Jueves
2 de Mayo de 2013.
¡Tu Maestro!
Por
Riqui Ricón*
Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el
Espíritu Santo lo mismo que a nosotros (Hch 15.
8).
Dios conoce el corazón de todos
los hombres y aunque Él no hace acepción de personas si lo hace en cuanto a la
fe de dichas personas.
De acuerdo a la biblia, que es la
Palabra de dios y no miente, Dios ama a todo el mundo sin distinción alguna y
lo ama tanto que entregó a Su propio Hijo PARA QUE TODO AQUEL QUE EN EL CREA no
se pierda sino tenga Vida Eterna.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado
a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para
condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).
El regalo de amor para toda la
humanidad ya fue dado por Dios y es, Vida Eterna en Cristo Jesús. ¿Es este
regalo para todos? Desde luego que sí. Sin embargo, lo reciben sólo aquellos(as) que creen. Los que creen en Su
Amor. Los que creen en Su Palabra. Los que creen en Jesús. Los que tienen fe.
Así que, en nuestra primer
lectura del día de hoy nos encontramos a Pedro declarando al concilio de
Jerusalén, cómo él fue testigo que Dios le da testimonio a los gentiles, a
aquellos que no son judíos y creen en Jesucristo, otorgándoles el Don del
Espíritu Santo, igual que a ellos.
Ahora bien, Dios es Espíritu y tú
fuiste creado(a) a Su imagen conforme a Su semejanza, por lo tanto, ERES
ESPÍRITU. ¡No tienes un espíritu sino que eres espíritu!
El espíritu
es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he
hablado son espíritu y son vida (Jn 6. 63).
La Palabra de Dios es espiritual
y la tienes que discernir espiritualmente. Esto se consigue no con tu mente
sino con tu corazón.
La promesa del Nuevo Pacto en la
Sangre de Jesús, que Dios cumplió totalmente cuando hiciste de Jesucristo el
Señor y Salvador de tu vida, te proveyó de un corazón Nuevo, te hizo espíritu
Nuevo y te dio al Espíritu Santo dentro de ti, contigo, como tu amigo y
ayudador por excelencia.
Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y
quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.
Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis
estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra (Eze 36. 26-27).
Ciertamente espíritu hay en el hombre, Y el soplo del Omnipotente le
hace que entienda (Job 32. 8).
Y enviaste
tu buen Espíritu para enseñarles, y no retiraste tu maná de su boca, y agua les
diste para su sed (neh 9. 20).
Curiosamente, y paralelamente a
esto, todavía existen creyentes que piensan que las aflicciones que padecen son
algún tipo de lección con la que Dios, su Padre, pretende enseñarles a ser
piadosos o humildes.
La Verdad, de acuerdo a la
Biblia, es que Dios no está, para nada, escaso de recursos como para utilizar
al diablo, con sus enfermedades, pobreza y aflicciones, para enseñarte ninguna
cosa. ¡Tu maestro es el Espíritu Santo y el contenido de Su enseñanza es la
Palabra de Dios que te provee de sanidad, prosperidad, paz, gozo y, en fin, una
vida llena de la plenitud de Dios!
Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a
mi camino… Y daré por respuesta a mi avergonzador, Que en tu palabra he
confiado (Sal 119. 105, 42).
Los Hijos de Dios Nacidos de
Nuevo sabemos que nuestro Padre es bueno y que, tanto Su Palabra como Su
Voluntad, para con nosotros, es buena, agradable y perfecta.
Y he aquí que yo estoy para entrar hoy por el camino de toda la tierra;
reconoced, pues, con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma, que no ha
faltado una palabra de todas las buenas palabras que Jehová vuestro Dios había
dicho de vosotros; todas os han acontecido, no ha faltado ninguna de ellas (Jos 23. 14).
Este Dios y Padre tuyo, que no
hace acepción de personas sino que ama a todos por igual, tiene Palabra de
Honor y va a cumplir todas y cada una de las promesas que te ha hecho.
y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe
sus corazones... Antes
creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que
ellos (Hch 15.9, 11).
La Gracia de Dios y la fe en Su
Palabra siempre van juntos, no se pueden separar.
Porque por gracia sois salvos por
medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por
obras, para que nadie se gloríe (Efe 2.8-9).
Dios te ha
amado desde antes de la fundación del mundo. Por eso te ha dado de Su Gracia y
así puedas creer, pues al que cree, todo le es posible.
Oremos en
voz audible:
Gracias Señor por haberme dado a
Tu Hijo, Tu Palabra y a Tu Espíritu Santo. Gracias porque, efectivamente, ya no
soy la misma persona pecadora atrapada en la maldad sino que ahora, en Cristo
Jesús, soy un(a) Hijo(a) Tuyo(a), Nacido(a) de Nuevo. Gracias Espíritu Santo
porque Tú eres mi mejor amigo, mi ayudador y mi maestro. Así que no recibo
ningún tipo de aflicción como parte de alguna enseñanza para mi vida. ¡No!
¡Nada de eso! En el nombre de Jesús me someto a la Palabra de Dios, resisto a
Satanás y éste huye de mí. Resisto la enfermedad, la pobreza y todo tipo de
aflicción. Recibo mi salud, prosperidad, paz y gozo como parte de mi herencia,
la que legítimamente me pertenece por la Sangre de Jesús. Así que, ¡Todo lo puedo! Estoy seguro(a) que de todo problema, angustia o
enfermedad voy a salir más que vencedor(a) por medio de Tu Amor mi Señor Jesús.
Poderoso Espíritu Santo, Tú estás en mí y conmigo, y si Tú estás conmigo, en
Verdad, ¿quién contra mí? ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy
dichoso(a)! ¡Gracias Padre! ¡Muchas
Gracias! En el nombre de Jesús. Amén y Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el
Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C.
Peredo Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Mayo 2 Hch
15. 1-21 / Jos 23-24 / Job 32
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