Miércoles 12 de Diciembre
de 2012.
¡Agradando a un Dios bueno y
amoroso!
Por Riqui Ricón*
¿Quiero yo la muerte del impío? dice Jehová el
Señor. ¿No vivirá, si se apartare de sus caminos? (Ez 18.23).
Nuestro Redentor, Jehová de los ejércitos es su
nombre, el Santo de Israel (Isa 47.4).
No cabe duda, el (la)
que camina a la luz de la Palabra de Dios conoce la Verdad, y la Verdad te hace
libre. Cuando haces de la Biblia la norma básica de tu existencia, siempre
estarás firme en la libertad con que
Cristo te hizo libre, y no estarás, nunca más, otra vez sujeto(a) al yugo de
esclavitud (Gal 5.1).
Ahora, eres libre para
darte cuenta que jamás ha sido, ni será, el deseo o propósito de Dios castigar
ni destruir al pecador. Siempre ha sido Su deseo que vuelvas a Él.
Por
lo demás, hermanos míos, alégrense en el Señor. Para mí no es molestia volver a escribirles lo mismo, y a ustedes
les da seguridad (Fil 3.1 NVI).
Por
lo tanto, hermanos, esfuércense más todavía por asegurarse del llamado de Dios,
que fue quien los eligió. Si hacen estas cosas, no caerán jamás, y se les
abrirán de par en par las puertas del reino eterno de nuestro Señor y Salvador
Jesucristo. Por eso siempre les
recordaré estas cosas, por más que las sepan y estén afianzados en la verdad
que ahora tienen (2 P 1.10-12 NVI).
Así como el apóstol
Pablo advirtió a los filipenses que para él no era molesto enseñar siempre las
mismas cosas, pero que para ellos era asunto de suma seguridad, y de la misma manera
como Pedro insiste en recordarnos estas cosas, por
más que las sepan y estén afianzados en la verdad que ahora tienen,
de la misma forma, insisto en recordarte que ante cualquier situación que estés
enfrentando el día de hoy, lo primero que tienes que hacer es afirmarte a ti
mismo(a), una y otra vez, que Dios te ama
tanto y de tal manera que prefirió entregar a Su propio Hijo, Jesús, para pagar
todos tus pecados, antes que perderte a ti. Cree que Jesús no
vino a condenarte sino a darte la Vida Eterna de un(a) Hijo(a) de Dios.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha
dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para
condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
¡Esta es la Verdad y el
fundamento del inicio de tu victoria! ¡Es por esto que Jesús es tu Redentor, tu
Señor y Salvador!
Cuando comprendes que
el sacrificio de Jesús va mucho más allá de la justificación para el perdón de
tus pecados y que su propósito verdadero siempre fue el dotarte de una Nueva
Naturaleza para, así, otorgarte la posición privilegiada de un(a) Hijo(a) de
Dios Nacida(o) de Nuevo para que tengas una comunión íntima con Dios, entonces,
sin lugar a dudas, caes en la cuenta que ahora Él es en Verdad tu Padre y puedes
tener la absoluta certeza que saldrás más que vencedor(a) en todas las cosas.
MIREN
CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de
Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la
mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos (1 Jn 3.1 BAD).
Ahora, gracias a Jesús,
eres una nueva especie de ser que no existía antes: un(a) Hijo(a) del único
Dios Vivo y Verdadero. Todas las consecuencias y repercusiones de los pecados
de tu vida pasada fueron satisfechas en la persona de Jesucristo.
Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y
sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios
y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por
nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos
nosotros curados (Isa 53.4-5).
Las últimas
palabras de Jesús en la cruz fueron, consumado es; con esto, Él te está
diciendo claramente, yo ya pagué por ti, así que, tú ya no tienes
que pagar nada más. En esa
cruz Jesús llevó tus enfermedades y sufrió tus dolores, fue herido por tus
rebeliones y molido por tus pecados, Él recibió el castigo para que tú disfrutes de paz y por
sus heridas tú ya fuiste sanado.
El Señor no retarda su promesa, según algunos la
tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que
ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento (2 P 3.9).
Recuerda que el ladrón sólo
viene a hurtar, matar y destruir pero Jesús ha venido a darte vida y vida
abundante. La única arma que Satanás posee es la mentira y si logra hacerte
creer en ella, entonces, podrá atarte con el miedo y la incredulidad. Por esto
es tan importante que entiendas y creas que Dios es Bueno. Él no le desea mal a
nadie ni desea la muerte del pecador. Él no está al pendiente de tus pecados y
llevando la cuenta de cada uno de ellos para enviarte algún tipo de castigo o
reprimenda. ¡No! ¡Nada de eso!
El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que
lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las
cosas? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que
justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más
aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que
también intercede por nosotros (Ro
8.32-34).
¡No te dejes engañar!
¡Dios es bueno! ¡Dios te ama!
Una de las estrategias
del diablo para robarte la Plenitud de Vida que Cristo Jesús compró para ti, es
hacerte creer la mentira que sirves y adoras a un Dios extraño, enojón y
caprichoso. ¡No se lo permitas!
La obra redentora de la
cruz, el sacrificio de nuestro Señor Jesucristo, es completa, perfecta y
acabada. Es el Nuevo Pacto ratificado en Su Sangre al cual nadie lo invalida ni
le añade.
estando persuadido de esto, que el que comenzó
en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo (Fil 1.6).
Esta obra, la
regeneración de tu vida, va en aumento y es Dios mismo el que te está
perfeccionando. Así que, ¡No temas, cree solamente! Pues, Nuestro Redentor, Jehová de
los ejércitos es su nombre, el Santo de Israel.
Oremos en voz audible:
Amado padre celestial,
hoy puedo vivir tranquilo(a) y en paz, pues sé que Tú me amas, que estás
conmigo, que no me has dejado ni me dejarás. Por tanto, no pondré mis ojos, ni
mis sentimientos, en lo difícil que pueda ser mi situación actual. Yo te miro a
Ti. Yo confío en Ti. He creído Tu Palabra, la Biblia, y sé que sé que voy a
salir más que vencedor(a) de toda circunstancia, problema y enfermedad. ¡Soy
un(a) Hijo(a) del Rey! ¡Mi Padre es el Todopoderoso Dios! ¡Cristo Jesús es mi Señor,
Salvador y Redentor! ¡Nada ni nadie en este mundo me puede apartar del Amor de
Dios, mi Padre! Así que, resisto todo engaño y mentira. ¡Me resisto a temer!
¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece! ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy
próspero(a)! ¡Voy a vivir mi Vida en la Plenitud del Amor, y del gozo, y de la
paz que sobrepasa todo entendimiento! ¡Este es mi derecho! ¡Soy un(a) Hijo(a)
de Dios! ¡Estoy arriba y no abajo! ¡Soy cabeza y no cola! En el nombre de
Jesús. Amén.
*Ricardo C.
Peredo Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al
final de un año habrás leído toda la Biblia.
Diciembre
12 Fil
1.1-11 / Ez 18
/ Isa 47
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Qué piensas al respecto?