viernes, 5 de enero de 2024

¡Alégrate!

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 05 Enero 

¡Alégrate!

 

Por Riqui Ricón*

 

Pero alégrense todos los que en ti confían; Den voces de júbilo para siempre, porque tú los defiendes (Sal 5.11a).

La Biblia, que es la Palabra de Dios, y no miente, es muy clara respecto al estilo de vida que Dios, tu Padre, desea que vivas en este mundo. Y el júbilo y la alegría pueden ser, y deben ser, una característica en tu vida.

 

Pero, ¿cómo puedes tener júbilo y alegría cuando estás enfrentando problemas, enfermedades, aflicciones o retos que te abruman? Entérate, la única manera posible para enfrentar tus problemas, enfermedades, aflicciones o retos con júbilo y alegría durante todo este año que comienza es confiando en Dios.

 

Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo (Jn 16.33).

Es poniendo toda tu confianza en Dios, sabiendo que Él jamás va a faltar a Su Palabra, que, a pesar de las aflicciones, puedes tener paz y estar alegre.

 

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados (Rom 8.28).

Así es, tú puedes, literalmente, estar alegre en medio de las aflicciones, con esa paz que sobrepasa todo entendimiento, porque sabes, que sabes, que Dios está contigo, que no te ha dejado, ni te dejará y que de todas las cosas saldrás más que vencedor(a), porque todo lo puedes en Cristo que te fortalece. ¡Escrito está!

¡Es la Palabra de Dios!

 

En ti se regocijen los que aman tu nombre. Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo; Como con un escudo lo rodearás de tu favor (Sal 5.11b-12).

Tú eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y la Bendición de tu Padre está sobre ti. La Bendición incluye la protección y el favor de Dios. El favor de Dios es la Gracia de Dios. Teniendo el favor de Dios puedes tener el deseo y el poder de Dios para hacer su voluntad con gozo. Este deseo y poder de Dios para hacer Su Voluntad con gozo son un escudo de bendición alrededor de ti.


Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

Efectivamente, este año te vas a regocijar porque tú le amas y Él te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo, Jesús, para que pagara todos tus pecados, y hacerte justo(a). Y dice la Escritura que Dios bendecirá al justo. Este año vivirás con un escudo, rodeado(a) del favor y de la Gracia de tu Padre celestial.

 

Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan (Heb 11.6).

Lo único que Jesús te pide es que confíes en Él, que le creas a Él, que creas Su Palabra sin dudar. La Biblia dice que Abraham creyó a Dios y eso, creerle a Dios, le fue contado por justicia, es decir, fue hecho justo por creer la Palabra de Dios.

 

Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? (Mat 14.28-31).

Ante el desafío de caminar sobre el agua, Pedro solo necesitó una Palabra del Señor Jesús: ¡Ven! Inicialmente Pedro creyó la Palabra de Jesús y comenzó a caminar sobre el agua, pero la realidad (la fuerza del viento) lo distrajo de la Verdad (la Palabra de Dios) y dudó de la Palabra y comenzó a hundirse.

 

La clave de todo esto está en que, cuando los problemas, enfermedades o aflicciones, soplan tan fuerte NO dejes de ver a Jesús, NO dejes de atender y creer Su Palabra, pues si lo haces, entonces mirarás las circunstancias y recibirás al miedo, que anulará tu fe.

 

¡No, mi amado(a)! ¡Este año es un año decisivo en tu vida! Dile a esa situación: yo sé en quien he creído y jamás seré avergonzado(a) de haber confiado en la Palabra de Dios. ¡Voltéale la espalda! ¡Déjala de ver! Y pon tus ojos en Jesús, el autor y consumador de tu fe.

 

Alégrate y da voces de júbilo cada día de este año, porque, en Cristo Jesús, tú eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, y tienes la Palabra de Honor de tu Padre celestial que nada, ni nadie, te podrán hacer frente en todos los días de tu


vida, pues de la misma forma que Él estuvo con Jesucristo, así está contigo. Caerán a tu lado mil y diez mil a tu diestra, mas a ti no llegará, y aunque andes en valle de sombra y de muerte, NO TEMERÁS mal alguno porque Dios está contigo.

 

¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? (Ro 8.31).

 

Este año estás destinado(a) a tener más victorias de las que tuvo Josué, sólo haz de la Biblia la norma máxima de tu vivir; poniéndola en tu mente, boca y corazón. Es lo único y lo más importante que debes hacer.

 

Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien (Jos 1.8).

Si haces esto, entonces (no antes, ni después, ni de ningún otra forma), ¡harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien!

 

Oremos en voz audible:

 

Amado Padre celestial, puedo ver en Tu Palabra, la Biblia, que Tu Voluntad expresa para mi vida es Amor, gozo, paz y libertad. Sé, además, que Tú, Jesucristo, ya pagaste para darme esa vida, plena y abundante, que es la Vida Eterna,  la cual, yo,                               (tu nombre aquí), tengo todo el derecho a experimentar cada día, pues, por el Nuevo Pacto en Tu Sangre, Jesús, yo soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. Así que, tengo toda certeza y convicción que este año saldré más que vencedor(a) en todas las cosas. No voy a permitir que aflicción alguna me robe mi gozo y mi paz, pues conozco el final de la historia, ¡ya leí el final del libro! ¡Saldré victorioso(a)! ¡Todo lo puedo en Ti, mi Señor Jesús! Llamo al gozo y a la alegría a mi vida, pues, Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía. Por tanto, creo y declaro que, ¡Soy sano(a)!

¡Soy libre! ¡Soy próspero! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy Hijo(a) del Rey! En el nombre de Jesús. Amén.

 

 Nota Importante:

¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?

Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:

Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por


eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre!

¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.

 

*Ricardo C. Peredo Jaime © 2012

 

 

Tres Recomendaciones:

Lo que acabas de suceder al reconocer a Jesucristo como el Señor y Salvador de tu vida, de acuerdo con La Palabra de Dios, es que has Nacido de Nuevo, ya no más como un ser humano común y corriente, sujeto a la ley del pecado y de la muerte, sino que ahora eres un(a) legítimo(a) y auténtico(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, exactamente igual a Jesucristo, quien ahora es tu Hermano Mayor. Por lo tanto, te hago estas tres importantísimas recomendaciones:

1.     Orar. Orar es platicar con Dios. Así que, búscate un lugar tranquilo donde puedas comenzar a platicar todas tus cosas con Él. Hazlo de forma audible y notarás como Dios siempre responderá a tu corazón.

2.     Leer y meditar la Palabra de Dios. La Biblia es La Palabra de Dios, así que, consigue una Biblia y comienza a leerla y meditarla. ¿Cómo empezar? Es muy sencillo. Dependiendo del día que sea hoy, busca en el programa de lectura “La Biblia en un año” y realiza las lecturas correspondientes. Este programa lo puedes obtener en: A Través de La Biblia En Un Ano (palabradehonor.org) Notarás que el programa está arreglado para imprimirlo como un cuadernillo.

3.     En oración con Dios, tu Padre, busca y únete a una iglesia o congregación cristiana donde enseñen la Palabra de Dios en base a las Buenas Noticias que son el Evangelio de Jesucristo.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2020

 

 


 

Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

 

Enero 5                                Luc 7.18-50   / Gen 11 / Sal 5

 

 



Cápsula del día.




Puedes escuchar o descargar la lectura de la  Biblia en audio del día de hoy, la tenemos para ti en dos versiones: 


RV60 



NVI 



Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

 

Enero 5                                Luc 7.18-50   / Gen 11 / Sal 5

 

 

San Lucas 7.18-50

Los mensajeros de Juan el Bautista

(Mt. 11.2–19)

18Los discípulos de Juan le dieron las nuevas de todas estas cosas. Y llamó Juan a dos de sus discípulos, 19y los envió a Jesús, para preguntarle: ¿Eres tú el que había de venir, o esperaremos a otro? 20Cuando, pues, los hombres vinieron a él, dijeron: Juan el Bautista nos ha enviado a ti, para preguntarte: ¿Eres tú el que había de venir, o esperaremos a otro? 21En esa misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas, y de espíritus malos, y a muchos ciegos les dio la vista. 22Y respondiendo Jesús, les dijo: Id, haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos  son  limpiados,  los  sordos oyen,a los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio;b 23y bienaventurado es aquel que no halle tropiezo en mí.

24Cuando se fueron los mensajeros de Juan, comenzó a decir de Juan a la gente: ¿Qué salisteis a ver al desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? 25Mas ¿qué salisteis a ver? ¿A un hombre cubierto de vestiduras delicadas? He aquí, los que tienen vestidura preciosa y viven en deleites, en los palacios de los reyes están. 26Mas ¿qué salisteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo, y más que profeta. 27Este es de quien está escrito:


7.22: Is. 35.5–6.

7.22: Is. 61.1.


He aquí, envío mi mensajero delante de tu faz, El cual preparará tu camino delante de ti.c

28Os digo que entre los nacidos de mujeres, no hay mayor profeta que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de Dios es mayor que él. 29Y todo el pueblo y los publicanos, cuando lo oyeron, justificaron a Dios,  bautizándose  con  el  bautismo  de  Juan. 30Mas los fariseos y los intérpretes de la ley desecharon los designios de Dios respecto de sí mismos, no siendo bautizados por Juan.d

31Y dijo el Señor: ¿A qué, pues, compararé los hombres de esta generación, y a qué son semejantes? 32Semejantes son a los muchachos sentados en la plaza, que dan voces unos a otros y dicen: Os tocamos flauta, y no bailasteis; os endechamos, y no llorasteis. 33Porque vino Juan el Bautista, que ni comía pan ni bebía vino, y decís: Demonio tiene. 34Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y decís: Este es un hombre comilón y bebedor de vino,

amigo de publicanos y de pecadores. 35Mas la sabiduría es justificada por todos sus hijos.

Jesús en el hogar de Simón el fariseo

36Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa. 37Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume; 38y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume.e 39Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora. 40Entonces respondiendo Jesús, le dijo: Simón, una cosa tengo que decirte. Y él le dijo: Di, Maestro. 41Un acreedor tenía dos deudores: el uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta; 42y no teniendo ellos con qué pagar, perdonó a ambos. Di, pues, ¿cuál de ellos le amará más? 43Respondiendo Simón, dijo: Pienso que aquel a quien perdonó más. Y él le dijo: Rectamente has juzgado. 44Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies  con  lágrimas,  y  los  ha  enjugado  con  sus cabellos. 45No me diste beso; mas ésta, desde  que  entré,  no  ha  cesado  de  besar  mis pies. 46No ungiste mi cabeza con aceite; mas ésta ha ungido con perfume mis pies. 47Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama. 48Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados. 49Y los que estaban juntamente sentados a la mesa, comenzaron a decir entre sí: ¿Quién es éste, que también perdona pecados? 50Pero él dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, ve en paz.1

 

Génesis 11

La torre de Babel

 


7.27: Mal. 3.1.

7.29–30: Mt. 21.32; Lc. 3.12.

7.37–38: Mt. 26.7; Mr. 14.3; Jn. 12.3.

Reina Valera Revisada (1960)------------------------------------------------------------------------- 50


11

1Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras. 2Y aconteció que cuando salieron de oriente, hallaron una llanura en la tierra de Sinar,  y se establecieron  allí. 3Y se dijeron unos a otros: Vamos, hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego. Y les sirvió el ladrillo en lugar de piedra, y el asfalto en lugar de mezcla. 4Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra. 5Y descendió Jehová para ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de los hombres. 6Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer. 7Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero. 8Así los

esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad. 9Por esto fue llamado el nombre de ella Babel, porque allí confundió11 Jehová el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra.

Los descendientes de Sem

(1 Cr. 1.24–27)

10Estas son las generaciones de Sem: Sem, de edad de cien años, engendró a Arfaxad, dos años después del diluvio. 11Y vivió Sem, después que engendró a Arfaxad, quinientos años, y engendró hijos e hijas. 12Arfaxad vivió treinta y cinco años, y engendró a Sala. 13Y vivió Arfaxad, después que engendró a Sala, cuatrocientos tres años, y engendró hijos e hijas. 14Sala vivió treinta años, y engendró a Heber. 15Y vivió Sala, después que engendró a Heber, cuatrocientos tres años, y engendró hijos e hijas. 16Heber vivió treinta y cuatro años, y engendró a Peleg. 17Y vivió Heber, después que engendró a Peleg, cuatrocientos treinta años, y engendró hijos e hijas. 18Peleg vivió treinta años, y engendró a Reu. 19Y vivió Peleg, después que engendró a Reu, doscientos nueve años, y engendró hijos e hijas. 20Reu vivió treinta y dos años, y engendró a Serug. 21Y vivió Reu, después que engendró a Serug, doscientos siete años, y engendró hijos e hijas. 22Serug vivió treinta años, y engendró a Nacor. 23Y vivió Serug, después que engendró a Nacor, doscientos años, y engendró hijos e hijas. 24Nacor vivió veintinueve años, y engendró a Taré. 25Y vivió Nacor, después que engendró a Taré, ciento diecinueve años, y engendró hijos e hijas. 26Taré vivió setenta años, y engendró a Abram, a Nacor y a Harán.

Los descendientes de Taré

27Estas son las generaciones de Taré: Taré engendró a Abram, a Nacor y a Harán; y Harán engendró a Lot. 28Y murió Harán antes que su padre Taré en la tierra de su nacimiento, en Ur de los caldeos. 29Y tomaron Abram y Nacor para sí mujeres; el nombre de la mujer de Abram era Sarai, y el nombre de la mujer de Nacor, Milca, hija de Harán, padre de Milca y de Isca. 30Mas Sarai era estéril, y no tenía hijo. 31Y tomó Taré a Abram su hijo, y a Lot hijo de Harán, hijo de su hijo, y a Sarai su nuera, mujer de Abram su hijo, y salió con ellos de Ur de los caldeos, para ir a la tierra de Canaán; y vinieron hasta Harán, y se quedaron allí. 32Y fueron los días de Taré doscientos cinco años; y murió Taré en Harán.2


11 Compárese la palabra hebrea balal, confundir.

2  Reina Valera Revisada (1960)............................................................................. Gn 10.32-11.32


 

Salmo 5

 

Plegaria pidiendo protección

Al músico principal; sobre Nehilot. Salmo de David.

1        Escucha, oh Jehová, mis palabras; Considera mi gemir.

2        Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, Porque a ti oraré.

3        Oh Jehová, de mañana oirás mi voz;

De mañana me presentaré delante de ti, y esperaré.

4        Porque tú no eres un Dios que se complace en la maldad; El malo no habitará junto a ti.

5        Los insensatos no estarán delante de tus ojos; Aborreces a todos los que hacen iniquidad.

6        Destruirás a los que hablan mentira;

Al hombre sanguinario y engañador abominará Jehová.

7        Mas yo por la abundancia de tu misericordia entraré en tu casa; Adoraré hacia tu santo templo en tu temor.

8        Guíame, Jehová, en tu justicia, a causa de mis enemigos; Endereza delante de mí tu camino.

9        Porque en la boca de ellos no hay sinceridad; Sus entrañas son maldad,

Sepulcro abierto es su garganta, Con su lengua hablan lisonjas.a

10        Castígalos, oh Dios; Caigan por sus mismos consejos;

Por la multitud de sus transgresiones échalos fuera, Porque se rebelaron contra ti.

11        Pero alégrense todos los que en ti confían;

Den voces de júbilo para siempre, porque tú los defiendes; En ti se regocijen los que aman tu nombre.

12        Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo; Como con un escudo lo rodearás de tu favor.3

 



5.9: Ro. 3.13.

Reina Valera Revisada (1960)

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