Viernes 7 de Diciembre
de 2012.
¡Plenitud!
Por Riqui Ricón*
hasta que todos lleguemos a la
unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la
medida de la estatura de la plenitud de Cristo; (Ef 4.13).
¡Propósito! Esta es la característica
en la vida de cualquier Hija(o) de Dios NACIDA(O) DE NUEVO.
De acuerdo a la Biblia, que es la
Palabra de Dios, quien no puede mentir, ahora, en Cristo Jesús, tú tienes una
naturaleza totalmente nueva y diferente; tú has Nacido de Nuevo no de simiente
corruptible, sino de la semilla incorruptible que es la Palabra de Dios que
vive y permanece para siempre (1 P 1.23). Tu origen, tu inicio en esta Nueva Vida
es Cristo Jesús, pues Él es el Verbo, la Palabra, de Dios.
En el principio era el Verbo,
y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el
principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él
nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y
la vida era la luz de los hombres... Y aquel Verbo fue hecho
carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito
del Padre), lleno de gracia y de verdad (Jn 1. 1-4,
14).
Si tu origen es Cristo Jesús,
¿cuál es, entonces, el propósito de ésta tu Nueva Vida? El propósito de ésta tu
Nueva Vida es desarrollar esa semilla, esa identidad que ya está dentro de ti,
puesta ahí por el Espíritu Santo. Eres embajador(a) en nombre de Cristo y has
sido hecho(a) por Dios conforme a la imagen de Su Hijo, Jesucristo.
De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que
yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre (Jn 14.12).
Llegar a la medida de la estatura
de la plenitud de Cristo Jesús NO es cuestión de intentar desarrollar
cualidades que pareciera careces de ellas o que no las tuvieras en absoluto. ¡No!
Llegar a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo Jesús SI es cuestión
de creer, creer que, por lo que Jesús hizo por ti en la cruz, ahora eres la
persona que Dios dice que tú ya eres.
Llegar a la unidad de la fe
significa creerle a Él, creerle a Su Palabra y hacer de la Biblia la norma
máxima de tu existencia. El primer paso para llegar a la unidad de la fe es
comenzar por creer en Su Amor, pues es por Su Amor y sólo por Su Amor que tú,
efectivamente, eres el (la) Hijo(a) que Dios ama.
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que
seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! (1 Jn 3a. BAD).
¿Sabías
que Dios te ama CON EL MISMO AMOR con el que ama a Su Hijo Jesús?
yo en ellos y tú en mí. Permite que alcancen la
perfección en la unidad, y así el mundo reconozca que tú me enviaste y que los has amado a ellos tal como me
has amado a mí (Jn
17.23 Biblia al Día).
La Biblia te confronta y te hace
reflexionar, ¿qué más estatura de la plenitud de Cristo puedes alcanzar que
saber que, por el precio que Él ya pagó, Su sacrificio en la cruz, Su muerte y
Su resurrección, tú ya eres tal y como Él es?
Y nosotros
hemos conocido y creído el
amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en
amor, permanece en Dios, y Dios en él. En esto se ha perfeccionado
el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en
este mundo (1 Jn 4.16-17).
Ser perfeccionado en el Amor es
recibir la identidad de Hijo(a) que Jesús ya pagó por ti. Y eso, mi amado(a),
¡eso es la plenitud de Cristo Jesús!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, que
grandioso es saber que me amas tal y como amas a Jesús. Entre más estudio y
medito Tu Palabra, la Biblia, más conozco de Tu Amor por mí y más me maravillo
de lo perfecto y asombroso que es tu Plan de Redención. Me has hecho Nueva
creatura, esto es, Nueva creación, esto es, una nueva especie de ser que no existía
antes, esto es, un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. ¡Oh, amado Señor
Jesús! Gracias por tanto Amor. Tú Palabra es la Verdad y yo soy la persona
totalmente Nueva que Tú dices que ahora soy. No voy a escuchar, ni a creer, las
voces de fracaso y derrota que quieren impedir que me manifieste a la estatura
del varón perfecto que eres Tú, Jesucristo. Yo no he recibido el espíritu de
esclavitud para estar otra vez en temor, sino que he recibido el espíritu de
adopción por el cual clamo, ¡Abba, Padre! Tú me has llamado en justicia y me
sostienes de la mano. Tú eres el que me guarda y, por lo tanto, el maligno no
me toca. Me determino, con tu ayuda, Espíritu Santo, a cumplir el propósito de
mi estancia aquí en la tierra: manifestarte a Ti, Jesús, haciendo las cosas que
Tu hiciste y aún mayores. Así que, resisto al espíritu de temor y duda. Recibo
la Plenitud de Cristo. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy
dichoso(a)! ¡Soy Hijo(a) del Rey! En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C.
Peredo Jaime © 2010
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al
final de un año habrás leído toda la Biblia.
Diciembre
7 Efesios
4.1-16 / Ez 10-11
/ Isa 42
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