Martes 11 de Diciembre
de 2012.
¡Tú tienes a tu alcance el poder
y la fuerza de Dios!
Por Riqui Ricón*
Por lo demás, hermanos míos,
fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza (Efe 6.10).
Siempre que
leía este pasaje de la Biblia me sonaba bonito y muy esperanzador, pero nunca
me había detenido a pensar cómo me podía fortalecer en el Señor y en el poder
de Su fuerza.
¿Será que el
poder de la fuerza del Dios Todopoderoso está a tu alcance? Primero habrá que
responder, ¿cuál es el poder de la fuerza de Dios? ¿Sus músculos? ¿Sus ángeles?
¿Sus truenos y relámpagos? No se necesita mucha sabiduría para darse cuenta que
el poder de la fuerza de Dios radica en Su Palabra, puesto que Él es Dios, sólo
necesita decir la Palabra y ésta se cumple inmediatamente.
¡El Poder de
Dios radica en la Palabra de Dios! Esto es algo que sabía muy bien aquel
centurión que fue al encuentro de Jesús,
Entrando Jesús en Capernaum,
vino a él un centurión, rogándole, y diciendo: Señor, mi criado
está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado. Y Jesús
le dijo: Yo iré y le sanaré. Respondió el centurión y dijo: Señor,
no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado
sanará. Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo
mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi
siervo: Haz esto, y lo hace. Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo
a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta
fe (Mat 8.5-10).
Así que,
para que tú puedas resistir en el día malo y estar firme habiéndolo acabado
todo necesitas hacerte fuerte en la Palabra de Dios.
Pero sin fe es imposible
agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le
hay, y que es galardonador de los que le buscan (He 11.6).
Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y
el mensaje que se oye es la palabra de Cristo (Ro 10.17 BAD).
La Biblia,
la Palabra de Dios, que no miente, es la Verdad; es la fortaleza de los siglos
en la cual tú puedes confiar perpetuamente. Sea cual sea tu situación o
condición actual, ésta es temporal y circunstancial; aunque a ti te parezca
determinante o definitiva, no lo es. Lo único determinante y definitivo es la
Verdad, y la Verdad es lo que Dios ha hablado acerca de ti:
Porque de tal manera amó Dios
al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree,
no se pierda, mas tenga vida eterna (Jn 3.16).
La Verdad es
que ¡Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo, Jesús, para
pagar todos tus pecados, antes que perderte a ti!
Porque no envió Dios a su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.17).
¡Jesús no vino a condenarte sino
a darte, a otorgarte, la Vida Eterna que solamente un(a) Hijo(a) de Dios puede
tener!
El ladrón no viene sino para
hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la
tengan en abundancia (Jn 10.10).
¡La Vida que Jesús YA te ha dado
es una Vida plena y abundante! Es el ladrón el que te quiere hurtar, matar y
destruir con sus engaños y mentiras, metiendo miedo en tu corazón para que así pongas
tus ojos en las circunstancias y dejes de ver a Jesús y dejes de atender a Sus
Palabras.
quien llevó él mismo nuestros
pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los
pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados (1 P 2.24).
¡Por lo que Él hizo en la cruz
has sido declarado(a) justa y, por lo tanto, tienes derecho a ser sano(a) de
toda enfermedad!
Todo lo puedo en Cristo
que me fortalece (Fil 4.13).
¡Tú puedes hacerle frente a cualquier
problema, reto o aflicción, con la certeza que saldrás más que vencedor(a)!
Mi Dios, pues, suplirá todo lo
que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús (Fil 4.19).
¡Puedes estar seguro(a) que ante
cualquier necesidad tu Padre suplirá TODO lo que te falte!
Jehová de los ejércitos,
Dichoso el hombre que en ti confía (Sal 84.12).
En Verdad puedes dejar de
preocuparte y angustiarte por tratar de ser feliz y vivir una Vida plena y
abundante: déjalo todo en manos de Dios, ¡Dios es digno de confianza!
¡Fortalécete en el Señor y en el
Poder de Su Fuerza! Haz de la Biblia, la Palabra de Dios, la norma y pauta de
tu vida, ponla en tu mente, boca y corazón.
Nunca se apartará de tu boca
este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que
guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces
harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien (Jos 1.8).
¡Dios mismo te indica el secreto
para que hagas prosperar tu camino y todo te salga bien! ¡Lee la Biblia!
¡Medita en ella de día y de noche! ¡Dios no puede mentir! ¡Jamás serás
avergonzado(a) de haber creído la Palabra de Dios!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, hoy puedo
con toda certeza declarar que, a pesar de mis circunstancias, soy un(a) hombre (mujer)
feliz porque confío en Ti. Sé que Tu Palabra, la Biblia, es la Verdad y que el conocimiento de la Verdad
me hace libre. ¡Soy libre! Soy libre de todo temor y ansiedad; el mismísimo
Señor Jesús, que fue engendrado por Dios, me guarda y el maligno no me toca.
Tú, oh Dios, estás conmigo y si Dios es conmigo, ¿quién contra mí? Tú todo lo
puedes. No hay problema, angustia o enfermedad que pueda hacer valer ningún
derecho sobre mi vida, que es la Vida Eterna que Tú, Jesucristo, compraste para
mí al pagar todos mis pecados en la cruz. En Tu muerte yo morí y esa vieja
naturaleza quedó ahí, en la cruz. Con tu resurrección tengo Vida Eterna, la
vida plena y abundante que sólo puede tener un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de
Nuevo. ¡Muchas gracias, Señor Jesús! Por lo tanto, me fortalezco en el poder de
Tu fuerza, que es Tu Palabra, y resisto a la enfermedad, pobreza, tristeza,
angustia y depresión. Yo soy lo que está escrito en Tu Palabra que soy. ¡Soy
sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) del Rey! Por tanto,
con toda autoridad y plena certeza, yo le llamo al Amor, al gozo y a la paz,
que son mi derecho, para vivir mi Vida en Plenitud y Abundancia. En el nombre
de Jesús. Amén.
*Ricardo C.
Peredo Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al
final de un año habrás leído toda la Biblia.
Diciembre
11 Efe
6 / Ez 17
/ Isa 46
Me gusto la meditacion..Dios les bendiga...he recibido por este mensaje...que la palabra de Dios ahi esta su fuerza para mi vida...amen
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