Viernes 16 de
Noviembre de 2012.
¡Para Papito que te cargas!
Por Riqui Ricón*
Yo hice la tierra, el hombre y
las bestias que están sobre la faz de la tierra, con mi gran poder y con mi
brazo extendido, y la di a quien yo quise (Jer 27.5).
Al meditar sobre el Amor de Dios,
el sacrificio de Jesús y el maravilloso Plan que Él tiene para tu vida, debes
siempre mantener en tu mente el hecho de que Él es el Único Todopoderoso Dios,
creador del cielo y de la tierra así como de todo lo visible y lo invisible. No
hay nada que Él no pueda hacer, excepto mentir; Dios lo sabe y lo conoce todo
acerca de ti, aún tus más íntimos pensamientos pues, no hay cosa creada que no sea
manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y
abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta (He 4.13).
Tener esto presente te dará la
perspectiva correcta de Su Amor, Su Sacrificio y Su Plan para tu vida. ¡Él, el
Soberano y Todopoderoso Dios, quien no le rinde cuentas a nada, ni a nadie, que
no depende de nada, ni de nadie, Él decidió amarte, bendecirte e incorporarte
como parte de Su familia haciéndote Su Hijo(a)!
… en amor habiéndonos
predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el
puro afecto de su voluntad (Efe 1.5).
¿Puede Él hacer esto? ¡Claro que
puede! ¡Él es Dios! ¡No le rinde cuentas a nadie!
¿Es esta la voluntad de Dios?
¡Así es! La Biblia, la Palabra de Honor de Dios, lo expresa maravillosamente desde
Génesis hasta Apocalipsis.
¿Por qué lo hace? La Escritura
dice que lo hace porque te ama.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha
dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna. Porque
no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Mirad cuál amor nos ha dado el
Padre, para que seamos llamados hijos de Dios (1 Jn 3.1a).
¡Dios te ama tanto que prefirió
entregar a Su Propio Hijo antes que perderte a ti!
¿Cómo puedes estar seguro(a) de
todo esto? Responder esta pregunta es de lo más sencillo del mundo: ¡Escrito
está! Lo dice la Biblia que es la Palabra de Dios y, si Dios lo dice, entonces,
Él lo va a cumplir. Si Dios lo habló, entonces, Él lo va a ejecutar. ¡Dios no
puede mentir!
Es algo realmente asombroso que
el Único Eterno e Infinito Dios te ame tanto que haya preferido entregar a Su
propio Hijo Jesucristo antes que perderte a ti para que, de esta manera, una
vez justificado(a) y perdonado(a), Él te
hiciera Nacieras de Nuevo como Su Hijo(a).
¿O pensáis que la Escritura
dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela
celosamente? (Sgo 4.5).
Ahora, no solamente eres un(a) Hijo(a)
de Dios Nacido(a) de Nuevo sino que, además, el glorioso Espíritu de Dios
habita en ti y contigo. Es por Él y con Él que sabes que sabes, que Dios, el
Todopoderoso, es tu Papá.
Pero cuando vino el
cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la
ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de
que recibiésemos la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos,
Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba,
Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también
heredero de Dios por medio de Cristo (Gal 4.4-7).
Porque todos los que son
guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no
habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino
que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba,
Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que
somos hijos de Dios (Ro 8.14-16).
Así que, si tienes semejante
Papá, si el creador del cielo y de la tierra y de todo lo visible e invisible
es tu Padre, si Aquel que no le rinde cuentas a nada ni a nadie es ahora tu Papá,
en verdad, ¿qué te preocupa?
Como dijera alguien por ahí, con
justificado asombro, ¡para Papito que te cargas!
¿Qué, pues, diremos a esto? Si
Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó
ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará
también con él todas las cosas? (Ro 8.31-32).
¡Eres Hijo(a) del Dios Altísimo,
del Todopoderoso!
Confía en Jehová, y haz el
bien; Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. Deléitate
asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda
a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará. Exhibirá tu justicia como la
luz, Y tu derecho como el mediodía (Sal 37.3-6).
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, hoy puedo
acudir confiadamente a Tu Presencia pues he hallado gracia delante de Ti. Tú me
amas y yo te amo a Ti. Por Amor me has hecho Tu Hijo(a) y puedo confiar
plenamente en Ti creyendo Tu Palabra. Así que, amado Señor Jesús, ya no voy a
temer. Me someto a Ti y a Tu Palabra, resisto al diablo y a sus mentiras y éste
tiene que huir de mi vida. No recibo ni me pongo de acuerdo con enfermedad
alguna; ni con la pobreza o la escasez; ni la tristeza o la depresión; ni el
fracaso o la derrota en ningún área de mi vida. Por el contrario, como un(a)
Hija(o) del Dios Altísimo yo me pongo de acuerdo con la Biblia, la Palabra de
Dios, y recibo en este día, salud plena; prosperidad en todas las cosas;
victoria sobre todos mis problemas; así como el gozo y la paz que sólo Tú, mi amado
Dios, puedes dar. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)!
Y estoy determinado a vivir la vida plena y abundante que Tú, Jesucristo,
compraste para mí al precio de Tu propia Sangre. ¡Dios, el Todopoderoso, es mi
Padre! Así que, si Dios es conmigo, ¿quién contra mí? En el nombre de Jesús.
Amén.
*Ricardo C.
Peredo Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al
final de un año habrás leído toda la Biblia.
Noviembre
16 Sgo
4 / Jer 27-28
/ Sal 132
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