Sábado 16 de Abril de 2011.
¡No hay forma que puedas perder!
Por Riqui Ricón*
Y Jehová ha declarado hoy que tú eres pueblo suyo, de su exclusiva posesión, como te lo ha prometido, para que guardes todos sus mandamientos; a fin de exaltarte sobre todas las naciones que hizo, para loor y fama y gloria, y para que seas un pueblo santo a Jehová tu Dios, como él ha dicho (Deu 26. 18-19).
Estamos viviendo los tiempos más emocionantes en la historia de la humanidad. Las guerras, la violencia, el hambre, las crisis económicas, los terremotos, el cambio climático, el calentamiento global y el miedo y la ansiedad por todos lados son solamente algunas de las manifestaciones negativas de la pronta venida de nuestro Señor y Rey Jesucristo.
Y ¿qué hay de lo bueno, de lo positivo? Basta con saber que Dios ha declarado que tú eres Suyo, de Su exclusiva posesión, con el propósito de que hagas de la Biblia la norma máxima de tu vida y así Él pueda exaltarte sobre todo y sobre todos, para loor y fama y gloria y vivas siempre en bendición y nunca en maldición, como Él lo ha dicho.
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia (1 P 2. 9-10).
Esto no se trata, ni se tratará jamás, de la religión que profeses o de la denominación o agrupación a la que asistes. Tenemos que entender de una vez por todas que no se trata de nosotros sino de Él, de Su Amor por nosotros, del Honor de Su Palabra pues Él ha declarado que tú eres linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Él al precio de la Sangre y Vida de Su Amado Hijo Jesús.
Dios te creó y no tú a ti misma/mismo. Has sido escogida/escogido por Él y señalada/señalado a vivir una vida con propósito y destino porque,
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3. 16-17).
De acuerdo a la Palabra de Dios, la Biblia, que no miente, Dios no te condena sino que te salva, ofreciéndote una vida nueva, como nueva creatura, para que, creyéndole a Él, creyendo Su Palabra, creas en Jesús como tu Señor y Salvador y seas hecha/hecho una/un Hija/Hijo de Dios Nacida/Nacido de Nuevo y tengas Vida Eterna, lo que significa, literalmente, vivir para siempre.
Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, Y en sus mandamientos se deleita en gran manera… Por lo cual no resbalará jamás; En memoria eterna será el justo. No tendrá temor de malas noticias; Su corazón está firme, confiado en Jehová. Asegurado está su corazón; no temerá, Hasta que vea en sus enemigos su deseo (Sal 112. 1, 6-8)
La Biblia enseña que, quien conoce esto y camina en la Verdad, quien ama Su Palabra y hace de ella la máxima autoridad de su vida, es bienaventurado, bendecido, y no temerá jamás pues tiene asegurado su corazón por la Palabra de Honor del único Dios vivo y verdadero.
Así que, en estos tiempos emocionantes que estamos viviendo, no temas, cree solamente. Por algo Jesucristo, cuando oraba por Sus discípulos y por ti y por mí, declaró: Padre, que el mundo conozca que los amas a ellos de la misma forma que a mí me amas (Jn 17. 23).
Amada/amado, no dudes más, ERES exclusiva posesión de Dios; ERES una/un Hija/Hijo amada/amado de Dios; Él no te ha dejado ni te dejará. ESTÁS destinada/destinado por Dios a realizarte por medio de la fe y ser feliz. Nada ni nadie te puede separar del aAmor de tu Padre que es en Cristo Jesús. ¡No hay forma que puedas perder!
Amado Padre celestial, en este día puedo decirte cuan maravilloso es saber que soy Tuyo, que me escogiste y me adquiriste para ser hecha/hecho de nuevo, mas ahora como Tu Hija/Hijo. Gracias por amarme tanto y de la misma forma como a Jesús. ¡Oh Precioso Jesús! ¿Qué haría yo sin Ti? Eres mi luz y mi vida. Eres la roca de mi corazón. Mi alto refugio, mi amigo, mi Rey, Señor y Salvador. Por Ti, Jesús, tengo vida, vida eterna, vida abundante y me propongo, con Tu ayuda, Espíritu Santo, a vivir esa clase de vida que en Ti y Contigo yo puedo vivir. ¡No hay forma que pueda perder! En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime © 2011
Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Abril 16 Hch 5. 17-42 / Deu 25-27 / Job 16
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