Viernes 11 de Noviembre de 2011.
¡Justificada(o) y prosperada(o) por Su gracia!
Por Riqui Ricón*
El pecado de Judá escrito está con cincel de hierro y con punta de diamante; esculpido está en la tabla de su corazón, y en los cuernos de sus altares (Jer 17.1).
La Biblia, que es la Palabra de Dios y nunca miente, nos enseña que el asunto del pecado está tan profundamente arraigado en el corazón del ser humano que sólo un sublime y poderoso plan de amor nos pudo librar de él.
Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna (Ti 3.4-7).
Por más obras de justicia que realicemos o por más que nos esforcemos, la solución al problema del pecado está fuera de nuestro alcance, así que Dios, por medio de la fe en el sacrificio de Jesús y el derramamiento de Su sangre, nos ha hecho Hijos Suyos NACIDOS DE NUEVO, y no de una simiente corruptible sino de la incorruptible simiente que es la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre.
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe (Efe 2.8-9).
Ser salvo por gracia significa ser declarado justo por Dios y recibir la plenitud de vida que Él desea para ti como un regalo de amor por haber creído a Su Palabra y a Su Amor.
Ser salvo por gracia significa poner toda nuestra confianza en Él en lugar de en nuestras obras o acciones de justicia.
Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto (Jer 17.7-8).
Puedes estar segura(o) estimada(o) amiga(o), confiar en Dios, creerle a Él, creerle a Su Palabra, es la bendición más grande que puedas tener. Ya que Él nunca ha mentido ni mentirá, tú serás como ese árbol plantado junto a las corrientes de aguas.
¡Eso significa estar justificado por Su gracia!
Oremos:
Amado Padre celestial, yo soy Tu Hija(o) amada(o) y puedo confiar plenamente en Ti. Tú no mientes, así que todo lo que has dicho acerca de mí en tu Palabra es la Verdad y se va a cumplir toda. Señor Jesús, yo en Ti confío, Tú eres toda mi confianza, sin Ti no vivo. ¡Soy bienaventurada(o)! ¡Mil veces feliz! Pues la roca de mi salvación es Cristo Jesús. El cielo y la tierra pasarán mas Tu Palabra no pasará. Así que, no pongo mis ojos, ni mi confianza, en la situación, problema o aflicción que hoy esté atravesando, porque yo, ______________ (dí tu nombre aquí) seré prosperado, por la Palabra de Dios, como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echaré mis raíces, y no veré cuando viene el calor, sino que mi hoja estará verde; y en el año de sequía no me fatigaré, ni dejaré de dar fruto. En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime © 2010
Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Noviembre 11 Tit 3 / Jer 17-18 / Sal 127
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