6 de Diciembre
¡Según el
poder que actúa en ti!
Por Riqui Ricón*
Y a Aquel que es poderoso para
hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos,
según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la
iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos.
Amén (Ef 3.20-21).
La biblia, que es la Palabra de
Dios, y no miente, dice que, gracias a Cristo Jesús, EXISTE YA un Poder
actuando en ti y afirma que es según ese poder que Dios puede hacer todas las
cosas MUCHO MÁS ABUNDANTEMENTE de lo que tú le pidas o, aún, de lo que entiendas.
¡Asombroso!
Veamos como este Poder que actúa
en ti está íntimamente ligado al Nuevo Pacto en la Sangre de Jesús.
He aquí que vienen días, dice
Jehová, en los cuales haré nuevo
pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No
como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de
la tierra de Egipto; porque ellos
invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová.
Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos
días, dice Jehová: Daré mi ley en su
mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y
ellos me serán por pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo,
ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán,
desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y
no me acordaré más de su pecado (Jer
31.31-34).
Con el Nuevo
Pacto, Dios prometió realizar un cambio total en tu naturaleza carnal, pues
sólo así Él daría Su Ley en tu mente y la escribiría en tu corazón. Con la
Sangre de Jesús, Dios pagó TODOS tus pecados, perdonó tu maldad y decidió no
acordarse más de tus pecados.
Y
pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y
guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra (Ez 36.27).
Ahora eres
un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y el glorioso Espíritu Santo vive en
ti y contigo.
El poder que actúa en ti es la
Palabra de Dios y el Espíritu Santo es la promesa que Dios te hizo al declarar
que haría un mejor pacto establecido sobre mejores promesas. Con el poder de Su
Palabra y la Presencia del Espíritu Santo en tu Vida, Dios se aseguró que no
habría la más mínima posibilidad de invalidar el Nuevo Pacto, pues Él mismo, el
Espíritu Santo, estaría en ti y contigo como las arras, la garantía, que Él
ofrece que el Nuevo Pacto jamás será anulado, por el contrario, éste se cumplirá
y recibirás TODO lo prometido.
Y estando juntos, les
mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí…
pero recibiréis poder, cuando haya
venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en
Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra (Hch 1.4,8).
El Poder de
Dios y el Espíritu Santo trabajan juntos a tu favor, en ti y contigo, para que
puedas ser un(a) buen testigo del Evangelio.
Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto…
Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas (He 7.22, 8.6).
¡Jesús es el
mediador de este mejor Pacto!
En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio
de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,
que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión
adquirida, para alabanza de su gloria (Efe
1.13-14).
¡Tú ya has sido sellado(a) con el Espíritu Santo de
la Promesa!
¿Te das cuenta? ¡Este es el
formidable plan de la gracia de Dios! Dado que estabas muerto(a) en tus delitos
y pecados y sin posibilidad alguna de reconciliarte con Dios (porque la vieja
naturaleza pecaminosa que estaba en ti, siempre se rebela contra Dios, nunca ha
obedecido la ley de Dios y nunca podrá obedecerla), entonces Dios,
enviando a su Hijo en
semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la
carne; para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que
no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu (Ro 8.3-4).
Así que, el conocer
los mandamientos de Dios no te arranca de las garras del pecado, porque no
puedes guardar la ley ni la guardarás. Pero Dios, por el gran Amor que por ti
siente, puso en vigor un plan diferente. Envió a su propio Hijo Jesús con un
cuerpo humano igual en todo al tuyo, salvo que no era pecador, y al entregarlo
en sacrificio por tus pecados, destruyó el dominio que el pecado tenía sobre de
ti.
Por lo tanto, si te
dejas conducir por el Espíritu Santo y niegas obediencia a la vieja naturaleza
pecaminosa que estaba en ti, entonces sí puedes obedecer la ley de Dios.
El Plan de Dios, a través de la
Nueva Naturaleza que te otorga el Nuevo Nacimiento, es el Plan Perfecto e
Infalible garantizado por el Espíritu Santo.
Por esta razón me arrodillo delante del Padre, de quien recibe nombre
toda familia en el cielo y en la tierra. Le pido que, por medio del Espíritu y
con el poder que procede de sus gloriosas riquezas, los fortalezca a ustedes en
lo íntimo de su ser, para que por fe Cristo habite en sus corazones. Y pido
que, arraigados y cimentados en amor, puedan comprender, junto con todos los
santos, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo; en fin, que
conozcan ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos de
la plenitud de Dios (Ef 3.14-19 NVI).
Conocer esta Palabra y creer esta
Palabra sólo es posible mediante el Espíritu Santo que ya está en ti y contigo.
Conocer esta Palabra y creer esta Palabra es conocer el Amor de Cristo Jesús,
que excede a todo conocimiento; es creer y manifestar ese Poder que te permite
ser lleno(a) de toda la plenitud de Dios para Vivir una Vida Plena y Abundante.
Porque de tal manera amó Dios
al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree,
no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su
Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn
3.16-17).
Es tal el Amor que Dios siente
por ti, que prefirió entregar a Su propio Hijo, para pagar todos tus pecados,
antes que perderte a ti. Además, como si fuera poco, pone dentro de ti Su Santo
Espíritu para garantizar que puedas vivir una vida llena de poder y de victoria.
Amado, yo deseo que tú seas
prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma (3 Jn 2).
Es la plenitud de Dios viviendo
dentro de ti, la que te dice y te asegura el día de hoy:
No temas, porque yo estoy
contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te
ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. He
aquí que todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y confundidos;
serán como nada y perecerán los que contienden contigo. Buscarás a
los que tienen contienda contigo, y no los hallarás; serán como nada, y como
cosa que no es, aquellos que te hacen la guerra. Porque yo Jehová
soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te
ayudo (Is 41. 10-13).
Sólo
necesitas creer, creerle a Dios, creerle a Su Palabra, pues al que cree todo le
es posible.
El Nuevo
Pacto y tu Nueva Naturaleza obtenida por medio de tu Nuevo Nacimiento al
reconocer y hacer a Jesucristo tu Señor, Rey y Salvador, no es algo que tengas o
puedas conseguir por méritos propios; todo esto es algo que Él te promete en Su
Palabra y que por ningún motivo dejará de cumplir.
¡Según el
poder que actúa en ti!
Oremos en
voz audible:
Amado Padre
celestial, entre más te conozco, entre más leo y medito Tu Palabra, la Biblia,
más me maravillo y asombro de Tu Gran Amor con que me has amado. Gracias por
haber decretado un Nuevo Pacto en la Sangre de Tu Hijo Jesucristo. Gracias,
Señor Jesús, porque con tu muerte en la cruz pagaste todos mis pecados
haciéndome justo(a). Gracias, Padre, por haberme perdonado y no acordarte nunca
más de mis pecados. Gracias, Señor Jesús, porque al resucitar entre los muertos
te constituiste el primer Hijo de Dios Nacido de Nuevo, mostrándome el camino y
el destino reservado para mí. Gracias porque con Tu Sangre sellaste el Nuevo
Pacto y yo tengo ahora una Nueva Naturaleza por medio de mi Nuevo Nacimiento. Porque
Tú vives ahora yo tengo Vida Eterna, Vida Nueva, Vida Plena y Abundante.
Gracias porque he recibido la adopción de Hijo(a) según el puro afecto de Tu
Voluntad. ¡No estoy perdido(a), ni acabado(a)! ¡No! ¡Nada de eso! Soy un(a)
Hijo(a) amado(a) del Dios Vivo y Verdadero! ¡El Todopoderoso es mi Padre! ¡Por
la Sangre del Cordero! ¡Por el Nuevo Pacto! Tú, Espíritu Santo, creador del
cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible, estás en mí y conmigo.
¡Gracias por tanto Amor! Soy poderoso(a) en sobremanera para amarte con todas
mis fuerzas, mente y corazón, así como para amar a mi próximo como a mí mismo(a).
Por lo tanto, resisto al espíritu de temor y de incredulidad; resisto a la
muerte, a la enfermedad, pobreza, tristeza, depresión, soledad, amargura,
desilusión y pecado. Soy sano(a); soy libre; soy próspero(a); llamo a mi vida
al Amor, gozo y paz que sobrepasan todo entendimiento. Creo, llamo y recibo la
vida plena, buena y abundante como mi legítimo derecho y herencia en Cristo
Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el
Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu
atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo
creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para
pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día
de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre
preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te
invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú
seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime © 2012
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final
de un año habrás leído toda la Biblia.
Diciembre
6 Efesios
3 / Ez 8-9
/ Isa 41
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