Miércoles 13 de Abril de 2011.
¡El Señor es mi Papá… !
Por Riqui Ricón*
Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos, si vieres caballos y carros, y un pueblo más grande que tú, no tengas temor de ellos, porque Jehová tu Dios está contigo… Oye, Israel, vosotros os juntáis hoy en batalla contra vuestros enemigos; no desmaye vuestro corazón, no temáis, ni os azoréis, ni tampoco os desalentéis delante de ellos; porque Jehová vuestro Dios va con vosotros, para pelear por vosotros contra vuestros enemigos, para salvaros (Deu 20. 1, 3-4).
Bajo los términos del viejo pacto podemos estar confiados y seguros de la protección de Dios contra nuestros enemigos. Lo único que se nos pide es que no demos lugar al temor ni a la duda pues Él, está contigo y va contigo.
Ahora bien, la Biblia, que es la palabra de Dios y no miente, nos asegura que el Nuevo Pacto es un mejor Pacto, establecido sobre mejores promesas y que Jesucristo es el mediador y fiador de este Nuevo Pacto (He 7.22, 8.6).
Así que, cuando damos mayor credibilidad a nuestros sentidos, lo que nuestros ojos ven y nuestros oídos oyen, en lugar de creer lo que Dios dice en Su Palabra, entonces, permitimos que el temor y la duda entren a nuestro corazón. Nos desplazamos de la posición de fe, que nos da la victoria segura, hacia un pozo de duda, temor, fracaso y derrota.
Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos (Hch 4.12).
Recuerda siempre que en la Biblia el término salvación no solamente se refiere al perdón de tus pecados para obtener un lugar en el cielo con Dios, sino, también a la posición de Victoria con la que todas las Hijas e Hijos de Dios Nacidos de Nuevo pueden y deben vivir.
La salvación se refiere más a la paz, gozo y amor con que puedes vivir en esta tierra que a tu futuro en el cielo. Ser salvo trata no de algo que tu tengas o hayas adquirido sino de algo que tú, ahora, ya eres: ¡una/un Hija/Hijo de Dios!
Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? (Sal 27.1).
¡Qué certeza! ¡Qué seguridad! ¡Qué fe hay en las palabras del rey David tan sólo por saberse en una relación de pacto con Dios! ¿Cuánto más real, fuerte y poderoso será este Nuevo Pacto en la Sangre de Jesús que nos ha justificado, perdonado y establecido cómo Hijas e Hijos del mismísimo Dios?
Cualquiera que sea el problema o situación que estés enfrentando el día de hoy, te pararás en tu posición de victoria cuando dejes de temer y preguntarte qué vas hacer y comiences a creer quién tú ya eres en Cristo Jesús:
· El especial tesoro de tu Padre celestial.
· Una/un Hija/Hijo de Dios que TODO LO PUEDE en Cristo.
· En todas las cosas más que vencedor por medio de Aquel que te amó, Cristo Jesús.
· Una/un Hija/Hijo de Dios que ha vencido pues mayor es Él, que está en ti, que el que está en el mundo.
· Sano y libre pues Jesús te guarda y el maligno no te toca.
Mira si a caso tu problema fuera el pecado lo único que tienes que hacer es correr hacia Dios en lugar de huir de Él. Arrepiéntete y pídele perdón ya que Él siempre estará dispuesto a perdonarte. Lo dice Su Palabra.
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad (1 Jn 1.9).
Amado Padre celestial, muchas gracias porque si el rey David podía estar tan seguro yo lo estoy más. Tú eres mi roca y mi fortaleza. Tú eres el que me guarda y me sostienes en el hueco de la palma de Tu mano poderosa. ¡Tú eres mi Papá y eso, mi Dios, es mucho que decir, pero es la Verdad! ¡Gracias Jesús! Me propongo con Tu ayuda, Espíritu Santo, a no darle el más mínimo lugar al temor y a la duda. Creo y declaro que soy esa/ese Hija/Hijo Tuyo que dices en Tu Palabra, la Biblia, que yo soy. En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime © 2011
Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Abril 13 Hch 4.1-22 / Deu 19-20 / Job 13
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