Domingo 13 de Noviembre de 2011.
¡Créelo, recíbelo y vívelo!
Por Riqui Ricón*
Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos (Sgo 1.22).
Existe una gran diferencia entre ser un simple espectador de la vida o un protagonista, un hacedor de la historia. Desde luego, habrá quien diga: yo no soy ni pastor, ni predicador, ni evangelista como para hacer grandes cosas para Dios, soy solamente un humilde miembro de la iglesia. El asunto es que, si ser miembro de la iglesia significa asistir un par de veces por semana a escuchar la Palabra de Dios, ayudando en alguno de los ministerios y realizar una vida secular sin mayor cambio o impacto en nuestras vidas o en las vidas de los demás, entonces estamos descuidando la salvación (plenitud) que Jesús nos dio.
Si nos limitamos a escuchar la Palabra de Dios y no actuamos conforme a ella nos engañamos a nosotros mismos y estamos frustrando el plan de Dios para nuestras vidas. Piénsalo, si Dios te quisiera como un espectador no te tendría viviendo en este momento de la historia donde la pobreza, violencia, inmoralidad, enfermedad y, en fin, la maldad crece día con día.
¿Cómo ser un hacedor de la Palabra? Creyéndola como si fuera la Palabra de Dios lo cual en verdad es. La acción más importante que debes realizar es tomar la decisión de creerle a Dios y lo demás ya no dependerá de lo que tú hagas para Él sino de lo que tú YA ERES conforme a Su Palabra: un(a) Hija(o) de Dios NACIDA(O) DE NUEVO y no de simiente corruptible sino de semilla incorruptible por la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre.
Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace (Sgo 1.25).
La Biblia, la Palabra de Dios que no puede mentir, es la Perfecta Ley, la Ley de la Libertad y quien rige su vida de acuerdo a ella es bienaventurado, esto es, mil veces feliz.
Josué, como tú y yo, vivió en una época emocionante y desafiante, él tenía que introducir al pueblo de Israel a la tierra prometida y para conseguirlo recibió la siguiente instrucción de parte de Dios: Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas (Jos 1.8-9).
Vivir de acuerdo a la Biblia es hacer historia, es atreverse a vivir una vida emocionante y desafiante. Ser un hacedor de la Palabra es creerle a Dios y vivir lo que Él dice acerca de ti. Es dejar de mirar tus limitaciones y defectos para creer y actuar de acuerdo a la persona que Dios dice que tú ahora eres.
Así que, amada(o), ¡Créelo, recíbelo y vívelo!
Oremos:
Amado padre celestial, sé que Tu Palabra, la Biblia, es la Verdad y por eso hoy puedo declarar con toda certeza que yo _____________________(dí tu nombre aquí):
· Tengo el Poder del Espíritu Santo para ser una/un testigo eficaz de Jesucristo (Hch 1.8).
· TODO lo puedo en Cristo que me fortalece (Fil 4.13).
· Soy de Dios y ya he vencido porque mayor es el que ESTÁ EN MI que el que está en el mundo (1 Jn 4.4).
· En TODAS las cosas soy más que vencedor por medio de Aquel que me ama, Cristo Jesús (Ro 8.37).
· No he recibido un espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor sino que he recibido el espíritu de adopción y le puedo decir a Dios papá, papito (Ro 8.15).
· Dios me ama tanto que me ha llamado Su Hija/Hijo (1 Jn 3.1).
¡Gracias por todo esto Señor Jesús! Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime © 2010
Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Noviembre 13 Sgo 1 / Jer 21-22 / Sal 129
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