sábado, 2 de marzo de 2019

¡Cómo encontrar tu propósito en la Vida!



4 de Marzo
¡Con la Palabra de Dios!
Por Riqui Ricón*

Y dijo Moisés a la congregación: Esto es lo que Jehová ha mandado hacer. Entonces Moisés hizo acercarse a Aarón y a sus hijos, y los lavó con agua (Lev 8.5-6).

Todos los días, al comenzar tu devocional, recuerda que la Biblia es la Palabra de Dios y que esto quiere decir que todo lo que está escrito en ella salió de la boca de Dios y fue escrito para tu beneficio y edificación.

Puesto que en la Biblia está descrito el Plan de Dios para tu salvación y redención, todo lo escrito en ella apunta hacia Jesucristo; hacia Su muerte y resurrección, con las cuales te hizo libre de la ley del pecado y de la muerte y te dio Su propia Vida, la Vida Eterna, haciendo de ti un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo. Por lo tanto, recuerda también que al leer el Antiguo Testamento debes hacerlo a la luz de lo que dice el Nuevo Testamento y no al revés.

Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable (1 Ped 2.9).

De acuerdo a la Escritura, tú fuiste rescatado(a) por Dios mediante la Sangre de Su Hijo con el propósito de ser hecho(a) rey (reina) y sacerdote (sacerdotisa), para que ejerzas dicho real sacerdocio en este tu tiempo sobre la tierra.

No eres un(a) fracasado(a), ni dejado(a), ni abandonado(a), ni mediocre sino todo lo contrario: ¡Eres linaje escogido por Dios!

Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado (Jua 15.1-3).

Al igual que al sumo sacerdote Aarón y a sus hijos se les lavó y purificó con agua, tú ya fuiste lavado(a) y purificado(a) mediante la Palabra de Dios.

Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado (Jn 15.3).

Cuando crees el Evangelio, éste actua como el agua más limpia y te lava y te purifica.

Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios (Jua 3.5).

Tú naciste del agua y del Espíritu. Fue la Palabra de Dios la que gestó tu Nuevo  Nacimiento como Hijo(a) de Dios.

siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 Ped 1.23).
Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

El sacrificio de Jesús va más allá del mero perdón de tus pecados. Jesucristo murió en esa cruz para ofrecerte una Vida totalmente Nueva y diferente (desde luego que primero tuvo que anular con Su propia Vida la condena de muerte que pendía sobre ti).

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Cor 5.17).

Tú, al igual que Aarón, tienes ahora un gran ministerio y porvenir. Por tu fe en la Palabra de Dios y en el sacrificio de Jesús has sido adoptado(a) en la familia del Padre y estás habilitado(a) para realizar una muy importante labor dentro del Reino de Dios.

De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al Padre (Jua 14.12).

¡Estás destinado(a) a llevar una Vida de grandeza, de Plenitud y desarrollo!

Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe (1 Ped 5.8-9a).

Satanás intentará por todos los medios evitar que tú puedas creer esto. Te recordará tu vida pasada y tus pecados señalándote que eres indigno(a) e incapaz, para tratar así de anular tu fe con miedo, duda y condenación.

Sin embargo, toma en cuenta que Satanás ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira (Jn 8.44).

¡Todo, absolutamente todo, lo que el demonio te diga es mentira!

La Buena Noticia es que TODO lo que tú ahora eres está Escrito en la Palabra de Dios y por lo tanto ES LA VERDAD. Además, no se adquirió ni depende de las cosas que tú hiciste en el pasado; no se adquirió ni depende de las cosas que estés haciendo en el presente o puedas hacer en el futuro, sino que se adquirió y depende totalmente de lo que Cristo Jesús hizo por ti al morir y resucitar.

y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes,  y reinaremos sobre la tierra (Apo 5.9b-10).

¡Tú eres EXACTAMENTE la persona que Dios DICE en Su Palabra que AHORA ERES! Un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo destinado(a) a realizar grandes cosas para tu Padre celestial.

Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia (Mat 10.7-8).

¡Es por eso que has sido ungido(a)!

pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra (Hch 1.8).

¡Es por eso que todo te saldrá bien!

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados (Ro 8.28).

Tú nunca has sido un ser humano producto de la casualidad o del destino. Dios te ha amado desde antes de la fundación del mundo y ahora eres Su Hijo(a).

¡Un(a) Hijo(a) del Dios Altísimo que tiene propósito y destino en este mundo!

Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, nunca dejaré de agradecerte Tu Gran Amor por mí, que estando yo muerto(a) en delitos y pecados me diste Vida juntamente con Cristo. ¡Por Gracia soy salvo(a)! ¡Abba, Padre! Amado Dios, hoy puedo, con plena certeza y absoluta confianza, llamarte Padre mío. Señor Jesús, Tu Sangre preciosa fue derramada en esa cruz para que yo fuese justificado(a); Tu resurrección me abrió el camino a la Vida Eterna para que yo fuese adoptado(a) Hijo(a) de Dios, según el puro afecto de Tu Voluntad. ¡Mil gracias, Señor Jesús! He sido limpiado(a) y purificado(a) con Tu Palabra. ¡Soy heredero(a) de Dios y coheredero(a) con Cristo! He sido predestinado(a) para ser hecho(a) conforme a Tu imagen, mi Señor Jesucristo, para que ahora Tú seas mi hermano mayor. Gracias, muchas gracias Señor. Me has hecho un rey (reina) y sacerdote (sacerdotisa) para reinar sobre todo problema y dificultad en este mundo, aquí en la tierra, en este tiempo. Gracias, precioso Espíritu Santo, porque Tú estás aquí conmigo habilitándome con Tu Poder para que pueda hacer las mismas cosas que Jesús hizo y aún mayores. Ahora sé que TODO lo puedo pues mayor eres Tú, que estás en mí y conmigo que el que está en el mundo. ¡Me has dado propósito y destino! Así que, creo y declaro con toda certeza de fe que yo, _____________ (tu nombre aquí), saldré más que vencedor de todo problema, enfermedad o aflicción. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy Hijo(a) de Dios! ¡Soy feliz! ¡Gracias Padre! Bendigo Tu Nombre y declaro que lo mejor de mi vida ya comenzó. En el nombre de Jesús. Amén
 Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2012


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Marzo 4                                Mat 10.1-25  /  Lev 7-8  /  Pro 22

San Mateo 10.1-25
Elección de los doce apóstoles
(Mr. 3.13–19; Lc. 6.12–16)
10
1Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia. 2Los nombres de los doce apóstoles son estos: primero Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano; Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano; 3Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo el publicano, Jacobo hijo de Alfeo, Lebeo, por sobrenombre Tadeo, 4Simón el cananista, y Judas Iscariote, el que también le entregó.

Misión de los doce
(Mr. 6.7–13; Lc. 9.1–6)
5A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones, diciendo: Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, 6sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 7Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. 8Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia. 9No os proveáis de oro, ni plata, ni cobre en vuestros cintos; 10ni de alforja para el camino, ni de dos túnicas, ni de calzado, ni de bordón; porque el obrero es digno de su alimento. 11Mas en cualquier ciudad o aldea donde entréis, informaos quién en ella sea digno, y posad allí hasta que salgáis. 12Y al entrar en la casa, saludadla. 13Y si la casa fuere digna, vuestra paz vendrá sobre ella; mas si no fuere digna, vuestra paz se volverá a vosotros. 14Y si alguno no os recibiere, ni oyere vuestras palabras, salid de aquella casa o ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies. 15De cierto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma y de Gomorra, que para aquella ciudad.

Persecuciones venideras
16He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas. 17Y guardaos de los hombres, porque os entregarán a los concilios, y en sus sinagogas os azotarán; 18y aun ante gobernadores y reyes seréis llevados por causa de mí, para testimonio a ellos y a los gentiles. 19Mas cuando os entreguen, no os preocupéis por cómo o qué hablaréis; porque en aquella hora os será dado lo que habéis de hablar. 20Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros. 21El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra los padres, y los harán morir. 22Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. 23Cuando os persigan en esta ciudad, huid a la otra; porque de cierto os digo, que no acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, antes que venga el Hijo del Hombre.
24El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su señor. 25Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al padre de familia llamaron Beelzebú, ¿cuánto más a los de su casa?

Levítico 7-8
7
1Asimismo esta es la ley del sacrificio por la culpa; es cosa muy santa. 2En el lugar donde degüellan el holocausto, degollarán la víctima por la culpa; y rociará su sangre alrededor sobre el altar. 3Y de ella ofrecerá toda su grosura, la cola, y la grosura que cubre los intestinos, 4los dos riñones, la grosura que está sobre ellos, y la que está sobre los ijares; y con los riñones quitará la grosura de sobre el hígado. 5Y el sacerdote lo hará arder sobre el altar, ofrenda encendida a Jehová; es expiación de la culpa. 6Todo varón de entre los sacerdotes la comerá; será comida en lugar santo; es cosa muy santa. 7Como el sacrificio por el pecado, así es el sacrificio por la culpa; una misma ley tendrán; será del sacerdote que hiciere la expiación con ella. 8Y el sacerdote que ofreciere holocausto de alguno, la piel del holocausto que ofreciere será para él. 9Asimismo toda ofrenda que se cociere en horno, y todo lo que fuere preparado en sartén o en cazuela, será del sacerdote que lo ofreciere. 10Y toda ofrenda amasada con aceite, o seca, será de todos los hijos de Aarón, tanto de uno como de otro.
11Y esta es la ley del sacrificio de paz que se ofrecerá a Jehová: 12Si se ofreciere en acción de gracias, ofrecerá por sacrificio de acción de gracias tortas sin levadura amasadas con aceite, y hojaldres sin levadura untadas con aceite, y flor de harina frita en tortas amasadas con aceite. 13Con tortas de pan leudo presentará su ofrenda en el sacrificio de acciones de gracias de paz. 14Y de toda la ofrenda presentará una parte por ofrenda elevada a Jehová, y será del sacerdote que rociare la sangre de los sacrificios de paz. 15Y la carne del sacrificio de paz en acción de gracias se comerá en el día que fuere ofrecida; no dejarán de ella nada para otro día. 16Mas si el sacrificio de su ofrenda fuere voto, o voluntario, será comido en el día que ofreciere su sacrificio, y lo que de él quedare, lo comerán al día siguiente; 17y lo que quedare de la carne del sacrificio hasta el tercer día, será quemado en el fuego. 18Si se comiere de la carne del sacrificio de paz al tercer día, el que lo ofreciere no será acepto, ni le será contado; abominación será, y la persona que de él comiere llevará su pecado.
19Y la carne que tocare alguna cosa inmunda, no se comerá; al fuego será quemada. Toda persona limpia podrá comer la carne; 20pero la persona que comiere la carne del sacrificio de paz, el cual es de Jehová, estando inmunda, aquella persona será cortada de entre su pueblo. 21Además, la persona que tocare alguna cosa inmunda, inmundicia de hombre, o animal inmundo, o cualquier abominación inmunda, y comiere la carne del sacrificio de paz, el cual es de Jehová, aquella persona será cortada de entre su pueblo.
22Habló más Jehová a Moisés, diciendo: 23Habla a los hijos de Israel, diciendo: Ninguna grosura de buey ni de cordero ni de cabra comeréis. 24La grosura de animal muerto, y la grosura del que fue despedazado por fieras, se dispondrá para cualquier otro uso, mas no la comeréis. 25Porque cualquiera que comiere grosura de animal, del cual se ofrece a Jehová ofrenda encendida, la persona que lo comiere será cortada de entre su pueblo. 26Además, ninguna sangre comeréis en ningún lugar en donde habitéis, ni de aves ni de bestias. 27Cualquiera persona que comiere de alguna sangre, la tal persona será cortada de entre su pueblo.
28Habló más Jehová a Moisés, diciendo: 29Habla a los hijos de Israel y diles: El que ofreciere sacrificio de paz a Jehová, traerá su ofrenda del sacrificio de paz ante Jehová. 30Sus manos traerán las ofrendas que se han de quemar ante Jehová; traerá la grosura con el pecho; el pecho para que sea mecido como sacrificio mecido delante de Jehová. 31Y la grosura la hará arder el sacerdote en el altar, mas el pecho será de Aarón y de sus hijos. 32Y daréis al sacerdote para ser elevada en ofrenda, la espaldilla derecha de vuestros sacrificios de paz. 33El que de los hijos de Aarón ofreciere la sangre de los sacrificios de paz, y la grosura, recibirá la espaldilla derecha como porción suya. 34Porque he tomado de los sacrificios de paz de los hijos de Israel el pecho que se mece y la espaldilla elevada en ofrenda, y lo he dado a Aarón el sacerdote y a sus hijos, como estatuto perpetuo para los hijos de Israel. 35Esta es la porción de Aarón y la porción de sus hijos, de las ofrendas encendidas a Jehová, desde el día que él los consagró para ser sacerdotes de Jehová, 36la cual mandó Jehová que les diesen, desde el día que él los ungió de entre los hijos de Israel, como estatuto perpetuo en sus generaciones.
37Esta es la ley del holocausto, de la ofrenda, del sacrificio por el pecado, del sacrificio por la culpa, de las consagraciones y del sacrificio de paz, 38la cual mandó Jehová a Moisés en el monte de Sinaí, el día que mandó a los hijos de Israel que ofreciesen sus ofrendas a Jehová, en el desierto de Sinaí.

Consagración de Aarón y de sus hijos
(Ex. 29.1–37)
8
1Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2Toma a Aarón y a sus hijos con él, y las vestiduras, el aceite de la unción, el becerro de la expiación, los dos carneros, y el canastillo de los panes sin levadura; 3y reúne toda la congregación a la puerta del tabernáculo de reunión. 4Hizo, pues, Moisés como Jehová le mandó, y se reunió la congregación a la puerta del tabernáculo de reunión.
5Y dijo Moisés a la congregación: Esto es lo que Jehová ha mandado hacer. 6Entonces Moisés hizo acercarse a Aarón y a sus hijos, y los lavó con agua. 7Y puso sobre él la túnica, y le ciñó con el cinto; le vistió después el manto, y puso sobre él el efod, y lo ciñó con el cinto del efod, y lo ajustó con él. 8Luego le puso encima el pectoral, y puso dentro del mismo los Urim y Tumim. 9Después puso la mitra sobre su cabeza, y sobre la mitra, en frente, puso la lámina de oro, la diadema santa, como Jehová había mandado a Moisés.
10Y tomó Moisés el aceite de la unción y ungió el tabernáculo y todas las cosas que estaban en él, y las santificó. 11Y roció de él sobre el altar siete veces, y ungió el altar y todos sus utensilios, y la fuente y su base, para santificarlos. 12Y derramó del aceite de la unción sobre la cabeza de Aarón, y lo ungió para santificarlo. 13Después Moisés hizo acercarse los hijos de Aarón, y les vistió las túnicas, les ciñó con cintos, y les ajustó las tiaras, como Jehová lo había mandado a Moisés.
14Luego hizo traer el becerro de la expiación, y Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del becerro de la expiación, 15y lo degolló; y Moisés tomó la sangre, y puso con su dedo sobre los cuernos del altar alrededor, y purificó el altar; y echó la demás sangre al pie del altar, y lo santificó para reconciliar sobre él. 16Después tomó toda la grosura que estaba sobre los intestinos, y la grosura del hígado, y los dos riñones, y la grosura de ellos, y lo hizo arder Moisés sobre el altar. 17Mas el becerro, su piel, su carne y su estiércol, lo quemó al fuego fuera del campamento, como Jehová lo había mandado a Moisés.
18Después hizo que trajeran el carnero del holocausto, y Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del carnero; 19y lo degolló; y roció Moisés la sangre sobre el altar alrededor, 20y cortó el carnero en trozos; y Moisés hizo arder la cabeza, y los trozos, y la grosura. 21Lavó luego con agua los intestinos y las piernas, y quemó Moisés todo el carnero sobre el altar; holocausto de olor grato, ofrenda encendida para Jehová, como Jehová lo había mandado a Moisés.
22Después hizo que trajeran el otro carnero, el carnero de las consagraciones, y Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del carnero. 23Y lo degolló; y tomó Moisés de la sangre, y la puso sobre el lóbulo de la oreja derecha de Aarón, sobre el dedo pulgar de su mano derecha, y sobre el dedo pulgar de su pie derecho. 24Hizo acercarse luego los hijos de Aarón, y puso Moisés de la sangre sobre el lóbulo de sus orejas derechas, sobre los pulgares de sus manos derechas, y sobre los pulgares de sus pies derechos; y roció Moisés la sangre sobre el altar alrededor.
25Después tomó la grosura, la cola, toda la grosura que estaba sobre los intestinos, la grosura del hígado, los dos riñones y la grosura de ellos, y la espaldilla derecha. 26Y del canastillo de los panes sin levadura, que estaba delante de Jehová, tomó una torta sin levadura, y una torta de pan de aceite, y una hojaldre, y las puso con la grosura y con la espaldilla derecha. 27Y lo puso todo en las manos de Aarón, y en las manos de sus hijos, e hizo mecerlo como ofrenda mecida delante de Jehová. 28Después tomó aquellas cosas Moisés de las manos de ellos, y las hizo arder en el altar sobre el holocausto; eran las consagraciones en olor grato, ofrenda encendida a Jehová. 29Y tomó Moisés el pecho, y lo meció, ofrenda mecida delante de Jehová; del carnero de las consagraciones aquella fue la parte de Moisés, como Jehová lo había mandado a Moisés.
30Luego tomó Moisés del aceite de la unción, y de la sangre que estaba sobre el altar, y roció sobre Aarón, y sobre sus vestiduras, sobre sus hijos, y sobre las vestiduras de sus hijos con él; y santificó a Aarón y sus vestiduras, y a sus hijos y las vestiduras de sus hijos con él.
31Y dijo Moisés a Aarón y a sus hijos: Hervid la carne a la puerta del tabernáculo de reunión; y comedla allí con el pan que está en el canastillo de las consagraciones, según yo he mandado, diciendo: Aarón y sus hijos la comerán. 32Y lo que sobre de la carne y del pan, lo quemaréis al fuego. 33De la puerta del tabernáculo de reunión no saldréis en siete días, hasta el día que se cumplan los días de vuestras consagraciones; porque por siete días seréis consagrados. 34De la manera que hoy se ha hecho, mandó hacer Jehová para expiaros. 35A la puerta, pues, del tabernáculo de reunión estaréis día y noche por siete días, y guardaréis la ordenanza delante de Jehová, para que no muráis; porque así me ha sido mandado. 36Y Aarón y sus hijos hicieron todas las cosas que mandó Jehová por medio de Moisés.
       
Proverbios 22

22
     1     De más estima es el buen nombre que las muchas riquezas,
Y la buena fama más que la plata y el oro.
     2     El rico y el pobre se encuentran;
A ambos los hizo Jehová.
     3     El avisado ve el mal y se esconde;
Mas los simples pasan y reciben el daño.
     4     Riquezas, honra y vida
Son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová.
     5     Espinos y lazos hay en el camino del perverso;
El que guarda su alma se alejará de ellos.
     6     Instruye al niño en su camino,
Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.
     7     El rico se enseñorea de los pobres,
Y el que toma prestado es siervo del que presta.
     8     El que sembrare iniquidad, iniquidad segará,
Y la vara de su insolencia se quebrará.
     9     El ojo misericordioso será bendito,
Porque dio de su pan al indigente.
     10     Echa fuera al escarnecedor, y saldrá la contienda,
Y cesará el pleito y la afrenta.
     11     El que ama la limpieza de corazón,
Por la gracia de sus labios tendrá la amistad del rey.
     12     Los ojos de Jehová velan por la ciencia;
Mas él trastorna las cosas de los prevaricadores.
     13     Dice el perezoso: El león está fuera;
Seré muerto en la calle.
     14     Fosa profunda es la boca de la mujer extraña;
Aquel contra el cual Jehová estuviere airado caerá en ella.
     15     La necedad está ligada en el corazón del muchacho;
Mas la vara de la corrección la alejará de él.
     16     El que oprime al pobre para aumentar sus ganancias,
O que da al rico, ciertamente se empobrecerá.

Preceptos y amonestaciones
     17     Inclina tu oído y oye las palabras de los sabios,
Y aplica tu corazón a mi sabiduría;
     18     Porque es cosa deliciosa, si las guardares dentro de ti;
Si juntamente se afirmaren sobre tus labios.
     19     Para que tu confianza sea en Jehová,
Te las he hecho saber hoy a ti también.
     20     ¿No te he escrito tres veces
En consejos y en ciencia,
     21     Para hacerte saber la certidumbre de las palabras de verdad,
A fin de que vuelvas a llevar palabras de verdad a los que te enviaron?
     22     No robes al pobre, porque es pobre,
Ni quebrantes en la puerta al afligido;
     23     Porque Jehová juzgará la causa de ellos,
Y despojará el alma de aquellos que los despojaren.
     24     No te entremetas con el iracundo,
Ni te acompañes con el hombre de enojos,
     25     No sea que aprendas sus maneras,
Y tomes lazo para tu alma.
     26     No seas de aquellos que se comprometen,
Ni de los que salen por fiadores de deudas.
     27     Si no tuvieres para pagar,
¿Por qué han de quitar tu cama de debajo de ti?
     28     No traspases los linderos antiguos
Que pusieron tus padres.
     29     ¿Has visto hombre solícito en su trabajo? Delante de los reyes estará;
No estará delante de los de baja condición. 

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