sábado, 28 de diciembre de 2013

¡Qué no debes olvidar jamás!

 
28 de Diciembre
¡Eres Hijo(a) amado(a) de Dios!
Por Riqui Ricón*
Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado; y orando, el cielo se abrió, y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia (Luc 3.21-22).
La Biblia, que es la Palabra de Dios, y NO PUEDE mentir, te enseña claramente que Jesús es llamado por Dios, Hijo amado y también te enseña que Jesús llamaba a Dios Su propio Padre.
En aquel día, Jesús el hijo de José y María descendió al río Jordán para ser bautizado por Juan y entonces el Espíritu Santo descendió sobre Él y comenzó Su ministerio al ser ungido y al ser llamado por Dios, Hijo Amado.
Jesús, el Cristo, el Ungido, ahora lleno con el Espíritu Santo está listo para servir y complacer al todopoderoso Dios.
¿Te has preguntado alguna vez, ¿qué es lo que Dios ve en ti o qué quiere Dios de ti? La respuesta a esta pregunta es simple: Dios ve en ti y quiere de ti a un(a) Hijo(a) Amado(a).
Pero tú eres nuestro padre, si bien Abraham nos ignora, e Israel no nos conoce; tú, oh Jehová, eres nuestro padre; nuestro Redentor perpetuo es tu nombre (Isa 63.16).
De acuerdo a la Biblia, este siempre ha sido Su deseo para contigo.
«Un hombre tenía dos hijos —continuó Jesús—. El menor de ellos le dijo a su padre: “Papá, dame lo que me toca de la herencia.” Así que el padre repartió sus bienes entre los dos. Poco después el hijo menor juntó todo lo que tenía y se fue a un país lejano; allí vivió desenfrenadamente y derrochó su herencia. »Cuando ya lo había gastado todo, sobrevino una gran escasez en la región, y él comenzó a pasar necesidad. Así que fue y consiguió empleo con un ciudadano de aquel país, quien lo mandó a sus campos a cuidar cerdos. Tanta hambre tenía que hubiera querido llenarse el estómago con la comida que daban a los cerdos, pero aun así nadie le daba nada. Por fin recapacitó y se dijo: “¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen comida de sobra, y yo aquí me muero de hambre! Tengo que volver a mi padre y decirle: Papá, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no merezco que se me llame tu hijo; trátame como si fuera uno de tus jornaleros.” Así que emprendió el viaje y se fue a su padre. »Todavía estaba lejos cuando su padre lo vio y se compadeció de él; salió corriendo a su encuentro, lo abrazó y lo besó. El joven le dijo: “Papá, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no merezco que se me llame tu hijo.” Pero el padre ordenó a sus siervos: “¡Pronto! Traigan la mejor ropa para vestirlo. Pónganle también un anillo en el dedo y sandalias en los pies. Traigan el ternero más gordo y mátenlo para celebrar un banquete. Porque este hijo mío estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos encontrado.” Así que empezaron a hacer fiesta. »Mientras tanto, el hijo mayor estaba en el campo. Al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música del baile. Entonces llamó a uno de los siervos y le preguntó qué pasaba. “Ha llegado tu hermano —le respondió—, y tu papá ha matado el ternero más gordo porque ha recobrado a su hijo sano y salvo.” Indignado, el hermano mayor se negó a entrar. Así que su padre salió a suplicarle que lo hiciera. Pero él le contestó: “¡Fíjate cuántos años te he servido sin desobedecer jamás tus órdenes, y ni un cabrito me has dado para celebrar una fiesta con mis amigos! ¡Pero ahora llega ese hijo tuyo, que ha despilfarrado tu fortuna con prostitutas, y tú mandas matar en su honor el ternero más gordo!” »“Hijo mío —le dijo su padre—, tú siempre estás conmigo, y todo lo que tengo es tuyo. Pero teníamos que hacer fiesta y alegrarnos, porque este hermano tuyo estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos encontrado.” » (Luc 15.11-32 NVI).
Al leer la parábola del hijo prodigo te puedes dar cuenta que ambos hijos quieren servir a su padre; uno le pretende decir “ya nos soy digno de ser llamado tu hijo, hazme como uno de tus siervos”; y el otro le recriminó “tantos años te he servido”. Ninguno de los dos se dio cuenta que el Padre ya tiene muchos siervos. Lo único que el Padre desea es gozarse con sus hijos.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Así es, mi amado(a), Dios no está tan pendiente de tus pecados, fracasos y derrotas como de que recapacites y vuelvas a Él. Él sólo quiere que sepas, y creas, que te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti.
Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos (He 2.10).
Al morir en la cruz y pagar por tus pecados, Cristo Jesús, sólo estaba cubriendo el requisito para cumplir el propósito principal del Plan de Salvación: ¡llevar muchos hijos a la gloria! Hijos de Dios por medio de la fe en Jesucristo. ¡Hijos de Dios Nacidos de Nuevo!
Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios… Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? (1 Jn 5.1,4.5).
Ser Hijo(a) de Dios y hacerse llamar Hijo(a) de Dios es cosa seria, pues EN VERDAD tienes todo el poder y la autoridad para vencer al mundo por medio de la fe al creer lo que dice la Biblia, la Palabra de Honor de Dios, que Jesús es el Hijo de Dios y tú también.
Este día, sin importar los problemas, enfermedades o aflicciones que estés enfrentando, tú tienes todo el Poder y la Autoridad dados por la Palabra de Dios para salir más que vencedor(a) de cualquier circunstancia.
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos (1 Jn 3.1 BAD).
Ahora, por lo que Él hizo en la cruz y por creer la Palabra de Dios, ¡Jesús es tu hermano mayor!
Porque Dios los conoció desde el principio, y de antemano los destinó a ser semejantes a su Hijo Jesucristo, a fin de que él sea el mayor entre todos los hermanos (Ro 8.29 CST).
Además de ser tu hermano mayor, no existe otra diferencia entre Jesús y tú pues así como Él es, así eres tú en este mundo. Esto es lo que dice la Palabra de Dios:
En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo (1 Jn 4.17).
¡Escrito está! Puedes decirlo pero sobre todo tienes que creerlo: ¡Eres Hijo(a) amado(a) de Dios!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, en este día quiero, una vez más, decirte cuanto te amo y cuan agradecido estoy por el gran Amor con que me has amado, que estando yo muerto(a) en delitos y pecados eso no te importó sino que me diste Vida juntamente con Tu Hijo Jesús. Señor Jesús, muchas gracias porque Satanás solo vino a hurtarme, matarme y destruirme pero Tú has venido para darme Vida y Vida abundante. En Ti y por Ti, Señor Jesús, tengo todo el derecho a la Vida Eterna pues ahora, en Ti y por Ti, al igual que Tú, soy un(a) Hijo(a) de Dios. ¡He Nacido de Nuevo! En esta identidad y en esta plenitud de ser quien ahora soy, gracias a Ti, mi Rey, Señor y Salvador, estoy seguro(a) que nada ni nadie me puede separar de Tu Amor, pues si no escatimaste ni a Tu propio Hijo, sino que la entregaste por Amor a mí, ¿cómo no me darás juntamente con El todas las cosas? Y de mi vida pasada y presente, ¿quién me acusará si soy escogido(a) de Dios? ¡Dios, Tú eres el que me justifica! ¿Quién me condenará? ¡Jesús, Tú eres el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por mí! ¿Quién me separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti soy muerto(a) todo el tiempo; Soy contado(a) como oveja de matadero. Antes, en todas estas cosas yo, _________ (tu nombre aquí), soy más que vencedor(a) por medio de aquel que me amó. Por lo cual estoy seguro(a) de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada me podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús mi Señor. Por lo tanto, resisto todo espíritu de incredulidad, temor, enfermedad, pobreza y fracaso que quiera engañarme haciéndome creer que soy otra persona diferente a la que Dios dice en Su Palabra que ahora soy yo. Declaro con la misma autoridad de Jesucristo que ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo! En el nombre de Jesús. Amén.
 Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012
 

Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Diciembre 28                                Luc 3.21-38   /  Ez 42-43  /  Isa 63


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