jueves, 21 de abril de 2011

¿Buenas o malas noticias?

Miércoles 20 de Abril de 2011.
¡Buenas Noticias!
Por Riqui Ricón*
Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio (Hch 8.4).
Evangelio es una palabra griega, euangelízo, que significa anunciar buenas nuevas o el buen mensaje. Proviene de las palabras, eus, bien, bueno; y ángelos, ángel, mensajero. Así que, evangelio es sinónimo de ¡Buenas noticias!
Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo. Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía. Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados; así que había gran gozo en aquella ciudad (Hch 8. 5-8).
Jesús es el mismo ayer, hoy y por los siglos, por lo tanto, siempre que escuchemos, meditemos y actuemos en Su Palabra, la Biblia, con fe, creyéndole lo que dice, las señales nos seguirán y, como con toda buena noticia, la alegría y el gozo se manifestarán.
Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús (Hch 4. 29-30).
Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán (Mar 16. 17-18).
Ser un creyente significa ser un portador de buenas noticias. Ser una/un Hija/Hijo de Dios Nacida/Nacido de Nuevo significa ser embajadora/embajador de Jesucristo en este mundo caído y agobiado por el pecado y la muerte.
Si tú no te miras o sientes como una/un portadora/portador de buenas noticias, entonces, estás permitiendo que las circunstancias te roben tu identidad como Hija/Hijo del Reino, pues en lugar de escuchar y creer la Palabra de Dios estás escuchando y creyendo otras voces que te dicen: no puedes, no sirves, no vales, es imposible, ¿cómo tú?, estás muy grave, nunca va a cambiar, etc., etc.
El Poder y el Amor de Dios para contigo no se encuentran limitados ni por las circunstancias ni por tus emociones y sentimientos. Si Dios dice que en el nombre de Jesús echarás fuera demonios; hablarás nuevas lenguas; tomarás en las manos serpientes; beberás cosa mortífera sin sufrir daño; y que pondrás las manos sobre los enfermos y estos sanarán, entonces, inevitablemente, todo eso sucederá. ¡Es Palabra de Dios!
Quizá ahora puedas comprender porque Jesús le dijo a ese padre de familia tan necesitado de un milagro, lo mismo que te está diciendo hoy a ti: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.
¡Buenas Noticias! No eres la misma persona fracasada, frustrada y pecadora que solías ser. Eres una/un Hija/Hijo de Dios Nacida/Nacido de Nuevo, nueva creación, embajadora/ embajador del Reino y estás sobre la tierra para vencer sobre toda adversidad teniendo esa vida llena de la Plenitud de Dios que Él ya destino en Su Palabra para ti.
De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así. De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él (2 Co 5. 16-21).
Muchas gracias Señor Jesús, porque con tu sacrificio en esa cruz no solamente pagaste todos mis pecados haciéndome justa/justo delante del Padre sino que, efectivamente, me diste vida y una vida buena y abundante. Ahora soy nueva creatura ya que la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha hecho libre de la ley del pecado y de la muerte. Amado Padre celestial, en Tu Hijo Jesús, yo, Riqui Ricón (aquí va tu nombre), tengo identidad; soy Tu Hija/Hijo y puedo hacer las cosas que Jesús hizo y aún mayores pues yo creo Tu Palabra. Te creo a Ti, Señor. No miro ni miraré a las circunstancias de mi vida sino a lo que dices en Tu Palabra pues yo soy, ni más ni menos, quién Tú dices que soy. En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011



Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
                                                                                   
Abril 20                                             Hch 8. 1-25 /  Deu 33-34 /  Job 20

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