Domingo 4 de
Noviembre de 2012.
¡El mejor Padre del mundo!
Por Riqui Ricón*
A Jehová
clamé estando en angustia, Y él me respondió (Sal.120.1).
No existe
nada mejor que saber que en cualquier momento y bajo cualquier circunstancia,
siempre puedes contar con el apoyo y la ayuda de tu Padre celestial. ¡No estás
sola(o)! ¡Él no te ha dejado ni te dejará jamás! Te lo ha prometido y lo ha
puesto por escrito al darte Su Palabra:
Clama a mí, y yo te
responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces (Jer 33.3).
Pedid, y se os dará; buscad, y
hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide,
recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá (Mat 7.7-8).
El que no escatimó ni a su
propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también
con él todas las cosas? (Ro 8.32).
¿Te das
cuenta? La Voluntad de Dios es ayudarte. Su deseo es que le pidas para Él
responderte y darte.
Porque de tal manera amó Dios
al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree,
no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su
Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Él te ama
tanto que entregó a Su propio Hijo para pagar todos tus pecados y, así, no
perderte a ti. Por lo que Jesús hizo en la cruz, puedes acercarte confiadamente
al trono de la gracia para alcanzar misericordia y hallar gracia para el
oportuno socorro.
Yo preguntaba: ¿Cómo os pondré
por hijos, y os daré la tierra deseable, la rica heredad de las naciones? Y
dije: Me llamaréis: Padre mío, y no os apartaréis de en pos de mí (Jer 3.19).
Nunca
olvides que, ahora, en Cristo Jesús has sido constituido(a) Hijo(a) del Dios
Altísimo y Él siempre estará disponible para ti.
Bendito sea el Dios y Padre de
nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los
lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la
fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él,
en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por
medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad (Efe 1.3-5).
Dios siempre
lo planeó así y ni Satanás, ni sus demonios, ni la muerte, ni el pecado pudieron
evitar que Él te llamara Hijo(a) Suyo(a) desde antes de la fundación del mundo.
¡Todo por Amor a ti!
Al que no conoció pecado, por
nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en
él (2 Cor 5.21).
Quizás no lo
sabías, pero cuando aceptaste a Jesús como Señor y Salvador, todos tus pecados
fueron pagados, por lo que fuiste declarado(a) justo(a) delante de Dios y, en
ese momento, fuiste apartado(a), santificado(a), para recibir la Vida Eterna, y
fue entonces que, al recibir esa nueva naturaleza que sólo la Palabra de Dios
puede otorgar, Naciste de Nuevo como un(a) Hijo(a) de Dios.
Miren lo grande que es el amor que el Padre nos ha
mostrado, ¡hasta llega a hacer posible que seamos llamados hijos de Dios! Y eso
es lo que de verdad somos. Por eso la gente del mundo no nos conoce, pues el
mundo no conoce a Dios (1 Jn 3.1 PDT).
Ser un(a) Hijo(a)
de Dios Nacido(a) de Nuevo no es una mera frase con tintes religiosos. ¡Es la
Verdad! De hecho, este fue el propósito por el cual Jesucristo vino a la tierra,
justificarte, limpiándote de todos tus pecados y darte la Vida Eterna para, así,
poder hacer de ti ese(a) Hijo(a) que Él siempre soñó.
Cristo Jesús
es lo mejor que te pudo haber sucedido.
¿Qué hombre hay de vosotros,
que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un
pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos,
sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está
en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? (Mat
7.9-11).
¡Eres Hijo(a) del mejor de los Padres!
Así que, si te
das cuenta, sin importar como se encuentre hoy tu vida, puedes vivir una vida
plena y abundante. ¡Puedes clamar a Dios y Él te ha de responder! Puedes hacer
frente a cualquier circunstancia sabiendo que Dios, tu Padre, el Todopoderoso,
está contigo; y si Dios es contigo, ¿quién contra ti?
Oremos en voz
audible:
Amado Padre
celestial, entre más leo y medito en Tu Palabra más me doy cuenta de la Verdad;
me doy cuenta que me amas tanto que no sé ni cómo expresarlo. Gracias, precioso
Dios, con la Sangre de Tu Hijo Jesús me has hecho Hijo(a) Tuyo(a). Ya no soy
más un(a) pecador(a) condenado(a) a la muerte eterna sino que por Ti, por
Jesús, por Tu Amor, ahora tengo Vida Eterna y la puedo vivir en paz, en gozo,
en dicha, pues aunque en el mundo tendré aflicciones puedo confiar plenamente en
Tu Palabra y de todas las aflicciones saldré victorioso(a). Te pido perdón por
haber dado lugar al temor y a la duda respecto a mi futuro y declaro que yo soy
ese(a) Hijo(a) de Dios que Tú dices en Tu Palabra que yo soy: justo(a), santo(a),
SANO(A), prospero(a), dichoso(a), lleno(a) de paz y de amor. Yo no he recibido
espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que he recibido el
espíritu de adopción por el cual clamo, ¡Abba, Padre! Por lo tanto, me despojo
de todo temor y del pecado que me asedia, y voy a correr con paciencia, y
constancia, la carrera que tengo por delante. Con Tu ayuda, Espíritu Santo, voy
hacer de mi vida esa vida plena y abundante que planeaste para mí, pues mayor
es el que está en mí que el que está en el mundo. En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C.
Peredo Jaime © 2010
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al
final de un año habrás leído toda la Biblia.
Noviembre
4 1
Tim 5.23-6.21 / Jer 3-4 / Sal 120
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