Lunes
8 de Abril de 2013.
¡El ángel se equivocó!
Por
Riqui Ricón*
Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a
Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a
Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma; que guardes
los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad? (Deu 10. 12-13)
¡Propósito! ¡Siempre propósito!
Jamás Dios ha hecho algo con despropósito. Él es Amor y por el gran amor con
que te ha amado te dio Su Palabra.
La Biblia fue dictada por Dios
para tu beneficio y bendición: PARA QUE TENGAS PROSPERIDAD.
La palabra prosperidad tiene, en
la Biblia, el significado de Plenitud, esto es, sin carencias, sin enfermedad y
sin temor alguno.
Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas
las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma (3 Jn 2).
La Voluntad de Dios, Su deseo,
para tu vida, no puede ser más simple, sencilla y hermosa que verte a ti vivir
una vida en plenitud: próspero(a), en salud, lleno(a) de paz, gozo y amor en tu
alma, que es la parte de tu ser donde radican tus pensamientos, emociones,
sentimientos y voluntad.
- Pero, pero, Riqui Ricón, yo no
tengo nada de eso, ni siquiera he sido un(a) buen(a) cristiano(a). Soy demasiada
poca cosa para que Dios me trate así como tú dices.
Puede ser que así sea como tú te
ves a ti mismo(a), sin embargo, la Biblia, que es la Palabra de Dios y no
miente, dice otra cosa muy diferente. La Biblia te muestra como Dios te mira:
Si tú de mañana buscares a
Dios, Y rogares al Todopoderoso; Si fueres limpio y recto, Ciertamente luego
se despertará por ti, Y hará próspera la morada de tu justicia. Y aunque tu
principio haya sido pequeño, Tu postrer estado será muy grande (Job 8.
5-7).
Amado(a), pon ya un alto a tus
temores y dudas; deja de escuchar esas palabras de fracaso, desánimo y derrota
y DECIDE CREER. ¡Busca a Dios, tu Padre! Platica con Él. Cree que por la
Palabra de Dios y por la Sangre de Jesús YA has sido limpiado(a) y
justificado(a), porque ciertamente (sin lugar a dudas), Dios mismo se despertará por ti, Y hará
próspera la morada de tu justicia. Y aunque tu principio haya sido pequeño, Tu
postrer estado será muy grande
De una vez por todas, decide creerle
a Aquel que Te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo, para pagar el
justo precio de tus pecados, fracasos, dudas y derrotas, antes que perderte a
ti.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque
no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por él (Jua 3.16-17).
- Pero, pero, ahí dice que si yo
fuere limpio(a) y recto(a) y, la verdad, yo no lo he sido.
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su
gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados,
nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y
juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares
celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros
las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo
Jesús. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no
de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se
gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para
buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en
ellas (Efe 2. 4-10).
Amado(a), hoy tienes que
comprender que la Vida Nueva que Jesús compró para ti no se trata de lo que
hayas hecho o estés haciendo, sino que se trata, única y exclusivamente, de lo
que Él YA HIZO por ti en la cruz. ¡Y que lo creas!
Este es Su Plan perfecto y el
propósito para tu vida. En el mismo libro de Efesios, en el capítulo 4,
versículo 23, Dios dice que el (la) nuevo(a) hombre (mujer) que tú YA ERES en
Cristo Jesús, fue creado(a), por Dios mismo, en la justicia y santidad de la verdad.
¡Dios no miente! ¡Lo que Él dice
en la Biblia acerca de ti es la Verdad! Por lo tanto, aunque anteriormente tú
no hayas sido limpio(a) y recto(a), ahora, en Cristo, por Su gran Amor con que
te amó, Él te hizo así: justo(a), santo(a) y perfecto(a).
porque con una sola ofrenda (Jesús
mismo) hizo perfectos para siempre a los
santificados (He 10. 14).
Si has hecho a Jesucristo el
Señor de tu vida, aceptando el precio que pagó en la cruz por ti, entonces, de
acuerdo a la Biblia, tú eres ya un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo y esto
no de simiente corruptible sino
de incorruptible, por la Palabra de Dios, que vive y permanece para siempre (1 P 1.
23).
Es la mismísima Palabra de Dios la
que te hace Hijo(a) de Dios y lo ha hecho así para tu provecho, para que te
vaya bien y seas prosperado(a) para siempre.
Mas el
ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que
buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha
resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor. E
id pronto y decid a sus discípulos
que ha resucitado de los muertos, y he aquí va delante de vosotros a Galilea;
allí le veréis. He aquí, os lo he dicho. Entonces ellas, saliendo
del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus
discípulos. Y mientras iban a dar las nuevas a los discípulos, he
aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose,
abrazaron sus pies, y le adoraron. Entonces Jesús les dijo: No
temáis; id, dad las nuevas a mis
hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me verán (Mat 28.
5-10).
Esta porción de la Escritura me
causa gracia y mucho amor por mi Señor Jesús. Fíjate muy bien porque para Él es
tan importante que tú estés consiente de quién ahora eres, aceptando tu nueva
identidad como Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, que está asentado en la
Escritura cómo Jesús vino a corregir, inmediatamente y en persona, el error de
uno de sus ángeles.
Si Dios
no puede confiar en sus propios mensajeros (pues aún los ángeles se equivocan),
¡cuánto menos en hombres hechos de polvo, tan fáciles de aplastar y matar como
las polillas! (Job 4.18-19 BAD).
El ángel dijo a las mujeres,
vayan a Galilea y ahí verán al Señor, sin embargo, Jesús no se esperó hasta que
ellas llegaran a Galilea sino que se les apareció inmediatamente, ¿por qué?
Porque ese ángel cometió un tremendo error
de identidad llamándoles discípulos a los ahora son hermanos(as) de Jesús.
Por esto, el Señor mismo tuvo que
corregir sus planes de verlos en Galilea y acudir inmediatamente para
establecer en la Biblia que tú ahora eres su propio(a) hermano(a). ¡Asombroso!
Ellos, como tú y yo, tuvieron un
inicio insignificante como seres humanos comunes y corrientes, llenos de
delitos y pecados, pero, por Su Palabra y gran Amor, terminaron siendo Hijos
del Dios vivo y verdadero. Ahora son hermanos de Jesús, exactamente como tú y yo.
Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen
hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre
muchos hermanos (Ro 8.29).
¡Gloria a Dios! ¡El ángel se
equivocó! ¡Jesús, además de tu Señor y Salvador, ahora es tu hermano mayor!
De esta forma se destacó en la
Biblia que, por la Sangre, muerte y resurrección de Jesucristo, y por la
Palabra de Dios, tú YA fuiste justificado(a), santificado(a) y perfeccionado(a)
con el PROPÓSITO de ser hecho(a) un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y así
recibas la Plenitud de la Vida Eterna: prosperidad en todas las cosas, salud,
gozo y paz.
¡Gloria a Dios! ¡El ángel se
equivocó! ¡Ya no eres más un vil mortal hecho de polvo, ahora, por Cristo
Jesús, eres un(a) auténtico(a) y legítimo(a) Hijo(a) de Dios.
Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te
engendré hoy. Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y como posesión
tuya los confines de la tierra (Sal 2.7-8).
¿Te das cuenta? Dios, tu Padre,
jamás te va a dejar, ni abandonar. Él está contigo y si Dios es contigo, ¿quién
contra ti? Puedes estar totalmente seguro(a) que de todo problema, angustia o
enfermedad vas a salir más que vencedor(a) por medio de Aquel que te ama,
Cristo Jesús.
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, en esta
hora te doy gracias porque puedo darme cuenta lo importante que es para Ti que
yo esté consciente de quién soy ahora en Cristo Jesús. Soy Tu Hijo(a) amado(a)
y tengo todo el derecho a vivir como tal, creyéndote a Ti, creyendo a Tu
Palabra. Tú has establecido, claramente, que por las heridas de Jesús yo soy
sano(a); que bienes y riquezas hay en mi casa; que la paz que sobrepasa todo
entendimiento llena mi mente y corazón. Por esto, y mucho más, declaro con todo
mi corazón que no voy a temer mal alguno sino a creer, creerte a Ti, Padre,
creer a tu Palabra. No recibo al espíritu de temor y de duda pues yo soy Tu
Hijo(a) y no tengo nada, absolutamente nada, que temer. Recibo la bendición de
Tu Palabra y todas Tus promesas para mí. Por
lo tanto, no admitiré en mi vida pensamientos, ni palabras, de fracaso, ni de
derrota. Señor Jesús, te confieso y me arrepiento de todos mis pecados y recibo
Tu perdón y Tu limpieza. En Tu Palabra, la Biblia, he conocido y creído el Amor
que me tienes. ¡Gracias, Señor! Por Ti, todo lo puedo y en TODAS las cosas soy
más que vencedor(a). Tú eres mi guardador y nada, ni nadie, me pueden separar
de Tu Amor. Así que, recibo el perdón de mis pecados de la misma forma que
recibo mi sanidad y prosperidad. Tú Palabra es la Verdad y soy libre para vivir
esa vida plena y abundante que compraste para mí al morir en la cruz pagando
TODOS mis pecados y resucitar de la muerte para darme Vida Eterna. No le daré
lugar al temor, ni a la duda, pues estoy destinado a ser dichoso(a), mil veces
feliz, pues yo en Ti confio. En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el
Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C.
Peredo Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Abril 8 Mat
28 / Deu 9-10 /
Job 8
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