viernes, 21 de diciembre de 2012

¡Cómo tener la vida resuelta!

 
Viernes 21 de Diciembre de 2012.
¡Hecho totalmente nuevo por Dios!
Por Riqui Ricón*
 para que estéis firmes, perfectos y completos en todo lo que Dios quiere (Col 4.12b).
La oración que Epafras hizo para que los colosenses estuvieran firmes, perfectos y completos en todo lo que Dios quería para sus vidas, no fue en términos de lo que ellos deberían hacer o conseguir sino en virtud de lo que Jesús hizo en la cruz y que, por tanto, ellos debían manifestar ya en sus vidas.
Recuerda siempre que no se trata de lo que tú tienes que hacer, como una obligación, para cumplir la Voluntad de Dios en tu vida, sino de lo que tú tienes que hacer como la consecuencia lógica porque ahora así eres tú: firme, perfecto(a) y completo(a) en Cristo Jesús.
¡Tú eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, y no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre! ¡Dios así lo dice! ¡Está establecido en la Palabra de Dios!
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo, para pagar todos tus pecados, antes que perderte a ti.
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos  (1 Jn 3.1).
El Amor que Dios siente por ti es tan grande que el perdón de pecados sólo fue el prerrequisito para algo muchísimo más hermoso y excelente: hacerte, legítimamente, Su propio(a) Hijo(a).
yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros, y nombre mejor que el de hijos e hijas; nombre perpetuo les daré, que nunca perecerá… yo los llevaré a mi santo monte, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos (Isa 56.5, 7).
Dado que un(a) Hijo(a) del Dios Altísimo no puede, en forma alguna, no ser santo(a), o no ser justo(a), o no ser perfecto(a), entonces, para ser un(a) Hijo(a) del Dios Altísimo es necesario ser recreado(a), creado(a) de nuevo por Dios. Es decir, el Nuevo Nacimiento es la condición indispensable para ser hecho(a) Hijo(a) de Dios.
Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu (Gal 3.13-14).
Así es, mi amado(a), tú haz sido redimido(a) de la maldición y ahora la bendición de Dios está sobre de ti. Tus pecados han sido purificados y has sido limpiado(a) por la Palabra de Dios para ser hecho(a) Nueva Creatura y, así, el Espíritu Santo puede vivir en ti y contigo para nunca más dejarte.
Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento. Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios (Mat 14.28-33).
Cualquier problema, enfermedad o angustia que llegue a tu vida el día de hoy tendrá por objetivo primordial el infundirte temor y duda para alejarte de tu identidad como Hijo(a) de Dios, pues sembrando miedo en tu corazón logra apartar tu mirada de Jesús, anulando tu fe al dudar de Su Palabra.
Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje,  y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo (Ro 10.17 NIV).
Así que, por más difícil y obscura que sean las circunstancias de tu vida, si tú has hecho a Jesucristo el Señor de tu vida, aceptando Su sacrificio como el justo precio de tu redención y libertad, entonces, tú eres, efectivamente, un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. ¡Tú eres, exactamente, quién Dios dice en Su Palabra que eres: firme, completo(a) y perfecto(a)!
¡Te garantizo que saldrás más que vencedor(a) en todas las cosas!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, que maravilloso es saber quién soy. ¡Tu Hijo(a) amado(a)! ¡Gracias, Señor Jesús! No tengo forma de agradecer suficientemente lo que hiciste por mí en la cruz. Sé que en los albores de comenzar un año nuevo, una nueva etapa, lo mejor de mi vida se abre delante de mis pies. Por eso, no voy a temer a las circunstancias que me angustien sino a creer y declarar lo que está establecido por Tu Palabra para mi vida: ¡En todas las cosas, yo _________ (tu nombre aquí), Soy más que vencedor(a)! ¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece! ¡Mayor es el que está en mí, que el que está en el mundo! ¡Aunque ande en valle de sombra y de muerte no temeré mal alguno, porque Tú estás conmigo! ¡Resisto al espíritu de enfermedad y muerte en mi vida y en mi cuerpo! ¡Resisto al espíritu de escasez y de pobreza! ¡Resisto la amargura y el resentimiento! ¡Rechazo a la soledad y a la depresión y las arrojo fuera de mi vida! Padre celestial, yo soy ese(a) Hijo(a) amado(a) que Tú dices en la Biblia que yo soy: sano(a), próspero(a) y libre. Creo y recibo Tu Amor, gozo y paz para vivir la Vida Plena y Abundante de un(a) Hijo(a) del Rey. En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011
 

Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Diciembre 21                                   Col 3.18-4.18   /  Ez 31-32  /  Isa 56
 


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