Lunes 10 de Diciembre
de 2012.
¡Un Nuevo Pacto! ¡Un Pacto Eterno!
Por Riqui Ricón*
Pero más ha dicho Jehová el
Señor: ¿Haré yo contigo como tú hiciste, que menospreciaste el juramento para
invalidar el pacto? Antes yo tendré memoria de mi pacto que
concerté contigo en los días de tu juventud, y estableceré contigo un pacto
sempiterno (Ez 16.59-60).
Lo más
maravilloso de esta vida es saber que Dios es bueno y que te ama tanto que, a
pesar de todos tus pecados, Él ha decidido establecer un Nuevo Pacto contigo;
un pacto eterno que nadie pueda invalidar: un pacto de Amor. ¡Sólo por ti!
Porque de tal manera amó Dios
al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree,
no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su
Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Es hermoso saber que Jesús no
viene a tu vida a condenarte, ni a reclamarte, ni a echarte en cara todo lo
malo que has hecho, sino a ofrecerte una Vida totalmente Nueva a través del
Nuevo Pacto en Su Sangre.
Él pagó, con Su propia Vida, el
justo precio de todas tus transgresiones, pasadas, presentes y futuras. A
través de Jesús, creyendo Su Palabra, puedes recibir el principal beneficio de
este pacto sempiterno: ser ahora un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo.
Israel será
salvo en Jehová con salvación eterna; no os avergonzaréis ni os afrentaréis,
por todos los siglos… Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo
soy Dios, y no hay más... En Jehová será justificada y se gloriará toda la
descendencia de Israel (Isa 45.17, 22, 25).
Lo realmente asombroso de este
Nuevo Pacto es que ya no depende de ti, ni de lo que tú puedas hacer o dejar de
hacer; depende íntegramente de Dios: Él lo prometió, Él lo hablo y lo cumplió.
¿Te das cuenta? ¡No depende de lo que hayas hecho, sino de lo que Jesús hizo al
morir por ti en esa cruz!
En esto consiste el amor: no
en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y
envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados (1 Jn
4.10).
Pero Dios, que es rico en
misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando
nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia
sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo
sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en
los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con
nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois salvos por medio
de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras,
para que nadie se gloríe (Efe 2.4-9).
Amado(a), no te permitas albergar
duda alguna acerca del Amor de Dios hacia ti. Recuerda que el ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; y Jesucristo ha venido a tu vida
para que tengas vida, y para que la tengas en abundancia (Jn 10.10).
Maridos, amad a vuestras
mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,
para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por
la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia
gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese
santa y sin mancha (Efe 5.25-27).
Te puedes
dar cuenta, claramente, del Amor de Dios al distinguir el alcance de este Nuevo
Pacto: ser Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo significa que Jesucristo se
entregó a sí mismo por ti, para santificarte, habiéndote purificado en el
lavamiento del agua por la Palabra de Dios, con el propósito de presentarte,
delante del Padre, glorificado(a), sin mancha ni arruga ni cosa semejante, sino
hecho(a) ya, santo(a) y sin mancha; una Nueva Creación.
De modo que si alguno está en
Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas
nuevas (2 Co 5.17).
Es por todo esto que puedes estar
seguro(a) que Dios no te ha dejado ni te dejará. Sea cual sea la situación en
la que hoy te encuentras puedes confiar y depender plenamente en Su Amor por
ti. No hay problema, enfermedad o tribulación de la cual Él no te pueda librar,
pero, sobre todo, no existe problema, enfermedad o tribulación de la cual Dios,
tu Padre, no te quiera librar.
Hijitos, vosotros sois de
Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que
está en el mundo (1 Jn 4.4).
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, en verdad
que es maravilloso creer y recibir éste, Tu Gran Amor por mí. Tú has decretado
en Tu Palabra, la Biblia, que no me dejarás y que estarás conmigo hasta el fin
de los tiempos; así que hoy puedo declarar con toda certeza, que Tú me librarás del lazo del cazador, de la peste destructora. Con Tus
plumas me cubrirás, y debajo de Tus alas estaré seguro(a); escudo y adarga es Tu
verdad, escudo y adarga es Tu Palabra. No temeré el terror nocturno, ni saeta
que vuele de día, ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en
medio del día destruya. Caerán a mi lado mil, y diez mil a mi diestra; mas a mí
no llegará, pues aunque ande en valle de sombra y de muerte, no temeré mal
alguno, porque Tú, Señor Jesús, estás conmigo. Porque te he
puesto a Ti, que eres mi esperanza, al Altísimo por mi habitación, no me
sobrevendrá mal, ni plaga tocará mi morada. Pues a Tus ángeles mandarás acerca
de mí, que me guarden en todos mis caminos. En las manos me llevarán, para que
mi pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid pisaré; hollaré al cachorro
del león y al dragón. Por cuanto en Ti yo he puesto mi amor, Tú también me
librarás; me pondrás en alto, por cuanto he conocido Tu nombre. Te invocaré, y Tú
me responderás; Conmigo estarás Tú en la angustia; me librarás y me glorificarás.
Me saciarás de larga vida, Y me mostrarás Tu salvación. Porque esta es la
herencia de Tus Hijos y mi salvación de Ti, Señor Jesús, vendrá. Amén.
*Ricardo C.
Peredo Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al
final de un año habrás leído toda la Biblia.
Diciembre
10 Efesios
5.21-33 / Ez 16
/ Isa 45
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