Domingo
21 de Abril de 2013.
¡Hacedor(a) de Historia!
Por
Riqui Ricón*
Mira que te
mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu
Dios estará contigo en dondequiera que vayas (Jos 1. 9).
La historia de Josué es sumamente
interesante pues tiene muchas similitudes con nuestras propias vidas. Nota
como, al igual que Josué, tú tienes un gran propósito que cumplir en tu vida,
pero con la gran ventaja que tú ahora eres Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo.
A Josué se le pidió introducir a
la tierra prometida a una nación de más de dos millones de personas; personas que
habían manifestado, de sobra, ser rebeldes e incrédulas. A ti se te pide ser un(a)
Hijo(a) del Reino para que lo instaures sobre la tierra; se te pide ser luz en
medio de las tinieblas; se te pide amar a Dios, tu Padre, y a tus semejantes
como a ti mismo(a).
Al igual que Josué, tú estás
llamado(a) a hacer historia.
Al igual que Josué, tienes que
estar bien preparado(a) porque en verdad lo vas a conseguir, en verdad vas
hacer historia. Dios ha prometido estar contigo y apoyarte dondequiera que
vayas. Y si Dios lo dijo, entonces, sin lugar a dudas, Él lo va hacer; si Dios
lo hablo, entonces, Él lo va a ejecutar.
Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve
con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé (Jos 1.5).
Meditando esto a través de ese
lente vivo y eficaz que es el Nuevo Testamento, encontrarás que, como Hijo(a)
de Dios Nacido(a) de Nuevo, tú TODO lo puedes en Cristo (Fil 4.13); en TODAS las
cosas eres más que vencedor(a) por medio de Aquel que te amó, Cristo Jesús (Ro
8.37); y además Él, Jesús, está contigo TODOS los días hasta el fin del mundo
(Mat 28.20).
Así que, efectivamente, nadie te
puede hacer frente en todos los días de tu vida pues, no solamente de la misma
forma que Dios estuvo con Moisés sino de la misma forma que estuvo con Jesús,
ahora Él está contigo.
¡Dios ha comprometido Su Palabra
de Honor en no dejarte, ni desampararte nunca!
¡No temas! ¡Tienes la victoria!
En verdad que en todo problema, necesidad, aflicción o circunstancia adversa
que estés enfrentando el día de hoy, vas a salir más que vencedor(a).
Hijitos, vosotros sois de Dios, y
los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en
el mundo (1 Jn 4.4).
Tú le
perteneces a Dios, eres Su Hijo(a) Amado(a) y mayor es
Él, el Espíritu Santo, quien está en ti y contigo, que el que está en el mundo.
Así que, qué pues dirás tú a todo esto, si Dios es contigo ¿quién contra ti?
¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra
nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo
entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? (Ro 8.31-32).
Amado(a), Josué tuvo tal éxito en
alcanzar su propósito que la Biblia lo registra como el autor de uno de los
milagros más asombrosos que se hayan hecho. ¡Josué pudo detener las
astronómicas fuerzas de la gravitación universal al hacer que el sol y la luna
se detuvieran por un día entero! Sólo con el propósito de poder terminar una
batalla.
Ese día en que el SEÑOR entregó a los amorreos en manos
de los israelitas, Josué le dijo al SEÑOR en presencia de todo el pueblo: «Sol,
deténte en Gabaón, luna, párate sobre Ayalón.» El sol se detuvo y la luna se
paró, hasta que Israel se vengó de sus adversarios. Esto está escrito en el
libro de Jaser. Y, en efecto, el sol se detuvo en el cenit y no se movió de
allí por casi un día entero. Nunca antes ni después ha habido un día como
aquél; fue el día en que el SEÑOR obedeció la orden de un ser humano. ¡No cabe
duda de que el SEÑOR estaba peleando por Israel! (Jos
10.12-14 NVI).
Siempre que medito en este suceso
me pregunto, cómo se le ocurrió a Josué semejante idea, y puedo escuchar al
Espíritu Santo responderme lo mismo, vez tras vez: “así como a Josué a ti también se
te pide una sola cosa”,
Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de
noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él
está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien (Jos 1. 8).
El éxito (o
fracaso), que tú puedas alcanzar en este mundo no depende de tus estudios, ni
de tu capacidad económica, ni de tus relaciones, ni de tus habilidades.
Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía (Sal 84.12).
El éxito (o
fracaso), que tú puedas alcanzar en este mundo depende única y exclusivamente
de dos cosas: primero de tu fe, esto es, que le creas a Dios creyendo Su
Palabra, la Biblia; y segundo que, por
lo tanto, hagas del estudio y meditación de la Biblia la prioridad máxima de tu
vida, leyéndola y meditándola de día y de noche, poniéndola en tu boca, en tu
mente y en tu corazón para que la guardes y actúes conforme a TODO lo que en
ella está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino y TODO te saldrá
bien. ¡Es Palabra de Dios! ¡Es Palabra
de Honor!
- Pero, pero,
Riqui Ricón, ¡yo no puedo hacer eso! ¡No tengo tiempo! Eso quizá esté bien para
un Pastor o ministro, pero yo tengo que ir a trabajar, estudiar, atender mi
hogar, a mi familia,…
”El reino de los cielos es como un tesoro escondido en un
terreno. Un hombre viene y se lo encuentra. Emocionado y lleno de ilusiones,
vende todo lo que tiene y compra el terreno, con lo cual está adquiriendo,
también el tesoro. ”El reino de los cielos es como un mercader de perlas que
anda en busca de perlas finas. Cuando por fin descubre una verdadera
oportunidad en una perla de gran valor que le ofrecen a buen precio, corre y vende
lo que tiene para comprarla (Mat
13.44-46 BAD).
Si Dios te
revelara el secreto para tener una Vida dichosa y la forma en que puedes hacer
prosperar tu camino y todo te salga bien, ¿no harías todo lo que esté de tu
parte por conseguirlo?
Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o
qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la
vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad
las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y
vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?
¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura
un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los
lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo,
que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos.
Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios
la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No
os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?
Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre
celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas
buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os
serán añadidas (Mat 6.25-33).
Así que, ¡No temas! ¡Cree solamente! ¡Tú eres
un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y estás destinado a hacer historia en
este mundo!
¡Dios, tu
Padre, lo dice así!
Oremos en
voz audible:
Amado Padre celestial, ¡En verdad
que es hermoso saberse Amado(a) por Ti, oh Dios! No sólo me has justificado y
perdonado sino que me has hecho Tu Hijo(a) y además me has dado propósito y
razón para existir como nueva creatura. ¡Soy hechura Tuya! Sólo necesito,
Espíritu Santo, que me ayudes a enamorarme más y más de la Biblia para ponerla
en mi mente, boca y corazón; que nunca se aparte de mi boca y que medite en
Ella de día y de noche, para que así la guarde y haga mi vida conforme a todo
lo que Tú has escrito en Tu Palabra; porque entonces, y sólo entonces, haré
prosperar mi camino y todo me saldrá bien. Gracias, Señor Jesús, por amarme
tanto y con tan grande Amor. Creo y declaro que lo mejor de mi vida ya comenzó.
¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece! ¡De todo problema, enfermedad o
aflicción, yo, ________ (tu nombre aquí), saldré más que vencedor(a)! ¡Aunque
ande en valle de sombra y de muerte no voy a temer mal alguno porque Tú, Jesús,
estás conmigo! ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a),
pues yo en Ti confío! ¡Estoy Listo(a) para hacer historia! En el nombre de
Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el
Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C.
Peredo Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Abril 21 Hch
8. 26-40 / Jos 1-2 / Job 21
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