sábado, 31 de diciembre de 2011

¡Aquí hay algo que en Verdad te va a sorprender!


Lunes 26 de Diciembre de 2011.

¡Asombroso!

Por Riqui Ricón*

Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, Conforme a tu palabra; Porque han visto mis ojos tu salvación, La cual has preparado en presencia de todos los pueblos; Luz para revelación a los gentiles, Y gloria de tu pueblo Israel (Luc 2.29-32).

Esta es la oración que Simeón hizo cuando, movido por el Espíritu Santo, vio a Jesús en el templo el día que sus padres lo llevaron a presentarlo delante del Señor, según está escrito en la ley. ¿Cuál es esa salvación que vio Simeón con sus ojos? ¿Qué tan grande era esa salvación que él pudo declarar, sin titubear, que estaba listo para morir y se despedía en paz?

Para contestar estas preguntas atendamos a lo que Jesús dijo en su primer sermón en Nazaret:

El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos,  a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová,  y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados;  a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya (Isa 61.1-3).

Jesús fue enviado por Dios para traerte buenas noticias, animándote si estás desanimada(o), levantándote si es que has caído; Él ha venido a sanar tu corazón; hacerte totalmente libre, libre del miedo a la muerte, de las enfermedades, de la pobreza, de la amargura, soledad, tristeza y depresión (Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte –Ro 8.2-). Jesús vino a consolarte y a ordenar, con Su Palabra, que se te dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; por lo que ahora eres llamada(o) justa(o) y eres propiedad del Señor.

En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas (Isa 61.10).

Simeón se alegró por lo que sus ojos miraron. Sin embargo, ¿cómo podría Dios cumplir Su promesa con personas que, a pesar de las continuas manifestaciones asombrosas de su amor y fidelidad hacia ellos, durante más de mil años habían demostrado ser obstinadas, orgullosas y de duro corazón?

No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad… Este pueblo he creado para mí; mis alabanzas publicará… Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados (Isa 43.18-19, 21, 25).

Porque como la tierra produce su renuevo, y como el huerto hace brotar su semilla, así Jehová el Señor hará brotar justicia y alabanza delante de todas las naciones (Isa 61.11).

Así como la tierra produce su renuevo, Dios determinó hacer de ti una creatura totalmente nueva por medio de la muerte y resurrección de Su Hijo, Jesucristo.

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Co 5.17).

Esta es la más asombrosa y maravillosa de las noticias del Plan de Redención que Dios ideó para ti: por la fe en Jesucristo, por haber creído y recibido el Amor que Dios siente por ti que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti, ya no eres más la misma persona que antes eras. El milagro más hermoso es este, que por la Palabra de Dios, porque Dios lo ha dicho, ahora tú eres un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo.

Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él (1 Jn 3.1).

siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 P 1.23).

¡Escrito está! Dios lo ha dicho y es la Verdad. No depende de lo que hayas hecho o puedas hacer sino de lo que Jesús hizo por ti y de lo que Dios ha establecido, en Su Palabra, acerca de ti: que eres salva(o); que eres sana(o); que en todas las cosas saldrás más que vencedor(a), pues todo lo puedes en Cristo Jesús; que al enfrentar los problemas tendrás paz y serás dichosa(o), pues eres un(a) Hija(o) de Dios.

¡Asombroso!

Oremos en voz audible:

Amado padre celestial, realmente es asombroso que, a pesar de como yo fui, tu me ames tanto que me hayas justificado, perdonado, santificado y justificado para darme Vida Eterna y hacerme parte de Tu familia. Señor Jesús, solo con mi amor y gratitud eterna podré pagar lo que hiciste por mí. Estoy decidida(o) a creer y recibir este gran Amor para vivir en Tu Plenitud, de la cual tomamos todos Tus Hijos. No daré lugar al temor ni a la duda y haré de Tu Palabra, la Biblia, la norma máxima de mi existencia. Yo soy lo que Tú, Todopoderoso Dios, dices que soy, ni más ni menos. ¡Soy sana(o)! ¡Soy libre! ¡Soy próspera(o)! ¡Soy Hija(o) de Dios! ¡Soy feliz! ¡Gracias Padre! Bendigo Tu Nombre y declaro que lo mejor de mi vida ya comenzó. En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010




Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

                                                                                   

Diciembre 26                                     Luc 2.21-52 /  Ez 38-39 /  Isa 61

viernes, 30 de diciembre de 2011

¡Aquí está la respuesta para salir adelante sobre la tristeza, la enfermedad y toda aflicción!




Domingo 25 de Diciembre de 2011.

¡Alégrate!

Por Riqui Ricón*

Y tu pueblo, todos ellos serán justos, para siempre heredarán la tierra; renuevos de mi plantío, obra de mis manos, para glorificarme (Isa 60.21).

El perfecto y amoroso Plan de dios para tu vida ha contemplado siempre el hacerte justa(o) por medio de la Sangre de su hijo Jesucristo quien PAGÓ YA TODOS tus pecados. Le llamamos el Plan de Redención y tiene el propósito expreso de hacerte Suya(o), Su propia(o) Hija(o) y darte a heredar la tierra PARA SIEMPRE.

Es por eso que en este día, día de Navidad, el ángel anunció, No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor (Luc 2.10-11). Y los ángeles proclamaron: ¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres! (Luc 2.14).

La Noticia es tan Buena, tan Grande, tan Hermosa y tan Poderosa que el temor ha de ser echado fuera de la vida de los hombres por la vida de otro hombre, Jesucristo, el Mesías Salvador.

¡Evangelio! ¡Buenas Noticias! Se dará gloria a Dios en las alturas pues ha llegado a la tierra la Paz y la Buena Voluntad de Dios para con TODOS nosotros.

¡Alégrate! Tienes un Salvador. Vino y pagó ya todos tus pecados haciéndote justa(o). Al morir en tu lugar te justificó delante de Dios para darte acceso a la Vida Eterna. Una Vida con propósito, una vida abundante y plena que sólo pueden experimentar los Hijos de Dios Nacidos de Nuevo.

Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados… Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús (Efe 2.1, 4-7).

¡Ah! ¡El Amor de Dios! Este gran amor con que te amó tiene nombre, se llama Jesús y es el Señor. Ahora tú y yo estamos vivos para Él, para llevar vidas plenas y victoriosas. Nunca más le des lugar al temor y la angustia, que producen duda e incredulidad; no les des lugar por nada, sino deja, permite, que ese gran Amor con que Él te ama llene tu vida, con Su Plenitud.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él (1 Jn 3.1).

¡Sábete, de una vez, en este día especial, que eres un(a) Hija(o) amada de Dios! ¡Nacida(o) de Nuevo! ¡Alégrate! ¡Dios lo habló y Él mismo lo ha hecho!

Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová (Ez 37.14).

Oremos en voz audible:

Amado Señor Jesús, este día, muy especialmente, quiero que sepas cuanto te amo y lo agradecida(o) que estoy por lo que has hecho por mí y en mí. Tú eres mi roca y mi Salvador; eres el dueño de mi corazón; alfa y omega, principio y fin; eres la luz de mi vida, mi fortaleza, mi alto refugio, admirable, consejero, Dios fuerte y príncipe de paz. ¡Jesús, Tú eres el Señor! Expresamente acepto, una vez más, lo que hiciste por mí en la cruz, Tu sacrificio de Amor, Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí. ¡Gracias, muchas gracias, Señor! Por Ti, ahora yo, ___________ (tu nombre aquí), soy un(a) Hija(o) del Dios Vivo y Verdadero y he Nacido de Nuevo para disfrutar de la Vida Eterna, la Vida Plena y Abundante a la que sólo nosotros, los Hijos del Rey, tenemos derecho en Tu Sangre. Por lo tanto, me determino, con toda Tu ayuda, Espíritu Santo, a honrar la Sangre de Jesús y vivir la Vida Plena y Abundante que se compró para mí. Padre celestial, tengo la paz y la garantía en Tu Palabra, la Biblia, y aunque sé que en el mundo tendré aflicciones, puedo creer y confiar en Ti, pues de todas ellas saldré más que vencedor(a), pues todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Ya no le daré más lugar a los sentimientos de tristeza, melancolía, fracaso, ni derrota. ¡No estoy sola(o), ni fracasada(o)! Sea enfermedad, pobreza o aflicción, ¡Yo soy de Dios y les he vencido, pues mayor es Él, que está en mí, que el que está en el mundo! ¡Me determino a ser dichosa(o). En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010




Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

                                                                                   

Diciembre 25                                     Luc 2.1-20   /  Ez 37  /  Isa 60

¡Puedes dejar de tener miedo, te tengo muy buenas noticias!

Sábado 24 de Diciembre de 2011.
¡Redención Total!
Por Riqui Ricón*
Bendito el Señor Dios de Israel, Que ha visitado y redimido a su pueblo, Y nos levantó un poderoso Salvador En la casa de David su siervo, Como habló por boca de sus santos profetas que fueron desde el principio; Salvación de nuestros enemigos, y de la mano de todos los que nos aborrecieron; Para hacer misericordia con nuestros padres, Y acordarse de su santo pacto; Del juramento que hizo a Abraham nuestro padre, Que nos había de conceder Que, librados de nuestros enemigos, Sin temor le serviríamos En santidad y en justicia delante de él, todos nuestros días (Lc 1.68-75).
Dios jamás ha faltado a Su Palabra. No lo hizo con Abraham respecto a que en su simiente serían benditas todas las familias de la Tierra. Jesucristo es el Poderoso Salvador quien te ha redimido del poder del pecado y de toda maldición, para que, hoy día, tú le sirvas delante de Su Presencia en santidad y justicia, pues a través de Su Sangre, Su muerte y Su resurrección has Nacido de Nuevo. ¡Eres Hija(o) de Dios!
Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra. Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres, y vosotros me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por Dios (Ez 36.25-28).
El Nuevo Pacto prometido por Dios en Jeremías 31 comenzó su cumplimiento la noche en que Jesús nació en un pesebre de Belén, cuando nuestro Salvador llegó al mundo. Por Jesucristo fuiste limpiada(o) de todas tus inmundicias y pecados y, además, creada(o) de nuevo, con un corazón y espíritu nuevo y, por si esto fuera poco, te fue dado el Espíritu Santo de la promesa como la garantía del cumplimiento de todo lo prometido en el Nuevo Pacto: que Él, el Señor, hará que tú andes en Sus estatutos y guardes Sus preceptos y los pongas por obra.
Y este será mi pacto con ellos, dijo Jehová: El Espíritu mío que está sobre ti, y mis palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dijo Jehová, desde ahora y para siempre (Isa 59.21).
Dios compromete su Honor y Su Palabra a que, en este Nuevo Pacto, Su Presencia y Su Palabra nunca faltarán en tu vida, ni en las de tus hijos, ni en las de los hijos de tus hijos.
Como puedes ver, la obra de la Redención es de lo más asombrosa. Dios tomó para Sí mismo la responsabilidad de tu salvación, pues no depende de lo que tu hayas hecho o puedas hacer, sino de lo que Él prometió que haría para salvarte y que ya hizo por ti en la persona de Su Hijo Jesucristo:
1. Pagó todos tus pecados para cumplir toda justicia.
2. Perdonó toda tu maldad y no se acuerda más de tus pecados.
3. Te dio un corazón Nuevo.
4. Te volvió a crear, haciéndote espíritu totalmente nuevo.
5. Puso dentro de ti y contigo a Su Santo Espíritu como las arras de la promesa.
6. Él dio Su Ley en tu mente y la escribió en tu corazón.
En resumen, aquella noche en Belén, Jesús se presentó en el mundo como el cumplimiento de la promesa del Padre para pagar todos tus pecados y justificarte, una vez justificada(o) te perdonó, una vez perdonada(o) te santificó para hacerte Nacer de Nuevo dándote la Vida Eterna que sólo pueden gozar los Hijos de Dios, pues has sido engendrada(o) por el Espíritu Santo de Dios.
Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy. Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y como posesión tuya los confines de la tierra (Sal 2.7-8).
Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios (1 Jn 5.1a).
siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 P 1.23).
Sin duda, tú eres un(a) Hija de Dios Nacida(o) de Nuevo, no de una semilla que se pueda corromper sino de la incorruptible semilla que es la Palabra de Dios, que vive y permanece para siempre. Y esto mi amada(o) se llama ¡Redención Total!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, en este día tan especial en el que vamos a recordar la noche en que Tu Hijo Jesús vino al mundo para cumplir Tu Palabra, no puedo menos que agradecerte y decirte cuánto te amo. Señor Jesús, no encuentro palabras suficientes para declararte mi amor y gratitud. Por lo que hiciste por mí en esa cruz fui hecho justa(o); al vencer a la muerte y resucitar de entre los muertos me abriste el camino a la Vida Eterna. Espíritu Santo, al darme Tú la fe para creer en la Palabra de Dios, para creer en Jesús como mi Señor y Salvador, me hiciste Nacer de Nuevo dotándome de la Vida Eterna que Él pagó a precio de Su Sangre. Ahora, por la Sangre del Nuevo Pacto, soy Nueva Creatura, las cosas viejas pasaron y he aquí que toda mi vida es hecha nueva. ¡Gracias Padre! ¡Gracias Jesús! ¡Gracias Espíritu Santo! Ahora comprendo más el por qué en todas las cosas soy más que vencedor(a), pues TODO lo puedo en Cristo Jesús, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. Sé que soy Tuya(o), Padre, y que los he vencido (al mundo y sus deseos engañosos), pues mayor eres Tú, Espíritu Santo, que estás en mí y conmigo, que el que está en el mundo. Sé que soy un(a) Hija(o) del Rey por lo que Jesús hizo por Amor a mí. En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
                                                                                   
Diciembre 24                                     Luc 1.57-80   /  Ez 35-36  /  Isa 59

jueves, 29 de diciembre de 2011

¡Si en Verdad quieres ser dichosa(o), mil veces feliz, en esta vida, entonces, aquí está el cómo!

Viernes 23 de Diciembre de 2011.
¡Se cumplirá todo lo que te ha sido dicho departe del Señor!
Por Riqui Ricón*
Y bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor (Luc 1.45).
¿Sabías que hay una cosa que nuestro Dios y Padre, el Todopoderoso, no puede hacer? Él no puede mentir. Su Palabra, las Palabras que salen de Su boca, es la Palabra de Dios y una vez que ha sido hablada, tiene todo el poder y la autoridad de Dios para hacerse cumplir a sí misma.
Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía (He 11.3).
Dice la escritura que, En el principio creó Dios los cielos y la tierra (Gen 1.1). Pero, ¿cómo los creó? Cuando Él dijo, sea la luz, eso exactamente fue lo que sucedió: la luz fue hecha de la Palabra de Dios.
Así que, todo lo que existe, todo lo que es, lo visible y lo invisible, ha sido constituido por la Palabra de Dios.
Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza (Efe 6.10).
Como te puedes dar cuenta, el poder de la fuerza de Dios no está en sus músculos, ni en sus relámpagos y truenos, ni en sus ángeles sino en Su Palabra. Lo único que Él necesita hacer para que sucedan las cosas es hablar Su Palabra. ¡Lo que Él dice, eso mismo sucede! Al fin y al cabo, Él es Dios.
Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará. Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe (Mat 8.8-10).
Es por esto que, bienaventurada(o), mil veces feliz, serás por creer, pues se cumplirá todo lo que el Señor te ha dicho en Su Palabra, la Biblia.
Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía (Sal 84.12).
Cuando a la virgen María, ante los asombrosos sucesos que se abrían delante de sus pies, se le explicó porque era ella muy favorecida y que, a pesar de su situación, nada hay imposible para Dios, Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra (Luc 1.38). Nota que no respondió, hágase conmigo conforme a Tu Voluntad sino conforme a Tu Palabra.
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo (Jn 16.33).
Cuando sabes que sabes, que la Biblia es la Verdad, pues es Palabra de Dios, y sabes que sabes, que TODO lo que Dios dijo, Él lo va hacer, lo que Él hablo, lo va a ejecutar, entonces, aunque estés en medio de la más grande aflicción, puedes confiar en Él, puedes confiar en Su Palabra, Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús (Fil 4.7).
En Verdad existe un camino para llegar a ser dichosa(o) y éste es: confiar en Dios.
Recuerda que Él te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti, y ahora, por lo que Jesús hizo por ti, eres un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo, nacida(o) del Amor de Dios.
Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él (1 Jn 3.1).
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, que hermoso es saberse tan amada(o) por Ti. Que sublime sensación es saber que has establecido en Tu Palabra, eterna, perfecta e infalible, que aunque yo ande en valle de sombra y de muerte no voy a temer, pues sé que Tú estás conmigo; que aunque las aflicciones vengan sobre mí, sé que de TODAS ellas voy a salir más que vencedor(a) por medio de Aquel que me amó, Cristo Jesús. ¡Escrito está! ¡Tú no mientes ni Te arrepiente! ¡Lo has dicho y lo vas hacer! ¡Lo has hablado y lo vas a ejecutar! ¡Gracias, precioso Dios! Y a Ti, amado Señor Jesús, quiero decirte que te amo con todo mi ser, con todas mis fuerzas y con todo mi corazón. Por lo que hiciste por mí en la cruz, al morir pagando todos mis pecados y al vencer a la muerte, resucitando de entre los muertos, para darme la Vida Eterna y hacerme nacer de Nuevo como un(a) Hija(o) de Dios, ahora tengo identidad, ahora sé perfectamente quién yo soy. Por lo tanto, no voy a temer más. Me determino a ser dichosa(o) haciendo de Tu Palabra, la Biblia, la norma máxima de mi existencia; la pondré en mi boca, mente y corazón; voy a leerla y meditarla de día y de noche para guardarla y hacer conforme a todo lo que Tú, precioso Dios, dices en ella; porque sé que entonces haré prosperar mi camino y todo me saldrá bien. En el nombre de Jesús. Muchas Gracias, Señor. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
                                                                                   
Diciembre 23                                     Luc 1.26-56   /  Ez 34 /  Isa 58

miércoles, 28 de diciembre de 2011

¡En Verdad puedo ser libre!

Jueves 22 de Diciembre de 2011.
¡Para que conozcas bien la Verdad!
Por Riqui Ricón*
Puesto que ya muchos han tratado de poner en orden la historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas, tal como nos lo enseñaron los que desde el principio lo vieron con sus ojos, y fueron ministros de la palabra (Luc 1.1-2).
La Biblia, la Palabra de Dios, es la Verdad y presenta las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas. La Biblia es la lámpara que alumbra el camino que se abre ante tus pies.
Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino (Sal 119.105).
La Palabra de Dios tiene la virtud de producir fe en el creyente y ha sido escrita para tu beneficio y bendición, para que, creyendo, conozcas que Dios no miente, que TODO lo que Él ha dicho lo va hacer y TODO lo que Él ha hablado lo va a ejecutar.
Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje,  y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo (Ro 10.17 NVI).
Por esto, es asunto de suma seguridad para tu vida que cada día te fortalezcas con Su Palabra, pues cada situación adversa que enfrentes el día de hoy intentará sembrar una mentira en tu corazón como: ahora si está muy difícil; no vas a poder; siempre es lo mismo y nunca va a cambiar; eres un(a) fracasada(o) e irresponsable; es incurable; es imposible, etc., etc., etc.
Sólo necesitas recordar que antes de desobedecer, Adán y Eva, dudaron de la Palabra de Dios para creer las mentiras que Satanás, la serpiente antigua, les dijo: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal (Gen 3.4-5).
¿Y de quién te asustaste y temiste, que has faltado a la fe, y no te has acordado de mí, ni te vino al pensamiento? ¿No he guardado silencio desde tiempos antiguos, y nunca me has temido? (Isa 57.11).
El engaño y la mentira producen miedo y ansiedad y su propósito es robarte tu fe, ya que con ella, con la fe, le crees a Dios, conoces la Verdad y la Verdad te hace libre. El ladrón no viene sino a matar, hurtar y destruir, pero Jesús ha venido a tu vida para darte la Vida Plena y Abundante de los Hijos de Dios Nacidos de Nuevo: la Vida Eterna.
Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (Ro 6.23).
A pesar de cómo hayas vivido tu vida, el Amor que Dios siente por ti es lo que te permite creer y confiar para recibir todas las buenas promesas que Él te ha hecho en Su Palabra.
He visto sus caminos; pero le sanaré, y le pastorearé, y le daré consuelo a él y a sus enlutados; produciré fruto de labios: Paz, paz al que está lejos y al cercano, dijo Jehová; y lo sanaré (Isa 57.18-19).
Dios es bueno y fiel a Su Palabra. Él te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti, y así, ganándote a ti, dotarte de esa Nueva Naturaleza por la cual te puede llamar Hija(o) Suya(o).
Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él (1 Jn 3.1).
El mundo y su sistema basado en el miedo, la angustia y la condenación siempre luchará contra ti tratando de someterte a sus mentiras, pues tú, como Jesús, no eres de este mundo y ahora conoces la Verdad.
Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad (Jn 17.14-17).
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, en este día quiero manifestarte lo agradecida(o) que estoy por haberme dado Tu Palabra, la Biblia, como lámpara a mis pies y luz en mi camino. Gracias porque es Tu Palabra de Honor yy puedo confiar plenamente en Ti. Señor Jesús, por lo que hiciste por mí, ahora soy un(a) Hija(o) del Padre, tal como Tú lo eres. Con Tu muerte en la cruz y Tu Sangre preciosa, derramada hasta la última gota, por Amor a mí, pagaste todos mis pecados otorgándome la justificación; con Tu resurrección me has dado una Nueva Naturaleza: Tu Naturaleza, la de Hija(o) de Dios y tengo la victoria sobre la muerte, pues la paga del pecado es muerte, ¡mas el regalo del Padre eres Tú, Jesucristo, la Vida Eterna! En Cristo Jesús, yo _____________ (tu nombre aquí), soy justa(o), soy santa(o) y soy eterna(o). Por lo tanto, amado Señor Jesús, no voy a temer sino a creer. Yo soy quien Tú dices en Tu Palabra, la Biblia, que soy: en TODAS las cosas soy más que vencedor(a), pues TODO lo puedo en Cristo que me fortalece. ¡Soy un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo y he vencido, pues mayor es el Espíritu Santo, que está en mí y conmigo, que el que está en el mundo! Por Tu Palabra, ¡soy sana(o)! ¡Soy libre! ¡Soy próspera(o)! Y voy a vivir lo que resta de este año y de mi vida, que es eterna, en el amor, el gozo y la paz que sólo yo puedo tener, pues sé, sin lugar a dudas, que soy Hija(o) del Rey. En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
                                                                                   
Diciembre 22                                     Luc 1.1-25   /  Ez 33 /  Isa 57