Sábado 26 de Noviembre de 2011.
¡No hay otro evangelio!
Por Riqui Ricón*
No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo (Gal 1.7).
En la carta a los Gálatas la Escritura nos enseña a tener cuidado de no cambiar de evangelio; de hecho, no existen varios evangelios, solamente hay un evangelio y es el evangelio de Jesucristo: Dios te ama de tal manera que entregó a Su único Hijo, Jesús, para que creas en Él y no te pierdas sino tengas Vida Eterna; pues Dios no envió a Su Hijo al mundo para condenarte, sino para que alcanzaras la plenitud de vida por medio de Él (Jn 3.16-17).
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación… Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él (2 Co 5.17-19).
El verdadero Evangelio, las buenas noticias, es que Dios te ama de una forma tan especial que, habiendo Jesucristo pagado con su vida, el precio de todos tus pecados, está dispuesto a perdonarte olvidándolo todo. Pero esto no es todo, apenas es el comienzo, ya que la justificación y el perdón de tus pecados se realizaron con el propósito de que CREAS al Amor de Dios y aceptes ahora ser Su Hija(o).
Me dirás, cómo no voy a aceptar ser Hija/Hijo de Dios. Bueno, pues hay personas que no lo aceptan, ya sea porque no lo saben o porque no lo creen ya que a la familia de Dios se accede, exclusivamente, por medio de la fe en Jesús:
Para que TODO AQUEL que en él CREE, no se pierda, mas tenga vida eterna (Jn 3.16b).
TODO AQUEL QUE CREE que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios (1 Jn 5.1a).
Todo lo que tenemos como Hijos de Dios NACIDOS DE NUEVO proviene del Amor tan grande y hermoso que Dios nos tiene, y ahora no solamente hemos sido justificados, hechos justos, sino que somos la justicia de Dios en Cristo Jesús.
Por eso, como Hijos y Justicia de Dios tenemos entrada segura para conversar con Él (orar) con la certeza de ser escuchados por nuestro Padre celestial quién nos ama tanto.
Con mi voz clamaré a Jehová; Con mi voz pediré a Jehová misericordia. Delante de él expondré mi queja; Delante de él manifestaré mi angustia… Clamé a ti, oh Jehová; Dije: Tú eres mi esperanza, Y mi porción en la tierra de los vivientes (Sal 142.1-2, 5).
Amada(o), sea cual fuere la situación, problema o necesidad que estés enfrentando el día de hoy, puedes estar segura(o) de que no estás sola(o); la Biblia, que es la Palabra de Dios que no puede mentir, te asegura que Él no te ha dejado ni te dejará.
Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento (Sal 23.4).
y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén (Mat 28.20).
¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? (Ro 8.31).
Gracias a Jesús puedes hoy acercarte confiadamente al trono de la gracia pues, ya haz alcanzado misericordia y hallado gracia para el oportuno socorro (He 4.16).
Así que, no permitamos que las circunstancias u otras voces nos aparten del evangelio; Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos (He 13.8).
¡No hay otro evangelio!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, este día quiero agradecerte por el Evangelio de Jesucristo, Tu Hijo. Señor Jesús, muchas gracias por lo que hiciste por mí al morir en esa cruz pagando el precio de todos mis pecados; gracias porque venciste a la muerte y, con tu resurrección, ahora yo tengo Vida Eterna. Gracias porque este ha sido el Plan más perfecto y maravilloso que pueda existir: porque Tú moriste, Jesús, mi vieja naturaleza y mi viejo yo murieron en esa cruz; todas mis deudas fueron pagadas y están canceladas, ¡he sido perdonada(o)! Porque Tú vives, ahora yo vivo también. Tengo todo el derecho a vivir una vida plena y abundante que no se limita a este tiempo, ni a este mundo, ¡soy eterna(o)! Amado Dios, por Tu Amor y el puro afecto de Tu Voluntad me has hecho Tu Hija(o) y con toda confianza puedo llamarte mi Padre, mi Papá. ¡Puedo dejar de temer! ¡No estaré angustiada(o), nunca más! ¡Me deshago del espíritu de temor y duda! ¡Soy un(a) Hija del Rey! ¡No existe problema, enfermedad o adversidad que yo no pueda vencer! ¡En todas las cosas soy más que vencedor(a) por medio de Tu Amor, mi Señor Jesús. Gracias, por tan Buenas Noticias. ¡Todo lo puedo! En el nombre de Jesús.
*Ricardo C. Peredo Jaime © 2010
Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Noviembre 26 Gal 1 / Jer 47-48 / Sal 142
Me siento seguro al tener un Padre que me oye atentamente y nunca está ocupado. Y no solo eso también está dispuesto a ayudarme en mis necesidades.
ResponderEliminarGracias Señor Jesús por tu gran amor.
14Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. 15Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho (1 Jn 5.14-15).
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