7 de Octubre
¡No hay forma que puedas
perder!
Por Riqui Ricón *
…porque
el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes
de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos (Apo 7.17).
Mas tú, Jehová, permanecerás
para siempre, Y tu memoria de generación en generación. Te levantarás y
tendrás misericordia de Sion, Porque es tiempo de tener misericordia de ella,
porque el plazo ha llegado (Sal 102.12-13).
Todo plazo tiene su término
y el tuyo se cumplió cuando Jesucristo pronunció sus últimas palabras sobre la
cruz: consumado es.
¡Está hecho!
Cada una de las promesas
expresadas en la Biblia, que es la Palabra de Dios y no miente, encontraron su
cumplimiento para ti a través de la muerte y resurrección de Cristo Jesús.
¿Y qué significa esto? Qué
el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo, ahora es tu pastor y en este
día, en este preciso momento, Él te está guiando a fuentes de aguas que son una
fuente dentro de ti, que saltan para que puedas vivir una Vida Plena y
abundante: ¡Una Vida Eterna!
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque
no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por él (Jn 3.16-17).
¡Dios te ama tanto que
prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderte a ti!
Lo hizo para que creas en
Él, para que creas en Su nombre y para que le creas a Él. Dios entregó a Su
propio Hijo por Amor a ti y para que creas que si Él dice en Su Palabra que tú,
aunque andes en el valle de sombra y de muerte no temerás porque Él está
contigo, entonces, esa es la verdad: ¡Él está contigo!
Aunque ande en valle de sombra de
muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo (Sal
23.4).
¡Dios no te ha dejado, ni te
dejará jamás!
Por lo tanto, puedes
afirmarte ante cualquier circunstancia o adversidad y declarar con plena
confianza: Si Dios es conmigo, ¿quién contra mí?
¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra
nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos
nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? (Ro
8.31-32).
El tiempo de la misericordia
de Dios no será cuando VEAS la respuesta a las oraciones que levantas delante
de Su presencia, sino que, el tiempo de la misericordia de Dios ES cuando CREES
plenamente a Su Palabra. Cuando estás totalmente seguro(a), plenamente
convencido(a), que si Dios lo dijo, entonces, Él lo va a cumplir, que si Él lo
habló, entonces, Dios lo va a ejecutar.
Dios no es un simple *mortal para
mentir y cambiar de parecer. ¿Acaso no
cumple lo que promete ni lleva a cabo lo
que dice? (Num 23.19 NVI).
Dios está enjugando,
limpiando, toda lagrima de tus ojos para que puedas ver con claridad que la
noche ha quedado atrás y que lo mejor de tu vida ya está delante de ti.
Yo Jehová la guardo, cada momento la regaré; la guardaré de noche y de día,
para que nadie la dañe (Isa
27.3).
Así que, no le des lugar al
temor y a la duda sino fortalécete en el Señor y en el Poder de Su fuerza que
es Su Palabra, pues, tu Dios y Padre sí tiene Palabra de Honor.
Y sabemos que a los que aman a
Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito
son llamados (Ro 8.28).
¿Amas tú a Dios? Entonces
debes saber y creer que eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(o) de Nuevo, llamado(a)
por Él, conforme a Su propósito, y todas, absolutamente todas, las cosas que
suceden en tu vida te ayudarán a bien.
Dios se ha comprometido con
Su Palabra de Honor a que esos problemas, aflicciones y enfermedades Él los
cambiará para bien tuyo.
Hijitos, vosotros sois de Dios y habéis vencido a los enemigos de
Cristo, porque el Espíritu que está en vosotros es mayor que el espíritu que
está en el mundo (1 Jn 4.4 CST).
Sea cual sea la aflicción
que el día de hoy estés enfrentando, ¡No temas! ¡Cree solamente! Dios no te ha
dejado ni te dejará jamás. El plazo ya se ha cumplido. Ahora Dios es tu propio
Padre y está contigo. ¡No hay forma que puedas perder!
Oremos en voz audible:
Amado Padre Celestial, te
agradezco infinitamente que me ames tanto y des sentido a mi vida a través de
la Sangre de Tu Hijo Jesucristo y de Su resurrección. Creo que la Biblia es Tu
Palabra y, por lo tanto, puedo confiar totalmente en ella. Yo daré por
respuesta a mi avergonzador que en Tu Palabra he confiado y jamás seré
avergonzado por haberte creído. Gracias Jesús, porque es el tiempo de
levantarme y comenzar a vivir esa vida plena y abundante que pagaste para mí. ¡Sí
Señor, ya estoy bebiendo de esa fuente de vida que es Tu Palabra donde
estableces que todas las cosas me ayudan a bien! Tú, Jesús, eres mi Pastor y
NADA me faltará. En lugares de delicados
pastos me haces descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreas. Confortas mi
alma; Me guías por sendas de justicia por amor de Tu nombre. Aunque ande en
valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; Tu
vara y tu cayado me infunden aliento. En medio de este problema, necesidad o
enfermedad estoy tranquilo(a), confiado(a) en Tu Palabra, pues Tu me preparas un
banquete delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con
aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me
seguirán todos los días de mi vida, Y en Tu casa, Señor, en Tu Presencia,
viviré toda mi vida. Gracias Jesús. ¡No hay forma que pueda
perder! Por lo tanto, creo y declaro que soy ese(a) Hijo(a) que Tú, mi Dios y
Padre, siempre has deseado, justo(a), santo(a) y perfecto(a). Lo sé porque así
está escrito en Tu Palabra y esa es la Verdad. Estoy dispuesto(a) a dejar atrás
todas esas emociones y pensamientos negativos de fracaso y de derrota. Esa
vieja naturaleza nada tiene en mí, pues yo he sido regenerada(o) en Cristo Jesús
para vivir una vida plena y victoriosa. Lo sé porque lo dice la Biblia, lo creo
porque es Tu Palabra de Honor y me dispongo, con Tu ayuda, Espíritu Santo, a
vivirlo. Viviré esa vida prospera, en salud, amor, paz y gozo que Tú, oh Dios,
deseas para mí. Yo, _____________ (tu nombre aquí), soy un(a) Hijo(a) de Dios
Nacido(a) de Nuevo. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece, pues mayor es el
que está en mí que el que está en el mundo y ese, eres Tú, Precioso Espíritu de
Dios. No le daré lugar al diablo y a sus mentiras en mi vida. ¡No voy a temer
más! Echo fuera de mi vida toda ansiedad e inquietud. ¡En todas las cosas soy
más que vencedor(a) por medio de Aquel que me amó, Cristo Jesús! ¡Ya he sido
sanado(a) por las heridas de Jesús! ¡He sido establecido(a) para reinar en esta
vida por la sangre de Jesús! No hay forma que pueda perder, pues Tú, mi Dios y
Padre, estás en mí y conmigo, y si Dios es conmigo, ¿quién contra mí? ¡Soy
sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspera(a)! ¡Soy feliz! En el nombre de Jesús. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el
Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu
atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo
creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para
pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día
de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre
preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te
invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú
seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Octubre
7 Apo 7
/ Neh 9.38-10-39 / Sal 102
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