Miércoles 25 de Mayo de 2011.
¡Eres propiedad de Dios!
Por Riqui Ricón*
Y dijo Jehová a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos (1 S 8.7).
Sea cual sea tu situación o necesidad en este momento, hoy vamos a encontrar, dentro de la Escritura, cómo y porqué Dios, tu Padre, SIN DUDA, te va a responder.
A pesar de que el pueblo de Israel constante y continuamente habían experimentado el Amor y el Poder de Dios con grandes milagros, señales y prodigios, cuando vieron que Nahas rey de los amonitas venía contra ellos, tuvieron miedo y pidieron un rey que los defendiese; siendo así que Jehová vuestro Dios era vuestro rey (1 S 12.12).
¿Cuántas veces hemos permitido que el temor nos lleve a poner nuestra confianza en las palabras de un médico, clínica, abogado, especialista, amiga o amigo por considerar que en esa ocasión, dada la gravedad de las circunstancias, la Palabra de Dios no es suficiente? Permitimos que el espíritu de temor nos angustie y vele nuestro entendimiento a tal grado que llegamos a considerar que la Biblia, la Palabra de Dios, sólo nos puede dar algo de consuelo y paz mientras que nosotros debemos de hacer algo: encontrar la sabiduría, las fuerzas y los recursos para salir de ese problema.
Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! (Ro 8.15).
Ni tú ni yo somos como esos israelitas que desecharon a Dios para que no reinara sobre ellos, sino que somos Hijas e Hijos de Dios Nacidos de Nuevo; nacidos no de una simiente que se pueda corromper sino de la incorruptible semilla que es la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre. Podemos decirle al Dios vivo y verdadero, al Todopoderoso: ¡Abba Padre! Y podemos hacerlo porque esa es la Verdad, Dios es tu Padre y no tienes absolutamente nada que temer pues Él, Dios, tu Padre, te ha prometido que en todas las cosas serás más que vencedor(a) por medio de Aquel que te amó, Cristo Jesús.
He aquí, Dios es el que me ayuda; El Señor está con los que sostienen mi vida. El devolverá el mal a mis enemigos; Córtalos por tu verdad… Porque él me ha librado de toda angustia, Y mis ojos han visto la ruina de mis enemigos (Sal 54.4-5, 7).
Sea enfermedad, pobreza, angustia o tribulación, Dios, tu Padre, los va a cortar de tu vida por Su Verdad. ¡La Palabra de Dios, la Biblia, es Su Verdad! Así que, si Dios es el que te ayuda y está con los que sostienen tu vida, si Él devolverá el mal a tus enemigos librándote de toda angustia y puedas ver la ruina de tus enemigos (enfermedad, pobreza, etc.), entonces, ¿a qué o a quién vas a temer?
¡Vamos! ¡Dilo en voz alta conmigo! SEÑOR JESÚS, ANTE NINGUNA CIRCUNSTANCIA VOY A DARLE LUGAR AL ESPIRITU DE TEMOR. YO SOY TU HIJA(O). TU PALABRA, LA BIBLIA, ME DA TODA AUTORIDAD PARA CREER. NO VOY A RESBALAR JAMAS. NO TENDRE TEMOR DE MALAS NOTICIAS, MI CORAZÓN ESTÁ FIRME, CONFIADO EN TI SEÑOR JESÚS. ASEGURADO ESTÁ MI CORAZÓN NO TEMERÉ. ¡ESCRITO ESTÁ! (Sal 112.6-8).
que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos (Ro 1.4).
De la misma forma que Jesucristo fue declarado Hijo de Dios con poder cuando el Espíritu Santo lo levanto de entre los muertos, así nosotros, tú y yo, pasamos de muerte a vida por el mismo Espíritu y hoy somos llamados por Dios Hijos Suyos.
Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él (1 Jn 3.1).
entre las cuales estáis también vosotros, llamados a ser de Jesucristo (Ro 1.6).
Aquellos, los israelitas, tenían miedo de todo y a veces buscaban a Dios y otras confiaban en el hombre. Tú y yo, somos Hijos llamados a ser de Jesucristo. ¿Te das cuenta? Eres propiedad de Dios. Amada, amado, ¡Eres lo más valioso que Dios tiene sobre esta tierra!
Gracias amado Dios y Padre por haberme dado identidad. Hoy sé quién soy: un(a) Hija(o) Tuya(o) Nacida(o) de Nuevo, llena(o) de Tu Amor, Poder y Autoridad para triunfar sobre el temor y sobre todo problema, enfermedad o necesidad. No necesito otro Rey mas que Tú, Señor Jesús. No adoraré a otro Dios mas que a Ti, Padre mío. Declaro que yo miraré a mis enemigos, que son los Tuyos, puestos como estrado de Tus Pies. En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo Jaime © 2011
Lectura y Meditación de la Palabra de Dios
Haz estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Mayo 25 Ro 1.1-15 / 1 Sam 8 / Sal 54
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