Viernes 6 de Enero de 2012.
¡Tú ya tienes un corazón bueno!
Por Riqui Ricón*
Esta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios (Luc 8.11).
Es realmente asombroso que durante casi 2000 años, la Iglesia ha tenido en sus manos este fabuloso secreto, revelado por Jesucristo a sus discípulos: ¡La Semilla es la Palabra de Dios!
De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto (Jn 12.24).
¡La semilla es la Palabra de Dios! Esto es, la simiente que tiene la capacidad de hacer surgir la vida, donde antes no la había. Es de capital importancia que hoy te des cuenta que, la Biblia es la simiente de donde proviene la realización de tu vida como un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo. Tu fuente no son los recursos que puedas obtener de tu empleo o negocio, tampoco lo son tus conocimientos o preparación académica, ni tu nombre, ni abolengo; tu fuente es Dios y Su Palabra es tu semilla.
Ni tú ni yo somos seres humanos creados al azar o por casualidad. Hemos sido comprados y rescatados a precio de Sangre, y ahora tenemos propósito y razón para estar viviendo en esta Tierra y en este tiempo. Y solamente la Palabra de Dios, la Biblia, es la fuente, la simiente que te define a ti misma(o), para que puedas llegar a la realización de dicho propósito y dar fruto.
Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia (Luc 8.15).
A veces me pregunto, cómo es que sabiendo esto, hay Hijos de Dios que viven sus vidas regidos por el temor, las dudas, el rencor, el remordimiento y un montón de emociones, que los atrapan e inutilizan, siendo ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto (Luc 8.14).
El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida (Jn 6.63).
¿Cuál es la razón por la que no cuidamos, ni atesoramos, semejante semilla, que es espíritu y vida a la vez? El doctor Jerry Savelle da respuesta a esta pregunta, al decir que sólo hay dos razones posibles: porque no lo saben, o porque no lo creen.
Es posible que haya personas que no sepan que Dios los ama tanto que prefirió entregar a Su propio Hijo antes que perderlos a ellos; es posible que no sepan que Dios los ama tanto que los ha destinado a ser llamados Hijos de Él por medio del sacrificio de Jesús. Ellos no lo saben, pero ¿y nosotros?
La noticia excelente es que, Dios mismo dice en la Biblia, que ahora tú eres Su Hija(o) NACIDA(O) DE NUEVO, y que de acuerdo a las promesas del nuevo pacto, Él YA te ha dado un corazón y un espíritu nuevo donde pueda habitar Su propio Espíritu, el Espíritu Santo.
Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra (Ez 36.25-27).
Es fabuloso saber que eres tierra fértil, pues, ahora, tú tienes un corazón nuevo y especial donde la Palabra de Dios, la semilla, va a germinar para dar fruto al ciento por uno. El Espíritu Santo está ahí, adentro de tu corazón, para asegurarse de que así suceda. ¡No depende de ti! ¡Él lo prometió y ya lo cumplió! A ti te toca creer, porque, recuerda, al que cree todo le es posible.
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, hoy quiero decirte que te amo con todo mi corazón; que estoy profundamente agradecido por lo que has hecho por mí y en mí. Precioso Señor Jesús. Con Tu muerte y resurrección me dotaste de un nuevo corazón y ahora Tú, Espíritu Santo vives en mí. Yo soy esa buena tierra donde Tu Palabra, la Biblia, ya está dando fruto. Declaro que, ¡Soy un(a) Hija(o) de Dios NACIDA(O) DE NUEVO y, por lo tanto, tengo un corazón bueno y recto para retener la Palabra de Dios y DAR FRUTO con perseverancia! Así que, conforme a Tu Palabra, oh Dios, Apártense de mí, todos los hacedores de iniquidad; Porque el Señor ha oído mi oración. Jehová ha oído mi ruego; Ha recibido Jehová mi oración. Se avergonzarán y se turbarán mucho todos mis enemigos; Se volverán y serán avergonzados de repente. En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime © 2010
Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Enero 6 Luc 8.1-25 / Gen 12 / Sal 6
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