lunes, 30 de enero de 2012

¡Para una Vida Plena con toda certeza!


Jueves 26 de Enero de 2012.

¡Cómo no voy a confiar en Dios!

Por Riqui Ricón*

Júzgame, oh Jehová, porque yo en mi integridad he andado; He confiado asimismo en Jehová sin titubear (Sal 26.1).

Confiar en el Señor sin titubear significa creerle a Él, creerle a Su Palabra, la Biblia, sin dudar. Esto es así porque, es precisamente por Su Palabra que Dios se da a conocer; Él no ha mentido y jamás mentirá. Su Amor por ti es expresado en las Escrituras claramente, pues Él prefirió entregar a su propio Hijo, como sustituto para pagar el precio de tus pecados, antes que perderte a ti por toda la eternidad.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él (Jn 3.16-17).

Por Amor, ahora Él mismo te llama Su Hija(o).

Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él (1 Jn 3.1).

Te aseguro que puedes confiar sin titubear porque Dios es el mejor Padre que puedas haber tenido.

¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? (Mat 7.9-11).

Dado que no puedes confiar en alguien a quien realmente no conoces, la base de la confianza es el conocimiento mutuo. En este día, gracias a Jesucristo, tienes un Dios y Padre a quien puedes conocer cada día más y mejor. Al tener comunión con Dios, por medio de la lectura y meditación de Su Palabra y de la oración, adquirirás un mayor conocimiento de Tu Padre celestial y de quién ahora tú eres delante de Él.

Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios (Ro 8.14-16).

Si lo notas, puedes darte cuenta que tu confianza y certeza no radican solamente en el conocimiento de Dios, sino en tu propia identidad como Su Hija(o) Nacida(o) de Nuevo, porque ahora, en Cristo Jesús, hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros.

Cada vez que enfrentes un nuevo reto o desafío, cada vez que encares un problema o necesidad, recuerda siempre que Dios no miente, ni se arrepiente, que todo lo que dice en Su Palabra acerca de ti es la Verdad, pues Él es Dios y si Dios lo dijo, entonces, Él lo va a cumplir; si Él lo habló, entonces, Él lo va a ejecutar.

Así que, ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? (Ro 8.31)

Oremos en voz audible:

Amado Padre celestial, en este día quiero decirte cuánto te amo y cuán agradecida(o) estoy contigo pues Tú, que eres rico en misericordia, por Tu gran amor con que me has amado, aun estando yo muerta(o) en pecados, me diste vida juntamente con Cristo (por gracia soy salva(o)), y juntamente con Él me resucitaste, y asimismo me hiciste sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de Tu gracia en Tu bondad para conmigo en Cristo Jesús. Porque por Tu gracia soy salva(o) por medio de la fe; y esto no viene de mí, pues es un don, un regalo Tuyo; no por obras, para que de nada me gloríe. Porque yo soy hechura Tuya, creada(o) en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Tú, oh Dios, preparaste de antemano para que anduviese en ellas. ¡Gracias! ¡Muchas gracias, Señor Jesús! Mi Rey, Señor y Salvador eres Tú. Tu Amor por mí es más dulce que la miel, pues Tú, siendo en forma de Dios, no estimaste el ser igual a Dios como cosa a que aferrarte, sino que Te despojaste a Ti mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, Te humillaste a Ti mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. ¡Todo por Amor a mí! ¡Cómo no voy a confiar en Ti! Estoy totalmente segura(o) y puedo confiar en la certeza, la roca, la fortaleza de Tu Amor hacia mí. ¡Soy un(a) Hija(o) de Dios Nacida(o) de Nuevo! ¡Nada ni nadie me puede separar del Amor de Dios! ¡En todas las cosas soy más que vencedor(a) pues TODO lo puedo en Cristo que me fortalece! Amén.

*Ricardo C. Peredo Jaime   © 2010




Lectura y Meditación de la Palabra de Dios

Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.

Enero 26                                Luc 19.28-48  /  Gen 34  /  Sal 26


1 comentario:

  1. yo pienso al respecto que dios nos ama tanto tanto, que ha mandado a la tierra a su hijo a morir por nosotros, con la muerte de jesus nos ha limpiado de todo pecado y nos ha dado vida y vida en abundancia amen. fermin perez

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