Miércoles 14 de Diciembre de 2011.
¡Tu propósito al máximo!
Por Riqui Ricón*
Así ha dicho Jehová, Redentor de Israel, el Santo suyo, al menospreciado de alma, al abominado de las naciones, al siervo de los tiranos: Verán reyes, y se levantarán príncipes, y adorarán por Jehová; porque fiel es el Santo de Israel, el cual te escogió (Isa 49.7).
Al leer y meditar la Biblia, que es la Palabra de Dios y no miente, encontrarás, una y otra vez, que Dios te ha escogido y lo ha hecho por Amor a ti. De alguna manera, incomprensible para nosotros pero posible para Aquel que todo lo puede, Él te conoció desde antes de la fundación del mundo, te amó y te escogió con propósito.
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad (Efe 1.3-5).
Dios te ama tanto que mandó a Su Hijo Jesucristo a pagar, con Su propia Vida, el precio de todos tus pecados para que tú seas ahora santa(o) y sin mancha delante de Él; todo esto con el propósito de que seas adoptada(o) Hija(o) Suya(o) por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad hacia tu persona.
Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él (1 Jn 3.1).
Hacerte un(a) Hija de Dios Nacida(o) de Nuevo por medio de Jesucristo es el verdadero y único propósito de la Redención. Ciertamente que Jesús murió en la cruz pagando todos tus pecados, sin embargo, justificarte con Su muerte fue tan sólo un requisito para un propósito mucho mejor. Ciertamente, una vez justificada(o), el Padre te perdonó todas tus ofensas apartándote para Él, pero tu santificación es también otro requisito hacia ese propósito mayor.
Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos (Ro 8.29).
Una vez justificada(o), perdonada(o) y santificada(o) sólo Dios te puede hacer perfecta(o) a través del Nuevo Nacimiento declarando con Su Palabra, eterna e infalible, que ahora eres Su Hija(o), al igual que Jesús.
Así que, al leer y meditar la Biblia te das cuenta que Dios te ama, que nunca te ha dejado, ni te dejará, que pagó el precio más alto para hacerte Suya(o) y que, sin importar la situación o condición en la que hoy te encuentres, Él siempre estará contigo.
¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti (Isa 49.15).
Dios no miente, ni se arrepiente. Lo que Él ha dicho, Él lo hará; lo que Él ha hablado, lo ejecutará. Esta es la Verdad, ahora, por medio de la Sangre de Jesús, tú eres un(a) legítima(o) Hija(o) de Dios. Tu vieja naturaleza, esa (ese) mujer (hombre) con tendencia al pecado y al fracaso, no existe más, murió en esa cruz.
Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos… De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Co 5.14-15, 17.
Esto es lo que significa el Nuevo Nacimiento. Esta es la identidad que te otorga el Nacer de Nuevo por la semilla incorruptible que es la Palabra de Dios.
siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 P 1.23).
Por lo tanto, ¿a qué temes? Dios, tu Padre, está contigo, y si Dios está contigo, ¿quién contra ti? ¿Por qué te angustias? ¿No sabes que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados? (Ro 8.28).
En lugar de eso, créele a Dios, cree a Su Palabra la Biblia, y toma tu identidad de Hija(o) amada(o) para que cumplas el propósito por el cual fuiste escogida(o): SER un(a) Hija(o) del Rey.
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, que hermoso es saberse tan amada(o) por Ti. Señor Jesús, no puedo dejar de agradecerte lo que hiciste por mí en la cruz, por Tu Sangre preciosa derramada hasta la última gota como el precio de Tu Amor, que pagaste por mí. Es por Tu Sangre que he obtenido esta Nueva Naturaleza que me permite ser llamado Hijo de Dios. Gracias porque ahora todas y cada una de las preciosas y grandísimas promesas que has hablado en Tu Palabra me permiten participar de ésta, mi Nueva Naturaleza que he recibido mediante Tu muerte y resurrección. Padre, de todos mis pecados me arrepiente y te pido Tu Perdón; sobre todo de la incredulidad a Tu Palabra. Creo y recibo quien Tú dices que soy: Tu Hija(o) amada(o). Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Mayor eres Tú, Espíritu Santo, que vives en mí y conmigo, que aquel que está en el mundo. De todo problema, enfermedad o angustia soy más que vencedor(a) por medio de Aquel que me amó, Cristo Jesús. Por todo esto, declaro que caerán a mi lado mil y diez mil a mi diestra mas a mí no llegará, porque aunque ande en valle de sombra y de muerte NO TEMERÉ mal alguno porque Tú, Señor, estás conmigo. Tú eres el que me guarda y el maligno no me toca. Someto todo problema, angustia o enfermedad a la autoridad de la Palabra de Dios y los pongo bajo mis pies. En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime © 2011
Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Diciembre 14 Fil 2.1-11 / Ez 20 / Isa 49
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