10 de Enero
¡Las cláusulas!
Por Riqui Ricón*
Entonces
Abram se postró sobre su rostro, y Dios habló con él, diciendo: He
aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes. Y
no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te
he puesto por padre de muchedumbre de gentes. Y te multiplicaré en gran
manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti. Y estableceré
mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por
pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti.
Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que
moras, toda la tierra de Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos.
Dijo de nuevo Dios a Abraham: En cuanto a ti, guardarás mi pacto, tú y tu
descendencia después de ti por sus generaciones. Este es mi pacto,
que guardaréis entre mí y vosotros y tu descendencia después de ti: Será
circuncidado todo varón de entre vosotros. Circuncidaréis, pues, la carne de
vuestro prepucio, y será por señal del pacto entre mí y vosotros (Gen
17.3-11).
Amado(a), Dios es un Dios de
pactos. Esto no significa que haya otros dioses, ni que Él ande haciendo pactos
continuamente. Lo que sí significa, es que Dios quiere dejarte bien claro que
Él es honorable, tiene honor y va a cumplir Su Palabra. Primero el sol, la luna
y las estrellas dejan de existir, antes que Él deje de cumplir Su Palabra.
El cielo y la tierra pasarán,
pero mis palabras no pasarán (Mat 24.35).
Saber y creer esto es fundamental
tanto en tu relación con tu Padre celestial como para que puedas alcanzar con
éxito los propósitos de Dios para tu vida.
Mira como esto era algo que tenía
muy claro un joven de apenas unos 14 o 15 años de edad, llamado David. Cuando
todo un ejército y el propio rey de Israel temblaban de miedo ante un gigante
fanfarrón, David fue y le venció matándole. ¿Cómo pudo hacer eso? Tan sólo le
habló al gigante haciéndole saber que él, Goliat, no era nadie y que en cambio
él, David, tenía un pacto con Dios, un pacto al que Dios jamás faltaría.
Entonces habló David a
los que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué harán al hombre que venciere a este filisteo,
y quitare el oprobio de Israel? Porque ¿quién
es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios
viviente?... Dijo luego el filisteo a David:
Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo y a las bestias del campo.
Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y
jabalina; mas yo vengo a ti en el
nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a
quien tú has provocado. Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo
te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a
las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay
Dios en Israel. Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva
con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en
nuestras manos (1 S 17.26, 44-47).
David no tenía más fe que la que
tú tienes, pues así como él, tú sabes que Dios no miente, ni se arrepiente, que
si Él lo dijo, entonces, lo va a hacer; que si Dios lo habló, entonces, Él lo
va a ejecutar.
Cualesquiera que sean los goliats
que hoy estés enfrentando, sólo debes recordar que hay un pacto, y que éste pacto
es muchísimo mayor y mejor que el que David tenía. Es el Nuevo Pacto, establecido
en la Sangre preciosa y Poderosa de nuestro Señor Jesucristo. Es un mejor Pacto, establecido sobre mejores
promesas. Es el Nuevo Pacto al cual Dios
no va a faltar jamás.
Así que, toma algunas de las
cláusulas de este Nuevo Pacto y recuérdaselas, audiblemente, a tus goliats:
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Fil 4.13). ¡Yo todo lo puedo! ¡No existe problema,
circunstancia o situación que yo no pueda resolver!
Hijitos, vosotros sois de
Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que
está en el mundo (1 Jn 4.4). ¡Pertenezco a Dios! ¡Soy Su Hijo(a)
amado(a)! ¡Nada más por esto, ya he vencido! ¡Mayor es Él, el Espíritu Santo,
que está en mí, y conmigo, que el que está en el mundo!
Antes, en todas estas cosas
somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó (Ro 8.37).
¡En todas, absolutamente todas, las cosas soy más que vencedor(a)!
No temerás el terror nocturno,
Ni saeta que vuele de día, Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad
que en medio del día destruya. Caerán a tu lado mil, Y diez mil a tu diestra;
Mas a ti no llegará (Sal 91.5-7). ¡No voy a temer, pues aunque ande
en valle de sombra y de muerte, Tú, Señor Jesús, estás conmigo! ¡Soy un(a) Hijo(a)
bendito(a) del Señor y no miraré cuando el mal venga sobre mí, pues aunque todo
a mi alrededor estén sucediendo malas cosas, a mí no llegarán!
Jehová es mi luz y mi
salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de
atemorizarme? Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y
mis enemigos, Para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron. Aunque un
ejército acampe contra mí, No temerá mi corazón; Aunque contra mí se levante
guerra, Yo estaré confiado (Sal 27.1-3). ¡Dios es mi luz
y mi salvación! ¡Dios mismo es la fortaleza de mi vida! ¡No le temo a nada!
¡Mis enemigos caen y tropiezan delante de mí! ¡Yo confío en Ti, mi Dios y
Padre! ¡Tengo paz y gozo, pues dichoso(a) es el (la) hombre (mujer) que en Ti
confía!
Ciertamente llevó él nuestras
enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado,
por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras
rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre
él, y por su llaga fuimos nosotros curados (Isa
53.4-5). ¡De toda enfermedad y dolencia soy libre! ¡Por la Sangre y las heridas
de Jesús, yo soy sano(a)!
En Su pacto
con Abraham, Dios prometió multiplicar su descendencia y bendecirlo; en el
Nuevo Pacto, en la Sangre de Jesús, Dios te pone muy por encima de lo prometido,
al hacerte legalmente Su Hijo(a): Un(a) heredero(a) de Dios y coheredero(a) con
Cristo Jesús.
Pues no habéis recibido el
espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido
el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El
Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.
Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con
Cristo (Ro 8.15-17a).
Esta es
apenas una muy pequeña muestra de las grandes y hermosas promesas que Dios te
ha dado con el fin de que puedas participar de Su Naturaleza Divina mediante el
Nuevo Pacto en la Sangre de Jesús.
Así Dios nos ha entregado sus preciosas y magníficas promesas para que
ustedes, luego de escapar de la corrupción que hay en el mundo debido a los
malos deseos, lleguen a tener parte en la naturaleza divina (2 Pe 1.4 NVI).
Valdría
mucho la pena que este año hicieras todo lo necesario por conocer, recordar,
meditar y, sobre todo, utilizar a tu favor las cláusulas del Nuevo Pacto.
Nunca se apartará de tu boca
este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que
guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; PORQUE ENTONCES harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien (Jos 1.8).
De acuerdo a
las cláusulas del Pacto sólo existe una forma de hacer prosperar tu camino y
que todo te salga bien y ésta es haciendo de la Biblia la norma máxima de tu
existencia.
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, muchas
gracias por amarme tanto que, aunque estaba yo muerto(a) en delitos y pecados, me diste vida
juntamente con Cristo. Gracias por el Nuevo Pacto en la Sangre de Tu Hijo Jesús
con el cual me has trasladado de las tinieblas a Tu luz admirable, haciéndome,
legítimamente, un(a) Hijo(a) Tuyo(a). ¡Señor Jesús, te amo con todo mi ser! Hoy
quiero honrar este Nuevo Pacto en la Sangre de Jesús y les hablo y declaro a
todos mis problemas, enfermedades y aflicciones que, ¡Pertenezco a Dios! ¡Soy Su Hijo(a)!
¡Nada más por esto, ya he vencido! ¡Mayor es Él, el Espíritu Santo, que está en
mí, y conmigo, que el que está en el mundo! ¡En todas, absolutamente todas, las
cosas soy más que vencedor(a)! ¡No voy a temer, pues aunque ande en valle de
sombra y de muerte, Tú, Señor Jesús, estás conmigo! ¡Soy un(a) Hijo(a) bendito(a)
del Señor y no miraré cuando el mal venga sobre mí, pues aunque todo a mi
alrededor estén sucediendo malas cosas, a mí no llegarán! ¡Dios es mi luz y mi
salvación! ¡Dios mismo es la fortaleza de mi vida! ¡No le temo a nada! ¡Mis
enemigos caen y tropiezan delante de mí! ¡Yo confío en Ti, mi Dios y Padre!
¡Tengo paz y gozo, pues dichoso(a) es el (la) hombre (mujer) que en Ti confía!
¡De toda enfermedad y dolencia soy libre! ¡Por la Sangre y las heridas de
Jesús, yo soy sano(a)! En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el
Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu
atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo
creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para
pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día
de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre
preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te
invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú
seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2012
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Enero
10 Luc 10.1-20
/
Gen 17 / Sal 10
Bendiciones, hermano.
ResponderEliminarDisculpe, pero me he quedado un tanto confusa sobre las cláusulas del Nuevo Pacto.
Veo que para dichas cláusulas usted toma versículos tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, ¿en qué se basa por ejemplo para no tomar los 10 mandamientos como cláusulas del Nuevo Pacto?
El Nuevo Pacto incluye, desde luego, los diez mandamientos:
ResponderEliminarJer 31:31-34 RV60 He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. (32) No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. (33) Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. (34) Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.
Pero ahora NO son actos de justicia que tu puedas realizar para alcanzar la salvación, sino que, mediante la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo, Naciste de Nuevo como una auténtica y legítima Hija de Dios y la Ley de justicia YA está puesta en tu mente y escrita en tu corazón. Entonces, si lo crees (al que cree todo le es posible), por medio de la FE (creyéndole a Dios, creyendo Su Palara), por la Gracia de Dios Tu manifestarás quién ahora eres.
No tratas de ser santa, justa y perfecta, pues si lo estás tratando de ser es porque CREES que NO lo eres (nunca lo lograrás pues depende de tus fuerzas). Sin embargo, cuando sabes y CREES que el sacrificio de Jesús fue completo, perfecto y acabado y que, por eso, el Nuevo Pacto en la Sangre de Jesús hizo de ti una Nueva creatura (una Hija de Dios Nacida de Nuevo), santa, justa y perfecta, entonces, mediante la tu FE (creyéndole a Dios, creyendo Su Palara), manifiestas la persona que ahora eres. Y aunque pareciera que a veces fracasas en esto, persistes e ello pues estás peleando la buena batalla de la FE.
Por esto, De acuerdo a las cláusulas del Pacto sólo existe una forma de hacer prosperar tu camino y que todo te salga bien y ésta es haciendo de la Biblia la norma máxima de tu existencia.
Bendicioes!!!