Sábado 8 de Diciembre
de 2012.
¡Algo totalmente Nuevo y
asombroso!
Por Riqui Ricón*
No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis
a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa
nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el
desierto, y ríos en la soledad… Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor
de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados (Isa 43.18-19, 25).
Estamos viviendo los
tiempos más emocionantes en la historia de la humanidad. En Verdad que es maravilloso
vivir esta vida tomados de la mano y de la Palabra de Dios.
700 años antes de
Cristo, Dios prometió que haría algo Nuevo, algo totalmente diferente: esas
vidas secas y solitarias, llenas de rebelión y de pecado, que no pueden, ni
podrán nunca agradar a Dios, serían transformadas por Su Amor; serían renovadas
de tal forma que Dios ya no podrá acordarse jamás de sus pecados. ¡Asombroso!
… porque la vieja naturaleza pecaminosa
que está en nosotros, siempre se rebela contra Dios. Nunca ha obedecido la ley
de Dios y nunca podrá obedecerla (Ro 8.7 BAD).
¿Cómo es posible que Él
esté dispuesto a perdonar y olvidar todo lo que tú hiciste con tu vida? Sólo
por amor.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha
dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para
condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
No dudes más y tenlo
por cierto, Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo, para
pagar todos tus pecados, antes que perderte a ti.
Y no solamente Dios te
amó para pagar y perdonarte tus pecados, sino que ahora Él te llama Hijo(a) Suyo(a).
MIREN
CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de
Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la
mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos (1 Jn 3.1 BAD).
Y eso no es todo, sino
que, además, diseño un plan perfecto para asegurarse que Él disfrutaría de tu
presencia y compañía por toda la eternidad.
¿Cómo se aseguró Dios
que tú ya no vuelvas atrás? Haciendo algo totalmente Nuevo llevando a cabo Su
Plan de Redención con el cual te liberó total y permanentemente del pecado y de
la muerte.
Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo
Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte (Ro 8.2).
Esto lo logró a través
de la muerte y resurrección de Jesucristo con lo cual te dió una nueva vida y te
dotó de una naturaleza totalmente nueva y diferente.
¿Qué
otra cosa podemos decir? ¿Seguiremos pecando, para que Dios pueda manifestar
más ampliamente su gracia salvadora? ¡De ninguna manera! No podemos seguir
viviendo bajo el dominio del pecado después de haber muerto en lo que al pecado
respecta. Entended esto: todos los que hemos sido bautizados en el nombre de
Cristo Jesús, por el hecho mismo del bautismo estamos unidos a él en su muerte.
Simbólicamente, nuestra vieja naturaleza amante del pecado quedó muerta y
sepultada con Cristo en el bautismo, para que podamos andar en una maravillosa
vida nueva, de acuerdo con la nueva vida que él recibió al ser resucitado de
entre los muertos por el glorioso poder de Dios Padre. De este modo pasamos a
formar parte de él mismo. Por así decirlo, cuando él murió, nosotros morimos
con él, pero ahora compartimos su nueva vida porque también resucitamos con él
en su resurrección (Ro 6.1-5 CST).
Por medio de tu fe en
Jesús, Dios te ha hecho una nueva especie de ser que no existía antes: un(a)
Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. Justificado(a), perdonado(a), santificado(a)
y perfeccionado(a) para recibir la Vida Eterna, la Vida Plena y Abundante que
sólo pueden vivir los legítimos Hijos de Dios.
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y
destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).
En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos
del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y
renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo
hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad (Efe 4.22-24).
De modo que si alguno está en Cristo, nueva
criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Co 5.17).
Estas son las buenas
noticias, el Evangelio de Jesucristo, que, por Su muerte y resurrección, ahora
ya eres un(a) nuevo(a) hombre (mujer) creado(a) según Dios en la justicia y
santidad de la verdad.
Pero
ahora, así dice el SEÑOR, el que te creó, Jacob, el que te formó, Israel: «No
temas, que yo te he redimido; te he llamado por tu nombre; tú eres mío. Cuando
cruces las aguas, yo estaré contigo; cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus
aguas; cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas. Yo
soy el SEÑOR, tu Dios, el Santo de Israel, tu salvador; yo he entregado a
Egipto como precio por tu rescate, a Cus y a Seba en tu lugar. A cambio de ti
entregaré hombres; ¡a cambio de tu vida entregaré pueblos! Porque te amo y eres
ante mis ojos precioso y digno de honra. No temas, porque yo estoy contigo;
desde el oriente traeré a tu descendencia, desde el occidente te reuniré. Al
norte le diré: “¡Entrégalos!” y al sur: “¡No los retengas! Trae a mis hijos
desde lejos y a mis hijas desde los confines de la tierra. Trae a todo el que
sea llamado por mi nombre, al que yo he creado para mi gloria, al que yo hice y
formé.” »(Isa 43.1-7 NVI).
Ahora bien, la pregunta
que hay que responder es, ¿por qué no vives o te sientes así? Simple, porque
todo esto se recibe por medio de la fe, es decir, sabiendo que si Dios lo dice
en Su Palabra, entonces, esta es la Verdad, sin importar cómo te sientas o te
veas a ti mismo(a).
Lo crees y lo recibes
porque está en la Biblia y así Dios lo dice. Lo crees y lo recibes despojándote
(quitándote de encima) esa vieja naturaleza.
Lo crees y lo recibes
al renovándote en el espíritu de tu mente con la Palabra de Dios, quien
claramente establece que, por medio de Jesucristo, tú ya no eres más esa vieja
persona, pues la ley del Espíritu de Vida en Cristo Jesús, te ha hecho libre de
la ley del pecado y de la muerte.
Lo crees y lo recibes al aceptar que ahora tú eres ese(a)
nuevo(a) hombre (mujer) creado(a) según Dios en la justicia y santidad de la
verdad. Tú ahora eres ese(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y, por lo
tanto, eres totalmente capaz de vivir la vida justa y santa que se compró para
ti a precio de la Sangre de Cristo Jesús.
No se trata que
intentes ser algo o alguien que difícilmente podrías ser, sino que creas que,
por el Poder y el Amor de Dios para contigo, ahora eres esa persona que Dios
dice en Su Palabra que tú ya eres.
Porque
yo, el SEÑOR, hablaré, y lo que diga se cumplirá sin retraso. Pueblo rebelde,
mientras ustedes aún tengan vida, yo cumpliré mi palabra. Lo afirma el SEÑOR
omnipotente.” » El SEÑOR me dirigió la palabra: «Hijo de hombre, el pueblo de
Israel anda diciendo que tus visiones son para un futuro distante, y que tus
profecías son a largo plazo. Por lo tanto, adviérteles que así dice el SEÑOR
omnipotente: “Mis palabras se cumplirán sin retraso: yo cumpliré con lo que
digo. Lo afirma el SEÑOR omnipotente.” » (Ez 12.25, 28 NVI).
¡Dios no puede mentir! ¡Jamás
serás avergonzado(a) por haber creído la Palabra de Dios!
Esto, mi amado(a) amigo(a),
es algo totalmente nuevo y diferente. Esto es lo que significa ser Nacido(a) de
Nuevo. No es algo que tu tengas o debas conseguir, sino algo que ya eres; es lo
que Jesús hizo por amor a ti al morir en
esa cruz y luego resucitar de entre los muertos venciendo a la muerte por ti.
Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida;
el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que
vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? Le dijo:
Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido
al mundo (Jn 11.25-27).
Si puedes
creer, ¡al que cree todo le es posible!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial,
yo he decidido creerte a Ti, creer Tu Palabra, por lo tanto, creo y recibo esa
Nueva Naturaleza que adquiriste para mí al precio de la muerte y resurrección
de Tu Hijo, Jesús. Me despojo del engaño y la mentira que me quieren convencer
que sigo siendo la misma persona fracasada y pecadora y que nada o poco ha
cambiado en mi vida. No recibo esa vieja naturaleza. ¡Mi Vida ha cambiado por completo!
¡Yo, _____________ (tu nombre aquí), he sido justificado(a) en la Sangre
Preciosa de Cristo Jesús! ¡Yo, _____________ (tu nombre aquí), he sido perdonado(a)
por el infinito Amor de mi Padre celestial! Gracias, Señor Jesús. Hoy renuevo
mi mente y mi entendimiento con Tu Palabra. Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a)
de Nuevo, no de simiente corruptible sino de incorruptible, por la Palabra de
Dios que vive y permanece para siempre. He sido regenerado(a) conforme a Dios
en la justicia y santidad de la Verdad. Creo y recibo este Tu gran Amor, mi
Dios. Por tanto declaro que soy sano(a), soy libre, soy próspero(a). Espíritu
Santo, recibo Tu Amor, gozo y paz para vivir esa Vida Plena y abundante,
siempre en victoria, que Tú planeaste para mí. En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C.
Peredo Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Diciembre
8 Efesios
4.17-32 / Ez 12-13
/ Isa 43
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