23 de Febrero
¡Posiciónate para brillar e
iluminar a los demás!
Por Riqui Ricón*
Tu eres un(a) Hijo(a) de Dios
Nacido(a) de Nuevo y fuiste dejado(a) en este mundo con un propósito muy
especial por parte de tu Padre celestial. Cristo Jesús te lo señala claramente
al afirmar de ti, en Su Palabra:
» Ustedes son como una luz que ilumina a todos. Son como una ciudad
construida en la parte más alta de un cerro y que todos pueden ver. Nadie
enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón. Todo lo contrario: la
pone en un lugar alto para que alumbre a todos los que están en la casa. De la misma manera, la conducta de ustedes
debe ser como una luz que ilumine y muestre cómo se obedece a Dios. Hagan
buenas acciones. Así los demás las verán y alabarán a Dios, el Padre de ustedes
que está en el cielo (Mat 5:14-16 TLA).
Sea cual sea tu situación actual,
debes saber que has sido predestinado por Dios para desarrollar una Vida
extraordinaria, mucho más allá de lo posible. Cuando aceptaste el sacrificio de
Jesús, Su muerte y Su resurrección, como el justo pago por todos tus pecados
recibiste, como un regalo, la Vida Eterna, la cual es un atributo exclusivo de
la deidad de Dios.
Pues la paga que deja el pecado es la muerte, pero el regalo que Dios da
es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor (Rom 6:23
NTV).
Así que ahora eres un(a)
legítimo(a) y auténtico(a) Hijo de Dios Nacido(a) de Nuevo. Antes solamente
eras una criatura más, pero gracias a que el precio ya fue pagado y el regalo
aceptado, de acuerdo con La Biblia, que es La Palabra de Dios y no miente,
ahora le perteneces a Dios y el(la) viejo(a) hombre(mujer) limitado(a) por sus
pecados y por la muerte, que tú antes eras, ¡no existe más!
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas
viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2Co 5:17
RV60).
Es por esto por lo que Jesús puede
afirmar en Su Palabra que tú eres “la luz
del mundo”, “una luz que ilumina a todos”. Por lo tanto, porque lo dice
Dios y está escrito en Su Palabra La Biblia, esto es lo que en Verdad tú eres.
Sin importar tus circunstancias o aflicciones que estés enfrentando, tú eres y
seguirás siendo la persona que Dios dice en Su Palabra que ahora eres. Aunque
tú no lo creas, pues tu FE no condiciona a La Palabra de Dios, sino que La
Palabra de Dios le da Vida a tu FE.
Mas la fe nace cuando se presta atención a las Buenas Noticias acerca de
Jesucristo (Rom 10:17 NT BAD).
Ahora bien, dado que tú eres el(la)
amado(a) de Dios, Su especial tesoro, cabe preguntarse aquí, ¿Por qué mi Padre
celestial, quien me ama tanto, quien prefirió entregar a Su Único Hijo antes
que perderme a mí, me dejó en este mundo lleno de maldad, sufrimiento y
obscuridad? ¿Por qué me dejó aquí en lugar de recogerme y llevarme allá con Él,
donde todo es luz, alegría y bondad? ¿Este Dios y Padre que me ama tanto me
habrá dejado en este mundo para ver si yo en verdad creo en Él, para ver si mi FE
es verdadera? Veamos que dice La Biblia.
“Ninguna cosa creada escapa a la vista de Dios. Todo está al
descubierto, expuesto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas”
(Heb 4:13 NVI).
Dios, mi Padre, ¡TODO lo sabe! ¡TODO
lo conoce!
Entonces, ¿este Dios y Padre que
me ama tanto me habrá dejado en este mundo para que atraviese el valle de
lágrimas? Veamos que dice La Biblia.
Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, En cuyo corazón
están tus caminos. Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente,
Cuando la lluvia llena los estanques (Sal 84.5-6).
¡Efectivamente! Dios te dejó en
este mundo para que atraviese el valle de lágrimas, pero NO para que lo hagas
llorando o sufriendo sino para que lo transformes en una fuente, en un manantial
que brote para ofrecer Vida Eterna a los que ahí padecen.
Tu vida en este mundo no tiene por
qué ser un valle de lágrimas, tristezas y sufrimientos. Puesto que la Biblia,
que es la Palabra de Honor de Dios, y establece que Jesús vino a ti para darte Vida
Eterna (que es la Vida plena y abundante que sólo pueden disfrutar los Hijos de
Dios), entonces, insisto, sin importar los problemas, enfermedades o aflicciones
que hoy estés enfrentando, y sin lugar a dudas, TÚ ERES ese(a) hombre mujer)
bienaventurado(a) quien obtienes de Dios tu fuerza; y Su Palabra y Sus caminos
están en tu corazón. ¡Tú eres ese(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo que,
atravesando el valle de lágrimas lo conviertes en un manantial de Vida , pues
Jesucristo vive en ti y contigo y Su Palabra dentro de ti es esa fuente que
salta para Vida Eterna.
¿Puedes decirlo en voz audible
conmigo? ¡Yo Soy la sal de la tierra! ¡Yo Soy la luz del mundo!
Así has sido llamado(a) por la
Palabra de Dios PARA bendecir a los demás. ¡Tienes propósito en este mundo!
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo
adquirido por Dios, PARA que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de
las tinieblas a su luz admirable (1 P 2.9).
Tú has sido dejado por Dios, tu
Padre, en este mundo para anunciar a otros del gran Amor de Aquel que te ha
librado de la potestad de las tinieblas y te ha trasladado al reino de Su Amado
Hijo, Jesús.
Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad
enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia
recibisteis, dad de gracia (Mat 10.7-8).
Ahora, tú eres el representante de
Dios, tu Padre, en este mundo, y por lo tanto, eres un agente de cambio y
bendición, para todos aquellos que están sufriendo las consecuencias de la
esclavitud que producen el pecado y la muerte.
Y les dijo: id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda
criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere,
será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán
fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si
bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus
manos, y sanarán (Mar 16.15-18).
Recuerda que, si Dios lo dijo,
entonces Él lo va a cumplir y si Dios lo hablo, entonces Él lo va a ejecutar.
Dios no es hombre para que mienta ni hijo de hombre para que se arrepienta.
Tú estás aquí como un(a) Hijo(a)
de Dios Nacido(a) de Nuevo para algo mucho más importante que sobrevivir
mediante un empleo o negocio, y adquirir bienes materiales como propiedades,
casas o automóviles o alcanzar un buen nivel de vida. Tú estás aquí para SER
LUZ en medio de las tinieblas y establecer el Reino de tu Padre celestial sobre
este mundo perdido.
Oremos
en voz audible:
Amado Padre celestial, hoy, una vez más, quiero
darte las gracias por tanto y tan gran Amor con que me has amado, pues no
solamente estaba yo muerto(a) en delitos y pecados, cuando entregaste a Tu
Hijo, Cristo Jesús, para que pagara todos mis pecados; sino que además, me has
llamado Tu Hijo(a) y me has adoptado legal y legítimamente, con los mismos
privilegios y obligaciones que tiene Jesús. Precioso Dios, todo esto me permite
posicionarme en la Victoria que ganaste para mí. Por eso creo y declaro que, sin
importar las circunstancias del momento o la forma en que hoy me siento, yo [__________
tu nombre aquí], soy ese(a) Hijo(a) que Tú, mi Dios y Padre, siempre has
deseado, justo(a), santo(a) y perfecto(a). Lo sé porque así está escrito en Tu
Palabra y esa es la Verdad. Estoy dispuesto(a) a dejar atrás todas esas
emociones y pensamientos negativos de fracaso y de derrota. Esa vieja
naturaleza nada tiene en mí, pues yo he sido regenerado(a) en Cristo Jesús para
vivir una vida plena y victoriosa. Lo sé porque lo dice la Biblia, lo creo
porque es Tu Palabra de Honor y me dispongo, con Tu ayuda, Espíritu Santo, a vivirlo.
Viviré esa vida prospera, en salud, amor, paz y gozo que Tú, oh Dios, deseas
para mí. Yo, _____________ (tu nombre aquí), soy un(a) Hijo(a) de Dios
Nacido(a) de Nuevo. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece, pues mayor es el
que está en mí que el que está en el mundo y ese eres Tú, Precioso Espíritu de
Dios. No le daré lugar al diablo y a sus mentiras en mi vida. ¡No voy a temer
más! Echo fuera de mi vida toda ansiedad e inquietud. ¡En todas las cosas soy más que vencedor(a)
por medio de Aquel que me amó, Cristo Jesús! ¡Ya he sido sanada(o) por las
heridas de Jesús! ¡He sido establecido(a) para reinar en esta vida por la
sangre de Jesús! Tú, mi Dios y Padre, me has dado propósito en este mundo. ¡Soy
la luz del mundo y he de brillar con la luz del Evangelio de la Salvación!
Estoy dispuesto(a) a permitir que Tu Amor fluya en mí y ser Tu instrumento de
bendición. En esta misión, no hay forma que pueda perder, pues Tú, mi Dios y
Padre, estás en mí y conmigo, y si Dios es conmigo, ¿quién contra mí? ¡Soy sano(a)!
¡Soy libre! ¡Soy próspera(a)! ¡Soy feliz! En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco
una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible
poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de
Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados,
y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto.
¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada
hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar
porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y
suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues
con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido
trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo!
¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré
solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2011
Lectura y
Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas
lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Febrero 23 Mat 5.1-20
/ Ex 28-29 /
Pro 13
San
Mateo 5.1-20
El Sermón del
monte: Las bienaventuranzas
(Lc. 6.20–23)
5
1Viendo la multitud,
subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos. 2Y
abriendo su boca les enseñaba, diciendo:
3Bienaventurados los
pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
4Bienaventurados los
que lloran, porque ellos recibirán consolación.
5Bienaventurados los
mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.
6Bienaventurados los
que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
7Bienaventurados los
misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
8Bienaventurados los
de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
9Bienaventurados los
pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
10Bienaventurados los
que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino
de los cielos.
11Bienaventurados
sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal
contra vosotros, mintiendo. 12Gozaos y alegraos, porque vuestro
galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que
fueron antes de vosotros.
La sal de la tierra
13Vosotros sois la
sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No
sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.
La luz del mundo
14Vosotros sois la
luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. 15Ni
se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y
alumbra a todos los que están en casa. 16Así alumbre vuestra luz
delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a
vuestro Padre que está en los cielos.
Jesús y la ley
17No penséis que he
venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para
cumplir. 18Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y
la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya
cumplido. 19De manera que cualquiera que quebrante uno de estos
mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado
en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será
llamado grande en el reino de los cielos. 20Porque os digo que si
vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis
en el reino de los cielos.
Exodo
28-29
Las vestiduras de
los sacerdotes
(Ex. 39.1–31)
28
1Harás llegar
delante de ti a Aarón tu hermano, y a sus hijos consigo, de entre los hijos de Israel,
para que sean mis sacerdotes; a Aarón y a Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar hijos
de Aarón. 2Y harás vestiduras sagradas a Aarón tu hermano, para
honra y hermosura. 3Y tú hablarás a todos los sabios de corazón, a
quienes yo he llenado de espíritu de sabiduría, para que hagan las vestiduras
de Aarón, para consagrarle para que sea mi sacerdote. 4Las
vestiduras que harán son estas: el pectoral, el efod, el manto, la túnica
bordada, la mitra y el cinturón. Hagan, pues, las vestiduras sagradas para
Aarón tu hermano, y para sus hijos, para que sean mis sacerdotes.
5Tomarán oro, azul,
púrpura, carmesí y lino torcido, 6y harán el efod de oro, azul,
púrpura, carmesí y lino torcido, de obra primorosa. 7Tendrá dos
hombreras que se junten a sus dos extremos, y así se juntará. 8Y su
cinto de obra primorosa que estará sobre él, será de la misma obra, parte del
mismo; de oro, azul, púrpura, carmesí y lino torcido. 9Y tomarás dos
piedras de ónice, y grabarás en ellas los nombres de los hijos de Israel; 10seis
de sus nombres en una piedra, y los otros seis nombres en la otra piedra,
conforme al orden de nacimiento de ellos. 11De obra de grabador en
piedra, como grabaduras de sello, harás grabar las dos piedras con los nombres
de los hijos de Israel; les harás alrededor engastes de oro. 12Y
pondrás las dos piedras sobre las hombreras del efod, para piedras memoriales a
los hijos de Israel; y Aarón llevará los nombres de ellos delante de Jehová
sobre sus dos hombros por memorial. 13Harás, pues, los engastes de
oro, 14y dos cordones de oro fino, los cuales harás en forma de
trenza; y fijarás los cordones de forma de trenza en los engastes.
15Harás asimismo el
pectoral del juicio de obra primorosa, lo harás conforme a la obra del efod, de
oro, azul, púrpura, carmesí y lino torcido. 16Será cuadrado y doble,
de un palmo de largo y un palmo de ancho; 17y lo llenarás de
pedrería en cuatro hileras de piedras; una hilera de una piedra sárdica, un
topacio y un carbunclo; 18la segunda hilera, una esmeralda, un
zafiro y un diamante; 19la tercera hilera, un jacinto, una ágata y
una amatista; 20la cuarta hilera, un berilo, un ónice y un jaspe.
Todas estarán montadas en engastes de oro. 21Y las piedras serán
según los nombres de los hijos de Israel, doce según sus nombres; como
grabaduras de sello cada una con su nombre, serán según las doce tribus. 22Harás
también en el pectoral cordones de hechura de trenzas de oro fino. 23Y
harás en el pectoral dos anillos de oro, los cuales pondrás a los dos extremos
del pectoral. 24Y fijarás los dos cordones de oro en los dos anillos
a los dos extremos del pectoral; 25y pondrás los dos extremos de los
dos cordones sobre los dos engastes, y los fijarás a las hombreras del efod en
su parte delantera. 26Harás también dos anillos de oro, los cuales
pondrás a los dos extremos del pectoral, en su orilla que está al lado del efod
hacia adentro. 27Harás asimismo los dos anillos de oro, los cuales
fijarás en la parte delantera de las dos hombreras del efod, hacia abajo,
delante de su juntura sobre el cinto del efod. 28Y juntarán el
pectoral por sus anillos a los dos anillos del efod con un cordón de azul, para
que esté sobre el cinto del efod, y no se separe el pectoral del efod. 29Y
llevará Aarón los nombres de los hijos de Israel en el pectoral del juicio
sobre su corazón, cuando entre en el santuario, por memorial delante de Jehová
continuamente. 30Y pondrás en el pectoral del juicio Urim y Tumim,
para que estén sobre el corazón de Aarón cuando entre delante de Jehová; y
llevará siempre Aarón el juicio de los hijos de Israel sobre su corazón delante
de Jehová.
31Harás el manto del
efod todo de azul; 32y en medio de él por arriba habrá una abertura,
la cual tendrá un borde alrededor de obra tejida, como el cuello de un
coselete, para que no se rompa. 33Y en sus orlas harás granadas de
azul, púrpura y carmesí alrededor, y entre ellas campanillas de oro alrededor. 34Una
campanilla de oro y una granada, otra campanilla de oro y otra granada, en toda
la orla del manto alrededor. 35Y estará sobre Aarón cuando ministre;
y se oirá su sonido cuando él entre en el santuario delante de Jehová y cuando
salga, para que no muera.
36Harás además una
lámina de oro fino, y grabarás en ella como grabadura de sello, SANTIDAD A
JEHOVÁ. 37Y la pondrás con un cordón de azul, y estará sobre la
mitra; por la parte delantera de la mitra estará. 38Y estará sobre
la frente de Aarón, y llevará Aarón las faltas cometidas en todas las cosas
santas, que los hijos de Israel hubieren consagrado en todas sus santas
ofrendas; y sobre su frente estará continuamente, para que obtengan gracia
delante de Jehová.
39Y bordarás una
túnica de lino, y harás una mitra de lino; harás también un cinto de obra de
recamador.
40Y para los hijos de
Aarón harás túnicas; también les harás cintos, y les harás tiaras para honra y
hermosura. 41Y con ellos vestirás a Aarón tu hermano, y a sus hijos
con él; y los ungirás, y los consagrarás y santificarás, para que sean mis
sacerdotes. 42Y les harás calzoncillos de lino para cubrir su
desnudez; serán desde los lomos hasta los muslos. 43Y estarán sobre
Aarón y sobre sus hijos cuando entren en el tabernáculo de reunión, o cuando se
acerquen al altar para servir en el santuario, para que no lleven pecado y
mueran. Es estatuto perpetuo para él, y para su descendencia después de él.
Consagración de
Aarón y de sus hijos
(Lv. 8.1–36)
29
1Esto es lo que les
harás para consagrarlos, para que sean mis sacerdotes: Toma un becerro de la
vacada, y dos carneros sin defecto; 2y panes sin levadura, y tortas
sin levadura amasadas con aceite, y hojaldres sin levadura untadas con aceite;
las harás de flor de harina de trigo. 3Y las pondrás en un
canastillo, y en el canastillo las ofrecerás, con el becerro y los dos
carneros. 4Y llevarás a Aarón y a sus hijos a la puerta del tabernáculo
de reunión, y los lavarás con agua. 5Y tomarás las vestiduras, y
vestirás a Aarón la túnica, el manto del efod, el efod y el pectoral, y le
ceñirás con el cinto del efod; 6y pondrás la mitra sobre su cabeza,
y sobre la mitra pondrás la diadema santa. 7Luego tomarás el aceite
de la unción, y lo derramarás sobre su cabeza, y le ungirás. 8Y
harás que se acerquen sus hijos, y les vestirás las túnicas. 9Les
ceñirás el cinto a Aarón y a sus hijos, y les atarás las tiaras, y tendrán el
sacerdocio por derecho perpetuo. Así consagrarás a Aarón y a sus hijos.
10Después llevarás el
becerro delante del tabernáculo de reunión, y Aarón y sus hijos pondrán sus
manos sobre la cabeza del becerro. 11Y matarás el becerro delante de
Jehová, a la puerta del tabernáculo de reunión. 12Y de la sangre del
becerro tomarás y pondrás sobre los cuernos del altar con tu dedo, y derramarás
toda la demás sangre al pie del altar. 13Tomarás también toda la
grosura que cubre los intestinos, la grosura de sobre el hígado, los dos riñones,
y la grosura que está sobre ellos, y lo quemarás sobre el altar. 14Pero
la carne del becerro, y su piel y su estiércol, los quemarás a fuego fuera del
campamento; es ofrenda por el pecado.
15Asimismo tomarás
uno de los carneros, y Aarón y sus hijos pondrán sus manos sobre la cabeza del
carnero. 16Y matarás el carnero, y con su sangre rociarás sobre el
altar alrededor. 17Cortarás el carnero en pedazos, y lavarás sus
intestinos y sus piernas, y las pondrás sobre sus trozos y sobre su cabeza. 18Y
quemarás todo el carnero sobre el altar; es holocausto de olor grato para
Jehová, es ofrenda quemada a Jehová.
19Tomarás luego el
otro carnero, y Aarón y sus hijos pondrán sus manos sobre la cabeza del
carnero. 20Y matarás el carnero, y tomarás de su sangre y la pondrás
sobre el lóbulo de la oreja derecha de Aarón, sobre el lóbulo de la oreja de
sus hijos, sobre el dedo pulgar de las manos derechas de ellos, y sobre el dedo
pulgar de los pies derechos de ellos, y rociarás la sangre sobre el altar
alrededor. 21Y con la sangre que estará sobre el altar, y el aceite
de la unción, rociarás sobre Aarón, sobre sus vestiduras, sobre sus hijos, y
sobre las vestiduras de éstos; y él será santificado, y sus vestiduras, y sus
hijos, y las vestiduras de sus hijos con él.
22Luego tomarás del
carnero la grosura, y la cola, y la grosura que cubre los intestinos, y la
grosura del hígado, y los dos riñones, y la grosura que está sobre ellos, y la
espaldilla derecha; porque es carnero de consagración. 23También una
torta grande de pan, y una torta de pan de aceite, y una hojaldre del
canastillo de los panes sin levadura presentado a Jehová, 24y lo
pondrás todo en las manos de Aarón, y en las manos de sus hijos; y lo mecerás
como ofrenda mecida delante de Jehová. 25Después lo tomarás de sus
manos y lo harás arder en el altar, sobre el holocausto, por olor grato delante
de Jehová. Es ofrenda encendida a Jehová.
26Y tomarás el pecho
del carnero de las consagraciones, que es de Aarón, y lo mecerás por ofrenda
mecida delante de Jehová; y será porción tuya. 27Y apartarás el
pecho de la ofrenda mecida, y la espaldilla de la ofrenda elevada, lo que fue
mecido y lo que fue elevado del carnero de las consagraciones de Aarón y de sus
hijos, 28y será para Aarón y para sus hijos como estatuto perpetuo
para los hijos de Israel, porque es ofrenda elevada; y será una ofrenda elevada
de los hijos de Israel, de sus sacrificios de paz, porción de ellos elevada en
ofrenda a Jehová.
29Y las vestiduras
santas, que son de Aarón, serán de sus hijos después de él, para ser ungidos en
ellas, y para ser en ellas consagrados. 30Por siete días las vestirá
el que de sus hijos tome su lugar como sacerdote, cuando venga al tabernáculo
de reunión para servir en el santuario.
31Y tomarás el
carnero de las consagraciones, y cocerás su carne en lugar santo. 32Y
Aarón y sus hijos comerán la carne del carnero, y el pan que estará en el
canastillo, a la puerta del tabernáculo de reunión. 33Y comerán
aquellas cosas con las cuales se hizo expiación, para llenar sus manos para
consagrarlos; mas el extraño no las comerá, porque son santas. 34Y
si sobrare hasta la mañana algo de la carne de las consagraciones y del pan,
quemarás al fuego lo que hubiere sobrado; no se comerá, porque es cosa santa.
35Así, pues, harás a
Aarón y a sus hijos, conforme a todo lo que yo te he mandado; por siete días
los consagrarás. 36Cada día ofrecerás el becerro del sacrificio por
el pecado, para las expiaciones; y purificarás el altar cuando hagas expiación
por él, y lo ungirás para santificarlo. 37Por siete días harás
expiación por el altar, y lo santificarás, y será un altar santísimo:
cualquiera cosa que tocare el altar, será santificada.
Las ofrendas
diarias
(Nm. 28.1–8)
38Esto es lo que
ofrecerás sobre el altar: dos corderos de un año cada día, continuamente. 39Ofrecerás
uno de los corderos por la mañana, y el otro cordero ofrecerás a la caída de la
tarde. 40Además, con cada cordero una décima parte de un efa de flor
de harina amasada con la cuarta parte de un hin de aceite de olivas machacadas;
y para la libación, la cuarta parte de un hin de vino. 41Y ofrecerás
el otro cordero a la caída de la tarde, haciendo conforme a la ofrenda de la
mañana, y conforme a su libación, en olor grato; ofrenda encendida a Jehová. 42Esto
será el holocausto continuo por vuestras generaciones, a la puerta del
tabernáculo de reunión, delante de Jehová, en el cual me reuniré con vosotros,
para hablaros allí. 43Allí me reuniré con los hijos de Israel; y el
lugar será santificado con mi gloria. 44Y santificaré el tabernáculo
de reunión y el altar; santificaré asimismo a Aarón y a sus hijos, para que
sean mis sacerdotes. 45Y habitaré entre los hijos de Israel, y seré
su Dios. 46Y conocerán que yo soy Jehová su Dios, que los saqué de
la tierra de Egipto, para habitar en medio de ellos. Yo Jehová su Dios.
Proverbios 13
13
1 El hijo sabio recibe el consejo del padre;
Mas el burlador no escucha las reprensiones.
2 Del fruto de su
boca el hombre comerá el bien;
Mas el alma de los prevaricadores hallará el mal.
3 El que guarda su
boca guarda su alma;
Mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad.
4 El alma del
perezoso desea, y nada alcanza;
Mas el alma de los diligentes será prosperada.
5 El justo aborrece
la palabra de mentira;
Mas el impío se hace odioso e infame.
6 La justicia guarda
al de perfecto camino;
Mas la impiedad trastornará al pecador.
7 Hay quienes
pretenden ser ricos, y no tienen nada;
Y hay quienes pretenden ser pobres, y tienen muchas
riquezas.
8 El rescate de la
vida del hombre está en sus riquezas;
Pero el pobre no oye censuras.
9 La luz de los
justos se alegrará;
Mas se apagará la lámpara de los impíos.
10 Ciertamente la soberbia
concebirá contienda;
Mas con los avisados está la sabiduría.
11 Las riquezas de
vanidad disminuirán;
Pero el que recoge con mano laboriosa las aumenta.
12 La esperanza que se
demora es tormento del corazón;
Pero árbol de vida es el deseo cumplido.
13 El que menosprecia
el precepto perecerá por ello;
Mas el que teme el mandamiento será recompensado.
14 La ley del sabio es
manantial de vida
Para apartarse de los lazos de la muerte.
15 El buen
entendimiento da gracia;
Mas el camino de los transgresores es duro.
16 Todo hombre
prudente procede con sabiduría;
Mas el necio manifestará necedad.
17 El mal mensajero
acarrea desgracia;
Mas el mensajero fiel acarrea salud.
18 Pobreza y vergüenza
tendrá el que menosprecia el consejo;
Mas el que guarda la corrección recibirá honra.
19 El deseo cumplido
regocija el alma;
Pero apartarse del mal es abominación a los necios.
20 El que anda con
sabios, sabio será;
Mas el que se junta con necios será quebrantado.
21 El mal perseguirá a
los pecadores,
Mas los justos serán premiados con el bien.
22 El bueno dejará
herederos a los hijos de sus hijos;
Pero la riqueza del pecador está guardada para el justo.
23 En el barbecho de
los pobres hay mucho pan;
Mas se pierde por falta de juicio.
24 El que detiene el
castigo, a su hijo aborrece;
Mas el que lo ama, desde temprano lo corrige.
25 El justo come hasta
saciar su alma;
Mas el vientre de los impíos tendrá necesidad.
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