Lunes 17 de Diciembre
de 2012.
¡Sé tú mismo(a)!
Por Riqui Ricón*
Todo lo puedo en Cristo que me
fortalece (Fil 4.13).
Estamos viviendo los tiempos más
emocionantes en la historia de la humanidad. Nunca antes ha habido tanta
necesidad de respuestas y acciones que permitan encontrar el verdadero sentido
a la existencia del ser humano. El mundo clama por héroes. ¡Necesitamos héroes!
Gritan con desesperación. Tratan de poner buena cara al mal tiempo, pero sus
palabras se desbaratan contra las crisis económicas, la inseguridad, el desempleo,
el narcotráfico, la desintegración familiar, las enfermedades, la soledad, la
tristeza, la depresión y hasta con el clima, que está cambiando.
¿Qué, pues, diremos a esto?
Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? (Ro 8.31).
Y mientras el mundo tiembla, los
creyentes, los Hijos y las Hijas de Dios Nacidos de Nuevo, tú y yo, tenemos paz
y seguridad, pues sabemos en Quién hemos creído y tenemos la certeza que jamás
seremos avergonzados de haber confiado en la Palabra del Señor.
Porque el
anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de
Dios (Ro 8.19).
Este es el tiempo en que los
Hijos de Dios hemos de manifestarnos como aquellos que TODO lo podemos en y con
la Unción de Jesucristo que nos fortalece. ¡Este es el tiempo de creer!
Amado(a), este es el tiempo de creer
que Dios no miente, ni se arrepiente, que TODO lo que Él ha dicho en Su Palabra
lo va a hacer, que lo que Él habló lo va a ejecutar pues, al fin y al cabo, Su
Palabra es Su mismísimo Honor y Poder.
Así que, cuando comiences a creer
con todo tu corazón lo que la Biblia dice acerca de ti, entonces sabrás quien
eres tú y de TODO lo que eres capaz de hacer con Él y en Él.
Mi Dios, pues, suplirá todo lo
que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús (Fil 4.19).
Si Dios te suple TODO lo que te
hace falta y TODO lo puedes en Cristo; si mayor es el que está en ti que el que
está en el mundo, entonces, realmente, ¿a qué le vas a temer? ¿Qué o quién te
pueden atemorizar?
Eres un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o)
de Nuevo, y tienes muchos derechos divinos y preciosas y grandísimas promesas
que Dios, tu Padre, ha establecido en Su Palabra.
Dios no es hombre, para que
mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló,
¿y no lo ejecutará? He aquí, he recibido orden de bendecir; El dio bendición,
y no podré revocarla (Num 23.19-20).
Como un(a) Hijo(a) de
Dios Nacido(a) de Nuevo tienes que saber perfectamente quien ahora tú eres en
Cristo Jesús y, por esto (al recibir y aceptar ésta tu nueva identidad), no existirá
la más mínima posibilidad de que puedas perder en esta vida.
Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de
noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él
está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien (Jos 1.8).
Antes que termine este
año, sé proactivo y haz de la Biblia la norma máxima de tu existencia; ponla en
tu mente, boca y corazón para que así te llenes de la certeza de quién ahora tú
eres y, aceptando y recibiendo tu Nuevo Nacimiento, tu Nueva Naturaleza, harás prosperar tu camino, y
todo te saldrá bien.
Todo esto ya está en
ti. Dios, tu Padre, lo habló y Jesús, tu Señor, lo pagó para ti. No le temas a
nada, cree solamente. ¡Sé tú mismo(a)!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial,
muchas gracias por haberme rescatado de la vida que llevaba. Sé que me amas
tanto que preferiste entregar a Tu propio Hijo antes que perderme a mí. Seños Jesús,
gracias por pagar todos mis pecados con Tu Sangre y con Tu vida. ¡Eres
maravilloso, Señor Jesús! Por éste, Tu gran Amor por mí, ahora soy apto(a) para
participar de la herencia de los santos en luz. ¡Me has librado de la potestad
de las tinieblas! ¡Me has trasladado al reino
de Tu amado Hijo! ¡Soy una nueva especie de ser que no existía antes!
¡Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, y no de simiente corruptible sino
de incorruptible, por la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre!
¡Tengo Vida Eterna! ¡Soy eterno(a)! ¡Puedo dejar de temerle a la muerte! ¡Lo
mejor de mi vida ya comenzó! Por lo tanto, me resisto a temer, sólo voy a
creer. Voy a creer Tu Palabra, la Biblia, Señor Jesús. Voy a creerte a ti,
amado Dios. ¡Tú suples TODO lo que me falta, conforme a Tus riquezas en gloria!
¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece! ¡Jamás seré derrotado(a)! ¡Con Tu
ayuda, Espíritu Santo, voy a vivir esa vida plena y abundante que Jesús compró
para mí al precio de Su Sangre y de Su resurrección! ¡Es mi derecho! ¡Es Tu
Promesa! En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C.
Peredo Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al
final de un año habrás leído toda la Biblia.
Diciembre
17 Fil
4 / Ez 24
/ Isa 52
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