22 de Febrero
¡Eres Justo(a), eres la justicia de
Dios!
Por Riqui Ricón*
Pro 12:3 NVI Nadie
puede afirmarse por medio de la maldad; sólo queda firme la raíz de los justos.
Al realizar nuestro Plan de
Lectura, La Biblia en UN Año, de los Ministerios Palabra de Honor, el día de
hoy, me encuentro meditando y preguntándome: ¿Por qué en el capítulo 22 de Proverbios
se menciona 11 veces a los justos y la justicia, si la Biblia establece claramente
que NO hay justos, ni siquiera uno? ¿No es esto una contradicción?
Rom 3:9-12 NVI ¿A qué
conclusión llegamos? ¿Acaso los judíos somos mejores? ¡De ninguna manera! Ya
hemos demostrado que tanto los judíos como los gentiles están bajo el pecado. (10)
Así está escrito: «No hay un solo justo, ni siquiera uno; (11)
no hay nadie que entienda, nadie que busque a Dios. (12)
Todos se han descarriado, a una se han corrompido. No hay nadie que haga
lo bueno; ¡no hay uno solo!»
Pues bien, en la Biblia, que es la
Palabra de Dios, no existe contradicción alguna; y si se menciona a los justos
y la justicia, ¡lo dice por ti! Dios lo puso por escrito en Su Palabra para que
tú puedas comprender cabalmente quién ahora eres tú, en Cristo Jesús, esto es, para
que conozcas tu Nueva Identidad.
2Co 5:21 RV60 Al que
no conoció pecado, por nosotros lo hizo
pecado, para que nosotros fuésemos
hechos justicia de Dios en él.
Por haber aceptado y recibido lo
que Cristo Jesús hizo al morir en la cruz y resucitar venciendo al pecado y la
muerte, ahora tú eres justicia de Dios. Aquí, la mayoría de las personas
utilizarían incorrectamente el término “increíble”, sin embargo, para ti y para
mí es maravilloso y sumamente creíble, pues sabemos de quién procede todo esto:
de Dios Todopoderoso. Quien es capaz de hacer todas las cosas mucho más
abundantemente de lo que pedimos o entendemos.
Por eso exclamamos, ¡asombroso! Sólo
medita en esto, que estando tú muerto(a) en delitos y pecados, por el gran Amor
con que Dios te ama, prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a
ti.
Jua 3:16 RV60 Porque
de tal manera amó Dios al mundo, que ha
dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Más asombroso aún es que Jesús se
hizo pecado para que tú fueses hecho(a) la justicia de Dios en Él. Por lo que
Jesús hizo en la cruz al morir pagando todos tus pecados y resucitar venciendo al
pecado y a la muerte, ahora tú eres realmente justo(a).
2Co 5:21 DHH Cristo
no cometió pecado alguno; pero por causa nuestra, Dios lo hizo pecado, para
hacernos a nosotros justicia de Dios en Cristo.
El asombroso Plan que Dios trazó
para la redención de tu vida incluía poner sobre Su propio Hijo, Jesús, los
pecados de todo el mundo, aunque Él nunca cometió pecado alguno.
Isa 53:6, 9 RV1960 Todos
nosotros nos descarriamos como ovejas,(E) cada cual se apartó por su camino;
mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros… Y se
dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque
nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.
Aunque a simple vista esto parece
una injusticia (¿por qué el justo tendría que pagar por los injustos?), la
Verdad es que esto fue así para que tú no murieras eternamente.
Rom 6:23 RV60 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en
Cristo Jesús Señor nuestro.
Para que por medio de la FE, de
creerle a Dios creyendo Su Palabra, recibieras está dádiva, este regalo que es
la Vida Eterna, la cual es un atributo exclusivo de Dios, y solamente Él se la
puede otorgar a Sus Hijos.
1Pe 3:18 NTV
Cristo sufrió por nuestros pecados
una sola vez y para siempre. Él nunca pecó, en cambio, murió por los pecadores
para llevarlos a salvo con Dios. Sufrió la muerte física, pero volvió a la vida
en el Espíritu.
¡Para llevarte a salvo con Dios,
tu Padre!
Heb 2:14-15 NVI Por tanto, ya que ellos son de carne y
hueso, él también compartió esa naturaleza humana para anular, mediante la
muerte, al que tiene el dominio de la muerte —es decir, al diablo—, (15) y
librar a todos los que por temor a la muerte estaban sometidos a esclavitud
durante toda la vida.
Ahora bien, como puedes notar, no
tienes nada de qué preocuparte, pues aunque Jesús pagó el justo precio de todos
tus pecados [el justo por un(a) injusto(a)], la muerte no pudo retenerle y la
venció para que quede claro que ni el pecado ni la muerte pueden ahora tocarte
pues tú en verdad eres la justicia de Dios.
Rom 8:3-4 RV1960 Porque
lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios,
enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado,
condenó al pecado en la carne; (4) para
que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a
la carne, sino conforme al Espíritu.
Así que, ahora, mediante el Nuevo
Pacto en la Sangre de Jesús, la justicia de la ley se cumplió en ti, no por tus
acciones pasadas, presentes o futuras, sino por haber creído y aceptado el Amor
que Dios siente por ti, expresado en el sacrificio de Su amado Hijo,
Jesucristo.
Y aquí no termina lo asombroso,
pues ¡tú fuiste justificado para ser hecho(a) perfecto(a)!
Heb 10:14 RV60 porque
con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.
¡Tú fuiste justificado(a) para ser
glorificado con la mismísima gloria de Dios, la cual sólo puede ostentar un(a)
auténtico(a) y legítimo(a) Hijo(a) de Dios!
Rom 8:29-30 NVI Porque a los que Dios conoció de antemano,
también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que
él sea el primogénito entre muchos hermanos.
(30) A los que predestinó,
también los llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que
justificó, también los glorificó.
Es por esto que el mundo te odia y
te hace guerra.
1Jn 3:1 NTV Miren
con cuánto amor nos ama nuestro Padre que nos llama sus hijos, ¡y eso es lo que
somos! Pero la gente de este mundo no reconoce que somos hijos de Dios, porque
no lo conocen a él.
Así que, ¡ten ánimo! Sin importar
lo que hayas hecho, tú eres justo(a). ¡Eres un(a) amado(a) Hijo(a) de Dios
Nacido(a) de Nuevo!
Rom 8:31 NTV ¿Qué
podemos decir acerca de cosas tan maravillosas como éstas? Si Dios está a favor
de nosotros, ¿quién podrá ponerse en nuestra contra?
Oremos
en voz audible:
Amado Padre celestial, nuevamente, el día de
hoy, quiero agradecerte por el gran Amor con que me has amado, que estando yo
muerto en delitos y pecados, entregaste a Tu propio Hijo, Cristo Jesús, para
que pagara en mi lugar y así se cumplió toda justicia y he sido declarado(a)
justo(a) delante de Ti, juez de toda la tierra. Gracias porque, además, me has
llamado Tu Hijo(a) y me has adoptado legal y legítimamente, con los mismos
privilegios y obligaciones que tiene Jesús. Precioso Dios, todo esto me permite
posicionarme en la Victoria que ganaste para mí. Por eso creo y declaro que, sin
importar las circunstancias del momento o la forma en que hoy me siento, yo
Riqui Ricón [__________ tu nombre aquí], soy ese(a) Hijo(a) que Tú, mi Dios y
Padre, siempre has deseado, justo(a), santo(a) y perfecto(a). Lo sé porque así
está escrito en Tu Palabra y esa es la Verdad. Estoy dispuesto(a) a dejar atrás
todas esas emociones y pensamientos negativos de fracaso y de derrota. Esa
vieja naturaleza nada tiene en mí, pues yo he sido regenerada(o) en Cristo
Jesús para vivir una vida plena y victoriosa. Lo sé porque lo dice la Biblia,
lo creo porque es Tu Palabra de Honor y me dispongo, con Tu ayuda, Espíritu
Santo, a vivirlo. Viviré esa vida prospera, en salud, amor, paz y gozo que Tú,
oh Dios, deseas para mí. Yo, _____________ (tu nombre aquí), soy un(a) Hijo(a)
de Dios Nacido(a) de Nuevo. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece, pues
mayor es el que está en mí que el que está en el mundo y ese eres Tú, Precioso
Espíritu de Dios. No le daré lugar al diablo y a sus mentiras en mi vida. ¡No
voy a temer más! Echo fuera de mi vida toda ansiedad e inquietud. ¡En todas las cosas soy más que vencedor(a)
por medio de Aquel que me amó, Cristo Jesús! ¡Ya he sido sanada(o) por las
heridas de Jesús! ¡He sido establecida(o) para reinar en esta vida por la
sangre de Jesús! No hay forma que pueda perder, pues Tú, mi Dios y Padre, estás
en mí y conmigo, y si Dios es conmigo, ¿quién contra mí? ¡Soy sano(a)! ¡Soy
libre! ¡Soy próspera(a)! ¡Soy feliz! En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco
una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible
poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de
Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados,
y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto.
¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada
hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar
porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y
suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues
con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido
trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo!
¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré
solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2011
Lectura y
Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas
lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Febrero 22 Mat 4 / Ex 25-27 / Pro 12
San
Mateo 4
Tentación de Jesús
(Mr. 1.12–13; Lc. 4.1–13)
4
1Entonces Jesús fue
llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. 2Y
después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. 3Y
vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se
conviertan en pan. 4El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de
pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. 5Entonces
el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, 6y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus
ángeles mandará acerca de ti, y,
En sus manos
te sostendrán,
Para que no
tropieces con tu pie en piedra.
7Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor
tu Dios. 8Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le
mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, 9y le dijo:
Todo esto te daré, si postrado me adorares. 10Entonces Jesús le dijo:
Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo
servirás. 11El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y
le servían.
Jesús principia su
ministerio
(Mr. 1.14–20; Lc. 4.14–15; 5.1–11; 6.17–19)
12Cuando Jesús oyó que
Juan estaba preso, volvió a Galilea; 13y dejando a Nazaret, vino y
habitó en Capernaum, ciudad marítima, en la región de Zabulón y de Neftalí, 14para
que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo:
15 Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí,
Camino del
mar, al otro lado del Jordán,
Galilea de
los gentiles;
16 El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz;
Y a los
asentados en región de sombra de muerte,
Luz les
resplandeció.
17Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir:
Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. 18Andando
Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y
Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. 19Y
les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. 20Ellos
entonces, dejando al instante las redes, le siguieron. 21Pasando de
allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en
la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó. 22Y
ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron.
23Y recorrió Jesús
toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio
del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. 24Y
se difundió su fama por toda Siria; y le trajeron todos los que tenían
dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los
endemoniados, lunáticos y paralíticos; y los sanó. 25Y le siguió
mucha gente de Galilea, de Decápolis, de Jerusalén, de Judea y del otro lado
del Jordán.
Exodo
25-27
La ofrenda para el
tabernáculo
(Ex. 35.4–9)
25
1Jehová habló a
Moisés, diciendo: 2Di a los hijos de Israel que tomen para mí
ofrenda; de todo varón que la diere de su voluntad, de corazón, tomaréis mi
ofrenda. 3Esta es la ofrenda que tomaréis de ellos: oro, plata,
cobre, 4azul, púrpura, carmesí, lino fino, pelo de cabras, 5pieles
de carneros teñidas de rojo, pieles de tejones, madera de acacia, 6aceite
para el alumbrado, especias para el aceite de la unción y para el incienso
aromático, 7piedras de ónice, y piedras de engaste para el efod y
para el pectoral. 8Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio
de ellos. 9Conforme a todo lo que yo te muestre, el diseño del
tabernáculo, y el diseño de todos sus utensilios, así lo haréis.
El arca del
testimonio
(Ex. 37.1–9)
10Harán también un
arca de madera de acacia, cuya longitud será de dos codos y medio, su anchura
de codo y medio, y su altura de codo y medio. 11Y la cubrirás de oro
puro por dentro y por fuera, y harás sobre ella una cornisa de oro alrededor. 12Fundirás
para ella cuatro anillos de oro, que pondrás en sus cuatro esquinas; dos
anillos a un lado de ella, y dos anillos al otro lado. 13Harás unas
varas de madera de acacia, las cuales cubrirás de oro. 14Y meterás
las varas por los anillos a los lados del arca, para llevar el arca con ellas. 15Las
varas quedarán en los anillos del arca; no se quitarán de ella. 16Y
pondrás en el arca el testimonio que yo te daré. 17Y harás un
propiciatorio de oro fino, cuya longitud será de dos codos y medio, y su
anchura de codo y medio. 18Harás también dos querubines de oro;
labrados a martillo los harás en los dos extremos del propiciatorio. 19Harás,
pues, un querubín en un extremo, y un querubín en el otro extremo; de una pieza
con el propiciatorio harás los querubines en sus dos extremos. 20Y
los querubines extenderán por encima las alas, cubriendo con sus alas el
propiciatorio; sus rostros el uno enfrente del otro, mirando al propiciatorio
los rostros de los querubines. 21Y pondrás el propiciatorio encima
del arca, y en el arca pondrás el testimonio que yo te daré. 22Y de
allí me declararé a ti, y hablaré contigo de sobre el propiciatorio, de entre
los dos querubines que están sobre el arca del testimonio, todo lo que yo te
mandare para los hijos de Israel.
La mesa para el pan
de la proposición
(Ex. 37.10–16)
23Harás asimismo una
mesa de madera de acacia; su longitud será de dos codos, y de un codo su
anchura, y su altura de codo y medio. 24Y la cubrirás de oro puro, y
le harás una cornisa de oro alrededor. 25Le harás también una
moldura alrededor, de un palmo menor de anchura, y harás a la moldura una
cornisa de oro alrededor. 26Y le harás cuatro anillos de oro, los
cuales pondrás en las cuatro esquinas que corresponden a sus cuatro patas. 27Los
anillos estarán debajo de la moldura, para lugares de las varas para llevar la
mesa. 28Harás las varas de madera de acacia, y las cubrirás de oro,
y con ellas será llevada la mesa. 29Harás también sus platos, sus
cucharas, sus cubiertas y sus tazones, con que se libará; de oro fino los
harás. 30Y pondrás sobre la mesa el pan de la proposición delante de
mí continuamente.
El candelero de oro
(Ex. 37.17–24)
31Harás además un
candelero de oro puro; labrado a martillo se hará el candelero; su pie, su
caña, sus copas, sus manzanas y sus flores, serán de lo mismo. 32Y
saldrán seis brazos de sus lados; tres brazos del candelero a un lado, y tres brazos
al otro lado. 33Tres copas en forma de flor de almendro en un brazo,
una manzana y una flor; y tres copas en forma de flor de almendro en otro
brazo, una manzana y una flor; así en los seis brazos que salen del candelero; 34y
en la caña central del candelero cuatro copas en forma de flor de almendro, sus
manzanas y sus flores. 35Habrá una manzana debajo de dos brazos del
mismo, otra manzana debajo de otros dos brazos del mismo, y otra manzana debajo
de los otros dos brazos del mismo, así para los seis brazos que salen del
candelero. 36Sus manzanas y sus brazos serán de una pieza, todo ello
una pieza labrada a martillo, de oro puro. 37Y le harás siete
lamparillas, las cuales encenderás para que alumbren hacia adelante. 38También
sus despabiladeras y sus platillos, de oro puro. 39De un talento de
oro fino lo harás, con todos estos utensilios. 40Mira y hazlos
conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte.
El tabernáculo
(Ex. 36.8–38)
26
1Harás el
tabernáculo de diez cortinas de lino torcido, azul, púrpura y carmesí; y lo
harás con querubines de obra primorosa. 2La longitud de una cortina
de veintiocho codos, y la anchura de la misma cortina de cuatro codos; todas
las cortinas tendrán una misma medida. 3Cinco cortinas estarán
unidas una con la otra, y las otras cinco cortinas unidas una con la otra.
4Y harás lazadas de azul en la orilla de la última cortina de la primera
unión; lo mismo harás en la orilla de la cortina de la segunda unión. 5Cincuenta
lazadas harás en la primera cortina, y cincuenta lazadas harás en la orilla de
la cortina que está en la segunda unión; las lazadas estarán contrapuestas la
una a la otra. 6Harás también cincuenta corchetes de oro, con los
cuales enlazarás las cortinas la una con la otra, y se formará un tabernáculo.
7Harás asimismo cortinas de pelo de cabra para una cubierta sobre el
tabernáculo; once cortinas harás. 8La longitud de cada cortina será
de treinta codos, y la anchura de cada cortina de cuatro codos; una misma
medida tendrán las once cortinas. 9Y unirás cinco cortinas aparte y
las otras seis cortinas aparte; y doblarás la sexta cortina en el frente del
tabernáculo. 10Y harás cincuenta lazadas en la orilla de la cortina,
al borde en la unión, y cincuenta lazadas en la orilla de la cortina de la
segunda unión.
11Harás asimismo
cincuenta corchetes de bronce, los cuales meterás por las lazadas; y enlazarás
las uniones para que se haga una sola cubierta. 12Y la parte que
sobra en las cortinas de la tienda, la mitad de la cortina que sobra, colgará a
espaldas del tabernáculo. 13Y un codo de un lado, y otro codo del
otro lado, que sobra a lo largo de las cortinas de la tienda, colgará sobre los
lados del tabernáculo a un lado y al otro, para cubrirlo. 14Harás
también a la tienda una cubierta de pieles de carneros teñidas de rojo, y una
cubierta de pieles de tejones encima.
15Y harás para el
tabernáculo tablas de madera de acacia, que estén derechas. 16La
longitud de cada tabla será de diez codos, y de codo y medio la anchura. 17Dos
espigas tendrá cada tabla, para unirlas una con otra; así harás todas las
tablas del tabernáculo. 18Harás, pues, las tablas del tabernáculo;
veinte tablas al lado del mediodía, al sur. 19Y harás cuarenta basas
de plata debajo de las veinte tablas; dos basas debajo de una tabla para sus dos
espigas, y dos basas debajo de otra tabla para sus dos espigas. 20Y
al otro lado del tabernáculo, al lado del norte, veinte tablas; 21y
sus cuarenta basas de plata; dos basas debajo de una tabla, y dos basas debajo
de otra tabla. 22Y para el lado posterior del tabernáculo, al
occidente, harás seis tablas. 23Harás además dos tablas para las
esquinas del tabernáculo en los dos ángulos posteriores; 24las
cuales se unirán desde abajo, y asimismo se juntarán por su alto con un gozne;
así será con las otras dos; serán para las dos esquinas. 25De suerte
que serán ocho tablas, con sus basas de plata, dieciséis basas; dos basas
debajo de una tabla, y dos basas debajo de otra tabla. 26Harás
también cinco barras de madera de acacia, para las tablas de un lado del tabernáculo,
27y cinco barras para las tablas del otro lado del tabernáculo, y
cinco barras para las tablas del lado posterior del tabernáculo, al occidente. 28Y
la barra de en medio pasará por en medio de las tablas, de un extremo al otro. 29Y
cubrirás de oro las tablas, y harás sus anillos de oro para meter por ellos las
barras; también cubrirás de oro las barras. 30Y alzarás el
tabernáculo conforme al modelo que te fue mostrado en el monte.
31También harás un
velo de azul, púrpura, carmesí y lino torcido; será hecho de obra primorosa,
con querubines; 32y lo pondrás sobre cuatro columnas de madera de
acacia cubiertas de oro; sus capiteles de oro, sobre basas de plata. 33Y
pondrás el velo debajo de los corchetes, y meterás allí, del velo adentro, el
arca del testimonio; y aquel velo os hará separación entre el lugar santo y el
santísimo. 34Pondrás el propiciatorio sobre el arca del testimonio
en el lugar santísimo. 35Y pondrás la mesa fuera del velo, y el
candelero enfrente de la mesa al lado sur del tabernáculo; y pondrás la mesa al
lado del norte.
36Harás para la
puerta del tabernáculo una cortina de azul, púrpura, carmesí y lino torcido,
obra de recamador. 37Y harás para la cortina cinco columnas de
madera de acacia, las cuales cubrirás de oro, con sus capiteles de oro; y
fundirás cinco basas de bronce para ellas.
El altar de bronce
(Ex. 38.1–7)
27
1Harás también un
altar de madera de acacia de cinco codos de longitud, y de cinco codos de
anchura; será cuadrado el altar, y su altura de tres codos. 2Y le harás
cuernos en sus cuatro esquinas; los cuernos serán parte del mismo; y lo
cubrirás de bronce. 3Harás también sus calderos para recoger la
ceniza, y sus paletas, sus tazones, sus garfios y sus braseros; harás todos sus
utensilios de bronce. 4Y le harás un enrejado de bronce de obra de
rejilla, y sobre la rejilla harás cuatro anillos de bronce a sus cuatro
esquinas. 5Y la pondrás dentro del cerco del altar abajo; y llegará
la rejilla hasta la mitad del altar. 6Harás también varas para el
altar, varas de madera de acacia, las cuales cubrirás de bronce. 7Y
las varas se meterán por los anillos, y estarán aquellas varas a ambos lados
del altar cuando sea llevado. 8Lo harás hueco, de tablas; de la
manera que te fue mostrado en el monte, así lo harás.
El atrio del
tabernáculo
(Ex. 38.9–20)
9Asimismo harás el
atrio del tabernáculo. Al lado meridional, al sur, tendrá el atrio cortinas de
lino torcido, de cien codos de longitud para un lado. 10Sus veinte
columnas y sus veinte basas serán de bronce; los capiteles de las columnas y
sus molduras, de plata. 11De la misma manera al lado del norte habrá
a lo largo cortinas de cien codos de longitud, y sus veinte columnas con sus
veinte basas de bronce; los capiteles de sus columnas y sus molduras, de plata.
12El ancho del atrio, del lado occidental, tendrá cortinas de
cincuenta codos; sus columnas diez, con sus diez basas. 13Y en el
ancho del atrio por el lado del oriente, al este, habrá cincuenta codos. 14Las
cortinas a un lado de la entrada serán de quince codos; sus columnas tres, con
sus tres basas. 15Y al otro lado, quince codos de cortinas; sus
columnas tres, con sus tres basas. 16Y para la puerta del atrio
habrá una cortina de veinte codos, de azul, púrpura y carmesí, y lino torcido,
de obra de recamador; sus columnas cuatro, con sus cuatro basas. 17Todas
las columnas alrededor del atrio estarán ceñidas de plata; sus capiteles de
plata, y sus basas de bronce. 18La longitud del atrio será de cien
codos, y la anchura cincuenta por un lado y cincuenta por el otro, y la altura
de cinco codos; sus cortinas de lino torcido, y sus basas de bronce. 19Todos
los utensilios del tabernáculo en todo su servicio, y todas sus estacas, y
todas las estacas del atrio, serán de bronce.
Aceite para las
lámparas
(Lv. 24.1–4)
20Y mandarás a los
hijos de Israel que te traigan aceite puro de olivas machacadas, para el
alumbrado, para hacer arder continuamente las lámparas. 21En el
tabernáculo de reunión, afuera del velo que está delante del testimonio, las
pondrá en orden Aarón y sus hijos para que ardan delante de Jehová desde la
tarde hasta la mañana, como estatuto perpetuo de los hijos de Israel por sus
generaciones.
Proverbios 12
12
1 El que ama la instrucción ama la sabiduría;
Mas el que aborrece la reprensión es ignorante.
2 El bueno alcanzará
favor de Jehová;
Mas él condenará al hombre de malos pensamientos.
3 El hombre no se
afirmará por medio de la impiedad;
Mas la raíz de los justos no será removida.
4 La mujer virtuosa
es corona de su marido;
Mas la mala, como carcoma en sus huesos.
5 Los pensamientos de
los justos son rectitud;
Mas los consejos de los impíos, engaño.
6 Las palabras de los
impíos son asechanzas para derramar sangre;
Mas la boca de los rectos los librará.
7 Dios trastornará a
los impíos, y no serán más;
Pero la casa de los justos permanecerá firme.
8 Según su sabiduría
es alabado el hombre;
Mas el perverso de corazón será menospreciado.
9 Más vale el
despreciado que tiene servidores,
Que el que se jacta, y carece de pan.
10 El justo cuida de
la vida de su bestia;
Mas el corazón de los impíos es cruel.
11 El que labra su
tierra se saciará de pan;
Mas el que sigue a los vagabundos es falto de
entendimiento.
12 Codicia el impío la
red de los malvados;
Mas la raíz de los justos dará fruto.
13 El impío es enredado
en la prevaricación de sus labios;
Mas el justo saldrá de la tribulación.
14 El hombre será
saciado de bien del fruto de su boca;
Y le será pagado según la obra de sus manos.
15 El camino del necio
es derecho en su opinión;
Mas el que obedece al consejo es sabio.
16 El necio al punto
da a conocer su ira;
Mas el que no hace caso de la injuria es prudente.
17 El que habla verdad
declara justicia;
Mas el testigo mentiroso, engaño.
18 Hay hombres cuyas
palabras son como golpes de espada;
Mas la lengua de los sabios es medicina.
19 El labio veraz
permanecerá para siempre;
Mas la lengua mentirosa sólo por un momento.
20 Engaño hay en el
corazón de los que piensan el mal;
Pero alegría en el de los que piensan el bien.
21 Ninguna adversidad
acontecerá al justo;
Mas los impíos serán colmados de males.
22 Los labios
mentirosos son abominación a Jehová;
Pero los que hacen verdad son su contentamiento.
23 El hombre cuerdo
encubre su saber;
Mas el corazón de los necios publica la necedad.
24 La mano de los
diligentes señoreará;
Mas la negligencia será tributaria.
25 La congoja en el
corazón del hombre lo abate;
Mas la buena palabra lo alegra.
26 El justo sirve de
guía a su prójimo;
Mas el camino de los impíos les hace errar.
27 El indolente ni aun
asará lo que ha cazado;
Pero haber precioso del hombre es la diligencia.
28 En el camino de la
justicia está la vida;
Y en sus caminos no hay muerte.
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