10 de Octubre
¡La dulzura de vivir!
Por Riqui Ricón*
A Jehová cantaré en mi vida; A
mi Dios cantaré salmos mientras viva. Dulce será mi meditación en él; Yo me
regocijaré en Jehová (Sal 104.33-34).
Mientras más estudies y medites
la Palabra de Dios cada día, Su dulzura llenará tu vida más y más, y el canto y
el regocijo comenzarán a fluir de tu interior de una forma natural, pues te
darás cuenta que el plan de Dios para tu vida, no sólo es un buen plan, sino
que es el mejor de todos los planes.
Envías
tu Espíritu, son creados, Y renuevas la faz de la tierra (Sal 104.
30).
El Plan de Dios para
tu Vida va mucho más allá del mero perdón de tus pecados ya que trasciende la
muerte de Jesucristo en la cruz y apunta hacia Su resurrección. Es Su Victoria
sobre el pecado y la muerte la que te otorga el derecho a ser llamado(a)
Hijo(a) de Dios.
Miren lo grande que es el amor que el Padre nos ha mostrado, ¡hasta
llega a hacer posible que seamos llamados hijos de Dios! Y eso es lo que de
verdad somos. Por eso la gente del mundo no nos conoce, pues el mundo no conoce
a Dios
(1 Jn 3.1 PDT).
La Biblia, que es la Palabra
de Dios, y no miente, es la luz que guía el camino de todo(a) Hijo(a) de Dios
Nacido(a) de Nuevo y es también el manantial, la fuente que salta para Vida Eterna,
del cual surge la certeza del amor de Dios para contigo.
Así que
la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios (Ro
10.17).
Es por todo esto que la FE
viene por el oír la Palabra de Dios.
Porque
la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos
filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los
tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón (He 4.12).
En el sistema de este mundo,
todas las personas buscan razones para enfrentar la vida con optimismo. Ante
los retos que la vida les plantea, ellos buscan en las cosas bellas que les
rodean la motivación para seguir adelante, como la risa de los niños, el trinar
de los pájaros, el viento sobre las copas de los árboles, la cálida luz del sol
al amanecer, etc. Es como si se necesitara un pretexto para estar contento o al
menos cobrar ánimo para encarar los problemas.
¡Qué diferente es la
situación de los que están en Cristo!
Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía (Sal 84.12).
Ahora, en Cristo Jesús, tú has
sido creado(a) de Nuevo por el Espíritu Santo y por la Palabra de Dios. Él habló
Su Palabra y tú puedes confiar en que será hecho todo lo que Él ha dicho. Y,
sin importar que tipo de problemas, enfermedades o aflicciones estés
enfrentando el día de hoy, ten por cierto que saldrás más que vencedor(a) de
todos ellos por medio de Aquel que te ha amado, Cristo Jesús.
Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! (Fil 4.4).
Esto es razón más que
suficiente para que estés dichoso(a) y cantando: A Jehová cantaré en mi vida; A mi Dios cantaré salmos mientras viva.
Dulce será mi meditación en él; Yo me regocijaré en Jehová.
Y esto, ¡en medio de tus problemas!
¡Dios jamás ha faltado a Su
Palabra! Y tú, mi amado(a), lo creas o no lo creas, eres el especial objeto de
Su Amor. Así está escrito.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque
no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por él (Jn 3.16-17).
¡Dios te ama tanto que prefirió
entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti!
Ahora tú estás en Cristo, le
perteneces en amor y, Cuando
alguien se convierte a Cristo, se transforma en una nueva criatura. Su
existencia anterior queda atrás, y él comienza a vivir una nueva vida, a ser
parte de una nueva creación (2 Cor 5.17 CST).
¡Escrito está!
Tu vieja naturaleza tan
ligada al miedo, a la duda y al fracaso ya no existe más. ¡La Biblia lo dice
así! No necesitas buscar más pretextos para sobrellevar las vicisitudes de la
vida, ahora tú estás sobre todas de ellas.
Miren lo grande que es el amor que el Padre nos ha mostrado, ¡hasta
llega a hacer posible que seamos llamados hijos de Dios! Y eso es lo que de
verdad somos (1 Jn 3.1a PDT).
Ahora eres tan completamente
diferente a la persona que antes eras que Dios, en persona, te llama Hijo(a).
Tú eres ese(a) de quien la Escritura se refiere al decir,
»El Señor te permitirá derrotar a todos tus enemigos cuando te ataquen.
Ellos irán contra ti en una dirección, pero huirán de ti en siete direcciones
diferentes. »El Señor te bendecirá con graneros llenos y bendecirá todo lo que
hagas. Te bendecirá en la tierra que el Señor tu Dios te da. Si obedeces los
mandamientos del Señor tu Dios y si vives como él quiere que vivas, él te
convertirá en su pueblo santo, como te lo prometió. Entonces todas las naciones
de la tierra verán que tú eres el pueblo del Señor y que él es tu protector, y
te tendrán miedo. »El Señor te hará extremadamente próspero y te dará muchos
hijos, tus animales tendrán muchas crías y tú tendrás muchas cosechas en la
tierra que el Señor les prometió a tus antepasados que te daría. El Señor te
abrirá sus riquezas y el cielo para enviarle lluvia a tu tierra en el momento
preciso, y bendecirá todo lo que hagas. Tendrás dinero para prestarles a muchas
naciones pero tú no pedirás prestado. El Señor te hará ir a la cabeza, no al
final; siempre estarás en la cima y no en el fondo. Esto sucederá si tú
escuchas los mandamientos que el Señor tu Dios te manda hoy y los obedeces
cuidadosamente (Deu 28.7-13 PDT).
Si acaso estás pensando que
tú no has podido guardar, ni obedecer, la Palabra de Dios, te animo a que
recapacites, ¡tú ya no eres la misma persona que eras antes! Ahora, por la
Sangre, muerte y resurrección de Jesucristo, tú eres, exactamente, ni más, ni
menos, la persona que Dios dice en Su Palabra que eres: ¡Un(a) Hijo(a)
Amado(a)! ¡Nacido(a) de Nuevo! ¡Una Nueva creación!
Envías tu Espíritu, son creados, Y renuevas la faz de la tierra.
Si puedes creer, ¡al que cree TODO le es posible!
Estas cosas os he hablado para
que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he
vencido al mundo (Jn 16.33).
Así que, decídete a vivir
como un(a) Hijo(a) de Dios NACIDO(A) DE NUEVO y pon la Palabra de Dios en tu
mente, boca y corazón, y prepárate a gozar y cantar con tu Señor y Salvador
Cristo Jesús, pues aunque tendrás aflicciones, puedes confiar en que Dios tiene
Palabra de Honor: de todos tus problemas, enfermedades y aflicciones saldrás
más que vencedor(a).
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, ahora
sé que soy libre para Alabarte y gozarme en Tu Presencia, pues Aquel que fue
engendrado por Dios, Cristo Jesús, me guarda y el maligno no me toca. Gracias
por amarme tanto que estando yo muerto(a) en delitos y pecados me has dado Vida
juntamente con Cristo. Señor Jesús, tu dijiste que el ladrón no viene sino a
hurtar, matar y destruir pero que Tú viniste a mí para darme vida y vida
abundante. ¡Lo creo y lo recibo! Por eso declaro que la vida plena y abundante
que compraste para mí al morir en la cruz y resucitar al tercer día, es mía y está
en mí. Soy una Nueva Criatura. Soy un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo y,
de acuerdo a la Biblia, que es Tu Palabra y no miente, he sido creado(a) de
Nuevo por el Espíritu Santo no de una semilla corruptible (como era yo antes)
sino de la incorruptible semilla que es Tu Palabra, Señor. Espíritu Santo,
gracias por lo que has hecho y estás haciendo en mí. Te amo con todo mi
corazón. Padre, me has hecho dichoso(a), mil veces feliz. ¡Tengo la vida
resuelta! Yo en Ti confío. Por lo tanto, creo y declaro que estoy
predestinado(a) por la poderosísima Palabra de Dios para ser próspero(a),
sano(a) y saludable, ser cabeza y no cola, estar arriba y no más abajo, para vivir
en esta vida como un(a) Hijo(a) del Rey. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy
próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy Hijo(a) de Dios! En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu
atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo
creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para
pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día
de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre
preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te
invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú
seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Octubre
10 Apo 10
/ Neh 13/ Sal 104.24-35
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