12 de Octubre
¡Renuévate en el espíritu de
tu mente!
Por Riqui Ricón*
Los sacó con plata y oro; Y no
hubo en sus tribus enfermo… Porque
se acordó de su santa palabra Dada a Abraham su siervo. Sacó a su
pueblo con gozo; Con júbilo a sus escogidos. Les dio las tierras de las
naciones, Y las labores de los pueblos heredaron; Para que guardasen sus
estatutos, Y cumpliesen sus leyes. Aleluya (Sal
105.37, 42-45).
Es la
Palabra de Dios, la Biblia, lo que mueve a tu Padre celestial para actuar a tu
favor. ¡Él no olvida las promesas que ha hecho!
Entonces oí una gran voz
en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de
nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el
acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día
y noche. Y ellos le han
vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de
ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte (Apo 12.10-11).
La Biblia, que es la Palabra
de Dios, y no miente, te enseña que debes transformarte por medio de la
renovación de tu entendimiento y así poder comprobar
que la voluntad de Dios para tu vida es buena, agradable y perfecta.
No se amolden al mundo actual,
sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de
Dios, buena, agradable y perfecta (Ro
12.2 NVI).
No vivan según el modelo de este mundo. Mejor dejen que Dios cambie su
vida con una nueva manera de pensar. Así podrán saber lo que Dios quiere para
ustedes y también lo que es bueno, perfecto y agradable a él (Ro
12.2 PDT).
No os amoldéis a los usos y costumbres propios de este mundo; antes
bien, procurad que vuestra mente renovada opere la transformación de vuestra
personalidad, para que lleguéis a comprobar lo buena, grata y perfecta que es
la voluntad de Dios (Ro 12.2 CST).
¿Cómo se hace esto? ¿Cómo
puedes ser transformado mediante la renovación de tu entendimiento? Renovando
tu mente para que esta opere la transformación de tu personalidad. Permite que
Dios cambie tu forma y estilo de vida con una nueva manera de pensar.
La única manera de cambiar
tu forma de pensar es pensando de una manera distinta. Toda tu vida fuiste
enseñado(a) y entrenado(a) a pensar como el mundo piensa, pero ahora tú ya no
eres de este mundo y ya no eres el (la) mismo(a) que antes eras.
Por tanto, mediante el bautismo
fuimos sepultados con él en su muerte, a
fin de que, así como Cristo resucitó por
el poder* del Padre, también nosotros
llevemos una vida nueva. En efecto, si
hemos estado unidos con él en su muerte,
sin duda también estaremos unidos con él en su resurrección. Sabemos que
lo que antes éramos* fue crucificado con él para que nuestro cuerpo pecaminoso
perdiera su poder, de modo que ya no
siguiéramos siendo esclavos del pecado; porque el que muere queda liberado del
pecado (Ro 6.4-7 NVI).
¡Eres un(a) Hijo(a) de Dios
NACIDO(A) DE NUEVO!
siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por
la palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 P 1.23).
En ti se ha operado un nuevo
nacimiento que, por su naturaleza divina, no es producto de una semilla
corruptible, sino que este Nuevo Nacimiento es obra de la semilla incorruptible
que es la Eterna e Infalible Palabra de Dios.
Esto te permite saber, y
creer, que estás más que listo para cambiar tu forma de actuar y responder ante
las circunstancias, pues el(a) hombre (mujer) viejo(a) enojón(a), criticón(a),
amargado(a), resentido(a), miedoso(a), fracasado(a), pecador(a), etc., que tú
antes eras, ¡ya no existe más!
¡Dios lo dice así!
Cambia tu forma de pensar
acerca de ti mismo(a). Deja de mirarte como antes te veías y comienza a mirarte
como Dios te mira. Mírate cada día a través de la Sangre Poderosa de Cristo
Jesús, el cuál te amó y se entregó a sí mismo por ti. Mírate en el espejo de la
Verdad que es la Biblia, la Palabra de Dios.
Sólo con la mente renovada
por la Palabra de Dios puedes cambiar tu forma de ser y de actuar.
Con tu mente renovada puedes
comprender cabalmente y sobre todo creer que si Dios bendijo al pueblo de
Israel con abundante prosperidad y salud porque se acordó de Su Palabra, cuánto
más será la bendición que está sobre de ti que has recibido a Su Hijo
Jesucristo como Señor y Salvador de tu vida.
Tú no eres pueblo escogido, eres
mucho más que eso, ¡eres un(a) Hija(o) Nacida(o) de Nuevo!
En cuanto a la pasada
manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los
deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente,
y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y
santidad de la verdad (Efe 4.22-24).
Este es el Evangelio, estas
son las Buenas Nuevas. Por la Sangre de Jesús, por Su muerte y resurrección, tú
ya has sido renovado(a), regenerado(ao) y ya no eres más, la misma persona.
¡Has sido recreado(a) según Dios, en justicia y santidad de la Verdad!
Recuerda que ahora Jesús es
el mediador de un mejor pacto establecido sobre mejores promesas.
Te preguntarás si lo que
digo es que somos más bendecidos que el pueblo de Israel. ¡Claro que sí! La
Escritura dice que,
Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con
gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro
de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer,
¿cómo no será más bien con gloria
el ministerio del espíritu? Porque si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más
abundará en gloria el ministerio de justificación. Porque aun
lo que fue glorioso, no es glorioso en este respecto, en comparación con la
gloria más eminente. Porque si lo que perece tuvo gloria, mucho más
glorioso será lo que permanece (2 Co 3.7-11).
Renovar tu entendimiento
significa cambiar tu forma de pensar. Significa dejar de pensar que Dios es un
juez tirano que utilizará las circunstancias de tu vida para darte una buena
lección y, en lugar de eso, comenzar a creer lo que dice la Biblia; creer que
Él es bueno, que te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que
perderte a ti. Que gracias a Jesús ahora ya no eres siervo(a) sino Hijo(a).
¡Hijo(a) del único Dios vivo y verdadero!
Porque
de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque
no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Hay mucha diferencia entre ser el pueblo escogido a ser un(a) Hijo(a)
amado(a) de Dios.
Miren lo grande que es el amor que el Padre nos ha mostrado, ¡hasta
llega a hacer posible que seamos llamados hijos de Dios! Y eso es lo que de
verdad somos. Por eso la gente del mundo no nos conoce, pues el mundo no conoce
a Dios (1 Jn 3.1 PDT).
Renovar tu
entendimiento significa hacer de la Biblia la norma máxima de tu existencia. Significa
que realmente crees que la Biblia es la Palabra de Dios y, por eso, la lees y
la meditas a cada momento, pues Lámpara
es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino (Sal
119.105)
Nunca se apartará de tu boca
este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que
guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces
harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien (Jos 1.8).
Porque
entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien, significa, ni antes,
ni después, ni de ningún otra forma.
Sólo la
Palabra de Dios tiene el poder suficiente para cambiar tu forma de pensar,
haciendo de ti un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. Sólo la Palabra de
Dios tiene el poder para llevarte a la realización de una Vida próspera, plena
y abundante.
Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la
palabra del testimonio de ellos (Apo 12.11a).
Satanás es
un mentiroso; es homicida y padre de mentira desde el principio y lo único que
pretende es llenar TUS PENSAMIENTOS con culpabilidad y condenación; porque sabe
que si puede afectar tu forma de pensar afectará tu forma de hablar y de vivir,
PERO recuerda, tú ya le has vencido con la Sangre de Jesús y con la Palabra de tu
Dios y Padre.
Así que,
alégrense la tierra y los cielos y todo lo que hay debajo de ellos, pues, ¡No
hay forma que puedas perder! ¡Eres un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo!
Exactamente como lo dice la Biblia. ¡Aleluya!
Oremos en
voz audible:
Amado Padre celestial, que
hermoso es poder acercarme a Ti, en este día, con plena certeza de fe. Sabiendo
que soy nueva criatura, un(a) Hijo(a) Tuyo(a), que puedo renovar mi mente con
Tu Palabra y cambiar mi forma de ser y comportarme. Convencido(a) estoy de Tu
gran Amor con que me has amado. Por eso puedo declarar, con toda seguridad, que
mayor eres Tú, Espíritu Santo, que estás en mí, y conmigo, que cualquier
enfermedad, problema o situación adversa. Porque lo dices en Tu Palabra, ahora
sé que en todas las cosas soy más que vencedor(a), por medio de Tu Amor, pues
TODO lo puedo en Cristo que me fortalece. Señor Jesús, Tú eres mi Pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me harás
descansar; Junto a aguas de reposo me pastorearás. Confortas mi alma, Señor; guíame
por sendas de justicia por amor de Tu nombre. Yo sé que aunque ande en valle de
sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; Tu vara y tu
cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis
angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente
el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en el lugar
Santísimo, el lugar de tu Presencia, Señor Jesús, moraré por largos días. ¡Porque
Tú moriste, mi vieja naturaleza, mi viejo(a) yo, murió contigo! ¡Porque Tú
vives, yo también vivo! ¡La Vida Eterna que Tú tienes, es la misma que
adquiriste para mí! ¡Puedo dejar de temerle a la muerte! ¡La muerte ya no se
enseñorea más de mí! ¡Gracias! ¡Muchas gracias, Señor Jesús! Ahora puedo, con toda certeza declarar que, ¡Soy sano(a)! ¡Soy
libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy más que vencedor(a)! ¡Todo lo puedo en Cristo!
¡Soy dichoso(a)! ¡Soy Hijo(a) de Dios! En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el
Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu
atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo
creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para
pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día
de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre
preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te
invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú
seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Octubre
12 Apo 12
/ Est 2 / Sal 105.26-45
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