viernes, 16 de diciembre de 2011

¡Jesús compró para ti el derecho divino a la Plenitud!

Lunes 12 de Diciembre de 2011.
¡Voy a vivir una Vida Plena!
Por Riqui Ricón*
¿Quiero yo la muerte del impío? dice Jehová el Señor. ¿No vivirá, si se apartare de sus caminos? (Ez 18.23).
Nuestro Redentor, Jehová de los ejércitos es su nombre, el Santo de Israel (Isa 47.4).
No cabe duda, el (la) que camina a la luz de la Palabra de Dios conoce la Verdad, y la Verdad te hace libre. Eres libre para darte cuenta que jamás ha sido, ni será, el deseo o propósito de Dios castigar ni destruir al pecador. Siempre ha sido Su deseo que vuelvas a Él.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
El apóstol Pablo escribió que para él no era molesto enseñar siempre las mismas cosas, pero para ti es asunto de suma seguridad. Ante cualquier situación que estés enfrentando el día de hoy, lo primero que tienes que hacer es recordarte a ti misma(o), una y otra vez, que Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo, Jesús, para pagar todos tus pecados, antes que perderte a ti, y que Jesús no vino a condenarte sino a darte la Vida Eterna de un(a) Hija(o) de Dios. ¡Esta es la Verdad y el fundamento del inicio de tu victoria!
Es por esto que Jesús es tu Redentor, tu Señor y Salvador.
Cuando comprendes que el sacrificio de Jesús va mucho más allá de la justificación para el perdón de tus pecados y que su propósito verdadero siempre fue el darte una posición privilegiada para una comunión íntima con Dios, dotándote de una Nueva Naturaleza para hacerte Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo y que, por lo tanto, ahora Él es en Verdad tu Padre, entonces puedes creer que, en efecto, saldrás más que vencedor(a) en todas las cosas.
¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre,  que se nos llame hijos de Dios!  ¡Y lo somos!  El mundo no nos conoce,  precisamente porque no lo conoció a él (1 Jn 3.1 NIV).
Ahora eres una nueva especie de ser que no existía antes: un(a) Hija(o) del único Dios Vivo y Verdadero. Todas las consecuencias y repercusiones de los pecados de tu vida pasada fueron satisfechas en la persona de Jesucristo.
Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados (Isa 53.4-5).
Las últimas palabras de Jesús en la cruz fueron, consumado es; con esto, Él te está diciendo claramente, yo ya pagué por ti, así que, tú ya no tienes que pagar nada más.
La obra redentora de la cruz, el sacrificio de nuestro Señor Jesucristo, es completa, perfecta y acabada. Es el Nuevo Pacto ratificado en Su Sangre al cual nadie lo invalida ni le añade.
estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo (Fil 1.6).
Esta obra, la regeneración de tu vida, va en aumento y es Dios mismo el que te está perfeccionando. Así que, ¡No temas, cree solamente!
Oremos en voz audible:
Amado padre celestial, hoy puedo vivir tranquila(o) y en paz, pues sé que Tú me amas, que estás conmigo, que no me has dejado ni me dejarás. Por tanto, no pondré mis ojos, ni mis sentimientos, en lo difícil que pueda ser mi situación actual. Yo te miro a Ti. Yo confío en Ti. He creído Tu Palabra, la Biblia, y sé que sé que voy a salir más que vencedor(a) de toda circunstancia, problema y enfermedad. ¡Soy un(a) Hija(o) del Rey! ¡Mi Padre es el Todopoderoso Dios! ¡Cristo Jesús es mi Señor, Salvador y Redentor! ¡Nada ni nadie en este mundo me puede apartar del Amor de Dios, mi Padre! Así que, resisto todo engaño y mentira. ¡Me resisto a temer! ¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece! ¡Soy sana(o)! ¡Soy libre! ¡Soy prospera(o)! ¡Voy a vivir mi Vida en la Plenitud del Amor, y del gozo, y de la paz que sobrepasa todo entendimiento! ¡Este es mi derecho! ¡Soy un(a) Hija(o) de Dios! ¡Estoy arriba y no abajo! ¡Soy cabeza y no cola! En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2011


Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
                                                                                   
Diciembre 12                                     Fil 1.1-11   /  Ez 18  /  Isa 47

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