miércoles, 30 de noviembre de 2011

¡Aquí está lo que necesitas para ser verdaderamente libre!



Lunes 28 de Noviembre de 2011.

¡Soy libre!

Por Riqui Ricón*

Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),  para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu (Gal 3.13-14).

¡Así es mi amada(o)! Puedes gritarlo a los cuatro puntos cardinales: ¡Eres la(el) redimida(o) de Jesús! ¡Eres bendita(o)!

No es por lo que hagas o por lo que tengas sino por lo que YA ERES en Cristo Jesús: redimida(o) y bendita(o), eres una Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo.

Redimida(o) quiere decir comprada(o) a precio de sangre para ser hecho LIBRE.

Lo realmente asombroso es que ser hecha(o) libre no es el único propósito de tu redención, sino que, además, por la fe recibas la promesa del Espíritu. Y, ¿cuál es esa promesa del Espíritu que ya has recibido por medio de tu fe en Jesús?

Y yo os tomaré de las naciones, y os recogeré de todas las tierras, y os traeré a vuestro país. Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra. Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres, y vosotros me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por Dios (Ez 36.24-28).

Esta es la esencia del Evangelio (buenas noticias) y el corazón del Nuevo Pacto: que, por la Sangre de Jesús, tienes al Espíritu Santo prometido. Y Él te fue otorgado con un propósito: que, creyéndole a Él, creyéndole a Su Palabra, puedas recibir la identidad de Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo y caminar en plena victoria con toda la autoridad y poder dequien ahora YA ERES.

pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra (Hch 1.8).

Tienes el Poder del Espíritu Santo, prometido y dado, como la habilitación que te permite manifestar en esta tierra la santidad y justicia que están en ti gracias a tu nueva naturaleza. Ahora puedes ser fiel testigo y embajador(a) de Jesucristo en este mundo, haciendo las cosas que Él hizo y aún mayores.

De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al Padre (Jn 14.12).

Puedes decirlo sin duda alguna: ¡Soy redimida(o) de toda maldición! ¡Soy bendecida(o) con toda bendición! ¡Soy heredera(o) de Dios, según la promesa!

Y además, por si todo esto fuera poco, has sido redimida(o) de la maldición de la ley, que es toda enfermedad, la pobreza, el temor, la angustia, la violencia, la soledad, etc. Así que, sin importar cuál sea tu situación el día de hoy, la Palabra de Dios prevalece; puedes creer y recibir tu sanidad y liberación en este momento. ¡Dios te ama! ¡Él es tu Padre y está contigo! ¡Nunca te ha dejado, ni te dejará!

No te impacientes a causa de los malignos, Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad. Porque como hierba serán pronto cortados, Y como la hierba verde se secarán. Confía en Jehová, y haz el bien; Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará. Exhibirá tu justicia como la luz, Y tu derecho como el mediodía (Sal 36.1-6).

Oremos en voz audible:

Amado Señor Jesús, muchas gracias por haberme redimido de la maldición para hacerme merecedor(a) de la bendición de Abraham; entiendo y creo completamente que no es por lo que yo haya hecho o pueda hacer sino por el Amor que me tienes. ¡Gracias, Señor! Hoy decido creer y confesar este Tu Gran Amor por mí: ¡Soy Tu Hija(o)! De acuerdo a Tu Palabra, la Biblia, que no miente, me hiciste Nacer de Nuevo para ser hecha(o) conforme a Tu Imagen, Jesús. ¡Soy redimida(o) de la maldición! ¡Vivir en la Bendición del Señor es mi derecho! Sé que en el mundo tendré aflicciones pero yo en Ti confío y tengo paz pues de todas ellas saldré más que vencedor(a) por Tu Palabra y por Tu Amor. Gracias, Padre. ¡Te amo con todo mi corazón! ¡Soy sana(o)! ¡Soy Libre! ¡Soy próspera(o)! ¡Soy feliz! En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010




Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.



Noviembre 28                                    Gal 3.1-18   /  Jer 51-52  /  Sal 144

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