14 de Octubre
¡Vencidos y debajo de mis
pies!
Por Riqui Ricón*
Entonces le dijeron sus sabios, y Zeres su mujer: Si de la descendencia
de los judíos es ese Mardoqueo delante de quien has comenzado a caer, no lo
vencerás, sino que caerás por cierto delante de él (Est 6.13).
¡Qué asombroso es esto! ¡La
Palabra de Bendición sobre tu vida YA FUE DICHA por Dios y aún tus enemigos
reconocen que no podrán vencerte sino que caerán delante de ti!
Los sabios que aconsejaban
Amán y Zeres su mujer, sabían bien de la cobertura de protección que estaba
sobre el pueblo judío. Al igual que Balam cientos de años antes, ellos sabían que:
Dios no es hombre, para
que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló,
¿y no lo ejecutará? He aquí, he recibido orden de bendecir; El dio bendición,
y no podré revocarla (Num 23. 19-20).
Puesto que Dios mismo lo
había prometido, el pueblo de Israel, bajo la normatividad del Antiguo Pacto,
podía estar seguro de la protección, provisión y salud que representaba la
Bendición de Dios sobre sus vidas. Si esto era así entonces, ¿Cuánto más tú que
has sido levantado(a) a la posición de Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo
gracias al Nuevo Pacto, el cual ha sido establecido sobre mejores promesas?
Hijitos, vosotros sois de Dios, y los
habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el
mundo (1 Jn 4. 4).
Cualquiera que sea la
situación o problema que en estos momentos estés enfrentando, puedes estar
seguro(a) que vas a salir adelante; la victoria que sólo Él te puede
proporcionar, ya es tuya, pues tú eres de Dios y ya has vencido.
¡Mayor es el que está en ti
que el que está en el mundo!
Porque
vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré
EN ellos, Y seré su Dios, Y ellos serán mi pueblo… Y yo os recibiré, Y seré para vosotros por Padre, Y vosotros me
seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso (2 Co
6.16, 18).
¡No hay
lugar a dudas! ¡No existe otra forma de interpretarlo! De acuerdo a la Biblia,
que es la Palabra de Dios, y no miente, Dios habita en ti y, el Todopoderoso,
Aquel que todo lo puede, se ha declarado tu Padre y te llama Hijo(a).
Miren lo grande que es el amor que el Padre nos ha
mostrado, ¡hasta llega a hacer posible que seamos llamados hijos de Dios! Y eso
es lo que de verdad somos. Por eso la gente del mundo no nos conoce, pues el
mundo no conoce a Dios (1 Jn 3.1 PDT).
¡Todo por Amor! ¡Por Amor a ti! ¡Dios te ama tanto que prefirió entregar
a Su propio Hijo antes que perderte a ti!
Porque de tal manera amó Dios
al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree,
no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su
Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn
3.16-17).
Ahora
Dios es tu Padre y tienes que aprender a mirarte a ti mismo(a) como un(a)
Hijo(a) Amado(a) y a mirarlo a Él como tu único Padre amoroso.
Pues no habéis recibido el
espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido
el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! (Ro 8.15).
Abba es una expresión que solamente utilizaban los
niños judíos para referirse cariñosamente a su padre y es equivalente a nuestra
palabra papá. Es precisamente por esta relación de confianza y
cariño mutuo que ahora tú gozas con Dios, que Él mismo te anima a rechazar el
espíritu de esclavitud y temor, pues eres un(a) legítimo(a) Hijo(a) de Dios y ahora
le puedes decir con toda confianza, ¡papá, papito!
¿Qué hombre hay de vosotros,
que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un
pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos,
sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está
en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? (Mat
7.9-11).
Por
cierto que el malvado Amán cayó delante de Mardoqueo y del pueblo judío por ser
éstos el pueblo escogido de Dios. Y si el Nuevo Pacto es un mejor Pacto,
entonces es evidente que tú tienes mejores promesas que las que ellos tuvieron,
pues tú eres un(a) Hijo(a) amado(a) del Todopoderoso Dios.
Ahora
bien, la Biblia dice que el que pida, pida con fe, no dudando nada.
Así que,
no dudes que Dios te ama, te ama tanto que prefirió pagar tus pecados con la
vida de Su Hijo, Jesús, antes que perderte a ti.
No dudes
que ahora, en Cristo Jesús, eres un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo;
creado(a) totalmente nuevo(a) por Dios; las cosas viejas pasaron he aquí TODAS
son hechas nuevas.
De modo que si alguno está en Cristo, nueva
criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Co 5.17).
No dudes
que Él ya ha hablado Palabras de Amor y Bendición sobre tu vida, por lo tanto,
todo lo puedes en Cristo que te fortalece y en todo problema, angustia o
enfermedad, tú eres más que vencedor(a) por medio de Aquel que te amó, Cristo
Jesús.
Mas vosotros sois linaje
escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para
que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz
admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que
ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado
misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia (1 P
2.9-10)
No dudes
que tú eres linaje de Dios y que a ti, como a Mardoqueo, todo enemigo,
enfermedad, problema o circunstancia que venga en tu contra, no te vencerá sino
que caerá por cierto delante de ti.
Oremos en
voz audible:
Amado
Padre celestial, la Biblia que es Tu Palabra y no miente, me enseña claramente que
soy Tu Hija(o), que Tú me amas y que ya he vencido, porque el mayor que está en
mi eres Tú, mi Padre, el Todopoderoso. Por esto, declaro que toda enfermedad,
problema económico, familiar o emocional ya están vencidos y debajo de mis pies.
No me vencerán sino que ciertamente caen delante de mí. Yo, ____________ (tu
nombre aquí), soy linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo
adquirido por Dios y anuncio las virtudes de Aquel que me llamó de las
tinieblas a Su luz admirable, Jesucristo, mi Señor y Salvador. Gracias, Señor,
porque en toda circunstancia yo soy más que vencedor(a) por medio de Aquel que
me amó, Cristo Jesús. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy
dichoso(a)! En el nombre de Jesús. ¡Amén!
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo establezco una relación con el
Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en voz audible poniendo toda tu
atención y corazón a lo que le estás diciendo a Dios:
Señor Jesús, yo
creo que eres el Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para
pagar todos mis pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día
de hoy que sí acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre
preciosa derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te
invito a entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú
seas mi único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas
lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Octubre
14 Apo 14
/ Est 5.1-6.14 / Sal 106.24-48
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