jueves, 1 de noviembre de 2012

¿Qué hay para ti el resto del año?

 
Viernes 19 de Octubre de 2012.
¡Victoria!
Por Riqui Ricón*
Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas,  y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina! Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandecienteY el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios  Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo.  Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS.  Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos.  De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro;  y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso.  Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES (Apo 19. 6-8, 9, 11-16).
¡Oh, qué maravilloso es poder decirle a Satanás, en su propia cara, ya leí el final del libro, nosotros ganamos!
Lamentablemente, demasiadas Hijas e Hijos de Dios Nacidos de Nuevo viven sus vidas con la única esperanza de llegar al final de los tiempos para, entonces, ver y disfrutar el día de la victoria. ¡Qué tremendo error! Con razón la Biblia, que es la Palabra de Dios, que no miente, enseña que:
Por tanto, mi pueblo fue llevado cautivo, porque no tuvo conocimiento; y su gloria pereció de hambre, y su multitud se secó de sed (Isa 5.13).
Estimado(a) creyente, la victoria no se conseguirá el día final, la victoria SE OBTUVO cuando Jesús entregó Su Vida y Su Espíritu, en esa cruz mientras exclamaba: CONSUMADO ES.
Tú eres Hijo(a) del Rey de reyes y Señor de señores, y estás sobre esta tierra para establecer el reino de Dios. Has sido dejado(a) por tu Padre en este mundo para que establezcas el reino que ya ha sido obtenido por nuestro Señor Jesucristo y que ahora tú, Su Hijo(a) amado(a), debes manifestar en esta tierra.
Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá (Ro 1.17).
No se trata de manifestar algo que tú no tienes, sino de creer, aceptar y manifestar (vivir) todo aquello que ahora tú eres. Y tú eres, ni más, ni menos, la persona que Dios dice, en Su Palabra, la Biblia, que tú eres: justo(a), santo(a), perfecto(a), en todas las cosas, más que vencedor(a) y quien todo lo puede.
Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible (Mar 9.23).
La espada que sale de la boca de Jesús es Su Palabra, la Biblia, y te corresponde a ti poner la Palabra de Dios en tu mente, boca y corazón para que, como la viuda le dijo a Elías, todos a tu alrededor exclamen: “ahora reconocemos que eres Hijo(a) de Dios y que la Palabra de Dios es Verdad en tu boca”.
Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien (Jos 1.8).
Haz de la Biblia la norma máxima de tu existencia, medita en ella de día y de noche, apréndela y ponla en tu boca como respuesta y sentencia de victoria a todos tus problemas, enfermedades y/o necesidades. Dios mismo te garantiza que harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien. ¡Sólo hazlo!
Así que, deja de dudar y de temer y levántate, con gozo, autoridad y poder, a manifestar lo que Cristo Jesús ya obtuvo para ti: ¡La Victoria!
¡Victoria sobre la enfermedad y la muerte! ¡Victoria sobre el pecado! ¡Victoria sobre la soledad y la tristeza! ¡Victoria sobre toda depresión! ¡Victoria sobre el fracaso! ¡Victoria sobre la pobreza y la escasez!
Por lo tanto, ¡no temas! ¡Ya conoces el final de la historia! ¡Nosotros ganamos!
Oremos:
Amado Padre celestial, estoy sumamente agradecido(a) por el gran Amor con que me has amado al darme vida juntamente con Cristo Jesús. Creo y recibo esta victoria contundente que Tú, Jesucristo, compraste con Tu Sangre para mí. Resisto al espíritu de temor que con engaños y mentiras me quiera hacer fracasar ante la enfermedad, pobreza, depresión o cualquier otra aflicción. Yo no he recibido espíritu de temor para estar otra vez en esclavitud, sino que he recibido el espíritu de adopción y hoy clamo, ¡Abba! ¡Padre! Gracias, Señor Jesús, Nací de Nuevo para triunfar, todo lo puedo en Ti. Así que, me determino, con Tu ayuda, Espíritu Santo, a levantarme y vivir esa vida victoriosa que ganaste para mí. En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010
 

Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Octubre 19                   Apo 19 /  Isa 5-6 / Sal 109. 20-31
 


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