Lunes 15 de
Julio de 2013.
¡A precio de Sangre!
Por Riqui Ricón*
Porque
nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios,
edificio de Dios (1 Co 3.9).
Cada vez que te preguntes cuánto
vales para Dios, asómbrate al meditar en esto y date cuenta que no existen
tesoros en el universo que se puedan comparar a la más pequeña gota de la
Sangre de Jesucristo el unigénito Hijo de Dios, pues el precio, el valor, que
el Padre dio a tu vida fue toda, hasta la última gota, de la Sangre de Su
propio y amado Hijo, Jesús.
Pero Dios es tan rico en misericordia y nos amó tanto que,
a pesar de que estábamos muertos por causa de nuestros pecados, nos dio vida
cuando levantó a Cristo de los muertos. (¡Es sólo por la gracia de Dios que
ustedes han sido salvados!) Pues nos levantó de los muertos junto con Cristo y
nos sentó con él en los lugares celestiales, porque estamos unidos a Cristo
Jesús. De modo que, en los tiempos futuros, Dios puede ponernos como ejemplos
de la increíble riqueza de la gracia y la bondad que nos tuvo, como se ve en
todo lo que ha hecho por nosotros, que estamos unidos a Cristo Jesús (Efe 2.4-7 NTV).
¡Esto es lo que tú vales para
Dios!
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque
no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por él (Jn
3.16-17).
¡Dios te Valora tanto que
prefirió entregar a Su propio Hijo, Jesús, a que pagara todos tus pecados antes
que perderte a ti!
Aún más asombroso es leer en Su
Palabra, la Biblia, que no miente, que has sido declarado(a) Hijo(a) y
colaborador(a) Suyo(a). ¡Tú eres labranza de Dios y edificio de Él!
MIREN CUÁNTO NOS ama el Padre celestial que permite que
seamos llamados hijos de Dios. ¡Y lo mas maravilloso es que de veras lo somos!
Naturalmente, como la mayoría de la gente no conoce a Dios, no comprende por
qué lo somos (1 Jn 3.1 BAD).
Así que, cuando el diablo venga a
cuestionarte, intentando poner duda en tu corazón con pensamientos como: ¿tú?
Si no eres nadie. Has fracasado y seguirás fracasando, además eres un(a)
hipócrita pues ni eres santo(a), ni justo(a), ni nada de eso. Eres un(a) vil
pecador(a). Y además, bla, bla, bla... Entonces, en esos momentos pararte
firmemente en tu fe; créele a Dios creyendo Su Palabra y declárale al diablo,
en su misma carota, que tú eres lo más valioso(a) que Dios tiene en esta
tierra: un(a) Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo.
El [Satanás] ha sido
homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay
verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre
de mentira (Jn
8.44).
Muéstrale a ese mentiroso que
Dios mismo ha declarado en Su Palabra que tú Naciste de Nuevo no de simiente
corruptible sino de la incorruptible semilla que es la Palabra de Dios que vive
y permanece para siempre.
Pues han nacido de nuevo pero no a una vida que pronto se
acabará. Su nueva vida durará para siempre porque proviene de la eterna y
viviente palabra de Dios (1 P 1.23 NTV).
Recuérdale que todo aquel que en
CREE en Jesús como el Señor y Salvador de su Vida, no se pierde sino que tiene ¡Vida
Eterna!
Hazle saber que tú has sido
establecido(a) por el dueño y Señor del universo como colaborador(a) Suyo(a)
para reinar en esta vida y sobre de esta tierra.
y cantaban un nuevo
cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque
tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje
y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y
sacerdotes, y reinaremos sobre la
tierra (Apo
5.9-10).
Recuérdale en sus narices que la
Sangre de Cristo Jesús es el precio con el cual fuiste comprado(a) y
establecido(a) como Hijo(a) del Reino.
Forjad espadas de vuestros
azadones, lanzas de vuestras hoces; diga el débil: Fuerte soy (Jo 3.10).
No permitas
que Satanás use las circunstancias adversas para hacerte sentir débil,
enfermo(a) o fracasado(a), pues, al fin y al cabo, por la Palabra de Dios,
sabes que sabes, que de toda aflicción, problema o enfermedad saldrás más que
vencedor(a) por medio de Aquel que te amó, Cristo Jesús.
Así que, pase lo que pase y
suceda lo que suceda, toma la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios y
declárate a ti mismo(a), fuerte y pleno(a) en Cristo Jesús.
Oremos en voz audible:
Amado Padre celestial, en este momento
quiero honrarte aceptando y recibiendo esa preciosa identidad que me has dado
como Hijo(a) Tuyo(a). Creo y por lo tanto declaro que soy lo(a) más valioso(a)
que tienes sobre la tierra. He conocido y creído el Amor que Tú, oh Dios,
tienes por mí. Señor Jesús, no voy a permitir que el espíritu de temor y duda
me haga soltar lo que con tanto Amor pagaste por mí en esa cruz: y esto es, el
saber y creer que en Verdad soy un(a) Hija(o) legítimo(a) del único Dios vivo y
verdadero. Por tanto, nada ni nadie me puede vencer; nada ni nadie me puede
separar de Tu Amor que es en Cristo Jesús mi Señor. Contigo ya he vencido al
mundo. ¡Soy sano(a)! ¡Soy libre! ¡Soy próspero(a)! ¡Soy dichoso(a)! ¡Soy un(a)
Hijo(a) de Dios Nacido(a) de Nuevo! Gracias Señor Jesús, te amo con todo mi
corazón. Amén.
Nota Importante:
¿Cómo me hago Hijo de Dios? ¿Cómo
establezco una relación con el Todopoderoso?
Sólo haz la siguiente oración en
voz audible poniendo toda tu atención y corazón a lo que le estás diciendo a
Dios:
Señor Jesús, yo creo que eres el
Hijo de Dios. Que viniste a este mundo de la virgen María para pagar todos mis
pecados, y yo he sido un(a) pecador(a). Por eso, te digo el día de hoy que sí
acepto. ¡Sí acepto tu sacrificio en la cruz! ¡Sí acepto Tu Sangre preciosa
derramada hasta la última gota por Amor a mí! Te abro mi corazón y te invito a
entrar porque quiero, Señor Jesús, que desde hoy y para siempre Tú seas mi
único y suficiente Salvador, mi Dios, mi Rey y mi Señor. Gracias, Dios
Poderoso, pues con esta simple oración y profesión de fe he pasado de muerte a
Vida, he sido trasladado(a) de las tinieblas a Tu Luz admirable. ¡Hoy he Nacido
de Nuevo! ¡Dios, ahora yo Soy Tu Hijo(a)! ¡Ahora Tú eres mi Padre! ¡Nunca más
estaré solo(a)! Nunca más viviré derrotado(a). En el nombre de Jesús. Amén.
*Ricardo C. Peredo
Jaime © 2011
Lectura
y Meditación de la Palabra de Dios
Haz
estas lecturas diarias y al final de un año habrás leído toda la Biblia.
Julio
15 1 Co 3 / 1 R 15.33-16.34
/ Jo 3
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