Viernes 11 de Enero
de 2013.
¡Año de
plenitud!
Por Riqui Ricón*
Y volviéndose a los
discípulos, les dijo aparte: Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros
veis; porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo
que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron (Luc 10.23-24).
Tú has sido destinado(a) por Dios
a vivir los tiempos más emocionantes que la historia de la humanidad pueda
registrar.
Aunque es cierto que nunca antes
se habían visto los problemas tan serios como los que hoy afrontamos: guerras,
hambrunas, crimen organizado por todos lados, corrupción a todos los niveles,
violencia no solo en las calles sino también en los hogares, escuelas, cine,
televisión etc., además de colapsos económicos en todo el mundo, enfermedades,
carencia de valores, inundaciones, terremotos, tsunamis, sequías, cambio
climático, calentamiento global, miedo, angustia, y desesperación, también es
cierto que nunca antes el Espíritu Santo se había movido con tanta fuerza e
insistencia entre Sus Hijas e Hijos.
Pues tengo
por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de
manifestarse. Porque el anhelo ardiente de la creación es
el aguardar la manifestación de los
hijos de Dios (Ro 8.18-19).
Así es, amado(a), este es tu
tiempo, estos son tus días, eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y tienes
un propósito que cumplir. Esa es la razón por la cual sigues en este mundo, en
lugar de estar en la Presencia de tu Padre celestial.
Vosotros sois la luz del
mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni
se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y
alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz
delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a
vuestro Padre que está en los cielos (Mat 5.14-16).
Por todas partes el Espíritu
Santo te está llamando a que confíes y creas Su Palabra. ¡Es de vital
importancia que regreses a depositar toda tu fe y tu confianza en la Biblia,
que es la Palabra de Dios!
Porque de tal manera amó Dios
al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree,
no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su
Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
No debes olvidar jamás que Dios
te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti.
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que
seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos!
Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por
qué lo somos (1 Jn 3.1 BAD).
No debes olvidar jamás que, por
ese Gran Amor que Dios siente por ti, has sido llamado y constituido(a) un(a)
legítimo(a) Hijo(a) de Dios.
Esta tenía una hermana que se
llamaba María, la cual, sentándose a
los pies de Jesús, oía su palabra. Pero Marta se
preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado
que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Respondiendo Jesús, le dijo: Marta,
Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una
cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será
quitada (Luc 10.39-42).
Aunque el mundo se cae a pedazos
a ti te ha tocado la buena parte Y NO TE SERÁ QUITADA. Tienes la Palabra de
Dios. La Palabra de Honor del único Dios vivo y verdadero está contigo y en ti.
Hay cosas extraordinarias que
Dios ha decretado acerca de ti para estos tiempos extraordinarios:
Todo lo puedo en Cristo
que me fortalece (Fil
4.13).
De cierto,
de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará
también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre (JN 14.12).
Ahora, tú puedes hacer las cosas
que Jesús hizo y aún mayores porque Él está con el Padre que es también tu
propio Padre.
Entonces la
mujer dijo a Elías: Ahora conozco que tú eres varón de Dios, y que la palabra
de Jehová es verdad en tu boca (1 R 17.24).
Si hay algo que este mundo
necesitado y agobiado necesita desesperadamente hoy en día, eso es poder mirar
tu nivel y calidad de vida, esa vida plena y victoriosa que se compró para ti a
precio de la Sangre y la Vida de Jesucristo, y que puedan decir, ahora conozco
que eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y que la Palabra de Dios, la
Biblia, ES VERDAD en tu boca.
Así que, Pelea la buena batalla de la
fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo
hecho la buena profesión delante de muchos testigos (1 Tim
6.12).
¡Este es tu tiempo, este es tu
año! ¡Año de Gracia Abundante! ¡El mejor año de tu vida!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, en este
momento quiero agradecerte por haberme hecho quién yo soy. Gracias Señor
Jesucristo, porque en Ti, en Tu sacrificio de amor por mí, yo fui justificado(a),
perdonado(a) y santificado(a) de todos mis pecados para recibir una vida
totalmente nueva y, gracias a esto, gracias a Ti, yo he nacido de nuevo como
un(a) Hijo(a) de Dios. Gracias por haberme escogido para vivir estos tiempos tan
emocionantes. Ante cualquier, problema, angustia o enfermedad, yo en Ti he
confiado, mi Dios. No voy a temer, ni voy a correr a esconderme, pues aunque
ande en valle de sombra y de muerte, no temeré mal alguno, porque Tú, mi Rey,
Señor y Salvador, estás conmigo. La Verdad es que puedo enfrentar este año con
buen ánimo y alegría en mi corazón, pues yo soy la persona que Tú, mi Dios,
dices en Tu Palabra que soy, ni más ni menos: ¡Soy Nueva Creatura! ¡Soy la sal
de la tierra! ¡Soy la luz del mundo! ¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece!
¡En todas las cosas soy más que vencedor por medio de Tu Amor, Señor Jesús!
¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Como Hijo(a) del Rey, llamo a la prosperidad y al
bienestar en mi vida! ¡Voy hacer de estos días, los días más emocionantes de mi
vida! ¡Espíritu Santo, Tú estás conmigo y si Tú estás conmigo, ¿quién contra
mí?! En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Enero
11 Luc
10.21-42 / Gen 18 / Sal 11
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