Sábado 22 de Diciembre
de 2012.
¡Para que conozcas bien
la Verdad!
Por Riqui Ricón*
Puesto que ya muchos han tratado de poner en
orden la historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas, tal
como nos lo enseñaron los que desde el principio lo vieron con sus ojos, y
fueron ministros de la palabra (Luc
1.1-2).
La Biblia, la Palabra
de Dios, es la Verdad y te presenta las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas.
La Biblia es la lámpara que alumbra el camino que se abre ante tus pies.
Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a
mi camino (Sal 119.105).
La Palabra de Dios
tiene la virtud de producir fe en el creyente y ha sido escrita para tu
beneficio y bendición. Ha sido escrita para que, creyendo, conozcas que Dios no
miente, que TODO lo que Él ha dicho lo va hacer y TODO lo que Él ha hablado lo
va a ejecutar.
Así
que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de
Cristo (Ro 10.17 NVI).
Por esto, es asunto de
suma seguridad para tu vida que cada día te fortalezcas con Su Palabra, pues
cada situación adversa que enfrentes el día de hoy intentará sembrar una
mentira en tu corazón. Mentiras como: ahora si está muy difícil; no vas a
poder; siempre es lo mismo y nunca va a cambiar; eres un(a) fracasado(a) e
irresponsable; es incurable; es imposible, etc., etc., etc.
Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo
le es posible (Mar 9.23).
Sólo necesitas recordar
que antes de desobedecer, Adán y Eva, dudaron de la Palabra de Dios para creer
las mentiras que Satanás, la serpiente antigua, les dijo.
No moriréis; sino que sabe Dios que
el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios,
sabiendo el bien y el mal (Gen
3.4-5).
Desde ese
día hasta este momento en el que te encuentras leyendo esto, el dilema en la
mente humana sigue siendo el mismo:
-este bicho rastrero dice una cosa y mi Dios y
creador dice otra muy diferente.
-¿cuál de los dos dirá la Verdad?
-¿a quién de los dos le voy a creer?
¿Y de quién te asustaste y temiste, que has
faltado a la fe, y no te has acordado de mí, ni te vino al pensamiento? ¿No he
guardado silencio desde tiempos antiguos, y nunca me has temido? (Isa 57.11).
El sistema
de este mundo (el cual Satanás robó al hombre y diseñó para su beneficio), se
basa en el engaño y la mentira que, cuando los crees, producen miedo y ansiedad.
Su propósito es robar tu fe, ya que con ella, con la fe, le puedes creer a
Dios, y conocerás la Verdad y la Verdad te hace libre.
Dijo entonces Jesús a los judíos que habían
creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente
mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres (Jn 8.31-32).
El ladrón,
Satanás, no viene sino a matar, hurtar y destruir, pero Jesús ha venido a tu
vida para darte la Vida Plena y Abundante de los Hijos de Dios Nacidos de Nuevo:
que es la Vida Eterna.
Porque la paga del pecado es muerte, mas la
dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (Ro 6.23).
Dios te ama tanto que
prefirió entregar a Su propio Hijo, Jesús, antes que perderte a ti.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha
dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para
condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Hoy, faltando pocos
días para que celebres la Navidad, es muy buen momento para reflexionar que, a
pesar de cómo hayas vivido tu vida, el Amor que Dios siente por ti es lo que te
permite creer y confiar para recibir todas las buenas promesas que Él te ha
hecho en Su Palabra.
He visto sus caminos; pero le sanaré, y le
pastorearé, y le daré consuelo a él y a sus enlutados; produciré
fruto de labios: Paz, paz al que está lejos y al cercano, dijo Jehová; y lo
sanaré (Isa 57.18-19).
Dios es bueno y fiel a
Su Palabra. Él te ama tanto que por medio del sacrificio de Jesús pagó todas
tus deudas y por Su resurrección te dotó de esa Nueva Naturaleza por la cual te
puede llamar Hijo(a) Suyo(a).
MIREN CUÁNTO NOS ama el
Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas
maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente
no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos (1 Jn 3.1 BAD).
Amado(a), convéncete a
ti mismo(a) que el mundo y su sistema basado en el miedo, la angustia y la
condenación siempre lucharán contra ti tratando de someterte a sus mentiras.
Esto es así puesto que tú, al igual que Jesús, no eres de este mundo y ahora
conoces la Verdad.
Yo les he dado tu palabra; y el mundo los
aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No
ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No
son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en tu
verdad; tu palabra es verdad (Jn
17.14-17).
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial,
en este día quiero manifestarte lo agradecido(a) que estoy por haberme dado Tu
Palabra, la Biblia, como lámpara a mis pies y luz en mi camino. Gracias porque
es Tu Palabra de Honor y puedo confiar plenamente en Ti. Señor Jesús, por lo
que hiciste por mí, ahora soy un(a) Hijo(a) del Padre, tal como Tú lo eres. Con
Tu muerte en la cruz y Tu Sangre preciosa, derramada hasta la última gota, por
Amor a mí, pagaste todos mis pecados otorgándome la justificación; con Tu
resurrección me has dado una Nueva Naturaleza: Tu Naturaleza, la de Hijo(a) de
Dios y tengo la victoria sobre la muerte, pues la paga del pecado es muerte,
¡mas el regalo del Padre eres Tú, Jesucristo, la Vida Eterna! En Cristo Jesús,
yo _____________ (tu nombre aquí), soy justo(a), soy santo(a) y soy eterno(a).
Por lo tanto, amado Señor Jesús, no voy a temer sino a creer. Yo soy quien Tú
dices en Tu Palabra, la Biblia, que soy: en TODAS las cosas soy más que
vencedor(a), pues TODO lo puedo en Cristo que me fortalece. ¡Soy un(a) Hijo(a)
de Dios Nacido(a) de Nuevo y he vencido, pues mayor es el Espíritu Santo, que
está en mí y conmigo, que el que está en el mundo! Por Tu Palabra, ¡soy sano(a)!
¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! Y voy a vivir lo que resta de este año y de mi
vida, que es eterna, en el amor, el gozo y la paz que sólo yo puedo tener, pues
sé, sin lugar a dudas, que soy Hijo(a) del Rey. En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C.
Peredo Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al
final de un año habrás leído toda la Biblia.
Diciembre
22 Luc
1.1-25 / Ez 33
/ Isa 57
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