Jueves 14 de Abril de 2011.
¡Determinada(o) a ser feliz!
Por Riqui Ricón*
Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera. Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús (Hch 4.27-30).
Hoy en día, todavía encuentro creyentes que piensan que los judíos no debieron colgar a Jesús de un madero y darle muerte. Consideran que fue una injusticia hacerle eso al pobrecito Señor Jesús. ¡Gracias a Dios por esa injusticia cometida contra Su Hijo! Él pagó con Su Sangre y con Su Vida el justo precio por tus pecados y ahora, si es que has reconocido a Jesús como Señor y Salvador de tu vida, has sido justificada/justificado, perdonada/perdonado y tienes derecho a la vida eterna como Hija/Hijo de Dios Nacida/Nacido de Nuevo.
Todo esto porque el Amor, la mano y el consejo de Dios lo habían determinado para ti.
No te confundas amada/amado, nada es al azar ni por casualidad en tu vida, pues tú eres la más preciosa posesión que Dios tiene. Sólo piensa que el precio que pagó por ti fue con la vida de Su propio Hijo Jesús. Él no hizo esto para después dejarte tirada/tirado y abandonada/abandonado a tu suerte. ¡No! ¡De ninguna manera! Dios lo sabe todo. Dios lo conoce todo. Dios te ama y tiene un plan para ti.
Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Con todo, Jehová me recogerá (sal 27. 10).
¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti (Isa 49. 15).
Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé (Jos 1.5).
A éste respecto, es curioso como pensamos a veces que, cuando le pedimos perdón a Dios por algún pecado cometido, pensamos que es en ese momento que Dios se está enterando de nuestra mala conducta y no es así. Dios ya lo sabe, Él está totalmente enterado de todos los pormenores del asunto. La verdad es que cuando te arrepientes y pides perdón, tú eres hecho libre del pecado y la culpabilidad que conlleva. ¡Es parte del Plan!
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad (1 Jn 1. 9).
En los acontecimientos que nos narra el libro de los Hechos, los discípulos fueron encarcelados y amenazados por las autoridades religiosas a lo que toda la iglesia respondió en oración: ¡No vamos a temer! El padecimiento y sacrificio no fue casualidad, así tampoco nuestras vidas en esta tierra. Vamos a seguir y no desistir.
Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús (Hch 4.29-30).
Tú has sido comprada/comprado a precio de sangre para que, entre otras muchas cosas, tu existencia sobre la tierra tenga significado y sentido. No para que vivas atrapada/atrapado por tus emociones y sentimientos en temor, angustia, duda, rencor, resentimiento, depresión, frustración, amargura, odio, etc.
De acuerdo a la Biblia, que es la Palabra de Dios y no miente, en este Plan perfecto de Dios, tu identidad correcta es:
Nada ni nadie te puede vencer pues, Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó (Ro 8. 37).
Eres más que capaz de perdonar y amar a tus semejantes como a ti misma(o), la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado (Ro 5. 5).
Tienes derecho a vivir una vida plena y abundante, El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10. 10).
Tienes todo el derecho a una vida próspera, saludable, llena de amor, gozo y paz, Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma (3 Jn 2).
Escrito está y, por lo tanto, se va a cumplir en tu vida si puedes creer, creerle a Dios, creerle a Su Palabra. Al que cree todo le es posible.
Jehová cumplirá su propósito en mí (Sal 138. 8a).
Amado Padre celestial, en esta hora creo y declaro toda Tu Palabra y consejo sobre de mí vida. Yo, (pon tu nombre) Riqui Ricón, soy esa/ese Hija(o) Tuyo Nacida(o) de Nuevo que Tu Palabra, la Biblia, dice que Soy. Tú estás conmigo y en mi. Nunca me has dejado ni me dejarás. Tengo vida eterna y tengo derecho a una vida plena y abundante. Me determino con Tu ayuda, Espíritu Santo, a hacer que esto suceda así por medio de la fe. Creyéndote a Ti, Señor Jesús, creyendo a Tu Palabra. En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime © 2011
Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Abril 14 Hch 4.23-37 / Deu 21-22 / Job 14
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