4 de Marzo
¡Con la Palabra de Dios!
Por Riqui Ricón*
Y dijo Moisés a la
congregación: Esto es lo que Jehová ha mandado hacer. Entonces
Moisés hizo acercarse a Aarón y a sus hijos, y los lavó con agua (Lev 8.5-6).
Todos los días,
al comenzar tu devocional, recuerda que la Biblia es la Palabra de Dios y que
esto quiere decir que todo lo que está escrito en ella salió de la boca de Dios
y fue escrito para tu beneficio y edificación.
Puesto que en
la Biblia está descrito el Plan de Dios para tu salvación y redención, todo lo
escrito en ella apunta hacia Jesucristo; hacia Su muerte y resurrección, con
las cuales te hizo libre de la ley del pecado y de la muerte y te dio Su propia
Vida, la Vida Eterna, haciendo de ti un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo.
Por lo tanto, recuerda también que al leer el Antiguo Testamento debes hacerlo
a la luz de lo que dice el Nuevo Testamento y no al revés.
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo
adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de
las tinieblas a su luz admirable (1 Ped 2.9).
De acuerdo a la
Escritura, tú fuiste rescatado(a) por Dios mediante la Sangre de Su Hijo con el
propósito de ser hecho(a) rey (reina) y sacerdote (sacerdotisa), para que
ejerzas dicho real sacerdocio en este tu tiempo sobre la tierra.
No eres un(a)
fracasado(a), ni dejado(a), ni abandonado(a), ni mediocre sino todo lo
contrario: ¡Eres linaje escogido por Dios!
Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo
pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo
limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por
la palabra que os he hablado (Jua 15.1-3).
Al igual que al
sumo sacerdote Aarón y a sus hijos se les lavó y purificó con agua, tú ya
fuiste lavado(a) y purificado(a) mediante la Palabra de Dios.
Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado (Jn 15.3).
Cuando crees el
Evangelio, éste actua como el agua más limpia y te lava y te purifica.
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de
agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios (Jua 3.5).
Tú naciste del
agua y del Espíritu. Fue la Palabra de Dios la que gestó tu Nuevo Nacimiento como Hijo(a) de Dios.
siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la
palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 Ped 1.23).
Dios te ama tanto que prefirió
entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque
no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por él (Jn 3.16-17).
El sacrificio
de Jesús va más allá del mero perdón de tus pecados. Jesucristo murió en esa
cruz para ofrecerte una Vida totalmente Nueva y diferente (desde luego que
primero tuvo que anular con Su propia Vida la condena de muerte que pendía
sobre ti).
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas
pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Cor 5.17).
Tú, al igual
que Aarón, tienes ahora un gran ministerio y porvenir. Por tu fe en la Palabra
de Dios y en el sacrificio de Jesús has sido adoptado(a) en la familia del
Padre y estás habilitado(a) para realizar una muy importante labor dentro del
Reino de Dios.
De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él
las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al Padre (Jua 14.12).
¡Estás
destinado(a) a llevar una Vida de grandeza, de Plenitud y desarrollo!
Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león
rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid
firmes en la fe (1 Ped 5.8-9a).
Satanás
intentará por todos los medios evitar que tú puedas creer esto. Te recordará tu
vida pasada y tus pecados señalándote que eres indigno(a) e incapaz, para tratar
así de anular tu fe con miedo, duda y condenación.
Sin embargo,
toma en cuenta que Satanás ha sido
homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay
verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre
de mentira (Jn 8.44).
¡Todo,
absolutamente todo, lo que el demonio te diga es mentira!
La Buena
Noticia es que TODO lo que tú ahora eres está Escrito en la Palabra de Dios y
por lo tanto ES LA VERDAD. Además, no se adquirió ni depende de las cosas que tú
hiciste en el pasado; no se adquirió ni depende de las cosas que estés haciendo
en el presente o puedas hacer en el futuro, sino que se adquirió y depende
totalmente de lo que Cristo Jesús hizo por ti al morir y resucitar.
y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y
pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y
sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra (Apo 5.9b-10).
¡Tú eres
EXACTAMENTE la persona que Dios DICE en Su Palabra que AHORA ERES! Un(a)
Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo destinado(a) a realizar grandes cosas para
tu Padre celestial.
Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad
enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia
recibisteis, dad de gracia (Mat 10.7-8).
¡Es por eso que
has sido ungido(a)!
pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo,
y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último
de la tierra (Hch 1.8).
¡Es por eso que
todo te saldrá bien!
Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien,
esto es, a los que conforme a su propósito son llamados (Ro 8.28).
Tú nunca has
sido un ser humano producto de la casualidad o del destino. Dios te ha amado
desde antes de la fundación del mundo y ahora eres Su Hijo(a).
¡Un(a) Hijo(a)
del Dios Altísimo que tiene propósito y destino en este mundo!
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, nunca
dejaré de agradecerte Tu Gran Amor por mí, que estando yo muerto(a) en delitos
y pecados me diste Vida juntamente con Cristo. ¡Por
Gracia soy salvo(a)! ¡Abba, Padre! Amado Dios, hoy puedo, con plena certeza y
absoluta confianza, llamarte Padre mío. Señor Jesús, Tu Sangre preciosa fue
derramada en esa cruz para que yo fuese justificado(a); Tu resurrección me
abrió el camino a la Vida Eterna para que yo fuese adoptado(a) Hijo(a) de Dios,
según el puro afecto de Tu Voluntad. ¡Mil gracias, Señor Jesús! He sido
limpiado(a) y purificado(a) con Tu Palabra. ¡Soy heredero(a) de Dios y
coheredero(a) con Cristo! He sido predestinado(a) para ser hecho(a) conforme a
Tu imagen, mi Señor Jesucristo, para que ahora Tú seas mi hermano mayor.
Gracias, muchas gracias Señor. Me has hecho un rey (reina) y sacerdote (sacerdotisa)
para reinar sobre todo problema y dificultad en este mundo, aquí en la tierra,
en este tiempo. Gracias, precioso Espíritu Santo, porque Tú estás aquí conmigo
habilitándome con Tu Poder para que pueda hacer las mismas cosas que Jesús hizo
y aún mayores. Ahora sé que TODO lo puedo pues mayor eres Tú, que estás en mí y
conmigo que el que está en el mundo. ¡Me has dado propósito y destino! Así que,
creo y declaro con toda certeza de fe que yo, _____________ (tu nombre aquí),
saldré más que vencedor de todo problema, enfermedad o aflicción. ¡Soy sano(a)!
¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy Hijo(a) de Dios! ¡Soy feliz! ¡Gracias Padre!
Bendigo Tu Nombre y declaro que lo mejor de mi vida ya comenzó. En el nombre de
Jesús. Amén
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el
Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2012
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Marzo
4 Mat 10.1-25
/
Lev 7-8 / Pro 22
San
Mateo 10.1-25
Elección de los doce apóstoles
(Mr. 3.13–19; Lc. 6.12–16)
10
1Entonces llamando a sus doce
discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los
echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia. 2Los
nombres de los doce apóstoles son estos: primero Simón, llamado Pedro, y Andrés
su hermano; Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano; 3Felipe,
Bartolomé, Tomás, Mateo el publicano, Jacobo hijo de Alfeo, Lebeo, por
sobrenombre Tadeo, 4Simón el cananista, y Judas Iscariote, el que
también le entregó.
Misión de los doce
(Mr. 6.7–13; Lc. 9.1–6)
5A estos doce envió Jesús, y les dio
instrucciones, diciendo: Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de
samaritanos no entréis, 6sino id antes a las ovejas perdidas de la
casa de Israel. 7Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos
se ha acercado. 8Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad
muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia. 9No
os proveáis de oro, ni plata, ni cobre en vuestros cintos; 10ni
de alforja para el camino, ni de dos túnicas, ni de calzado, ni de bordón;
porque el obrero es digno de su alimento. 11Mas
en cualquier ciudad o aldea donde entréis, informaos quién en ella sea digno, y
posad allí hasta que salgáis. 12Y al entrar en la casa,
saludadla. 13Y si la casa fuere digna, vuestra paz vendrá sobre
ella; mas si no fuere digna, vuestra paz se volverá a vosotros. 14Y
si alguno no os recibiere, ni oyere vuestras palabras, salid de aquella casa o
ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies. 15De
cierto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para la
tierra de Sodoma y de Gomorra, que para aquella ciudad.
Persecuciones venideras
16He aquí, yo os envío como a ovejas
en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y
sencillos como palomas. 17Y guardaos de los hombres, porque os
entregarán a los concilios, y en sus sinagogas os azotarán; 18y
aun ante gobernadores y reyes seréis llevados por causa de mí, para testimonio
a ellos y a los gentiles. 19Mas cuando os entreguen, no os
preocupéis por cómo o qué hablaréis; porque en aquella hora os será dado lo que
habéis de hablar. 20Porque no sois vosotros los que habláis, sino
el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros. 21El hermano
entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán
contra los padres, y los harán morir. 22Y
seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el
que persevere hasta el fin, éste será salvo. 23Cuando
os persigan en esta ciudad, huid a la otra; porque de cierto os digo, que no
acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, antes que venga el Hijo del
Hombre.
24El discípulo no es más que su
maestro, ni el siervo más que su señor.
25Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor.
Si al padre de familia llamaron Beelzebú, ¿cuánto más a
los de su casa?
Levítico
7-8
7
1Asimismo esta es la ley del
sacrificio por la culpa; es cosa muy santa. 2En el lugar donde
degüellan el holocausto, degollarán la víctima por la culpa; y rociará su
sangre alrededor sobre el altar. 3Y de ella ofrecerá toda su
grosura, la cola, y la grosura que cubre los intestinos, 4los dos
riñones, la grosura que está sobre ellos, y la que está sobre los ijares; y con
los riñones quitará la grosura de sobre el hígado. 5Y el sacerdote
lo hará arder sobre el altar, ofrenda encendida a Jehová; es expiación de la
culpa. 6Todo varón de entre los sacerdotes la comerá; será comida
en lugar santo; es cosa muy santa. 7Como el sacrificio por el
pecado, así es el sacrificio por la culpa; una misma ley tendrán; será del
sacerdote que hiciere la expiación con ella. 8Y el sacerdote que
ofreciere holocausto de alguno, la piel del holocausto que ofreciere será para
él. 9Asimismo toda ofrenda que se cociere en horno, y todo lo que
fuere preparado en sartén o en cazuela, será del sacerdote que lo ofreciere.
10Y toda ofrenda amasada con aceite, o seca, será de todos los hijos de
Aarón, tanto de uno como de otro.
11Y esta es la ley del sacrificio de
paz que se ofrecerá a Jehová: 12Si se ofreciere en acción de
gracias, ofrecerá por sacrificio de acción de gracias tortas sin levadura
amasadas con aceite, y hojaldres sin levadura untadas con aceite, y flor de
harina frita en tortas amasadas con aceite. 13Con tortas de pan
leudo presentará su ofrenda en el sacrificio de acciones de gracias de paz.
14Y de toda la ofrenda presentará una parte por ofrenda elevada a
Jehová, y será del sacerdote que rociare la sangre de los sacrificios de paz.
15Y la carne del sacrificio de paz en acción de gracias se comerá en el
día que fuere ofrecida; no dejarán de ella nada para otro día. 16Mas
si el sacrificio de su ofrenda fuere voto, o voluntario, será comido en el día
que ofreciere su sacrificio, y lo que de él quedare, lo comerán al día
siguiente; 17y lo que quedare de la carne del sacrificio hasta el
tercer día, será quemado en el fuego. 18Si se comiere de la carne
del sacrificio de paz al tercer día, el que lo ofreciere no será acepto, ni le
será contado; abominación será, y la persona que de él comiere llevará su
pecado.
19Y la carne que tocare alguna cosa
inmunda, no se comerá; al fuego será quemada. Toda persona limpia podrá comer la
carne; 20pero la persona que comiere la carne del sacrificio de
paz, el cual es de Jehová, estando inmunda, aquella persona será cortada de
entre su pueblo. 21Además, la persona que tocare alguna cosa
inmunda, inmundicia de hombre, o animal inmundo, o cualquier abominación
inmunda, y comiere la carne del sacrificio de paz, el cual es de Jehová,
aquella persona será cortada de entre su pueblo.
22Habló más Jehová a Moisés,
diciendo: 23Habla a los hijos de Israel, diciendo: Ninguna grosura
de buey ni de cordero ni de cabra comeréis. 24La grosura de animal
muerto, y la grosura del que fue despedazado por fieras, se dispondrá para
cualquier otro uso, mas no la comeréis. 25Porque cualquiera que
comiere grosura de animal, del cual se ofrece a Jehová ofrenda encendida, la
persona que lo comiere será cortada de entre su pueblo. 26Además,
ninguna sangre comeréis en ningún lugar en donde habitéis, ni de aves ni de
bestias. 27Cualquiera persona que comiere de alguna sangre, la tal
persona será cortada de entre su pueblo.
28Habló más Jehová a Moisés,
diciendo: 29Habla a los hijos de Israel y diles: El que ofreciere
sacrificio de paz a Jehová, traerá su ofrenda del sacrificio de paz ante
Jehová. 30Sus manos traerán las ofrendas que se han de quemar ante
Jehová; traerá la grosura con el pecho; el pecho para que sea mecido como
sacrificio mecido delante de Jehová. 31Y la grosura la hará arder
el sacerdote en el altar, mas el pecho será de Aarón y de sus hijos. 32Y
daréis al sacerdote para ser elevada en ofrenda, la espaldilla derecha de
vuestros sacrificios de paz. 33El que de los hijos de Aarón
ofreciere la sangre de los sacrificios de paz, y la grosura, recibirá la
espaldilla derecha como porción suya. 34Porque he tomado de los
sacrificios de paz de los hijos de Israel el pecho que se mece y la espaldilla
elevada en ofrenda, y lo he dado a Aarón el sacerdote y a sus hijos, como
estatuto perpetuo para los hijos de Israel. 35Esta es la porción
de Aarón y la porción de sus hijos, de las ofrendas encendidas a Jehová, desde
el día que él los consagró para ser sacerdotes de Jehová, 36la
cual mandó Jehová que les diesen, desde el día que él los ungió de entre los
hijos de Israel, como estatuto perpetuo en sus generaciones.
37Esta es la ley del holocausto, de la
ofrenda, del sacrificio por el pecado, del sacrificio por la culpa, de las
consagraciones y del sacrificio de paz, 38la cual mandó Jehová a
Moisés en el monte de Sinaí, el día que mandó a los hijos de Israel que
ofreciesen sus ofrendas a Jehová, en el desierto de Sinaí.
Consagración de Aarón y de sus
hijos
(Ex. 29.1–37)
8
1Habló Jehová a Moisés, diciendo:
2Toma a Aarón y a sus hijos con él, y las vestiduras, el aceite de la
unción, el becerro de la expiación, los dos carneros, y el canastillo de los
panes sin levadura; 3y reúne toda la congregación a la puerta del
tabernáculo de reunión. 4Hizo, pues, Moisés como Jehová le mandó,
y se reunió la congregación a la puerta del tabernáculo de reunión.
5Y dijo Moisés a la congregación: Esto
es lo que Jehová ha mandado hacer. 6Entonces Moisés hizo acercarse
a Aarón y a sus hijos, y los lavó con agua. 7Y puso sobre él la
túnica, y le ciñó con el cinto; le vistió después el manto, y puso sobre él el
efod, y lo ciñó con el cinto del efod, y lo ajustó con él. 8Luego
le puso encima el pectoral, y puso dentro del mismo los Urim y Tumim. 9Después
puso la mitra sobre su cabeza, y sobre la mitra, en frente, puso la lámina de
oro, la diadema santa, como Jehová había mandado a Moisés.
10Y tomó Moisés el aceite de la unción
y ungió el tabernáculo y todas las cosas que estaban en él, y las santificó.
11Y roció de él sobre el altar siete veces, y ungió el altar y todos sus
utensilios, y la fuente y su base, para santificarlos. 12Y derramó
del aceite de la unción sobre la cabeza de Aarón, y lo ungió para
santificarlo. 13Después Moisés hizo acercarse los hijos de Aarón,
y les vistió las túnicas, les ciñó con cintos, y les ajustó las tiaras, como
Jehová lo había mandado a Moisés.
14Luego hizo traer el becerro de la
expiación, y Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del becerro
de la expiación, 15y lo degolló; y Moisés tomó la sangre, y puso
con su dedo sobre los cuernos del altar alrededor, y purificó el altar; y echó
la demás sangre al pie del altar, y lo santificó para reconciliar sobre él.
16Después tomó toda la grosura que estaba sobre los intestinos, y la
grosura del hígado, y los dos riñones, y la grosura de ellos, y lo hizo arder
Moisés sobre el altar. 17Mas el becerro, su piel, su carne y su
estiércol, lo quemó al fuego fuera del campamento, como Jehová lo había mandado
a Moisés.
18Después hizo que trajeran el carnero
del holocausto, y Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del
carnero; 19y lo degolló; y roció Moisés la sangre sobre el altar
alrededor, 20y cortó el carnero en trozos; y Moisés hizo arder la
cabeza, y los trozos, y la grosura. 21Lavó luego con agua los
intestinos y las piernas, y quemó Moisés todo el carnero sobre el altar;
holocausto de olor grato, ofrenda encendida para Jehová, como Jehová lo había
mandado a Moisés.
22Después hizo que trajeran el otro
carnero, el carnero de las consagraciones, y Aarón y sus hijos pusieron sus
manos sobre la cabeza del carnero. 23Y lo degolló; y tomó Moisés
de la sangre, y la puso sobre el lóbulo de la oreja derecha de Aarón, sobre el
dedo pulgar de su mano derecha, y sobre el dedo pulgar de su pie derecho.
24Hizo acercarse luego los hijos de Aarón, y puso Moisés de la sangre sobre
el lóbulo de sus orejas derechas, sobre los pulgares de sus manos derechas, y
sobre los pulgares de sus pies derechos; y roció Moisés la sangre sobre el
altar alrededor.
25Después tomó la grosura, la cola,
toda la grosura que estaba sobre los intestinos, la grosura del hígado, los dos
riñones y la grosura de ellos, y la espaldilla derecha. 26Y del
canastillo de los panes sin levadura, que estaba delante de Jehová, tomó una
torta sin levadura, y una torta de pan de aceite, y una hojaldre, y las puso
con la grosura y con la espaldilla derecha. 27Y lo puso todo en
las manos de Aarón, y en las manos de sus hijos, e hizo mecerlo como ofrenda
mecida delante de Jehová. 28Después tomó aquellas cosas Moisés de
las manos de ellos, y las hizo arder en el altar sobre el holocausto; eran las
consagraciones en olor grato, ofrenda encendida a Jehová. 29Y tomó
Moisés el pecho, y lo meció, ofrenda mecida delante de Jehová; del carnero de
las consagraciones aquella fue la parte de Moisés, como Jehová lo había mandado
a Moisés.
30Luego tomó Moisés del aceite de la
unción, y de la sangre que estaba sobre el altar, y roció sobre Aarón, y sobre
sus vestiduras, sobre sus hijos, y sobre las vestiduras de sus hijos con él; y
santificó a Aarón y sus vestiduras, y a sus hijos y las vestiduras de sus hijos
con él.
31Y dijo Moisés a Aarón y a sus hijos:
Hervid la carne a la puerta del tabernáculo de reunión; y comedla allí con el
pan que está en el canastillo de las consagraciones, según yo he mandado,
diciendo: Aarón y sus hijos la comerán. 32Y lo que sobre de la
carne y del pan, lo quemaréis al fuego. 33De la puerta del
tabernáculo de reunión no saldréis en siete días, hasta el día que se cumplan
los días de vuestras consagraciones; porque por siete días seréis consagrados.
34De la manera que hoy se ha hecho, mandó hacer Jehová para expiaros.
35A la puerta, pues, del tabernáculo de reunión estaréis día y noche por
siete días, y guardaréis la ordenanza delante de Jehová, para que no muráis;
porque así me ha sido mandado. 36Y Aarón y sus hijos hicieron
todas las cosas que mandó Jehová por medio de Moisés.
Proverbios 22
22
1 De
más estima es el buen nombre que las muchas riquezas,
Y la buena fama más que la plata y el oro.
2 El
rico y el pobre se encuentran;
A ambos los hizo Jehová.
3 El
avisado ve el mal y se esconde;
Mas los simples pasan y reciben el daño.
4 Riquezas,
honra y vida
Son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová.
5 Espinos
y lazos hay en el camino del perverso;
El que guarda su alma se alejará de ellos.
6 Instruye
al niño en su camino,
Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.
7 El
rico se enseñorea de los pobres,
Y el que toma prestado es siervo del que presta.
8 El
que sembrare iniquidad, iniquidad segará,
Y la vara de su insolencia se quebrará.
9 El
ojo misericordioso será bendito,
Porque dio de su pan al indigente.
10 Echa
fuera al escarnecedor, y saldrá la contienda,
Y cesará el pleito y la afrenta.
11 El
que ama la limpieza de corazón,
Por la gracia de sus labios tendrá la amistad del rey.
12 Los
ojos de Jehová velan por la ciencia;
Mas él trastorna las cosas de los prevaricadores.
13 Dice
el perezoso: El león está fuera;
Seré muerto en la calle.
14 Fosa
profunda es la boca de la mujer extraña;
Aquel contra el cual Jehová estuviere airado caerá en ella.
15 La
necedad está ligada en el corazón del muchacho;
Mas la vara de la corrección la alejará de él.
16 El
que oprime al pobre para aumentar sus ganancias,
O que da al rico, ciertamente se empobrecerá.
Preceptos y amonestaciones
17 Inclina
tu oído y oye las palabras de los sabios,
Y aplica tu corazón a mi sabiduría;
18 Porque
es cosa deliciosa, si las guardares dentro de ti;
Si juntamente se afirmaren sobre tus labios.
19 Para
que tu confianza sea en Jehová,
Te las he hecho saber hoy a ti también.
20 ¿No
te he escrito tres veces
En consejos y en ciencia,
21 Para
hacerte saber la certidumbre de las palabras de verdad,
A fin de que vuelvas a llevar palabras de verdad a los que te enviaron?
22 No
robes al pobre, porque es pobre,
Ni quebrantes en la puerta al afligido;
23 Porque
Jehová juzgará la causa de ellos,
Y despojará el alma de aquellos que los despojaren.
24 No
te entremetas con el iracundo,
Ni te acompañes con el hombre de enojos,
25 No
sea que aprendas sus maneras,
Y tomes lazo para tu alma.
26 No
seas de aquellos que se comprometen,
Ni de los que salen por fiadores de deudas.
27 Si
no tuvieres para pagar,
¿Por qué han de quitar tu cama de debajo de ti?
28 No
traspases los linderos antiguos
Que pusieron tus padres.
29 ¿Has
visto hombre solícito en su trabajo? Delante de los reyes estará;
No estará delante de los de baja condición.
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