miércoles, 20 de febrero de 2019

¡Cómo brillar con la Luz de Jesucristo!



23 de Febrero
¡Posiciónate para brillar e iluminar a los demás!
Por Riqui Ricón*

Tu eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y fuiste dejado(a) en este mundo con un propósito muy especial por parte de tu Padre celestial. Cristo Jesús te lo señala claramente al afirmar de ti, en Su Palabra:

» Ustedes son como una luz que ilumina a todos. Son como una ciudad construida en la parte más alta de un cerro y que todos pueden ver. Nadie enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón. Todo lo contrario: la pone en un lugar alto para que alumbre a todos los que están en la casa.  De la misma manera, la conducta de ustedes debe ser como una luz que ilumine y muestre cómo se obedece a Dios. Hagan buenas acciones. Así los demás las verán y alabarán a Dios, el Padre de ustedes que está en el cielo (Mat 5:14-16 TLA).

Sea cual sea tu situación actual, debes saber que has sido predestinado por Dios para desarrollar una Vida extraordinaria, mucho más allá de lo posible. Cuando aceptaste el sacrificio de Jesús, Su muerte y Su resurrección, como el justo pago por todos tus pecados recibiste, como un regalo, la Vida Eterna, la cual es un atributo exclusivo de la deidad de Dios.

Pues la paga que deja el pecado es la muerte, pero el regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor (Rom 6:23 NTV).

Así que ahora eres un(a) legítimo(a) y auténtico(a) Hijo de Dios Nacido(a) de Nuevo. Antes solamente eras una criatura más, pero gracias a que el precio ya fue pagado y el regalo aceptado, de acuerdo con La Biblia, que es La Palabra de Dios y no miente, ahora le perteneces a Dios y el(la) viejo(a) hombre(mujer) limitado(a) por sus pecados y por la muerte, que tú antes eras, ¡no existe más!

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2Co 5:17 RV60).

Es por esto por lo que Jesús puede afirmar en Su Palabra que tú eres “la luz del mundo”, “una luz que ilumina a todos”. Por lo tanto, porque lo dice Dios y está escrito en Su Palabra La Biblia, esto es lo que en Verdad tú eres. Sin importar tus circunstancias o aflicciones que estés enfrentando, tú eres y seguirás siendo la persona que Dios dice en Su Palabra que ahora eres. Aunque tú no lo creas, pues tu FE no condiciona a La Palabra de Dios, sino que La Palabra de Dios le da Vida a tu FE.

Mas la fe nace cuando se presta atención a las Buenas Noticias acerca de Jesucristo (Rom 10:17 NT BAD).

Ahora bien, dado que tú eres el(la) amado(a) de Dios, Su especial tesoro, cabe preguntarse aquí, ¿Por qué mi Padre celestial, quien me ama tanto, quien prefirió entregar a Su Único Hijo antes que perderme a mí, me dejó en este mundo lleno de maldad, sufrimiento y obscuridad? ¿Por qué me dejó aquí en lugar de recogerme y llevarme allá con Él, donde todo es luz, alegría y bondad? ¿Este Dios y Padre que me ama tanto me habrá dejado en este mundo para ver si yo en verdad creo en Él, para ver si mi FE es verdadera? Veamos que dice La Biblia.

Ninguna cosa creada escapa a la vista de Dios. Todo está al descubierto, expuesto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas” (Heb 4:13 NVI).

Dios, mi Padre, ¡TODO lo sabe! ¡TODO lo conoce!

Entonces, ¿este Dios y Padre que me ama tanto me habrá dejado en este mundo para que atraviese el valle de lágrimas? Veamos que dice La Biblia.

Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, En cuyo corazón están tus caminos. Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente, Cuando la lluvia llena los estanques (Sal 84.5-6).

¡Efectivamente! Dios te dejó en este mundo para que atraviese el valle de lágrimas, pero NO para que lo hagas llorando o sufriendo sino para que lo transformes en una fuente, en un manantial que brote para ofrecer Vida Eterna a los que ahí padecen.

Tu vida en este mundo no tiene por qué ser un valle de lágrimas, tristezas y sufrimientos. Puesto que la Biblia, que es la Palabra de Honor de Dios, y establece que Jesús vino a ti para darte Vida Eterna (que es la Vida plena y abundante que sólo pueden disfrutar los Hijos de Dios), entonces, insisto, sin importar los problemas, enfermedades o aflicciones que hoy estés enfrentando, y sin lugar a dudas, TÚ ERES ese(a) hombre mujer) bienaventurado(a) quien obtienes de Dios tu fuerza; y Su Palabra y Sus caminos están en tu corazón. ¡Tú eres ese(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo que, atravesando el valle de lágrimas lo conviertes en un manantial de Vida , pues Jesucristo vive en ti y contigo y Su Palabra dentro de ti es esa fuente que salta para Vida Eterna.

¿Puedes decirlo en voz audible conmigo? ¡Yo Soy la sal de la tierra! ¡Yo Soy la luz del mundo!

Así has sido llamado(a) por la Palabra de Dios PARA bendecir a los demás. ¡Tienes propósito en este mundo!

Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, PARA que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable (1 P 2.9).

Tú has sido dejado por Dios, tu Padre, en este mundo para anunciar a otros del gran Amor de Aquel que te ha librado de la potestad de las tinieblas y te ha trasladado al reino de Su Amado Hijo, Jesús.

Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia (Mat 10.7-8).

Ahora, tú eres el representante de Dios, tu Padre, en este mundo, y por lo tanto, eres un agente de cambio y bendición, para todos aquellos que están sufriendo las consecuencias de la esclavitud que producen el pecado y la muerte.

Y les dijo: id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán (Mar 16.15-18).

Recuerda que, si Dios lo dijo, entonces Él lo va a cumplir y si Dios lo hablo, entonces Él lo va a ejecutar. Dios no es hombre para que mienta ni hijo de hombre para que se arrepienta.

Tú estás aquí como un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo para algo mucho más importante que sobrevivir mediante un empleo o negocio, y adquirir bienes materiales como propiedades, casas o automóviles o alcanzar un buen nivel de vida. Tú estás aquí para SER LUZ en medio de las tinieblas y establecer el Reino de tu Padre celestial sobre este mundo perdido.


Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, hoy, una vez más, quiero darte las gracias por tanto y tan gran Amor con que me has amado, pues no solamente estaba yo muerto(a) en delitos y pecados, cuando entregaste a Tu Hijo, Cristo Jesús, para que pagara todos mis pecados; sino que además, me has llamado Tu Hijo(a) y me has adoptado legal y legítimamente, con los mismos privilegios y obligaciones que tiene Jesús. Precioso Dios, todo esto me permite posicionarme en la Victoria que ganaste para mí. Por eso creo y declaro que, sin importar las circunstancias del momento o la forma en que hoy me siento, yo [__________ tu nombre aquí], soy ese(a) Hijo(a) que Tú, mi Dios y Padre, siempre has deseado, justo(a), santo(a) y perfecto(a). Lo sé porque así está escrito en Tu Palabra y esa es la Verdad. Estoy dispuesto(a) a dejar atrás todas esas emociones y pensamientos negativos de fracaso y de derrota. Esa vieja naturaleza nada tiene en mí, pues yo he sido regenerado(a) en Cristo Jesús para vivir una vida plena y victoriosa. Lo sé porque lo dice la Biblia, lo creo porque es Tu Palabra de Honor y me dispongo, con Tu ayuda, Espíritu Santo, a vivirlo. Viviré esa vida prospera, en salud, amor, paz y gozo que Tú, oh Dios, deseas para mí. Yo, _____________ (tu nombre aquí), soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece, pues mayor es el que está en mí que el que está en el mundo y ese eres Tú, Precioso Espíritu de Dios. No le daré lugar al diablo y a sus mentiras en mi vida. ¡No voy a temer más! Echo fuera de mi vida toda ansiedad e inquietud.  ¡En todas las cosas soy más que vencedor(a) por medio de Aquel que me amó, Cristo Jesús! ¡Ya he sido sanada(o) por las heridas de Jesús! ¡He sido establecido(a) para reinar en esta vida por la sangre de Jesús! Tú, mi Dios y Padre, me has dado propósito en este mundo. ¡Soy la luz del mundo y he de brillar con la luz del Evangelio de la Salvación! Estoy dispuesto(a) a permitir que Tu Amor fluya en mí y ser Tu instrumento de bendición. En esta misión, no hay forma que pueda perder, pues Tú, mi Dios y Padre, estás en mí y conmigo, y si Dios es conmigo, ¿quién contra mí? ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspera(a)! ¡Soy feliz! En el nombre de Jesús. Amén.
 Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Febrero 23                  Mat 5.1-20 /  Ex 28-29 /  Pro 13

San Mateo 5.1-20

El Sermón del monte: Las bienaventuranzas
(Lc. 6.20–23)
5
1Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos. 2Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo:
3Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
4Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.
5Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.
6Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
7Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
8Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
9Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
10Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
11Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. 12Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.
La sal de la tierra
13Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.
La luz del mundo
14Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. 15Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. 16Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
Jesús y la ley
17No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. 18Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. 19De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. 20Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.

Exodo 28-29
Las vestiduras de los sacerdotes
(Ex. 39.1–31)
28
1Harás llegar delante de ti a Aarón tu hermano, y a sus hijos consigo, de entre los hijos de Israel, para que sean mis sacerdotes; a Aarón y a Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar hijos de Aarón. 2Y harás vestiduras sagradas a Aarón tu hermano, para honra y hermosura. 3Y tú hablarás a todos los sabios de corazón, a quienes yo he llenado de espíritu de sabiduría, para que hagan las vestiduras de Aarón, para consagrarle para que sea mi sacerdote. 4Las vestiduras que harán son estas: el pectoral, el efod, el manto, la túnica bordada, la mitra y el cinturón. Hagan, pues, las vestiduras sagradas para Aarón tu hermano, y para sus hijos, para que sean mis sacerdotes.
5Tomarán oro, azul, púrpura, carmesí y lino torcido, 6y harán el efod de oro, azul, púrpura, carmesí y lino torcido, de obra primorosa. 7Tendrá dos hombreras que se junten a sus dos extremos, y así se juntará. 8Y su cinto de obra primorosa que estará sobre él, será de la misma obra, parte del mismo; de oro, azul, púrpura, carmesí y lino torcido. 9Y tomarás dos piedras de ónice, y grabarás en ellas los nombres de los hijos de Israel; 10seis de sus nombres en una piedra, y los otros seis nombres en la otra piedra, conforme al orden de nacimiento de ellos. 11De obra de grabador en piedra, como grabaduras de sello, harás grabar las dos piedras con los nombres de los hijos de Israel; les harás alrededor engastes de oro. 12Y pondrás las dos piedras sobre las hombreras del efod, para piedras memoriales a los hijos de Israel; y Aarón llevará los nombres de ellos delante de Jehová sobre sus dos hombros por memorial. 13Harás, pues, los engastes de oro, 14y dos cordones de oro fino, los cuales harás en forma de trenza; y fijarás los cordones de forma de trenza en los engastes.
15Harás asimismo el pectoral del juicio de obra primorosa, lo harás conforme a la obra del efod, de oro, azul, púrpura, carmesí y lino torcido. 16Será cuadrado y doble, de un palmo de largo y un palmo de ancho; 17y lo llenarás de pedrería en cuatro hileras de piedras; una hilera de una piedra sárdica, un topacio y un carbunclo; 18la segunda hilera, una esmeralda, un zafiro y un diamante; 19la tercera hilera, un jacinto, una ágata y una amatista; 20la cuarta hilera, un berilo, un ónice y un jaspe. Todas estarán montadas en engastes de oro. 21Y las piedras serán según los nombres de los hijos de Israel, doce según sus nombres; como grabaduras de sello cada una con su nombre, serán según las doce tribus. 22Harás también en el pectoral cordones de hechura de trenzas de oro fino. 23Y harás en el pectoral dos anillos de oro, los cuales pondrás a los dos extremos del pectoral. 24Y fijarás los dos cordones de oro en los dos anillos a los dos extremos del pectoral; 25y pondrás los dos extremos de los dos cordones sobre los dos engastes, y los fijarás a las hombreras del efod en su parte delantera. 26Harás también dos anillos de oro, los cuales pondrás a los dos extremos del pectoral, en su orilla que está al lado del efod hacia adentro. 27Harás asimismo los dos anillos de oro, los cuales fijarás en la parte delantera de las dos hombreras del efod, hacia abajo, delante de su juntura sobre el cinto del efod. 28Y juntarán el pectoral por sus anillos a los dos anillos del efod con un cordón de azul, para que esté sobre el cinto del efod, y no se separe el pectoral del efod. 29Y llevará Aarón los nombres de los hijos de Israel en el pectoral del juicio sobre su corazón, cuando entre en el santuario, por memorial delante de Jehová continuamente. 30Y pondrás en el pectoral del juicio Urim y Tumim, para que estén sobre el corazón de Aarón cuando entre delante de Jehová; y llevará siempre Aarón el juicio de los hijos de Israel sobre su corazón delante de Jehová.
31Harás el manto del efod todo de azul; 32y en medio de él por arriba habrá una abertura, la cual tendrá un borde alrededor de obra tejida, como el cuello de un coselete, para que no se rompa. 33Y en sus orlas harás granadas de azul, púrpura y carmesí alrededor, y entre ellas campanillas de oro alrededor. 34Una campanilla de oro y una granada, otra campanilla de oro y otra granada, en toda la orla del manto alrededor. 35Y estará sobre Aarón cuando ministre; y se oirá su sonido cuando él entre en el santuario delante de Jehová y cuando salga, para que no muera.
36Harás además una lámina de oro fino, y grabarás en ella como grabadura de sello, SANTIDAD A JEHOVÁ. 37Y la pondrás con un cordón de azul, y estará sobre la mitra; por la parte delantera de la mitra estará. 38Y estará sobre la frente de Aarón, y llevará Aarón las faltas cometidas en todas las cosas santas, que los hijos de Israel hubieren consagrado en todas sus santas ofrendas; y sobre su frente estará continuamente, para que obtengan gracia delante de Jehová.
39Y bordarás una túnica de lino, y harás una mitra de lino; harás también un cinto de obra de recamador.
40Y para los hijos de Aarón harás túnicas; también les harás cintos, y les harás tiaras para honra y hermosura. 41Y con ellos vestirás a Aarón tu hermano, y a sus hijos con él; y los ungirás, y los consagrarás y santificarás, para que sean mis sacerdotes. 42Y les harás calzoncillos de lino para cubrir su desnudez; serán desde los lomos hasta los muslos. 43Y estarán sobre Aarón y sobre sus hijos cuando entren en el tabernáculo de reunión, o cuando se acerquen al altar para servir en el santuario, para que no lleven pecado y mueran. Es estatuto perpetuo para él, y para su descendencia después de él.
Consagración de Aarón y de sus hijos
(Lv. 8.1–36)
29
1Esto es lo que les harás para consagrarlos, para que sean mis sacerdotes: Toma un becerro de la vacada, y dos carneros sin defecto; 2y panes sin levadura, y tortas sin levadura amasadas con aceite, y hojaldres sin levadura untadas con aceite; las harás de flor de harina de trigo. 3Y las pondrás en un canastillo, y en el canastillo las ofrecerás, con el becerro y los dos carneros. 4Y llevarás a Aarón y a sus hijos a la puerta del tabernáculo de reunión, y los lavarás con agua. 5Y tomarás las vestiduras, y vestirás a Aarón la túnica, el manto del efod, el efod y el pectoral, y le ceñirás con el cinto del efod; 6y pondrás la mitra sobre su cabeza, y sobre la mitra pondrás la diadema santa. 7Luego tomarás el aceite de la unción, y lo derramarás sobre su cabeza, y le ungirás. 8Y harás que se acerquen sus hijos, y les vestirás las túnicas. 9Les ceñirás el cinto a Aarón y a sus hijos, y les atarás las tiaras, y tendrán el sacerdocio por derecho perpetuo. Así consagrarás a Aarón y a sus hijos.
10Después llevarás el becerro delante del tabernáculo de reunión, y Aarón y sus hijos pondrán sus manos sobre la cabeza del becerro. 11Y matarás el becerro delante de Jehová, a la puerta del tabernáculo de reunión. 12Y de la sangre del becerro tomarás y pondrás sobre los cuernos del altar con tu dedo, y derramarás toda la demás sangre al pie del altar. 13Tomarás también toda la grosura que cubre los intestinos, la grosura de sobre el hígado, los dos riñones, y la grosura que está sobre ellos, y lo quemarás sobre el altar. 14Pero la carne del becerro, y su piel y su estiércol, los quemarás a fuego fuera del campamento; es ofrenda por el pecado.
15Asimismo tomarás uno de los carneros, y Aarón y sus hijos pondrán sus manos sobre la cabeza del carnero. 16Y matarás el carnero, y con su sangre rociarás sobre el altar alrededor. 17Cortarás el carnero en pedazos, y lavarás sus intestinos y sus piernas, y las pondrás sobre sus trozos y sobre su cabeza. 18Y quemarás todo el carnero sobre el altar; es holocausto de olor grato para Jehová, es ofrenda quemada a Jehová.
19Tomarás luego el otro carnero, y Aarón y sus hijos pondrán sus manos sobre la cabeza del carnero. 20Y matarás el carnero, y tomarás de su sangre y la pondrás sobre el lóbulo de la oreja derecha de Aarón, sobre el lóbulo de la oreja de sus hijos, sobre el dedo pulgar de las manos derechas de ellos, y sobre el dedo pulgar de los pies derechos de ellos, y rociarás la sangre sobre el altar alrededor. 21Y con la sangre que estará sobre el altar, y el aceite de la unción, rociarás sobre Aarón, sobre sus vestiduras, sobre sus hijos, y sobre las vestiduras de éstos; y él será santificado, y sus vestiduras, y sus hijos, y las vestiduras de sus hijos con él.
22Luego tomarás del carnero la grosura, y la cola, y la grosura que cubre los intestinos, y la grosura del hígado, y los dos riñones, y la grosura que está sobre ellos, y la espaldilla derecha; porque es carnero de consagración. 23También una torta grande de pan, y una torta de pan de aceite, y una hojaldre del canastillo de los panes sin levadura presentado a Jehová, 24y lo pondrás todo en las manos de Aarón, y en las manos de sus hijos; y lo mecerás como ofrenda mecida delante de Jehová. 25Después lo tomarás de sus manos y lo harás arder en el altar, sobre el holocausto, por olor grato delante de Jehová. Es ofrenda encendida a Jehová.
26Y tomarás el pecho del carnero de las consagraciones, que es de Aarón, y lo mecerás por ofrenda mecida delante de Jehová; y será porción tuya. 27Y apartarás el pecho de la ofrenda mecida, y la espaldilla de la ofrenda elevada, lo que fue mecido y lo que fue elevado del carnero de las consagraciones de Aarón y de sus hijos, 28y será para Aarón y para sus hijos como estatuto perpetuo para los hijos de Israel, porque es ofrenda elevada; y será una ofrenda elevada de los hijos de Israel, de sus sacrificios de paz, porción de ellos elevada en ofrenda a Jehová.
29Y las vestiduras santas, que son de Aarón, serán de sus hijos después de él, para ser ungidos en ellas, y para ser en ellas consagrados. 30Por siete días las vestirá el que de sus hijos tome su lugar como sacerdote, cuando venga al tabernáculo de reunión para servir en el santuario.
31Y tomarás el carnero de las consagraciones, y cocerás su carne en lugar santo. 32Y Aarón y sus hijos comerán la carne del carnero, y el pan que estará en el canastillo, a la puerta del tabernáculo de reunión. 33Y comerán aquellas cosas con las cuales se hizo expiación, para llenar sus manos para consagrarlos; mas el extraño no las comerá, porque son santas. 34Y si sobrare hasta la mañana algo de la carne de las consagraciones y del pan, quemarás al fuego lo que hubiere sobrado; no se comerá, porque es cosa santa.
35Así, pues, harás a Aarón y a sus hijos, conforme a todo lo que yo te he mandado; por siete días los consagrarás. 36Cada día ofrecerás el becerro del sacrificio por el pecado, para las expiaciones; y purificarás el altar cuando hagas expiación por él, y lo ungirás para santificarlo. 37Por siete días harás expiación por el altar, y lo santificarás, y será un altar santísimo: cualquiera cosa que tocare el altar, será santificada.
Las ofrendas diarias
(Nm. 28.1–8)
38Esto es lo que ofrecerás sobre el altar: dos corderos de un año cada día, continuamente. 39Ofrecerás uno de los corderos por la mañana, y el otro cordero ofrecerás a la caída de la tarde. 40Además, con cada cordero una décima parte de un efa de flor de harina amasada con la cuarta parte de un hin de aceite de olivas machacadas; y para la libación, la cuarta parte de un hin de vino. 41Y ofrecerás el otro cordero a la caída de la tarde, haciendo conforme a la ofrenda de la mañana, y conforme a su libación, en olor grato; ofrenda encendida a Jehová. 42Esto será el holocausto continuo por vuestras generaciones, a la puerta del tabernáculo de reunión, delante de Jehová, en el cual me reuniré con vosotros, para hablaros allí. 43Allí me reuniré con los hijos de Israel; y el lugar será santificado con mi gloria. 44Y santificaré el tabernáculo de reunión y el altar; santificaré asimismo a Aarón y a sus hijos, para que sean mis sacerdotes. 45Y habitaré entre los hijos de Israel, y seré su Dios. 46Y conocerán que yo soy Jehová su Dios, que los saqué de la tierra de Egipto, para habitar en medio de ellos. Yo Jehová su Dios.
       
Proverbios 13

13
1 El hijo sabio recibe el consejo del padre;
Mas el burlador no escucha las reprensiones.
2 Del fruto de su boca el hombre comerá el bien;
Mas el alma de los prevaricadores hallará el mal.
3 El que guarda su boca guarda su alma;
Mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad.
4 El alma del perezoso desea, y nada alcanza;
Mas el alma de los diligentes será prosperada.
5 El justo aborrece la palabra de mentira;
Mas el impío se hace odioso e infame.
6 La justicia guarda al de perfecto camino;
Mas la impiedad trastornará al pecador.
7 Hay quienes pretenden ser ricos, y no tienen nada;
Y hay quienes pretenden ser pobres, y tienen muchas riquezas.
8 El rescate de la vida del hombre está en sus riquezas;
Pero el pobre no oye censuras.
9 La luz de los justos se alegrará;
Mas se apagará la lámpara de los impíos.
10 Ciertamente la soberbia concebirá contienda;
Mas con los avisados está la sabiduría.
11 Las riquezas de vanidad disminuirán;
Pero el que recoge con mano laboriosa las aumenta.
12 La esperanza que se demora es tormento del corazón;
Pero árbol de vida es el deseo cumplido.
13 El que menosprecia el precepto perecerá por ello;
Mas el que teme el mandamiento será recompensado.
14 La ley del sabio es manantial de vida
Para apartarse de los lazos de la muerte.
15 El buen entendimiento da gracia;
Mas el camino de los transgresores es duro.
16 Todo hombre prudente procede con sabiduría;
Mas el necio manifestará necedad.
17 El mal mensajero acarrea desgracia;
Mas el mensajero fiel acarrea salud.
18 Pobreza y vergüenza tendrá el que menosprecia el consejo;
Mas el que guarda la corrección recibirá honra.
19 El deseo cumplido regocija el alma;
Pero apartarse del mal es abominación a los necios.
20 El que anda con sabios, sabio será;
Mas el que se junta con necios será quebrantado.
21 El mal perseguirá a los pecadores,
Mas los justos serán premiados con el bien.
22 El bueno dejará herederos a los hijos de sus hijos;
Pero la riqueza del pecador está guardada para el justo.
23 En el barbecho de los pobres hay mucho pan;
Mas se pierde por falta de juicio.
24 El que detiene el castigo, a su hijo aborrece;
Mas el que lo ama, desde temprano lo corrige.
25 El justo come hasta saciar su alma;
Mas el vientre de los impíos tendrá necesidad.

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