jueves, 31 de julio de 2014

¡Cómo conocer la Voluntad de Dios!


 
28 de Julio

¡La buena voluntad de Dios para contigo!

Por Riqui Ricón*

Con todo eso, Jehová no quiso destruir a Judá, por amor a David su siervo, porque había prometido darle lámpara a él y a sus hijos perpetuamente (2 R 8.19).

Desde hace años está de moda decir que los cristianos, los Hijos de Dios Nacidos de Nuevo, no tienen una religión sino una relación con Dios. Esto sólo puede ser verdad para aquellos que a través de la Biblia han creído a TODA la Palabra de Dios. Los creyentes debemos, porque así está escrito, vivir vidas plenas, siendo prósperos y saludables al caminar de la mano de nuestro Dios y Padre, escuchando y obedeciendo lo que Él nos dice.

Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas (Jos 1.8-9).

-Pero, pero, Riqui Ricón -me dicen-, ojalá fuera así. Mi realidad parece ser muy diferente, me encuentro en una lucha continua, resistiendo al pecado y las aflicciones de este mundo, buscando no fallarle a Dios. Oro, ayuno, leo la Biblia y hasta diezmo. Sin embargo, así como que yo tenga una vida próspera y todo me salga bien pues la verdad, no. ¡Eso quisiera!

Yo te preguntaría: ¿caminas con Jesús como lo haces con tu mejor amigo? ¿Pasas tiempo con Él conversando y escuchando? ¿Crees sus Palabras? ¿Lo consideras digno de confianza? ¿Le conoces tanto como para creerle?

En el versículo con que iniciamos esta reflexión, puedes notar una de las principales cualidades de Dios, pues 800 años antes del episodio que se narra en Segunda de Reyes Ocho, ya les había advertido sobre las consecuencias de entrar en una relación de Pacto con Él, para luego invalidarla. Constantemente les envió jueces, reyes y profetas, exhortándolos a que volviesen a Él. Sin embargo, por Amor, le hizo una promesa a David dándole Su Palabra y, recuerda, Dios tiene Palabra de Honor, Él no puede mentir.

¡Dios es fiel y siempre cumple Su Palabra!

Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará? (Núm 23.19).

El hombre cuando se arrepiente de su palabra es para su propio provecho, ya que lo hace cuando se da cuenta  que lo que dijo le va a perjudicar de alguna manera. Sin embargo, ¡Dios no actúa así!

Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo (Jon 3.10).

Cuando Dios se ha arrepentido de algo que ha dicho siempre ha sido en respuesta al Amor que tiene por los seres humanos. Sólo para tu provecho y beneficio. ¡Dios es bueno!

Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma (3 Jn 2).

De hecho, cuando lees y meditas la Palabra de Dios, encuentras que en la Biblia está expresada la Voluntad de Dios para tu Vida y ésta es buena, agradable y perfecta. Dios desea que tú seas próspero(a) en todas las cosas; Él desea que tengas buena salud y que vivas tu Vida con gozo, paz y Amor, sabiendo que Él está contigo; que nunca te ha dejado y nunca te dejará.

¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti (Isa 49.15).

Sin importar cuáles hayan sido las condiciones de tu Vida, Dios ha comprometido Su Palabra para nunca olvidarse de ti.

Te abrirá Jehová su buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado. Te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo, si obedecieres los mandamientos de Jehová tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas (Deu 28.12-13).

La Biblia, la Palabra de Dios, que no miente, es indiscutiblemente clara acerca de cuál es el deseo de Dios para tu vida. Él sólo pide de ti una cosa, que le creas, que creas que hay honor en Su Palabra.

Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan (He 11.6).

Así que, ante cualquier problema, enfermedad o aflicción que estés enfrentando el día de hoy, lo mejor que puedes hacer es creerle a Dios, creyendo Su Palabra. Cambia tu forma de pensar y tu actitud ante las circunstancias. No pongas tu atención en los problemas y aflicciones, sino ponla en Jesús, ponla en Sus Palabras. Haz de la Biblia la Norma máxima de tu vida leyéndola, meditándola y utilizándola de noche y de día. La Palabra de Dios es viva y eficaz, es espíritu y es vida, así que, permítele cambiar tus problemas y circunstancias mientras te llena de fe.

No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta (Ro 12.2).

Tener una relación con Dios, en lugar de una religión, significa involucrarte afectivamente con Él, y para lograrlo es necesario que conozcas y reconozcas quién es Él y también que conozcas y reconozcas quién, ahora, tú eres, gracias a Él.

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, cada vez comprendo más que es a través de Tu Palabra, y no de mis acciones, que renuevo mi entendimiento. La meditación de Tu Palabra produce en mi vida la fe que necesito para actuar conforme y coherentemente a quien Tú, Señor, dices que ahora yo soy: un(a) Hijo(a) Tuyo(a). Alabo y bendigo Tu Nombre por esto. Fue mediante Tu muerte y resurrección, Jesucristo, que yo Nací de Nuevo para recibir la Vida Eterna que con Tu Sangre compraste para mí. Es mediante Tu Palabra, la Biblia, que renuevo el espíritu de mi entendimiento y así, sólo así, puedo despojarme del (la) hombre (mujer) viejo(a) que está viciado(a) conforme a los deseos engañosos, para vestirme del(la) hombre(mujer) nuevo(a) creado(a) por Ti, oh Dios, conforme a la justicia y santidad de la verdad. Así que, en Tu nombre, Jesús, declaro que no son los problemas ni las circunstancias los que determinan quien soy ni cómo voy a vivir. Soy un(a) Hijo(a) del Rey, por lo tanto, puedo y debo vivir una Vida Plena y Abundante. Tú me diste Tu Palabra, Jesús, y en ella tengo paz y plenitud, pues aunque en el mundo tendré aflicciones, puedo confiar en Ti. Tú has vencido al mundo y yo en Ti y Contigo, pues mayor eres Tú, Espíritu Santo, que vives en mí, que el que está en el mundo. Así que, en Tu nombre Jesús, recibo mi sanidad; recibo mi libertad; recibo la restauración de mi matrimonio y de mi familia y recibo prosperidad en todas las áreas de mi vida. Creo y declaro que de todo problema, aflicción o enfermedad yo, __________ (tu nombre aquí), he de salir más que vencedor(a) por medio de Tu Amor, mi Señor Jesús. ¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece! Amén.

Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011

Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Julio          28                        1 Co 14.1-25  /  2 R 8  /  Jon 3

 

 
 

¿Qué significa la palabra INEFABLE?

 

27 de Julio

¡Amor indescriptible!

Por Riqui Ricón*

Entonces oró Jonás a Jehová su Dios desde el vientre del pez, y dijo: Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó; Desde el seno del Seol clamé, Y mi voz oíste (Jon 2.1-2).

A pesar de que Jonás había reusado obedecer la Palabra de Dios e intento huir de Su Presencia, cuando él se encontró a sí mismo en tremenda necesidad buscó a Dios, y Dios le escuchó y respondió a su oración.

Ahora bien, si prestas atención a la oración de Jonás, no encontrarás por ningún lado un clamor de arrepentimiento sino, más bien, una total dependencia de la Gracia y Misericordia de Dios.

¡Jonás no habla de su pecado, ni de su conducta, sino de su necesidad de volver a Dios!

¿No debía Dios haber ejecutado sentencia sobre ese hombre (o mujer) rebelde a Su Palabra y haberlo borrado de la faz de la tierra en lugar de tener misericordia de él?

Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo  (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe (Efe 2.4-9).

¡Oh, el Amor de Dios! Con razón dice la Escritura: ¡Gracias a Dios por su don inefable! (2 Co 9.15). La palabra inefable significa inexplicable, indescriptible. Esto es, que no se puede explicar con palabras.

¡Gracias a Dios por el don de Jesucristo, que no hay palabras que puedan describirlo! (2 Co 9.15 CST).

Jesucristo es un regalo indescriptible que Dios te ha hecho a ti sólo por Amor, pues tu Padre celestial te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

Hace poco me preguntaron, ¿no murió Jesús por mis pecados? A lo que el Espíritu Santo me guió a responder, ¡No! Jesús NO murió por tus pecados, ¡Jesús murió por ti! ¡Por Amor a ti!

No es lo pecaminoso del pecado lo que mueve la mano de Dios a favor de tu vida sino su inefable Amor por ti.

Exactamente como en el caso de Jonás, ¿Cómo podrías explicar que a pesar de cómo has sido, que a pesar de cómo has llevado tu vida, Dios te ama tanto que haya preferido entregar a Su propio Hijo, Jesús, para pagar todos tus pecados, antes que perderte a ti?

Por más que lo pienses verás que es inexplicable y terminarás por estar de acuerdo conmigo, ¡Oh, el Amor de Dios!

Puede ser que muchas veces hayas experimentado la crítica de otras personas que señalan tu actitud hacia Dios como incorrecta, o de pecador(a) o mediocre; con esto, la intención de tu adversario, el diablo, es inducirte a la condenación y que te olvides de la actitud que Dios tiene para contigo. ¡Él te ama! ¡La Biblia lo dice así!

Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios;  por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él (1 Jn 3.1).

La versión Palabra de Dios para Todos lo expresa así: Miren lo grande que es el amor que el Padre nos ha mostrado, ¡hasta llega a hacer posible que seamos llamados hijos de Dios! Y eso es lo que de verdad somos. Por eso la gente del mundo no nos conoce, pues el mundo no conoce a Dios.

Y en la Biblia Peshita leemos, Miren cuán grande es el amor del Padre por nosotros, que nos llamó y nos ha hecho hijos.  Por eso el mundo no nos conoce, porque a Él tampoco lo conoce.

La Biblia, que es la Palabra de Dios y no miente, dice clara y reiteradamente, en el capítulo 4 de 1ª de Juan, que Dios es Amor. Luego leemos en 1ª de Corintios capítulo 13 acerca de las características de ese Amor:

El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser (ver 4-8a).

Así que, en cuanto a ti respecta,  El amor [Dios] es sufrido [paciente, constante, persistente], [Dios] es benigno; el amor [Dios] no tiene envidia, el amor [Dios] no es jactancioso, [Dios] no se envanece; [Dios] no hace nada indebido, [Dios] no busca lo suyo, [Dios] no se irrita, [Dios] no guarda rencor; [Dios] no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. [Dios] Todo lo sufre, [Dios] todo lo cree, [Dios] todo lo espera, [Dios] todo lo soporta. El amor [Dios] nunca deja de ser.

Es por esto y no por lo que hayas hecho o dejado de hacer que Dios responderá tus oraciones cada vez que vuelvas tu rostro y corazón hacia Él.

El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero.   Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro (Ro 8.32-49).


Oremos con voz audible.

Precioso Padre celestial, ¡cómo explicar Tu Amor! ¡Cómo agradecerlo! Hoy quiero decirte que yo también te amo con todo mi corazón. Que Tú, Jesucristo, eres mi Señor, Rey y Salvador. Que creo Tu Palabra, la Biblia, que me enseña cuánto me amas y que me enseña quien soy yo ahora, gracias a Jesús. ¡Un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo! Padre, ahora sé que nada me puede separar de Tu Amor, que es en Cristo Jesús mi Señor. Por lo tanto, me determino a no temer sino a creer. Creer Tu Amor por mí y levantarme a pelear la buena batalla de la fe pues yo, ______________ (tu nombre aquí) puedo echar mano a la Vida Eterna. ¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece! ¡En todas las cosas soy más que vencedor(a) por medio de Aquél que me ama, Jesús mi Señor! ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy depositario(a) del inefable Amor de Dios! En el nombre de Jesús. Amén.

Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011

Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Julio          27                        1 Co 13  /  2 R 7.3-20  /  Jon 2