.
Peredo Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Abril 17 Hch
6 / Deu 28 /
Job 17
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