15 de Octubre
¡Él rompió tus prisiones!
Por Riqui Ricón*
Alabad a Jehová, porque él es
bueno; Porque para siempre es su misericordia. Díganlo los redimidos de
Jehová, Los que ha redimido del poder del enemigo… Los sacó de las tinieblas y
de la sombra de muerte, Y rompió sus prisiones… Envió su palabra, y los sanó, Y
los libró de su ruina (Sal 107.1-2, 14, 20).
Ser un creyente significa
más que sólo creer en Dios, significa creerle a Él, creer que lo que Él dice lo
va a cumplir, que primero el cielo y la tierra dejarán de existir antes de que
Su Palabra deje de cumplirse.
Escribid, pues, vosotros a los
judíos como bien os pareciere, en nombre del rey, y selladlo con el anillo del
rey; porque un edicto que se escribe en nombre del rey, y se sella con el anillo
del rey, no puede ser revocado (Est 8,8).
Si esto es cierto para las
leyes que dictan los seres humanos (pues las leyes se tienen que cumplir),
cuánto más lo será para las Palabras que han salido de la boca de Dios.
Te animo a que hoy te
detengas un poquito a meditar conmigo: ¿Qué quiero decir cuando declaro que la
Biblia es la Palabra de Dios? ¿En verdad creo que la Biblia son las Palabras
que han salido de la boca de Dios?
El profeta Isaías declaró,
¿Quién
ha creído a nuestra palabra y sobre quién se ha manifestado el poder del Señor?
Éste [el que cree] subirá cual renuevo
delante de Dios (Isa 53.1).
De acuerdo a la Biblia, que es la Palabra de Dios,
y no miente, ¡todos los que creemos que la Biblia efectivamente es la Palabra
de Dios somos renovados, hechos de Nuevo, dotados de una Nueva Naturaleza, y
subiremos delante de Él!
Así que, si Dios dice que envió Su Palabra para
sanarte y librarte de la ruina, entonces, ¿qué vas hacer? ¿Vas a creer al
conocimiento natural que por medio de tus sentidos te dice que estás enfermo(a)
y que probablemente no llegarás a viejo(a)? ¿Vas a creer lo terrible de tu
situación que te habla dejándote sin esperanzas para tu familia, vida o
matrimonio? ¿Vas a creerle a la tristeza y a la depresión que te acusan
constantemente de tus fracasos y pecados para convencerte que no vale la pena
vivir?
Yo que tú, le creería a Dios, pues Él no puede
mentir y toda Palabra que sale de la boca de Dios es Verdad.
El
cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán (Lc 21.33).
Así que determínate a ser sano y a ser libre.
Porque
de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque
no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por él (Jn 3.16-17).
Dios te ama tanto que prefirió entregar a Su propio
Hijo, Jesucristo, para pagar todos tus pecados, antes que perderte a ti.
Miren lo
grande que es el amor que el Padre nos ha mostrado, ¡hasta llega a hacer
posible que seamos llamados hijos de Dios! Y eso es lo que de verdad somos. Por
eso la gente del mundo no nos conoce, pues el mundo no conoce a Dios (1
Jn 3.1 PDT).
Jesús no sólo pagó con Su Vida todos tus pecados
para justificarte y que fueras perdonado(a), sino que resucitó venciendo a la
muerte para darte la Vida Eterna que solamente pueden tener los Hijos de Dios
Nacidos de Nuevo.
¡Ahora Dios te llama Su propio(a) Hijo(a)!
El
ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que
tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn 10.10).
La vida que Jesús y Dios, tú Padre, han preparado
para ti no es cualquier tipo de vida. No es un “borrón y cuenta nueva”. Es una Vida Nueva, totalmente diferente a
lo que te puedas imaginar. ¡Es la Vida Eterna! La única Vida, realmente, Plena
y abundante.
Amado,
yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así
como prospera tu alma (3 Jn 2).
¡Esta es la Voluntad de Tu
Padre celestial sobre tu Vida!
Todos estos son los decretos
del Rey que NO PUEDEN ser revocados.
En cada
provincia y ciudad, en cada lugar donde llegaba el decreto del rey, los judíos
se alegraban mucho, festejaban a lo grande, y declararon día feriado y de
celebración. También muchas personas del territorio se hicieron judíos por
temor a lo que pudieran hacerles los judíos (Est 8.17 NTV).
¡El decreto del Rey ES la Palabra del Rey!
Luego
Nehemías añadió: «Ya pueden irse. Coman bien, tomen bebidas dulces y compartan
su comida con quienes no tengan nada, porque este día ha sido consagrado a
nuestro Señor. No estén tristes, pues el gozo del Señor es nuestra fortaleza.» (Neh 8.10 NVI).
Los decretos que
el Rey ha emitido a tu favor son la razón del gozo, la alegría y la celebración.
¡La Palabra de Dios es tu fortaleza!
Mediante
su divino poder, Dios nos ha dado todo lo que necesitamos para llevar una vida
de rectitud. Todo esto lo recibimos al llegar a conocer a aquel que nos llamó
por medio de su maravillosa gloria y excelencia. Y, debido a su gloria y
excelencia, nos ha dado grandes y preciosas promesas. Estas promesas hacen
posible que ustedes participen de la naturaleza divina y escapen de la
corrupción del mundo, causada por los deseos humanos (2 P 1.3-4 NTV).
Cómo no sería el gozo del Señor tu fortaleza si las Promesas de la Biblia te hacen participar de la Naturaleza de Dios,
pues tú ERES genuina y legítimamente un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo.
Además, al CREER las Promesas de Dios, te permiten escapar de
la corrupción del mundo, causada por los deseos humanos.
Este es uno de
los decretos del Rey que más gozo y alegría te deben producir, pues te asegura
y garantiza la Victoria por medio de tu Identidad como Hijo(a) de Dios por
medio de TODO lo que el Señor Jesús hizo por ti.
Todo esto es La
Verdad. Está escrito en la Biblia que es la Palabra de Dios y lo recibes por
medio de la FE, que es creerle a Dios, creyendo Su Palabra.
En una ocasión, un padre de familia, que había
acudido a Jesús por la sanidad de su hijo, le dijo: “si puedes hacer algo ten misericordia de nosotros y
ayúdanos” a lo que Jesús le respondió, “si
puedes creer, al que cree TODO le es posible” (Mar 9.22-23).
En este día, determínate a dejar a un lado, de una
vez y para siempre, todas las dudas que produce el espíritu de temor. Resístele, pues la
escritura dice,
Así que
sométanse a Dios. Resistan al
diablo, y él huirá de ustedes
(Stg 4.7).
¡No temas,
cree solamente! ¡Dios es bueno y para siempre es Su misericordia!
Pero
ustedes son un pueblo escogido por Dios, sacerdotes al servicio del Rey, una
nación santa, y un pueblo que pertenece a Dios, quien los escogió para que
anuncien las poderosas obras que ha hecho y los llamó a salir de la oscuridad
para entrar en su luz maravillosa. Antes, ustedes no eran ni siquiera un
pueblo, pero ahora son el pueblo de Dios. Ustedes no habían recibido compasión,
pero ahora han recibido la compasión de Dios (1 P 2.9-10).
Jesús ya te sacó de las tinieblas y de la sombra de
muerte. ¡Él ya rompió tus prisiones! Ahora eres real sacerdocio, una nación
santa, pueblo adquirido por Dios. ¡Eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de
Nuevo!
siendo
renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de
Dios que vive y permanece para siempre (1 P 1.23).
Así que, vive este día con
gozo y plena certeza de fe, pues la Biblia es, efectivamente, la Palabra de
Honor de Dios y si Él lo dijo, entonces, Él lo va a cumplir, si Dios lo habló,
entonces, Él lo va a ejecutar.
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, te
doy muchas gracias porque lámpara es a mis pies Tu Palabra y la luz que ilumina
mi camino. Señor, sé que no mientes y que no puedes mentir, también sé que tu
Palabra es la Verdad y se va a cumplir TODA. Tú has dicho que me amas tanto que
me librarás del lazo del cazador y de la peste destructora. Cúbreme con tus
plumas, pues debajo de Tus alas yo estoy seguro(a). Tu Palabra es mi escudo y
mi espada, así que no voy a temer al terror nocturno, ni saeta que vuele de
día, ni pestilencia que ande en obscuridad, ni mortandad que en medio del día
destruya, ya que caerán a mi lado mil y diez mil a mi diestra mas a mí no
llegará, porque Tú, Jesús, estás conmigo. Hoy declaro, confiado en la Palabra
de Dios, que de todo problema, angustia o enfermedad, yo, ____________ (tu
nombre aquí), voy a salir más que vencedor(a) por medio de Aquel que me amó,
Cristo Jesús, mi Rey, Señor y Salvador. Voy a vivir este día en plenitud de
certeza de vida pues yo en Ti, Señor, confío. Jehová de los ejércitos, Dios y Padre Eterno, dichoso, dichosa, el
hombre y la mujer que en ti confían. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy
dichoso(a)! En el nombre de Jesús. ¡Amén!
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el
Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu
atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo
creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para
pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día
de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre
preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te
invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú
seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Octubre
15 Apo 15
/ Est 7-8 / Sal 107.1-22
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Qué piensas al respecto?