¿Cuál es la razón de estar siempre alegres?

Domingo 9 de Octubre de 2011.

¡Puedo confiar en Ti!

Por Riqui Ricón*

El hace producir el heno para las bestias, Y la hierba para el servicio del hombre, Sacando el pan de la tierra, Y el vino que alegra el corazón del hombre, El aceite que hace brillar el rostro, Y el pan que sustenta la vida del hombre (Sal 104.14-15).

Y sacrificaron aquel día numerosas víctimas, y se regocijaron, porque Dios los había recreado con grande contentamiento; se alegraron también las mujeres y los niños; y el alborozo de Jerusalén fue oído desde lejos (Neh 12.43).

Cada día, cuando meditemos en las bondades y beneficios que Dios ha derramado sobre nuestras vidas, recordemos que el mayor de ellos es Su Palabra, la Biblia.

La Biblia es la palabra de Dios. Esto significa que son las palabras que salen de la boca del Dios vivo y verdadero, quien no miente y, por lo tanto, se van a cumplir cabalmente. El cielo y la tierra pasarán pero Su Palabra no pasará.

Él es el creador y hacedor de todas las cosas buenas, las cuales ha destinado por posesión a todos aquellas y aquellos que se han constituido en hijas e hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; esto es, por haber creído, reconocido y aceptado su sacrificio de amor en la cruz. De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Co 5.17). Ahora, en esta nueva naturaleza, recreación o nuevo nacimiento, Él nos desea prósperos, con salud, paz y mucho gozo. ¿Cómo lo sé? Pues escrito está y se regocijaron, porque Dios los había recreado con grande contentamiento; se alegraron también las mujeres y los niños; y el alborozo…  fue oído desde lejos,

¿O acaso Dios miente cuando te asegura en la Escritura, Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma? (3 Jn 2).

Así que, estas son las buenas noticias del evangelio. No solamente hemos sido justificados y perdonados en Cristo Jesús, sino que también hemos sido regenerados, renovados (hechos de nuevo), para ser llamados por Dios Hijos Suyos.

Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios;  por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él (1 Jn 3.1).

Todo esto es razón de alegrarnos y gozarnos pues, ahora, al haber nacido de nuevo, el Todopoderoso es tu Padre, quien te guarda y te sostiene con su diestra de justicia y de poder.

Él es el proveedor del vino, aceite y pan para que a través de Jesucristo realices una vida plena y abundante a pesar de toda circunstancia adversa, tristeza, muerte o enfermedad. Recuerda que Dios lo dijo, entonces lo va a cumplir y si Dios lo hablo, entonces lo va a ejecutar. Dios no es hombre para que mienta ni hijo de hombre para que se arrepienta.

Mi vida en esta tierra no tiene por qué ser atravesando un valle de lágrimas, tristezas y sufrimientos puesto que la Biblia, que es la Palabra de Honor de Dios, establece que Jesús vino a mí para darme vida y una vida abundante.

Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo (plenitud) por él (Jn 3.17).

¡Gracias Señor Jesús, puedo confiar en Ti!

Oremos:

Amado Padre celestial, te estoy muy agradecido por el Amor con que me has amado. Es por Tu Amor que me has hecho nueva criatura y todas las cosas viejas ya han quedado atrás. He sido justificada(o) y perdonada(o) por Tu Gran Amor, que es Cristo Jesús, mi Señor y Salvador. Puedo declarar que soy un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo no de una simiente corruptible sino de la incorruptible semilla que es Tu Palabra, Señor. Puedo confiar en Ti y ser dichosa(o). Recibo Tu gozo, que es mi fortaleza. En el nombre de Jesús. Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010

Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Octubre 9                               Apo 9 /  Neh 12/ Sal 104.1-23