jueves, 26 de diciembre de 2013

¡Cómo activar el Poder del Altísimo a tu favor!

 
23 de Diciembre
¡Se cumplirá todo lo que se te ha dicho departe de Dios!
Por Riqui Ricón*
¡Bendita tú por haber creído lo que te fue dicho de parte del Señor, y porque lo que él te anunció, se cumplirá!  (Luc 1.45 CST).
¿Sabías que hay una cosa que nuestro Dios y Padre, el Todopoderoso, no puede hacer? Así es, lo único que Él no puede hacer es mentir. Su Palabra (que son todas las Palabras que salen de Su boca), es la Palabra de Dios y una vez que ésta ha sido hablada, tiene todo el poder y la autoridad de Dios para hacerse cumplir a sí misma. Si Dios dijera que el cielo es rojo, entonces éste cambiaría su color azul por rojo. ¡Así de simple!
Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía (He 11.3).
Dice la escritura que, En el principio creó Dios los cielos y la tierra (Gen 1.1). Pero, ¿cómo los creó? Los creó en el momento preciso que Él dijo, sea la luz, eso exactamente fue lo que sucedió: ¡La luz fue hecha por la Palabra de Dios!
Así que, todo lo que existe, todo lo que es, lo visible y lo invisible, ha sido constituido por la Palabra de Dios.
Ahora bien, Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza (Efe 6.10).
Como te puedes dar cuenta, el poder de la fuerza de Dios no está en sus músculos, ni en sus relámpagos y truenos, ni en sus ángeles sino en Su Palabra. Lo único que Él necesita hacer para que sucedan las cosas es hablar Su Palabra. ¡Lo que Él dice, eso mismo sucede! Al fin y al cabo, Él es Dios.
Es por todo esto que:
Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará. Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe (Mat 8.8-10).
Este centurión conocía el secreto de la fe que es el principio de autoridad supremo: ¡Todo poder y autoridad radica en la Palabra de Dios!
No sin razón el Mensaje que predicamos se llama Evangelio, ¡Buenas Noticias! Ahora eres bienaventurado(a), mil veces feliz, puesto que has creído, se cumplirá todo lo que el Señor te ha dicho en Su Palabra, la Biblia.
Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía (Sal 84.12).
Ante los asombrosos sucesos que se abrían delante de sus pies, la virgen María, cuando  se le explicó porque era ella muy favorecida y que, a pesar de su situación, nada hay imposible para Dios, ella sólo contestó: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra (Luc 1.38).
Pon atención a que no respondió, hágase conmigo conforme a Tu Voluntad sino conforme a Tu Palabra.
Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios. Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril; porque nada hay imposible para Dios (Lc 1.34-37).
Como ya vimos, el poder del Altísimo es su propia Palabra. Por eso María pudo afirmar con fe, hágase conmigo conforme a Tu Palabra. ¡Estaba en juego el Honor de Dios! ¡Había sido activado el Poder del Altísimo!
¿Podrías afirmar tú lo mismo? ¿Podrías con toda tu fe decirle a Dios que deseas que antes de que termine este año se haga contigo conforme a Su Palabra? ¿Estarías dispuesto(a) a terminar este año creyendo que todo lo puedes en Cristo que te fortalece y que en todas las cosas, absolutamente en todas, saldrás más que vencedor(a) por medio de Aquel que te amó, Cristo Jesús? ¿Podrías dejar que el poder del Altísimo te cubra con su sombra hoy?
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo (Jn 16.33).
¡El Evangelio de Jesucristo no te promete una vida sin problemas pero sí una vida victoriosa!
Cuando sabes que sabes, que la Biblia es la Verdad, pues es Palabra de Dios, y sabes que sabes, que TODO lo que Dios dijo, Él lo va hacer, lo que Él hablo, lo va a ejecutar, entonces, aunque estés en medio de la más grande aflicción, puedes confiar en Él, puedes confiar en Su Palabra, Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús (Fil 4.7).
Así que, en Verdad existe un camino para llegar a ser dichosa(o) y éste es: confiar en Dios. ¡Créele a Dios, creyendo Su Palabra!
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Recuerda que Él te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti, y ahora, por lo que Jesús hizo por ti, eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo, ¡nacida(o) del Amor de Dios!
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos! Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por qué lo somos (1 Jn 3.1 BAD).
Tú eres lo más valioso que Dios tiene en este mundo: ¡Su propio(a) Hijo(a)! Así que, Él no te ha dejado ni te dejará jamás.
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, que hermoso es saberse tan amado(a) por Ti. Que sublime sensación es saber que has establecido en Tu Palabra, eterna, perfecta e infalible, que aunque yo ande en valle de sombra y de muerte no voy a temer, pues sé que Tú estás conmigo; que aunque las aflicciones vengan sobre mí, sé que de TODAS ellas voy a salir más que vencedor(a) por medio de Aquel que me amó, Cristo Jesús. ¡Escrito está! ¡Tú no mientes ni Te arrepientes! ¡Lo has dicho y lo vas hacer! ¡Lo has hablado y lo vas a ejecutar! ¡Gracias, precioso Dios! Y a Ti, amado Señor Jesús, quiero decirte que te amo con todo mi ser, con todas mis fuerzas y con todo mi corazón. Por lo que hiciste por mí en la cruz, al morir pagando todos mis pecados y al vencer a la muerte, resucitando de entre los muertos, me has dado la Vida Eterna y me haz hecho nacer de Nuevo como un(a) legítimo(a) y auténtico(a) Hijo(a) de Dios. ¡Ahora tengo identidad, ahora sé perfectamente quién yo soy! Por lo tanto, no voy a temer más. Me determino a ser dichoso(a) haciendo de Tu Palabra, la Biblia, la norma máxima de mi existencia; la pondré en mi boca, mente y corazón; voy a leerla y meditarla de día y de noche para guardarla y hacer conforme a todo lo que Tú, precioso Dios, dices en ella; porque sé que entonces haré prosperar mi camino y todo me saldrá bien. ¡Espíritu Santo ayúdame a hacerlo así! Creo y declaro conforme a Tu Palabra que yo, ___________ (tu nombre aquí), ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero! ¡Soy dichoso! En el nombre de Jesús. Amén.
 Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012
 

Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Diciembre 23                                Luc 1.26-56   /  Ez 34 /  Isa 58
 


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